El pasado fin de semana, la asociación ‘Ciudad de Libia’,
de Herramélluri, dio el banderazo de salida a su participación, un año
más, en el ‘Programa de Voluntariado en Ríos’, una iniciativa
patrocinada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro, dirigida a
«aumentar la participación social en la conservación y mejora del
estado ecológico de los ríos».
Objetivo conseguido en Herramélluri,
a la vista de los numerosos voluntarios y de los impresionantes cambios
que, gracias a ellos, han experimentado el Tirón y el Háchigo, a su
paso por la localidad riojalteña, desde que en el año 2009 la asociación
comenzara su participación en este programa. El prólogo a la misma fue
la construcción, en el año 2008, de una charca para anfibios
–especialmente para el sapo partero–, idea que surgió en el seno de las
Jornadas Medioambientales que el municipio celebra cada año. A raíz de
ella, la asociación que preside Julio Bartolomé decidió optar al ‘Programa de Voluntariado en Ríos’, para lo cual presentó un proyecto valorado para una intervención en los años 2009/2010, que fue aprobado por el Ministerio.
Empezaba así un arduo trabajo en los dos citados ríos, del que Bartolomé subraya el gran esfuerzo llevado a cabo por los voluntarios: vecinos, residentes temporales, hijos del pueblo...; todos los que quisieron echar una mano, y fueron muchos.
Empezaba así un arduo trabajo en los dos citados ríos, del que Bartolomé subraya el gran esfuerzo llevado a cabo por los voluntarios: vecinos, residentes temporales, hijos del pueblo...; todos los que quisieron echar una mano, y fueron muchos.
La eliminación de dos antiguos basureros en el Háchigo y
Tirón fue una de las primeras labores llevadas a cabo, a la que
siguieron muchas más. Por ejemplo, la creación de un bonito paseo de más
de un kilómetro junto al río, prácticamente inaccesible hasta entonces;
la limpieza del mismo, la recuperación de zonas que habían sido
inundadas, la plantación de 800 árboles, colocación de mesas y bancos en
torno al cauce, la instalación de paneles explicativos sobre medio
ambiente y voluntariado en ríos, o de flechas indicadoras del camino y
lugares de interés.
«Todo este trabajo se realizó con medios manuales y
supuso un gran esfuerzo pues, por ejemplo, hubo zonas en las que se tuvo
que desmontar terrenos hundidos», subraya Julio Bartolomé. Las
dificultades no arredraron a la asociación ni a los voluntarios, que
siguen incólumes en su propósito de recuperar su entorno fluvial. Con
ese propósito volvieron el sábado a sus riberas, para regarlas de sudor e
invertir en ellas su tiempo libre. A esto se le llama mérito.
Suma y sigue en las riberas
Suma y sigue en las riberas
El pasado sábado, tras una exposición del proyecto a
cargo del presidente de la asociación, Julio Bartolomé, en la que
también se informó a los asistentes sobre la prevención de riesgos
durante el trabajo y sobre el contrato con la empresa Tragsatec,
tuteladora de los trabajos, se dio luz verde a las actuaciones, que se
van a centrar en el tramo final del Háchigo y, principalmente, en
culminar el parque fluvial iniciado en el 2009.
«Vamos a continuar ampliando el camino que seguirá por el
río Háchigo hasta el lugar donde se junta con la zona de lo que fue la
ciudad berona y romana de Libia, de forma que quien lo desee podrá
llegar hasta ella realizando un paseo desde el pueblo y por el río, muy
tranquilamente junto al agua, entre árboles, etc.», explica Julio
Bartolomé de un proyecto que, a grandes rasgos, repasará las actuaciones
realizadas con anterioridad, incidirá en la retirada de residuos del
río, plantará otros 150 árboles, colocará flechas de señalización,
lindará el camino con maderas y soga, retirará tuberías de riego y hará
un control de las jaulas de nidos de pájaro que se colocaron en la
intervención anterior.