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viernes, 22 de septiembre de 2023

Una carretera heredera de las muertes de la N-I, nuestra N-120.

N-120, una carretera heredera de la N-I.
En año y medio van nueve fallecidos en el corredor hacia Logroño
La N-120 es ahora el más peligroso de la provincia tras la liberación de la AP-1. 

Las cifras de siniestralidad vial de este año en las carreteras burgalesas van camino de confirmar a la N-120 como la heredera de la N-I en cuanto a peligrosidad se refiere. Es la que acumula, a día de hoy, más muertos por accidente de tráfico en 2023 y ya lo fue el pasado ejercicio. Si sumamos el último año y medio, son nueve las personas que han perecido en esta vía, la mayoría en colisiones frontales. 

La Guardia Civil aún investiga las causas del accidente que segó la vida de R.C.S., de 50 años y vecino de la capital, el pasado viernes en Castañares. El vehículo en el que viajaba en el asiento trasero se salió de la vía cuando circulaba por el kilómetro 105 en dirección hacia Burgos. Dio varias vueltas de campana y finalmente quedó volcado en la cuneta. Los equipos de emergencias no pudieron hacer nada por reanimarle. 

El tramo entre Ibeas y Burgos es uno de los más conflictivos del trazado que une la provincia con La Rioja. En el mes de enero, un vecino de Gamonal de 78 murió tras una colisión frontal entre un turismo y un camión a la altura de San Medel. Un año antes, otro tráiler arrolló a un peatón en este mismo punto. 

El primero de los trece fallecidos que acumulan las carreteras burgalesas este 2023 también se produjo en esta misma carretera. En este caso, en Fresneña. El vehículo en el que viajaba un hombre de 60 años chocó contra un tractor y murió en el acto. Al parecer, no llevaba puesto el cinturón de seguridad.  

Los choques frontales han sido, principalmente, la causa de los siniestros mortales en la N-120, donde la tragedia se cebó especialmente el pasado ejercicio con un total de seis fallecidos. Un posible despiste estuvo detrás del accidente mortal de un matrimonio riojano en junio de 2022 a la altura de Viloria de Rioja. El vehículo en el que viajaban invadió ligeramente el carril contrario y chocó contra un microbús. Apenas un mes después, en circunstancias muy similares, dos jóvenes perecieron a la altura de Espinosa del Camino. Días atrás, un camión arrolló a un hombre de 80 años en Belorado, en un paso de peatones con semáforo. En 2020, una mujer también murió arrollada en esta misma localidad. 

El verano pasado terminó con otro trágico siniestro, un nuevo choque frontal entre dos turismos que segó la vida de un hombre de 51 años a la altura del kilómetro 92, en Santovenia de Oca. En total, seis fallecidos, unas cifras en una misma vía que no se veían desde la liberación de la AP-1. En aquellos años, la N-I era el mayor punto negro de la provincia. 

Los tres muertos de estos últimos nueve meses confirman esa tendencia, pues ya son nueve en  año y medio. De ahí que los alcaldes de los municipios que atraviesa esta carretera hayan decidido unirse para reclamar la finalización de una autovía que, a las pruebas se remiten con el resultado del fin del peaje en la vieja autopista, a buen seguro reduciría mucho la siniestralidad vial.

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