Blog sobre Redecilla del Camino y comarca.

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jueves, 11 de julio de 2013

Cuando era yo chiquita, me avergonzaba decir que era de Avellanosa

Avellanosa
Cuando era yo chiquita, me avergonzaba decir que era de Avellanosa

Poema de 
Nati San Martín
Avellanosa de Rioja


Avellanosa bonita. Con sus robles, sus cerezos, sus hayas y sus pinos.
¿Dónde están los avellanos?
Ellos están cerca de la ermita, donde habita el Padre Eterno.


Cuando era yo chiquita, me avergonzaba decir que era de Avellanosa, porque mi sentir era que éramos pobres, pobres de dinero, porque las gentes, desde mayores hasta pequeños, todos ellos eran de espíritu fuerte, luchador y abnegado. Condescendientes con todos sus vecinos. Yo un poco enclenque, quejicosa y un poco mimosa. Siendo pobre la gente te miraba por encima del hombro.


Ahora que tengo un poco más de entendimiento, sé, que la pobreza no es deshonrosa ni vergonzosa. Es una injusticia.
La pobreza existe porque hay aves de rapiña, animales carroñeros, secuaces, señores honorables que llevan en sus banderas el poder y la gloria; que son ladrones de guante blanco, asesinos, amasadores de fortunas que se comen el pan de los hambrientos, que no tienen buenos sentimientos.

Lo peor de todo esto, es que, el poder está en sus manos, manejando los hilos invisibles, para dirigir el destino del resto de los humanos.
Hoy, creo, que me puedo escapar de todos ellos, cuando vuelvo a Avellanosa. Mi pueblecito bonito.

Nati San Martín

domingo, 30 de junio de 2013

Romera, Poema Nati San Martín

ROMERA

Poema de 
Nati San Martín
Avellanosa de Rioja

Por la mañana temprano,
mi madre me manda al prado,
a llevarle las sopas para mi padre y mis hermanos.
-Coge la yegua niña,
la cesta y el puchero y no pierdas tiempo.
A regañadientes obedezco.
Casi montarme en la yegua no puedo.
Pequeña soy, mas estatura no tengo.
Marcho con la cesta manteniendo el pulso como puedo.
La yegua no la domino.
Se me para a pastar en el camino.
-Romera, anda, que llegamos tarde.
Entre arrearle y mantener el pulso, las sopas se van cayendo.
Ya hay tantas en la cesta como en el puchero.
Yendo por el camino,
entre el sol y el rocío, yo tengo mucho frío,
me entra mucho sueño y me pierdo.
Consigo llegar al prado.
Recibo una regañina.
-¡Niña ¿por qué has tardado tanto?!
-Padre, porque la yegua no me hace caso,
y por el camino se entretiene entre bocado y bocado.
-Niña tienes que espabilar y ser fuerte.
Soy una niña pequeña, tengo frío y estoy triste.

Nati San Martín
Avellanosa de Rioja

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