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martes, 7 de mayo de 2024

Andanzas de un peregrino de poca misa por el Camino de Santiago, Libro.

Andanzas de un peregrino de poca misa por el Camino de Santiago
 “Cada uno tiene que hacer el Camino de Santiago a su aire”. Antonio López


Antnio López, maestro y biólogo sabiñaniguense que acaba de publicar un libro en el que cuenta sus andanzas como peregrino “de poca misa”.


Antonio López López nació en Sabiñánigo, maestro y biólogo, se afincó en Cataluña. Dice que ha dedicado los mejores años de su vida a la enseñanza, a viajar y a escribir, especialmente desde el ámbito de la educación ambiental y la divulgación científica.

Acaba de publicar Andanzas de un peregrino de poca misa por el Camino de Santiago, fruto del Camino que hizo el año pasado partiendo de Roncesvalles. Durante esos días escribía una crónica diaria que con unas fotos subía a Facebook. “No tenía intención de llevarlas a imprenta, pero al acabar el Camino, releyendo los textos pensé que podía hacer un librito. Hablé con un editor y se ha sacado de manera muy sencilla, con fotos en blanco y negro”.

El título al principio, dice que era Andanzas de un peregrino agnóstico, pero le pareció esta “una palabra excesiva y no apropiada para la gente creyente. El Camino lo hace mucha gente y cada uno por motivos diferentes y con el ánimo de ir descubriendo cosas nuevas cada día”.

En cuanto al propio Camino comenta el escritor que merece “la pena hacerlo, es muy bonito. Cada uno lo tiene que hacer a su aire. Yo no he hecho ningún autodescubrimiento espiritual ni emocional como dicen algunos, no me pasa como a Claudio Coello que decía que después de hacer el camino era otra persona, pero recomiendo hacerlo en el sentido de que es muy relajante y una experiencia personal que cada uno lo vive de una manera”. Y sí recomienda que se haga caminando lentamente, “sin esperar encontrar nada, simplemente descubriendo cosas y sin más pretensiones”.

En los escritos que publica, cada día da un consejo al caminante. “Y el primero es que no acepten consejos o que los acepten todos. Sobre todo quiero animar a la gente que dice que es mucho esfuerzo, pero tengo que decir que si se hace pausadamente como lo he hecho yo, lo puede hacer cualquiera”, asegura.

Después de este libro en el que recoge esta experiencia, Antonio López sigue escribiendo. Está trabajando ya desde hace unos años sobre la correspondencia de Darwin. “Estuve un año en Inglaterra y en la biblioteca de Cambridge tuve acceso a esa correspondencia y estoy relacionando cómo a partir de ciertas cartas de Darwin se introduce la teoría de la evolución en la ciencia popular. Todo esto es muy complejo y muy largo, tiene forma ensayística, no de novela, y en esto estoy ahora, sin un límite final, veremos lo que sale”, dice.

Su primera incursión en la narrativa fue Agujeros en la luna, finalista del Premio Azorín de Novela en 2019. “En este trabajo intento recrear el ambiente del caciquismo de los Pirineos a finales del siglo XIX y cómo algunos marcharon a América e hicieron y deshicieron fortunas. A partir de ahí, en un tono socarrón, intento reconstruir la biografía de una familia salida del Pirineo y venida a más”. Antes de estas publicaciones había escrito artículos, ensayos, y participado en obras colectivas. 

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