En 2020, las compras de los primeros días de confinamiento en España provocaron que judías, garbanzos y lentejas fueran de los primeros alimentos -junto al papel higiénico- en tener roturas de stock; e incluso ahora, con las restricciones de horario y aforo en los restaurantes, los chefs no han dejado de preparar sus mejores recetas y las ofrecen para llevar a casa.
Repunte del consumo
De acuerdo a los datos del presidente de la Asociación Española de Leguminosas (AEL), Alfonso Clemente, el consumo per cápita de legumbres ha repuntado en los últimos años y se sitúa en cerca de 1,4 raciones por semana, una cifra sin embargo muy alejada de las tres que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El consumo es un 60 % inferior al que había en los años 80“, ha recordado Clemente, tras señalar que de los diez sellos de calidad que hay en España, los de mayor producción son los de Garbanzo de Fuentesaúco (Zamora), Lenteja Tierra de Campos (León, Palencia, Valladolid y Zamora) y Garbanzo de Escacena (Huelva y Sevilla).
Su organización reivindica este producto tradicional español porque “cada cultivo tiene sus características propias asociadas a cada terreno” y “es bueno para el medio ambiente del país, ya que es un cultivo que limita el uso de fertilizantes nitrogenados” en el campo.
Además, “mejora la estructura del suelo agrícola, y como es un cultivo que rota con el de cereales, es bueno para interrumpir el ciclo de enfermedades vegetales“, ha remarcado.
El director técnico de Legumbres de Calidad, Nicolás Armenteros, también defiende la compra de lentejas, garbanzos y judías de “kilómetro cero” y confirma que su mayor demanda ya se ha traducido en un alza de la producción en Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) como las de garbanzos de Fuentesaúco y Pedrosillo.
DOP e IGP españolas de legumbres. Efeagro/ Cedida por MAPA |
Según los datos que maneja, la ingesta total de los hogares españoles en 2019 fue de 3,5 kg per cápita, un 4,6 % más que en 2018, y la producción española alcanzó en la campaña 2019/20 las 67.400 toneladas, de las que 36.600 fueron de garbanzos, 21.400 toneladas de lentejas y 9.400 de alubias.
“El repunte exponencial del consumo durante el confinamiento no se ha perdido del todo“, apunta esperanzado Armenteros, quien también defiende la versatilidad de un alimento rico en fibra y proteína vegetal que se puede tomar en pucheros, cremas, ensaladas y que ahora está disponible en múltiples formatos y preparaciones.
Ya sea preparado en casa, recibiéndolo a domicilio, en restaurantes o haciendo turismo gastronómico, como en las rutas del cocido madrileño, las del lebaniego o de la fabada.
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