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martes, 29 de marzo de 2022

3 años de la concentración de la Revuelta de la España Vaciada, 31 marzo 2019: «Somos el mañana de los pueblos»

 

Según han detallado las fuentes, varios jóvenes acudirán en representación del movimiento social para trasladar sus demandas como juventud que vive y trabaja en los territorios despoblados, o que aspira a ello. En concreto, entre otras cuestiones demandarán un Plan de Retorno para aquellos jóvenes que quieren vivir en el mundo rural con las mismas oportunidades que en las ciudades.

La Revuelta de la España Vaciada cumple el próximo jueves, 31 de marzo, tres años de reivindicaciones que celebrará con una concentración en Madrid, a las 13:00 horas, a las puertas del Instituto de la Juventud (Injuve), con el lema «Somos el mañana de los pueblos», e invitando a concentraciones en los pueblos rurales en lugares simbólicos esa misma jornada.

En un comunicado, este movimiento social ha explicado que celebrará su tercer aniversario alzando su voz con varias acciones que tendrán como marco de celebración el Año Europeo de la Juventud, y bajo el citado lema para «reivindicar un futuro más próspero a través de políticas que eviten el vaciado de los pueblos y que favorezcan el retorno de los jóvenes».

Los jóvenes de varias plataformas se reunirán portando maletas con las que quieren simbolizar la reivindicación de un cambio en las políticas, y allí leerán un manifiesto que recoge el sentir del colectivo social de la Revuelta de la España Vaciada, visualizar la situación que afrontan miles de jóvenes que tienen que salir de sus territorios para estudiar, o en busca de empleo y de un futuro mejor.

DEMANDARÁN UN PLAN DE RETORNO PARA AQUELLOS JÓVENES QUE QUIEREN VIVIR EN EL MUNDO RURAL CON LAS MISMAS OPORTUNIDADES QUE EN LAS CIUDADES

Ese mismo día, los convocantes se reunirán con la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, y la directora del INJUVE, María Teresa Pérez.

Paralelamente al acto de Madrid, desde el colectivo se invita a participar a los centros educativos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional con actividades diseñadas para analizar la situación de la juventud en sus municipios, la falta de oportunidades, así como los recursos del territorio y su visión y propuestas.

Y «desde los pueblos rurales, y con la participación de jóvenes y mayores, se podrán celebrar concentraciones en lugares simbólicos de los municipios de la España vaciada a las 13:00 horas», han concluido.

Asimismo, a través de vídeos informativos, entrevistas callejeras y vídeos estadísticos, la plataforma buscará concienciar sobre la dimensión del problema por la falta de equilibrio territorial en España, y evaluar el grado de conocimiento que hay al respecto, sobre todo, entre los más jóvenes.

jueves, 1 de julio de 2021

El Valle Digital en la Sierra de la Demanda culmina su fase telemática con cuatro lanzamientos valle digital voluntarios.

El Valle Digital busca, con la ayuda de ya más de 800 voluntarios, 
reimpulsar la comarca de la España Vaciada de la Sierra de la Demanda (Burgos). 
Los voluntarios se emplazan a un gran encuentro presencial en agosto 
para presentar al mundo todo lo que ofrecerá esta iniciativa


Voluntarios "Valle Digital".

El proyecto de 'El Valle Digital' en la Sierra de la Demanda culmina el cuarto mes de trabajo con cuatro nuevos lanzamientos y nos emplazan a una gran cita presencial que tendrá lugar los días 9 y 10 de agosto y en la que presentarán al mundo todo lo que ofrecerá El Valle Digital para convertirse en un gran polo de atracción y de desarrollo empresarial y social a nivel nacional.

Este lunes 14 de junio los miembros de El Valle Digital se han dado cita a través de Internet para compartir los avances de los 28 equipos de trabajo de este "proyecto de proyectos" promovido conjuntamente por la asociación AGALSA y la Empresa Tecnológica CiBUC.

Durante el evento se han dado a conocer las cuatro iniciativas que entran en servicio este mes, en beneficio tanto de las empresas de la zona como de su población general. Además, los voluntarios nos han emplazado a un gran evento presencial programado para los días 9 y 10 de agosto que se presentará a los grandes medios desde el Teatro Auditorio Gran Casino de Salas de los Infantes, pero que contará con diferentes ecos y actividades repartidas por toda la Comarca.

En la reunión de este lunes (que ya puede verse en la web: elvalledigital.es) el Grupo 2 "Factoría Digital" ha presentado un interesante servicio automatizado y gratuito para las empresas de la zona, denominado "Autodiagnóstico de transformación digital de tu Empresa" que les permitirá a todas ellas conocer mediante unas pocas preguntas, el nivel de digitalización sus negocios en los temas nucleares, así como las principales recomendaciones para avanzar de forma ágil y certera.

"Somos un grupo de profesionales de muy diversos perfiles (procesos, comunicación, tecnología, marketing, recursos humanos, etc.) unidos con un fin: ayudaros en el desarrollo digital y comercial de vuestro negocio", explica Ricardo Lobao, uno de los coordinadores y para lo cual la Factoría contará con tres servicios (Consultoría Digital, Lanzadera Digital y Fab Lab) así como con la ayuda de una importante red de partners y colaboradores.

La web vivienda.elvalledigital.es

"Nuestro objetivo es ofrecer una ventana digital donde ofertar distintos tipos de vivienda a los nuevos residentes de El Valle. Ya sea en propiedad: venta, alquiler, alquiler vacacional. O bien de espacios alternativos de residencia colaborativa: Co-housing y Co-living", indica Juanjo Limón, uno de los impulsores de este grupo que no deja pasar una novedad inmobiliaria de la Sierra de la Demanda sin publicar en la página.

Junto a la vivienda, el trabajo es clave para atraer a nuevos habitantes a los más de 130 pueblos que conforman El Valle Digital. Por eso, un grupo está volcado en captar las ofertas de trabajo que surgen en la zona y en ayudar a los desempleados. Javier Ruiz coordina este equipo y enfatiza: "Cada vez que un voluntario se entera de una oferta de trabajo la volcamos en la web de cooperación regional empleorural.es y así ayudamos de verdad a cubrir esa plaza. Juntos estamos avanzando muy rápido".
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Se ha lanzado la Escuela de Oficios

Se trata de una web donde se ofrecen cursos online de oficios tradicionales que se están perdiendo. "Hemos empezado con un curso de Tallado de Piedra con el maestro Gustavo Vilda. Gracias al patrocinio de la fábrica Areniscas Juanes hemos podido grabar los vídeos que están disponibles para cualquiera que tenga interés en este tema en escueladeoficios.elvalledigital.es Y, ojo, porque pronto habrá más cursos", comenta Aida Roscales, una joven profesora que colabora en esta iniciativa.

Otras iniciativas con mucho potencial se han impulsado con una primera ronda de 7.500 euros dispuestos por AGALSA para desarrollos tecnológicos en forma de prototipos webs y apps. De esta forma, allí donde no llegan los voluntarios, el empujón final lo pondrán los profesionales, muchos de ellos de la zona o de la provincia.

Además, en el evento se ha dado a conocer al ganador de un fin de semana en la Casa Rural "La Estación del Río Lobos", en el precioso municipio de Hontoria del Pinar. Gracias a la colaboración de dicho negocio se ha podido ejecutar esta iniciativa que ha disparado el número de seguidores de El Valle Digital en las redes sociales. Además, ha servido de catalizador para acelerar las reservas en las casas rurales de la zona.

Para poner el broche a este encuentro, el Directivo Roberto Rey, Presidente y CEO de la empresa líder Gloval y descendiente de la comarca, ha tomado la palabra para demostrar su admiración y apoyo por el proyecto y sobre todo para felicitar a todas las personas que están poniendo su granito de arena para que esta iniciativa no pare de crecer y avanzar como así está sucediendo. Además, Rey ha anunciado la suma de la empresa que dirige a la lista creciente de entidades colaboradoras de El Valle Digital informando que Gloval prestará asesoramiento gratuito a El Valle Digital y a sus voluntarios en materia de valoración de viviendas, locales, solares y todo tipo de activos incluso empresariales. De hecho, al igual que Gloval, otras muchas empresas se están sumando a esta iniciativa que lucha a favor de la repoblación de la España Vaciada, destacando en esta ocasión la incorporación de Correos a través de sus servicios de ecommerce para los productores de la zona.

En este mismo sentido Óscar Izcara, actual Presidente de AGALSA, ha querido destacar el creciente apoyo Institucional que está despertando la iniciativa, incluso a nivel de los Ministerios concernidos, como lo son el del Reto Demográfico y Transición Ecológica o el de Economía a través de la Subsecretaría General de Inteligencia Artificial y Tecnologías Habilitadoras, pero sobre todo a nivel de la Dirección General de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León con cuya Directora María González Corral se tuvo un encuentro reciente en el que nos trasladó su felicitación por la iniciativa y el total apoyo de su Dirección para acometer una 2ª fase implantación de proyectos y negocios, una vez que la Fase 1 ha superado todos sus objetivos.

A partir de ahora, queda un mes y medio por delante para pulir el resto de iniciativas que conformarán finalmente El Valle Digital. En agosto se presentarán por todo lo alto todas las iniciativas que ya están en funcionamiento y las que quedan por culminar. 
Se trabaja sobre la base de llegar a ofertar a medio plazo, hasta 40 beneficios concretos para las empresas y otros 40 para las personas y familias. Con el único requisito que decidan instalarse y/o desarrollar su actividad empresarial o su vida familiar en esta privilegiada zona natural de España. "Lo que poca gente sabe, nos comenta José María González de CiBUC y actual coordinador general de El Valle, es que desde El Valle Digital es posible acceder a más de 11 millones de habitantes y consumidores en 2 horas de viaje a la redonda. Beneficios ligados a la naturaleza, a la educación, a la tecnología, a la cultura, al teletrabajo, a la vivienda y a muchos ámbitos más. 
Todo ello con el objetivo de mejorar el futuro de una comarca burgalesa que quiere volver a ser tan puntera como ya lo fue antaño en tiempos de Fernán González remacha José María.

sábado, 22 de mayo de 2021

"Pueblos Madrina"

 "Pueblos Madrina" es una iniciativa de la fundación Madrina que ha dado 
a más de 300 familias con más de un millar de niños, españoles y migrantes, muchos de América Latina, 
una nueva oportunidad en zonas rurales que padecen un grave problema de despoblación.

La Fundación Madrina coordina la inserción
de nuevas familias sin hogar en pueblos pequeños.
Fundación Madrina:
914490690 | 652995945 | 
línea 24h 900 649 198
Historias tan entrañables como la de Estela y Gustavo, una pareja uruguaya, han podido empezar una nueva vida en un pequeño pueblo de España, después de haber sobrevivido en la calle sin trabajo y sin hogar, gracias a una iniciativa solidaria que ayuda a cientos de familias desprotegidas, muchas de ellas migrantes.

La Fundación Madrina les “cambió la vida”, cuenta Gustavo tras ver su nueva casa en Torrubia del Campo, el pueblo al que acaban de llegar con su pequeño, Iker.

“Un punto de partida”, confiesa esta pareja, a la que el destino dejó un día en la calle y ahora los trae a esta localidad de la provincia de Cuenca, en el centro de España.

Un día de alegría

“Es un día muy bonito”, relata el presidente de la fundación, Conrado Giménez, que junto con otros miembros de la entidad acompaña a la familia uruguaya desde Madrid a su nuevo hogar.

“Ayer dormían en un sofá”, acogidos por la asistencia social del Ayuntamiento de Madrid, y “hoy tienen una cama”, narra el fundador de esta entidad benéfica.

“Pueblos Madrina” es una iniciativa de la fundación que ha dado a más de trescientas familias con más de un millar de niños, españoles y migrantes, muchos de América Latina, una nueva oportunidad en zonas rurales en España que padecen un grave problema de despoblación.

El viaje desde Madrid, de una hora y media por carretera hasta Torrubia del Campo, lo aprovechan además para que otras familias en situaciones similares conozcan otras casas el pueblo en las que podrían iniciar una nueva vida.

Las colas del hambre, como se conoce a las filas de gente que espera para recibir alimentos, son cada vez más largas en la capital de España, lamenta Giménez.

La crisis por la pandemia va en aumento, con parejas o madres solas con hijos que se ven en la calle en medio de una creciente pobreza extrema.

Una nueva vida

Pero ahora Estela y Gustavo empiezan esta nueva vida con un hogar y un trabajo para él.

El alcalde de Torrubia del Campo, Pedro Romeral, muestra su satisfacción al ver una nueva familia en el pueblo, que apenas llega a los trescientos habitantes en una zona de la España vaciada, como se conoce en el país al problema de la despoblación rural.

Al igual que el empresario Javier Román, cuya empresa de panadería Chapela en la cercana Tarancón da empleo a Gustavo y además él mismo facilita la casa a la pareja.

El empleador se fue a Madrid a buscar trabajadores tras ver en un periódico el drama de familias en la calle tras perderlo todo.

Las colas del hambre se han convertido en “colas de familias sin techo, durmiendo en algún parque” con sus hijos menores, lamenta Conrado Giménez.

La Fundación Madrina va a pequeños pueblos, pues la mayoría tienen como mucho cuatrocientos habitantes, a hablar con alcaldes, maestros y con quien pueda ayudar a esas familias, que a su vez contribuyen en muchos casos a que no cierre su escuela por falta de niños.

La entidad establece con las familias un “contrato social” que fija unos objetivos, como la escolarización de los niños o el conseguir trabajo, para evitar una vuelta atrás si no se integran en el pueblo.

Los pequeños sufren especialmente el estrés de la ciudad ante traumas como el ver a su familia desahuciada de su casa y sin poder comer, lo que conlleva fracaso escolar y hasta la pérdida del cabello.

Pero llegar a uno de estos pueblos, donde pueden jugar en la calle sin peligro, les devuelve la sonrisa, vuelven a sacar buenas notas en clase e incluso les crece de nuevo el pelo, sentencia Giménez.

“El problema de la pandemia puede ser una oportunidad” gracias a iniciativas como esta, que tiene otras quinientas familias en lista de espera en su anhelo de cambiar de vida, concluye.

Estela, Gustavo y su hijo Iker, de dos años y medio, disfrutan en un columpio en una plaza desde la que se ven los campos verdes de cereal, los viñedos y olivares que rodean a partir de ahora esta nueva experiencia en Torrubia del Campo dejando atrás su etapa en Madrid. (I)

sábado, 1 de mayo de 2021

La abeja más laboriosa de Pradoluengo, Irene Saiz.

Irene Saiz gestiona con una socia el hotel rural CasaBarría 
y el Albergue Municipal de Belorado en solitario. 
Ahora lanza Jalea Rural, un proyecto de educación ambiental 
 pegado a su tierra y a las colmenas de su padre.

Irene Saiz, en el hotel CasaBarría con los calcetines de Jalea Rural.
F: Luis López Araico
Jaleo y jalea. De todo tiene Irene Saiz. Y si no se lo busca. Gestiona en solitario el albergue municipal de Belorado y junto a su socia Esther Ungría el Hotel Rural CasaBarría, un precioso alojamiento de Pradoluengo con 6 habitaciones y 3 apartamentos que llevaba cerrado un año y que reabrieron en noviembre.
 «Ya sabíamos dónde nos metíamos. Igual no era el mejor momento pero sí era nuestro mejor momento», zanja para dejar claro que de su boca no van a salir lamentos. Es más, como buena abeja obrera, ha aprovechados los meses del ¿último? parón de la hostelería para dar forma a la tercera pata de su proyecto profesional y vital, que aún está aprendido a volar. «No he abierto agenda, me tengo que organizar. Ando en varios proyectos que están todos arrancando, no sé cómo va a ser la vida cuando tenga trabajo…», apunta. 

Jalea Rural, que así ha bautizado esta iniciativa, nace de la necesidad que siente de comunicar y divulgar «un mundo muy interesante y muy necesario en esta sociedad, que es el de las abejas, y acerca del que hay mucho desconocimiento» y al que los neófitos no se acercan por miedo a un ataque. Irene buscaba estimular otro picor, el de la curiosidad, pero las fotografías de los colmenares de su padre se le antojaban insuficientes. Ella quería llegar a transmitir «el olor, la sensación de estar allí». Y no ha encontrado mejor manera que compartir sus abejas con el mundo.

El proyecto consistirá en una visita al colmenar, en una finca accesible pero en pleno bosque, con la explicación del contexto natural de flora y fauna que le rodea y una introducción en la vida de las abejas, para después «ponernos los trajes de protección, abrir una colmena, ver y sentir lo que hacen y cómo viven», detalla.

Jalea Rural también va a permitir apadrinar una colmena y recibir un informe y vídeos de su actividad cada 15 días, además de poder decorarlo, visitarlo y obtener «los productos que saquemos de ella: miel, jabón de miel y cera y una crema», detalla. El pack se completa, como no podía ser de otro modo en Pradoluengo, con unos calcetines hechos en un taller familiar, con algodón orgánico. 
Con las abejas también trabajan «sin ningún tipo de procesado», una apuesta por lo ecológico y por cuidar el medio ambiente que también es la seña de Casa Barría. «Buscamos un turismo rural lo más sostenible posible, no tenemos envases de plástico, ofrecemos productos ecológicos, cervezas artesanas...», explica. 

Pero la comercial no es la faceta en la que Irene Saiz tiene más interés del proyecto, sino la educativa, «dar a conocer el mundo abeja», para lo que cuenta con la ayuda de su compañero, Raúl Botaya, jardinero y educador ambiental.

El amor por las colmenas le viene de su padre, Jesús Saiz. «Es el que sabe, el que lleva todo, pero yo me he dado cuenta de que llevo 15 años acompañándole y ayudándole y he aprendido un montón, no era consciente de todo lo que sé y todo lo que puedo aportar, soy educadora monitora y tengo ese poder de transmitir a la gente, de dinamizar…», asume. 
Empiezan con 25 colmenas pero pretende crecer gracias a los amadrinamientos y también extender el proyecto, complementarlo con una zona de juego libre, un paseo por la Senda de los Batanes… 
Arrancarán con las visitas en junio, si nada lo impide, cuando «las abejas están trabajando bien y se puede verlas en funcionamiento» y a partir de ahí no se marca metas. «Poco a poco», porque ignora cuál será la acogida de Jalea Rural. 

Pero sí conoce su propia respuesta. «He hecho cosas en Pradoluengo pero me faltaba algo». Ya no.

Fuente Diario de Burgos.

lunes, 19 de abril de 2021

El mundo rural reclama medidas para los niños ante el revulsivo de la covid.

 Ayuntamientos, productores, maestros y gestores de proyectos europeos 
reivindican servicios y conexiones, con el fin de llenar los pueblos de niños y niñas, 
ante la oportunidad que ha dado la pandemia a las zonas rurales.
El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Secundino Caso, padre de dos chicos (11 y 12 años), 
defiende que la enseñanza a distancia ha aumentado la socialización de estos preadolescentes 
y recuerda la llegada de la fibra óptica, que "cambió la vida familiar". 
 "Pero hay muchos sitios sin fibra, sin cobertura del móvil o señal de televisión (...), 
luego llevas al niño a la cabecera de comarca y parece que su amigo habla otro idioma", apunta.

Reportaje de Mercedes Salas, 

Profesionales rurales que defienden el entorno para sus hijos declaran a Efeagro que hacen falta políticas de refuerzo, porque para frenar la despoblación es decisiva la presencia de los niños y las niñas en los padrones.
Así lo perciben dos madres, dos padres y un maestro de Aragón, Cantabria y Castilla y León.
La pandemia puede aumentar las matrículas rurales "porque hay familias que consideran la escuela rural positiva por las vivencias, los resultados y la seguridad sanitaria y ambiental si en el pueblo hay servicios, vivienda, trabajo, comunicaciones e Internet", según el Informe España 2020 de la Universidad Pontificia Comillas.

Reactivación demográfica
El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Secundino Caso, asegura que en zonas como Castilla-La Mancha se han reabierto colegios y que este curso hay más escolares en los pueblos de Madrid o de la costa rural cántabra.
Alcalde de Peñarrubia (Cantabria) y padre de dos chicos (11 y 12 años), defiende que la enseñanza a distancia ha aumentado la socialización de estos preadolescentes y recuerda la llegada de la fibra óptica, que "cambió la vida familiar".
"Pero hay muchos sitios sin fibra, sin cobertura del móvil o señal de televisión (...), luego llevas al niño a la cabecera de comarca y parece que su amigo habla otro idioma", apunta.

Brechas entre pueblos
La infancia en un municipio pequeño turolense no se puede comparar con la vivida a pocos kilómetros en Calanda o Alcañiz, o en un pueblo de Andalucía, según el gestor del grupo de acción local Cuencas Mineras de Teruel -del programa europeo Leader-, José Manuel Llorens.
La ganadera María Gómez Arredondo, de Soba (Cantabria), incide también en las diferencias entre pequeños núcleos -en el suyo hay tres vecinos- y las cabeceras comarcales.
Debido a la pandemia, sus hijas -de 12 y 8 años- no asisten a las actividades extraescolares como baile o carreras de "mountain bike" para las que debe recorrer muchos kilómetros al día y acudir precisamente a esos centros de comarca.
Gómez describió a Efeagro hace un año el confinamiento "privilegiado" en las montañas y once meses después sigue valorándolo, pero señala que el campo "no es tan idílico".
Al referirse a la brecha digital, remite a las dificultades para completar la entrevista telefónica por varias interrupciones debido a la poca cobertura en su explotación.
El horario de los deberes coincide con el del ordeño de vacas, en su caso, lo que condiciona la conciliación.

Cambio de mentalidad
"Que mis hijas sean astronautas o ganaderas, pero con buena educación; estudié Gestión Comercial y Marketing, volví con las vacas y no me arrepiento", subraya Gómez, en alusión a la necesidad de dotar a los niños rurales y urbanos de los mismos recursos.
Laura San Felipe, doctora, estudió Publicidad en Madrid, vivió en Ecuador y regresó a su comarca en Segovia, donde creó una agencia de comunicación para negocios rurales, que combina con teletrabajo para la Universidad Internacional de la Rioja.
En Cantalejo, con 4.000 habitantes, puede dejar a su hijo de dos años en una guardería y tiene buena conexión digital, a diferencia de su pueblo, Cabezuela (700 habitantes).
Aprecia la atención "personalizada" de los colegios rurales y el privilegio de que los niños jueguen en la calle y pasen la pandemia entre pinares.
Pero casi todas sus amigas viven en Madrid y reconoce que "la mentalidad" es pensar que "si quieres prosperar, tienes que irte".
En sentido inverso, Llorens, licenciado en Historia, se considera un urbanita atípico que hace 13 años aterrizó en Torrevelilla (200 habitantes) siguiendo a su mujer, farmacéutica rural.
Valora llevar a "Eva y Anaís", mellizas de seis años, al colegio de 20 niños adscrito al Centro Rural Agrupado (CRA) del Mezquín y la crianza en el pueblo, con más libertad e independencia.
Relativiza las carencias en Internet, porque en las ciudades "también hay diferencias", según el poder adquisitivo familiar, y defiende la escuela de sus hijas, con pizarras digitales y enseñanza bilingüe.
Pero ve un inconveniente en la alta rotación del profesorado.

El maestro que se queda
Patxi Artigot es maestro en Camarillas (Teruel), en un colegio adscrito al CRA de Aliaga, con "seis alumnos y seis niveles" de un pueblo de 86 habitantes; el curso pasado trabajó en prácticas en otro pueblo, en Allepuz.
Asegura que se quedará allí el año que viene y que en su círculo hay más colegas que piensan igual, porque en Teruel muchos jóvenes proceden del entorno rural como él, que aún tiene una abuela en el campo.  

martes, 6 de abril de 2021

Beatriz Montañez, estrella ermitaña.


Alcanzó la fama en televisión, pero acabó harta y rompió con todo. 
Aislada hace años en una casa de campo, 
publica su primer libro, ‘Niadela’, una catarsis en fusión con la naturaleza.


En la película Dersu Uzala, el viejo cazador nómada abronca a un soldado ruso por tirar un trozo de carne a la hoguera. 
- “¡No hagas eso! ¡El fuego se comerá toda la carne, y si llega otra gente y la ve, podrá comer!”.
—Quién va a venir por aquí…
—¡Mucha gente! —insiste Dersu.
—¿Quién?
—¡Viene el tejón, y el cuervo también, y los ratones! ¡Mucha gente! ¡En la taiga no estamos solos! ¡Nunca!

Beatriz Montañez vive con mucha gente. Vive con el ciempiés y con la araña toro, con el lagarto ocelado, con el sapo de espuelas, con los grillos, el jabalí y el murciélago hortelano. También vive con la culebra de herradura, con la lagartija colirroja y con el escarabajo de cementerio. Y con decenas de aves: la abubilla, el reyezuelo sencillo, el pájaro carpintero, la oropéndola europea, la bisbita pratense, el avión roquero…, entre muchas otras a las que da las gracias en el glosario zoológico que cierra su primera novela, Niadela, publicada por el sello Errata Naturae.

Antes, Beatriz Montañez vivía en Madrid y cientos de miles de personas la veían en televisión con el Gran Wyoming. Tuvo éxito con ese programa, El Intermedio, pero llegó un punto en que no se sentía bien. “Empecé a escuchar el tictac de una bomba que podría explotar en cualquier momento”, dice. Se fue. En 2014 fichó por Telecinco e hizo un programa con otras cuatro presentadoras que le acabó de quemar los fusibles. Explica que pidió mantenerse al margen de temas del corazón y de entretenimiento banal. “Ellos se comprometieron, pero después de unas semanas de emisión me di cuenta de que aquello iba derivando en algo de lo que no quería formar parte”. Lo dejó y dice que fue entonces cuando la bomba de relojería estalló. “Pero no fue lo único que motivó la detonación, pues una bomba está compuesta de muchos materiales conectados entre sí”.

Nació en Ciudad Real (1977) y vivió en el pueblo manchego de Almadén hasta que era adolescente. Su padre murió en un accidente de tráfico cuando tenía cuatro años. Nadie se lo explicó. Su madre no le dijo que su padre había muerto y que nunca más lo vería. Dice que creció casi muda. En el instituto la llamaban rara. “Me daban pescozones en la cabeza”.

El fantasma del padre, la infancia difícil, la tele, la fama, la frustración. Los elementos de la bomba.

Cuando explotó, se fue de viaje por Asia. Estuvo en templos budistas. Se acuerda del nombre de uno, Wat Ram Poeng, en Tailandia, no del de los demás. Dice que arrastra un problema de memoria y que un psicólogo le diagnosticó “amnesia retrógrada” por un trauma de su adolescencia. Al volver de Asia, trabajó de guionista de Muchos hijos, un mono y un castillo, documental dirigido por su expareja Gustavo Salmerón. Luego se recluyó en una casita del interior valenciano a la que se llega por una pista de tierra, sola y aislada. “Había telarañas por todas partes, colchones llenos de pulgas y alfombras llenas de vida. No tenía agua caliente ni luz. La chimenea no tiraba. La primera noche dormí vestida. Pasé frío y oía ruidos extraños. Acabé durmiendo por puro cansancio, pero me quedé dormida con una sonrisa. Esa primera noche fui muy feliz. Estaba en paz. Era una sensación que nunca había experimentado, como si un líquido templado naciera en la boca del estómago y se derramase por todo el cuerpo”. Allí ha estado cinco años y ha escrito Niadela, un libro en la tradición anglosajona del nature writing o escritura de la naturaleza. Ahora la casa es acogedora. Sencilla, decorada con gusto y esmero, atiborrada de piezas de ganchillo y con una fila de post-it en la chimenea con ideas suyas apuntadas a boli como “El medio más seguro de deshacerse de la carencia es desviarse del camino” o “No poseer nada es una de las facetas de la libertad”. Ya de niña le gustaba la escritura —su madre la presentó al concurso de poesía de Almadén; perdió—, pero en esta casa la ha vivido con una pasión nueva. “Me he dado cuenta de que puedo pasar meses en silencio, pero no puedo pasar días sin escribir”. Por las mañanas medita frente a un acantilado con su collar de cuentas nepalí en la mano, luego hace la casa, pasea, cocina y la tarde la dedica a la literatura. Cuando sale a hacer la compra al pueblo más cercano, en un cascado jeep que conduce a cierta velocidad por la pista sin asfaltar, se embute en los oídos unos tapones de espuma.

En Niadela vuelca en palabras sus observaciones. Usa un vocabulario exuberante y realiza unas representaciones milimétricas. “Describo el sol más de 40 veces y nunca desde el mismo punto de vista. El sol es diferente cada día, como lo son el cielo y las nubes, como lo son las ramas de los árboles y los arbustos. Solo hay que pararse a mirar con profundidad para darse cuenta”. El libro describe su primer año en este lugar y se compone de fragmentos donde hay memoria, ensayo, realidad, delirio, lirismo, un ritmo corto y veloz. “Quise que fuese poético, pero que estuviese confeccionado a golpe de hacha”.

Beatriz Montañez parece una persona frágil y feroz. Herida pero con una voluntad animal. De adolescente se fue de casa a Ciudad Real, después a Madrid, y con 21 años trabajó un año en Tokio de modelo. Allí vivía en un edificio con otras colegas de oficio. Un día a una le apareció una rata en el retrete. Ella la mató a golpes con una espátula de hierro. Más tarde se fue a Los Ángeles y estudió Comunicación en la Universidad de California mientras curraba en varios sitios a la vez y tiraba de efedrina para poder estar activa sin descanso.

En ocasiones, leemos en Niadela, le gusta salir a caminar desnuda.

Lo narra así Montañez: “Cuanto más enmarañado el sotobosque, más acompañada me siento. Es una sensación antigua, gloriosa. No siento ni frío ni calor. No siento el cuerpo. Las zarzas me rayan con sus afiladas uñas buscando las cuerdas del arpa. No suena nada. Soy piel hueca sobre hueso bruñido. Por eso vagabundeo entre la maleza. Busco mis tripas, despertar la sangre que duerme, avivar el alma descuidada. Quiero perder la cabeza para sentirme extraña, quiero caminar por los límites del orbe, cambiar de color en otoño, beber néctar de escarcha, mezclarme con la tierra y renacer purificada”

martes, 19 de enero de 2021

La reestructuración espacial del poder: claves para pensar las políticas públicas en la España vaciada.

El despoblamiento es resultado de ese desequilibrio socioeconómico 
y territorial previo, nunca a la par, que lo agudiza. 
En este sentido, el problema de la España vaciada 
es un problema de modelo económico y social, no solo demográfico, 
lo que debería ser considerado en una política pública 
que quiera enfrentar el problema con seriedad. 


 María José Rodríguez Rejas, 
Enrique Javier Díez Gutiérrez. 

En estas “tierras incógnita” se está enfrentando la geografía del poder y sus intereses 
frente a los habitantes-guardianes y sus organizaciones colectivas 
que buscan construir una cartografía alternativa. 
Estos convocan no solo para ser visibilizados, 
sino para comunicar propuestas respaldadas por su experiencia, saberes 
y disponibilidad para hacerse cargo de sus territorios y sus vidas. 
El potencial de las “tierras incógnita” radica en que son espacios de transformación 
frente a la homogeneización urbana y la repetición de formas de vida que deshumanizan; 
en esa tensión se construye el “espacio diferencial”, como utopía concreta, del que nos hablara Lefebvre.
 

Hablar de la “España vaciada” significa reconocer que han sido las políticas de las Administraciones Públicas las que han contribuido a desangrar poco a poco al medio rural o, al menos, a no hacer lo suficiente para paliarlo o revertirlo. Estamos ante un problema grave que solo hace unos años pasó a ser reconocido como una cuestión de Estado.

Casi dos tercios de los municipios españoles subsisten con menos de mil habitantes; de los 8.125 existentes, la mitad tiene menos de 500 personas y 1.286 tienen menos de cien. El Informe de la Federación Española de Municipios y Provincias sobre Población y despoblación en España 2016, subtitulado “El 50% de los municipios españoles, en riesgo de extinción”, daba cuenta de la magnitud del problema. Si entre 2015 y 2016, España perdía 67.374 habitantes, la población de las ciudades, por contraste, aumentaba en 14.000; un signo del desplazamiento de población en pro del modelo urbano concentrador que caracteriza al país.

La situación es alarmante en relación con el resto de Europa. De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística para 2030, la pérdida de población rural seguirá aumentando y la situación se agravará aún más.
¿Cómo llegamos aquí? Más allá de las explicaciones demográficas sobre el envejecimiento de la población, hay un largo proceso que comienza con  la centralidad de lo urbano en la política de Estado. La profunda segregación entre el medio rural y urbano se inició con el modelo de desarrollo que consolidó el franquismo; un modelo dependiente y esquilmador que asignó al mundo rural una función subordinada al sector industrial. Esta dinámica, que fomentó el desequilibrio territorial y la desigualdad social, se arrastra hasta nuestros días y se fortaleció con las políticas neoliberales.

La recuperación de la arquitectura de los pueblos, el impulso al turismo rural y la revalorización sociocultural del “pueblo” y las tradiciones, tan en boga desde los años 90 del siglo pasado, se hicieron añicos a medida que la ofensiva neoliberal endureció las políticas de ajuste estructural, aprovechando el contexto de la crisis de 2008. Incluso, durante esos años, la ciudad fue el referente de crecimiento y especulación que desembocó en la burbuja inmobiliaria. Desde entonces, la reorganización del capital sigue desplazando población joven y adulta desde los pueblos y las ciudades pequeñas a las más grandes en busca del escaso empleo, cada vez más precario.

El vaciamiento en sus lugares de origen conduce a su vez a la pérdida de servicios; una espiral que alimenta el desplazamiento a los núcleos urbanos. Así se va conformando una geografía del poder. Un modelo que desarraiga, excluye y genera pobreza, que pasa a ser, sobre todo, pobreza urbana; pobres que luchan contra otros pobres, todos migrantes, sean originarios o procedan de otros países, disputando un puesto de trabajo, una vivienda barata, una distancia más corta al trabajo.

Se condenó a los espacios periféricos a ser proveedores de recursos naturales, agropecuarios y de trabajadores precarizados. Esa especialización se manifiesta hoy en la gestión de centrales hidroeléctricas que no benefician a los pueblos; en infraestructuras radiales de comunicación vinculadas a núcleos urbanos, dejando languidecer y desaparecer los trenes regionales; en la insuficiente dotación de centros de salud en las zonas rurales o su concentración en cabeceras urbanas saturadas; o cuando se exige la misma ratio de alumnado para un módulo de formación profesional en la montaña que en un instituto de la ciudad.

Las regiones periféricas, que coinciden con los territorios despoblados, proveen los recursos naturales usados como materiales de construcción (cantera, minerales no metálicos, madera) —entre el 50% y 75% de sus recursos—. Son las proveedoras de biomasa —Extremadura cuadruplica la media nacional y Castilla y León la triplica—. El esquema de producción y consumo de energía eléctrica sigue el mismo patrón.

Además, son el sostén del sector alimentario —Andalucía aporta casi el 25% del valor agrario total del país, que alcanza el 50% con la producción de Castilla y León y Castilla La Mancha—. Pero, además, se convierten en receptoras de residuos. De los 21 millones de Tm de residuos que se generan en el país al año, el 70% acaban en vertederos sin tratamiento; la UE habla de 88 vertederos en estas condiciones de los que 80% se ubican en Castilla y León y en las Islas Canarias. Castilla y León es también la primera receptora de residuos peligrosos y tóxicos. 

La vulnerabilidad de las regiones periféricas crece con el despoblamiento.

    El capitalismo valoriza y (re)valoriza incluso lo que parece carecer de todo valor. No existen los espacios vacíos en la lógica del capitalismo.

Este modelo de organización económica, propio del extractivismo, en el que hay que incluir la economía del turismo, ha sido altamente rentable para unos pocos y se nutre de las “alternativas” economicistas (macrogranjas, proyectos de energía eólica en espacios naturales, áreas de entrenamiento militar, etc.). El vacío es un espacio susceptible de apropiación, más aún si en él hay recursos naturales o potenciales fuentes de riqueza. El capitalismo valoriza y (re)valoriza incluso lo que parece carecer de todo valor. No existen los espacios vacíos en la lógica del capitalismo.

El despoblamiento es resultado de ese desequilibrio socioeconómico y territorial previo, nunca a la par, que lo agudiza. En este sentido, el problema de la España vaciada es un problema de modelo económico y social, no solo demográfico, lo que debería ser considerado en una política pública que quiera enfrentar el problema con seriedad.

    El desplazamiento forzado de población, que se ve obligada a abandonar sus pueblos y pequeñas ciudades, está doblegando a miles de personas a dejar de ser para ser otros.

Además, el despoblamiento impacta en la vida social y cultural de los pueblos con la violencia silenciosa y profunda de la desmemoria y el olvido. El desplazamiento de quienes tienen que migrar a las ciudades condena a estas personas y a sus territorios al desarraigo sociocultural, a la desaparición de saberes, tradiciones y formas de relación que descansan en una hacer y una historicidad colectiva de largo recorrido. 
El vaciamiento territorial va acompañado así de vaciamiento sociocultural que arrasa con la diversidad. El desplazamiento forzado de población, que se ve obligada a abandonar sus pueblos y pequeñas ciudades, está doblegando a miles de personas a dejar de ser para ser otros.

Asistimos a una disputa por los territorios/espacios que refleja concepciones de vida antagónicas:
.- Una utilitarista, centrada en la ganancia y el enriquecimiento. 
.- Otra centrada en la vida colectiva de los pueblos y su cultura. 
En estas “tierras incógnita” se está enfrentando la geografía del poder y sus intereses frente a los habitantes-guardianes y sus organizaciones colectivas que buscan construir una cartografía alternativa. Estos convocan no solo para ser visibilizados, sino para comunicar propuestas respaldadas por su experiencia, saberes y disponibilidad para hacerse cargo de sus territorios y sus vidas. 
El potencial de las “tierras incógnita” radica en que son espacios de transformación frente a la homogeneización urbana y la repetición de formas de vida que deshumanizan; en esa tensión se construye el “espacio diferencial”, como utopía concreta, del que nos hablara Lefebvre.

En este contexto hay que repensar el fortalecimiento de la organización colectiva y de instituciones ancestrales, como las Juntas Vecinales, hoy amenazadas, que tienen atribuciones en el control y fiscalización del territorio y en el cuidado de la memoria.

Se necesita además un “plan estratégico de Estado” frente al reto demográfico que trascienda del problema a las soluciones, que esté centrado en un desarrollo equilibrado, con una perspectiva a medio y largo plazo. 
Es también imprescindible exigir cuentas claras y restitución de justicia en el manejo de los fondos públicos, tanto nacionales como europeos, para que éstos lleguen a sus destinatarios y cumplan su objetivo, generando mecanismos legales que impidan la corrupción y el dispendio, como ha sucedido regularmente.

La repoblación de las zonas rurales permitiría avanzar en un modelo de soberanía alimentaria, con base en la economía social productiva. Para ello, hay que romper el eterno ciclo productivista basado en el único criterio del beneficio ya que dentro del capitalismo no es posible atajar la volatilidad de los precios agrícolas dependientes de los mercados internacionales. Y tan importante como lo anterior es generar un proceso de descolonización del imaginario dominante que desvaloriza al mundo rural como lugar de oportunidades y de desarrollo vital.

Debemos poner en valor la calidad de vida del mundo rural, su importancia como eje vertebrador del 80% del territorio nacional que está siendo abandonado y su función como mantenedor de una sabiduría oral que está desvaneciéndose. 
Hay que asumir que solo será posible el repoblamiento si se dota a los pueblos de los medios necesarios para que vivir en ellos sea agradable —cultural, emocional y vitalmente— y conveniente desde un punto de vista económico, ecológico y social. Otro futuro es posible en las “tierras incógnita”.

sábado, 2 de enero de 2021

'La España despoblada a la Concejalía de Repoblación e Integración en Belorado'.

 Lo que hemos venido comentando desde este blog, desde Calle y Camino, durante más de 15 años, parece que, por fin, empieza tomar cuerpo. 

Los pueblos necesitan recursos sí, pero sobre todo necesitan mirarse más a sí mismo, sus valores, su potencial y sus recursos para empezar a amarse más a sí mismos.

Ya está bien que pensar que en las ciudades venden la vida regalada. En todas partes las dan dobladas...

El hecho que en Belorado se haya creado una Concejalía para luchar contra esa mentalidad es de por sí un éxito, y si logramos que la gente piense al margen de esos estereotipos marginantes, que han sido creado por intereses económicos ajenos y contra nosotros, habremos desandado un tramo largo a favor de la población, de la repoblación y en contra de la despoblación.

La primera despoblación sucede en la cabeza de los que viven en los campos, y no somos conscientes de ello... Por ello, ventilar esas ideas peyorativas, mandarlas a freír espárragos, y repoblar las cabezas con nuevas y dignas manera de ver, vivir y reproducir el mundo rural, es un comienzo de una nueva esperanza para los pueblos.

Lo que se ha andado estos últimos 5 años es enorme, se va por buen camino, pero hay que ser constantes, hay imaginar un mundo rural distinto, porque el mundo de nuestros abuelos ya no tiene cabida ni siquiera en el mundo rural; pero no por ello tienen que desaparecer los pueblos: tienen que reinventarse. 

Los tiempos cambian, y lo hacen por la presencia humana, los espacios están ahí como sustento del tiempo humano. Esos hermosos paisajes, esos recursos en contacto con la naturaleza, ese aire, esa lluvia..., ese sentir y palpitar de la vida está más al alcance en los pueblos que no en la ciudades, que son fagocitadoras de la vida en sí misma... 

Y a esos valores, no podemos dejarlos irse: simplemente porque la vida de toda la humanidad está en juego con su pérdida.

Enhorabuena JoséMari y todo el equipo de Belorado.

Víctor Barrio.


De 'La España despoblada
a la Concejalía de Repoblación e Integración
en Belorado'.

El periodista y escritor Manuel Campo Vidal ha publicado recientemente "La España despoblada. Crónicas de emigración, abandono y esperanza", un ensayo en el que analiza la situación del mundo rural debido a la despoblación.


El alcalde y varios concejales del Ayuntamiento de Belorado estuvimos en esa marcha y posiblemente fue allí donde nació la idea de que, en el caso que un grupo de vecinos de Belorado llegase al consistorio, se crearía una concejalía por la repoblación, como así fue.
En noviembre del mismo año nos reencontramos en Soria con Manuel Campo Vidal, en la III Feria para la Repolblación de la España Rural, y le estuvimos comentando que en Belorado ya teníamos la Concejalía de Repoblación e Integración, la primera en España.
Tomó nota y dijo que hacían falta miles de concejalías por la repoblación en el país para que la España rural y despoblada empezase a cambiar y que en las reuniones a las que asistía pondría como ejemplo al Ayuntamiento de Belorado.
Manuel, la historia de tu familia es fiel reflejo de miles de familias españolas en los años 50, 60 y 70, incluida la mía. Muchas gracias.

martes, 15 de diciembre de 2020

Levántate y Mírate las Manos, Para crecer, Estréchala a tu Hermano...

Acabamos un año que no  hubiésemos querido haber vivido. 

Nuestras generaciones no habíamos tenido la sensación de que algo nos hacía perder el control absoluto sobre nuestra existencia; nuestros abuelos y padres sí vivieron esas situaciones y sus consecuencias... Estábamos poco entrenados para esto. 

Los datos de la historia, los datos de la ciencia, y los datos de la fragilidad de nuestra existencia (nacemos para morir) son el único escudo para que, unidos, vayamos pudiendo encauzar esta situación.

Cuando hay una situación general que afecta a todos (eso significa pandemia), sólo entre todos podemos levantar cabeza frente a este virus. La comunidad, la salud pública, el esfuerzo de todos salvan a las personas.

Por todo ello no deseo más que este próximo año sea un año 
de sentido común, de responsabilidad compartida, de esperanza 
(incluso para los que ha perdido algún ser querido) 
y de pelear juntos por la vida de todos. 

¡Saludable año 2021!. 

¡Feliz Navidad!. 

 Vítor.  

¡Felices Fiestas, Saludable Año Nuevo!. Vítor.


Plegaria a un Labrador

Levántate y mira la montaña
De donde viene el viento, el sol y el agua
Tú que manejas el curso de los ríos
Tú que sembraste el vuelo de tu alma

Levántate y mírate las manos
Para crecer, estréchala a tu hermano
Juntos iremos unidos en la sangre
Hoy es el tiempo que puede ser mañana

Líbranos de aquel que nos domina
En la miseria tráenos tu reino de justicia
E igualdad sopla como el viento la flor de la quebrada
Limpia como el fuego el cañón de mi fusil

Hágase por fin la voluntad aquí en la tierra
Danos tu fuerza y tu valor al combatir
Sopla como el viento la flor de la quebrada
Limpia como el fuego el cañón de mi fusil

Levántate y mírate las manos
Para crecer, estréchala a tu hermano
Juntos iremos unidos en la sangre
Ahora en la hora de nuestra muerte

Amén.

                                                            Víctor Jara.

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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Tururú, Tururú, qué envidia nos tienen...!!.

A todos los paisanos,
A todos los comarcanos y circunvecinos,
A todos los leones de este blog...

A creer en nosotros mismos, A querernos, 
porque en los pueblos hay muchos motivos para ello.
A reírnos de nosotros mismos, y criticarnos constructivamente...

 A POR ESTE AÑO QUE  COMIENZA,

A ser felices, 

FELIZ NAVIDAD!.

Calle y Camino, Redecilla del Camino.

Acceso al audiovideo de La Bullonera, 
Jotas de Ronda (la última es Tururú, Tururú...).


sábado, 26 de agosto de 2017

28 de Agosto Cena Popular, Fiestas de Redecilla del Camino

Tornero de Tuta,
Participación en la elaboración de la cena popular,
Cena Popular,
Limpieza relámpago de la Plaza Mayor,
Entierro de la Cuba, y "pobre de mí...",
Verbena espectacular con la Orquesta Nueva Banda...
Animación a cargo de los socios de la Peña N.S. de Ayago...






martes, 8 de noviembre de 2016

Desfibrilador en Redecilla del Camino, y Curso de Manejo de Desfibriladores.

Se ha instalado un desfibrilador 
en Redecilla del Camino, 
en la planta baja del 
Centro de Usos Múltiples, "Mª Angeles Gadea".






Curso de manejo de desfibriladores

Fecha del Evento: Jueves, 10 de Noviembre de 2016
El jueves 10 de noviembre tendrá lugar en el Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada, el Curso de manejo de desfibriladores DEA en horario de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas.

En este curso de 8 horas presenciales impartido por la empresa Reavida y acreditado por la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja, se enseñará cómo manejar un desfibrilador semiautomático (DEA), aparato electrónico portátil que diagnóstica y trata las paradas cardiorrespiratorias.
El curso acreditará a los asistentes con un diploma oficial.



Curso de manejo de desfibriladores DESA
    Curso de manejo de desfibriladores
  • Lugar | Aula de formación polivalente (C/ Margubete S/N)
  • Día | Jueves 10 de noviembre
  • Horario | De 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 H
  • Duración | 8 horas
  • Plazas | 8
  • Precio | 10 €
  • Edad | A partir de 18 años
  • Inscripción | Agencia de Promoción de Empleo Local (Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada)

sábado, 4 de junio de 2016

No es rural todo lo que parece. Qué es el medio rural de la España interior hoy

Qué es el medio rural de la España interior hoy.

Puede haber tantas definiciones como disciplinas lo estudian (sociología, geografía, etc.). Sin embargo, más allá de las definiciones exógenas, podríamos definir el medio rural como un complejo mosaico de realidades económicas, políticas, culturales, sociales y psicosociales que tienden a desaparecer por aculturación o asimilación de lo urbano y/o por la propia extinción de las comunidades que hasta el momento se han podido reconocer como propiamente rurales. Así al menos lo vivimos desde dentro: una ruralidad que estamos viendo en directo, y sin que nadie nos lo cuente, cómo va desapareciendo, sin que ninguna administración sepa ni pueda y, lo que es más grave, quiera, remediar la situación.

Alabanza de la aldea menosprecio de la corte.

A lo largo de los siglos lo urbano y lo rural se han contrapuesto, han sido vistos como dos ámbitos no solo diferentes sino antagónicos. Desde la Edad Media al menos, Europa se configura como un sistema de ciudades rodeadas por su hinterland subordinado, habitualmente definiéndose ciudad y tierra como realidades jurídicas diferentes, considerándose inferior al campesino por norma general. Aunque la cultura académica, oficial, emite en ocasiones a lo largo de los siglos mensajes de admiración por lo rural, idealizando el campo y sus valores (alabanza de la aldea, menosprecio de la corte), lo cierto es que paralelamente existe también un desprecio hacia lo rural, con figuras arquetípicas, simples, glotones, rudos, pragmáticos aprovechones. Así pues, en esta alta cultura se mezclaban refinados pastores de elevados conocimientos infusos con grotescos labriegos.
Observamos cómo aún hoy se mantienen estos pre-juicios (por la imagen que han ofrecido los medios de comunicación, especialmente el cine español y la publicidad). Por un lado, se encuentra un mundo rural idealizado, que muchas veces es utilizado por la publicidad de la industria alimentaria para resaltar la calidad y salubridad de un determinado producto; por otro lado, nos encontramos todavía con el cliché del paleto, tan difundido por el cine de los años 60 y 70 que, estamos seguros, todavía forma parte del imaginario colectivo en ciudades tan ensimismadas como Madrid y, por extensión, en algunas ciudades de provincias que viven su realidad de espaldas al ámbito rural al que deben su rango capitalino de segundo o tercer orden. Tan importante nos parece este tema, que estamos convencidos de que buena parte de las decisiones políticas que se han tomado en los últimos cincuenta o sesenta años, incluyendo la más rabiosa actualidad, obedecen al profundo desconocimiento del medio rural que demuestran insistentemente las élites políticas.

Rural = agrario.

Uno de los grandes males que ha sufrido el medio rural español ha sido la absoluta identificación de lo rural con lo agrario. Políticas como la PAC, no solo no han ayudado al desarrollo rural, sino que en muchos casos (en nuestra comarca hay centenares de ejemplos), han vaciado los pueblos, promoviendo la figura del agricultor absentista, habitante en ciudades como Guadalajara, Teruel, Valencia, Zaragoza, mientras que disfruta del aprovechamiento de las tierras del medio rural que ha abandonado y de las subvenciones que recibe por ello.

Calidad de vida.

Otro de los clichés incluso repetido por los actores rurales ante personas de fuera, es el de la supuesta calidad de vida (se supone que se quiere decir que se vive mejor en comparación con la ciudad. “Aquí hay calidad de vida”). Sin embargo, para nosotros, es una idea falsa, tanto si se emplea desde fuera como si se emplea dentro. La calidad de vida que ve el urbanita, se trata de una vista parcial, sesgada, de una realidad que ignora por completo. La calidad de vida que arguye el hombre y la mujer rural supone una justificación innecesaria y, lo que es peor, un conformismo que nos impide avanzar. Por ello, en un juego de palabras, otros más que de calidad de vida, hablamos de calidad debida. Una calidad que se nos debe, se nos adeuda, y que jamás hemos logrado alcanzar los hombres y mujeres rurales pese a que la Constitución y el Estatuto de Autonomía la garantizan. Cuántos neorrurales han llegado a los pueblos en busca de esa quimera que… no han encontrado, porque simplemente no existe, porque hay que ganársela día a día.

Paradigma de la Healthy life.

El medio rural, habitualmente ausente en la publicidad en tanto que el hombre y la mujer triunfadores que usan coches, perfumes y la última tecnología son –como todo el mundo sabe- exclusivamente urbanos, es utilizado en los anuncios, sin embargo, como un espacio de alimentación sanísima donde habitan personas hipersaludables. Todavía está por estudiar un hecho habitualmente oculto, acaso por considerarse aún como una cuestión de ámbito doméstico. Nos referimos al elevadísimo número de casos de alcoholismo y drogadicción que se encuentran en nuestros pueblos. Quizás alguien se ofenda por ello, pero podemos considerar a nuestra sociedad rural una sociedad técnicamente enferma en ese aspecto. ¿Está establecida la frecuencia de enfermedades mentales, depresión, ansiedad y otros trastornos relacionados en el ámbito rural?, ¿y de suicidios? En absoluto, queremos emitir un juicio de valor sobre estos temas tan serios pero, al tiempo, tan poco atractivos para la pretenciosa imagen del medio rural que a veces se hace desde la sociedad biempensante. Todo lo contrario. Sacar a relucir esta realidad con todas sus aristas es, por nuestra parte, una denuncia a la falta de perspectivas que sufren tantas y tantas personas en nuestras comunidades rurales, desestructuradas, sobre las que, desde el poder, se ha inducido su misma desaparición.

Qué pueden aportar el hombre y la mujer rurales a la sociedad.

La realidad del medio rural no es muy halagüeña, como no puede serlo la de ninguna sociedad con unas perspectivas de desaparición a medio o incluso corto plazo. Sin embargo, los habitantes del medio rural somos depositarios de unos conocimientos que no pueden seguir perdiéndose con nosotros. Si por algo somos afortunados en el siglo XXI es porque, incluso inconscientemente, estamos inmersos en una “diglosia cultural” que nos convierte en puente indiscutible entre los conocimientos tradicionales y la cultura digital. La gran mayoría de los hombres y mujeres rurales conocen los códigos del mundo urbano, pero también, al tiempo, los de su propio medio. (No puede decirse lo mismo de los urbanitas). Desafortunadamente, los habitantes del medio rural, a raíz de la campaña de desprestigio que se ha hecho de la vida en el pueblo han llegado a despreciar su propia cultura en una perversa avidez por aparentar su modernidad, por no parecer de pueblo. Una tendencia innecesaria, en tanto que casi inconscientemente, por nuestra misma contextualización en un tiempo, una tecnología y unos hábitos idénticos a los de las ciudades, se puede decir que somos indiscutiblemente rururbanos.
A lo largo de las últimas décadas se ha perdido una gran cantidad de patrimonio tanto material (especialmente en las décadas de los 60-80) como inmaterial (todavía en fase de desaparición). Por eso es necesario que el nativo recobre su confianza. Que se vea como una persona valiosa por un bagaje cultural recibido y que puede transmitir no solo a sus descendientes sino también a los habitantes del medio urbano y a potenciales futuros habitantes del territorio. Asimismo, los gobiernos deben incentivar la transmisión de conocimientos. En una situación límite como la que se encuentra el medio rural no es de recibo que las Administraciones Públicas mantengan, ya no solo desatendidas sino incluso penalizadas, a las personas que vivimos en el campo español.

La quinta columna

No cabe duda de que este proceso ha contado con la colaboración de la propia sociedad rural. No solo somos víctimas por lo tanto. Cierto que ha habido una colaboración pasiva (la de la sociedad en general) y una colaboración activa, la de una élite política rural que, al menos desde la inauguración de la Democracia, se ha manifestado en la adhesión incondicional a las ejecutivas autonómicas y provinciales de los partidos, mimetizándose con ellos hasta el punto de llegar a renegar de lo propio. Suponemos que existen tantos casos como territorios pero, en el ámbito geográfico que conocemos, las tres últimas décadas han supuesto un recrudecimiento del fenómeno caciquil. Desde luego este fenómeno debería ser estudiado como merece, con datos objetivos, muchos testimonios, datos cualitativos y cuantitativos que nos darían mucha luz. No obstante, por lo que conocemos de primera mano, por nuestra propia experiencia, concluimos que a lo largo de casi 40 años de Democracia y treinta y pico de Estado de las Autonomías el desarrollo y el progreso del medio rural ha chocado una y otra vez con la tupida malla de las redes clientelares, pudiendo afirmar que hasta que no se elimine este gravísimo problema, cualquier Plan de Desarrollo Rural será completamente inútil, incluidos los repartos de los fondos europeos a los Grupos de Acción Local. Asimismo, aunque somos comarcalistas convencidos, nos negaríamos a poner en marcha unas comarcas sin haber eliminado el neocaciquismo previamente. El desembarco de esta política en una hipotética Castilla-La Mancha comarcalizada sería todavía peor, muchísimo más asfixiante, que la actual Región con sus cinco diputaciones.

No somos intrusos, somos parte del medio.

En el argumentario ecologista, a menudo adoptado por las mismas Administraciones, encontramos discursos en los que el ser humano literalmente sobra en el medio. Las Administraciones, al socaire de estas ideas, lanzadas indefectiblemente desde el ámbito urbano, diseña parques naturales y otras figuras de protección, necesarias pero, al mismo tiempo, tremendamente despectivas con las comunidades rurales que durante siglos (a veces milenios) han habitado en espacios que, con el fanatismo del neófito, parecen haber descubierto los recién llegados. Un parque natural, un parque nacional, un geoparque, un monumento natural, un LIC (Lugar de Interés Comunitario) o cualquier otra figura de protección de la naturaleza es, desde luego, un reconocimiento al valor ecológico de un espacio dado, pero también debería ser un reconocimiento a las comunidades que a lo largo de los siglos lo han protegido con un uso sabio hasta la actualidad. Pocas veces se tiene en cuenta esto último. Por eso, es imprescindible que más que de un medioambiente pretendidamente virgen, se hable de paisaje, concepto que implica la acción humana a lo largo del tiempo, no desde un punto de vista exclusivamente peyorativo, sino como un elemento modelador más que puede y debe ser considerado parte del medio. Las comunidades han dotado de nombre a los parajes, lo que entraña su individualización con respecto a otras áreas inmediatas. A veces en un pequeño espacio de cuatro o cinco hectáreas podemos encontrar otros tantos topónimos que hablan de vivencias, de recuerdos, de interpretaciones de la naturaleza o del pasado por parte del nativo, que en todos los casos hablan de un trasfondo admirativo hacia el medio. La ordenación del territorio desde los despachos tiende a despreciar esta realidad. Se cambian topónimos o se amplían denominaciones a espacios jamás utilizadas por los nativos lo que, a nuestro entender, supone un elocuente y simbólico desprecio del homo urbanus, del técnico de despacho, del ecologista de fin de semana, a todo el bagaje de sabiduría transmitido durante siglos que se atesora en el pueblo. Una arrogancia empobrecedora, revestida de tecnicismo, contra la que el hombre y la mujer rurales debemos rebelarnos, puesto que en ella subyace la idea de que sobramos en nuestro propio territorio. Todo es compatible: la protección de la naturaleza y la vida en el medio, pero sobre todo nadie podrá jamás, mientras vivamos, desligarnos de nuestro paisaje, de nuestra cultura, de nuestra condición de hombres y mujeres de pueblo.   

Ha fallecido Isabel García Manero, descansa en paz.

 El día 19 de noviembre ha fallecido Isabel García Manero, nacida en Cerezo de Riotirón hace 89 años,  se casó con el difunto Teófilo (Filo)...