Retratos del Burgos olvidado (XVII) | Javier Fesser, Mario Casas, Paco León...
cuando cambió Madrid por San Vicente (al resguardo de los Montes de Ayago)
a aquéllos por amigos como Blanca y Tinín.
Marina Ortiz Lenoir-Grand, directora de producción y empresaria de turismo rural. Foto: Luis López Araico |
Marina es una privilegiada, lo dice ella misma, vivir en un entorno como el que la rodea es eso, un privilegio, como lo es regentar la vivienda turística La Casa de Enmedio, pese a este año tan difícil para el sector por la covid, y como es un privilegio contar con vecinos que son más que eso, son amigos, como Blanca, Tinín, Vito o José Carlos, con los que intenta dinamizar la vida del pueblo, la comarca y unirse a los movimientos que luchan contra la despoblación y por los servicios como sanidad, telefonía o internet. Ella ha tenido que contratar un satélite para poder tener internet y trabajar aquí.
Así que antes se rodeaba de profesionales como Aurelio, el naturalista mano derecha de Rodríguez de la Fuente, presentadores como Jesús Vázquez, directores como Fesser, su hermano Guillermo o Paco León, o actores con los que ha rodado anuncios, como Mario Casas o Úrsula Corberó, y ahora su mundo es más reducido, ya que apenas son una decena los vecinos que residen habitualmente en el pueblo, pero le bastan y dice que cada vez le cuesta más ir a su ciudad, a Madrid, donde esa agresividad que encuentra le incomoda. Agresividad en el sentido de tanta gente, tanta circulación, tanto estrés, tanta actividad... «Seguro que también la había antes pero estaba inmersa en ella, formaba parte de ella y no era consciente, es como lo del bosque que no te deja ver los árboles», dice.
Y a estas alturas del texto surge la pregunta, ¿cómo vino a parar Marina a San Vicente, como es posible que un día, a sus ya 45 años decidiera cambiar ese mundo que desde fuera parece todo glamour por un pequeño pueblo burgalés de la España Vaciada, cuando además desde muy jovencita tenía muy claro que quería dedicarse al mundo de la producción? Su hermano tuvo mucho que ver, porque él fue quien construyó, con sus propias manos, la casa en la que hoy vive Marina, ella en la parte de abajo y en la de arriba los que vienen a alojarse para quizás, como ella hizo un día, alejarse del mundanal ruido. La casa iba a ser para él, pero por diversas circunstancias, finalmente no se quedó a vivir en San Vicente, momento que Marina se la compró... y hasta hoy.
En aquellos momentos, hacia el año 2010, las dificultades eran grandes en el sector del cine y la publicidad en los que trabajaba y decidió dejarlo, consciente de que tenía que reinventarse, en otro mundo que también le gustaba, el del turismo. No se ha despegado del todo, porque aunque sin estar ligada por contrato a la última productora en la que trabajó, Púgil Film, de vez en cuando la llaman para producir algún rodaje, entonces hace la maleta y deja San Vicente por unos días o semanas. También acude a algunos festivales de jurado, como Sitges o Málaga, pero no desde hace un año por la pandemia.
Tras esa primera etapa le llegó el gran salto a Pendelton, la productora de Javier Fesser y Luis Manso, pasando a trabajar en la producción de publicidad en formato cine. Recuerda que su primer anuncio en 35 mm fue de Fairy. Y en Pendelton llegó a ser directora de producción, trabajando en casi todas las películas de Fesser. Después vendría Púgil Film hasta 2013.
Para qué más, con lo que le gusta salir en pijama a coger la leña...
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