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miércoles, 19 de noviembre de 2025

Manifiesto contra el acuerdo comercial entre la UE y los países del MERCOSUR

Manifiesto firmado por 800 organizaciones.

En estas semanas, la Unión Europea está allanando el terreno para firmar el acuerdo comercial con los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) y otro acuerdo con México. 

Esto se inscribe en la línea de las políticas neoliberales que blindan el control sobre la economía de las multinacionales y los fondos especulativos, en particular los gigantes de la agroindustria, la petroquímica y el sector automotriz. 

Pero estos acuerdos tienen importantes impactos en la vida de la gente y en los ecosistemas, por lo que las organizaciones convocantes denunciamos la política comercial de la UE y los tratados de comercio que firma con terceros países, porque agravan la emergencia climática, la pobreza, el hambre, el desempleo y las desigualdades sociales. Así ha pasado con numerosos países de Asia, África y América Latina y también en Europa.

Hoy estamos delante del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación porque rechazamos el acuerdo entre la UE y los países del MERCOSUR. Y porque el ministro Planas es uno de los dirigentes políticos que más apoya este acuerdo, representando los intereses de las grandes empresas, que han hundido al campo, y no el interés general. Con su apoyo a un comercio devastador, el Gobierno de España pone en juego el futuro de la naturaleza, las bases para producir alimentos y nuestra salud. Se trata de un enésimo ataque a la soberanía alimentaria de los países, a los derechos laborales, a la viabilidad económica del trabajo en el sector agrícola en muchas regiones y a la salud de las comunidades.

El acuerdo entre la UE y Mercosur impulsaría, por ejemplo, el comercio de pesticidas prohibidos en la UE exportados a América Latina; tóxicos que vuelven como residuos en  los alimentos importados. Esto perjudicaría a la salud de las personas que trabajan en la agricultura y de las consumidoras de ambos lados del Atlántico, a los pueblos originarios y a la biodiversidad, al tiempo que contribuye a la extinción masiva de flora y fauna.

En estos días, se celebra la Cumbre de los Pueblos en Belém, Brasil, coincidiendo con la COP30, señalando los causantes de la crisis climática como los acuerdos comerciales que incrementan los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. La evaluación sobre los impactos del acuerdo comercial UE-Mercosur reconoció que ​provocaría un aumento de la emisión de los gases contaminantes. La agricultura industrial y la deforestación son el motor de este incremento. Por tanto, este acuerdo comercial, es contrario a la legislación europea e internacional sobre el clima. 

Si el acuerdo es perjudicial para el planeta ¿quién se beneficia? Los gigantes de la agroindustria -como Bayer-Monsanto, BASF y otros-, el mayor productor de carne del mundo, JBS, o los comerciantes de soja y maíz, Bunge y Cargill. Estas empresas tienen estrechos vínculos con partidos de extrema derecha en sus respectivos países, así como el apoyo financiero de conocidas entidades bancarias que solo ven en el sector de la alimentación como una fuente de seguir aumentando sus beneficios. 

¿Quién sale perdiendo? La pequeña y mediana agricultura y ganadería, los pueblos indígenas y personas migrantes, las personas trabajadoras de la industria y los cuidados, la mayoría de pequeñas y medianas empresas, la economía social y solidaria y, en general, las mayorías sociales. 

Pero la reivindicación de la justicia en el comercio va más allá del sector agrícola y de la cuestión de la calidad de los alimentos: es un reto social global, tanto en lo que respecta a los aspectos socioeconómicos como a los climáticos.

Desde hace mucho tiempo nos movilizamos en las calles de muchos países por el trabajo digno y justamente remunerado, los derechos humanos, los pueblos originarios y afrodescendientes, la salud pública, el bienestar animal, el acceso a una alimentación de calidad y la protección del medio ambiente. 

Sin embargo, una y otra vez, las clases dirigentes blindan los intereses económicos y financieros que persiguen estos acuerdos comerciales.

Las campesinas y los campesinos, sindicalistas, activistas de organizaciones de solidaridad internacional y ecologistas, colectivos antirracistas, anticoloniales y en defensa de los pueblos originarios, científicas, artistas y la ciudadanía organizada, exigimos la regulación de los mercados internacionales y denunciamos las políticas del mal llamado «libre comercio» que deslocaliza las producciones agrarias, cierra el pequeño comercio y la industria de PYMES, privatiza los servicios públicos así como rebaja las normas sociales y medioambientales.

Esta acción se inscribe plenamente en la movilización social contra el genocidio en Palestina, contra los recortes en los servicios públicos, contra el negacionismo climático y en total solidaridad con las comunidades de los países del Sur global, también víctimas de los acuerdos de comercio y el despojo racista de las grandes empresas europeas y españolas.

Reivindicamos el derecho a unos ingresos dignos de las campesinas y los campesinos, la protección de la agricultura familiar y una alimentación sana y libre de agrotóxicos frente a la lógica del mercado y el dominio de las multinacionales.

Defendemos una verdadera democracia alimentaria y el apoyo a un modelo agrícola que proteja el futuro de las generaciones venideras y de nuestro planeta.

Impedir el acuerdo comercial UE-MERCOSUR abre una oportunidad para cuestionar estructuralmente este sistema económico injusto y sacar la agricultura y la alimentación de la lógica de los mercados.

Hacemos un llamamiento a todas las agricultoras y agricultores para que se rebelen contra estas políticas injustas aplicadas al sector agrícola.

Hacemos un llamamiento a todos los sindicatos para que se movilicen en defensa de una remuneración justa del trabajo, la desglobalización y la relocalización de una industria que funcione respetando los límites del planeta y con criterios de justicia social.

Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones preocupadas por las cuestiones de solidaridad internacional, democracia, protección del medio ambiente y salud pública para que digamos claro y alto al Gobierno de España y al parlamento que NO queremos estos acuerdos de comercio que entierran cualquier atisbo de política pública de justicia social y ambiental.

Hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía preocupada por la vivienda, el mundo rural, la educación, la sanidad, el transporte público, la cultura, la calidad de los alimentos y la salud a cuestionar el sistema económico. 

Ante los colapsos mundiales, necesitamos más cooperación en lugar de comercio de productos nocivos.

¡Por una economía social y solidaria!

¡No más acuerdos de comercio e inversiones!

¡Los ingresos justos para quienes producen nuestra alimentación, junto con los derechos humanos, los derechos laborales, la igualdad real, el bienestar animal, el clima y la biodiversidad deben primar sobre los intereses económicos!

¡Sí a la soberanía alimentaria, la justicia climática y la solidaridad internacionalista!

Attac, Amigas de la Tierra, CGT, Ecologistas en Acción, Entrepueblos, Greenpeace, Justicia Alimentaria, Sindicato Labrego Galego (SLG).

Texto leído en la acción-performance realizada en Madrid, el 18 de noviembre de 2025

lunes, 3 de noviembre de 2025

Conferencias de Madis Pödra sobre el visión europeo en peligro de extinción en la comarca.

 Este mes de octubre, Ecologistas en Acción ha vuelto a poner el foco sobre la urgencia de conservar la cuenca de los riajales y del propio  río Tirón con diversas actividades orientadas a concienciar sobre la importancia de conservar el entorno fluvial.

El pasado miércoles (22 de octubre) en la Sala Faro de Haro tubo lugar la conferencia “Al borde de la extinción: ¿aún se puede salvar al visón europeo en España y en La Rioja?” a cargo de Madis .

Como ya han comentado en este blog varias veces, el visón europeo, presente en los ríos de La Rioja y del norte de la Sierra de la Demanda burgalesa y Montes de Ayago, es el mamífero más amenazado de Europa. Fue común en los ríos del continente hasta el siglo XIX, después del cual desapareció rápidamente en la mayor parte del territorio. Hoy en día sobreviven pequeñas poblaciones remanentes en algunos países donde lucha por sobrevivir día a día.


Madis es ecólogo y conservacionista y su trabajo ha estado enfocado principalmente a la conservación del visón europeo.
Ha publicado diversos artículos científicos y ha participado en numerosos congresos internacionales. Coordinó la última actualización del estado de esta especie en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)  a nivel europeo. Tras su carrera en Estonia, en 2007 comenzó su trabajo en España y ha participado en los trabajos de conservación de la especie en diferentes Comunidades Autónomas. A través de la charla, dará a conocer la biología y el estado actual de la especie, así como las amenazas que enfrenta y las acciones necesarias para su supervivencia en el medio natural en La Rioja y en toda España

Madis Pödra, especialista en ese bicho tan guapo, visón europeo en peligro de extinción, que habita en varios de nuestros riajales de la Demanda, Cameros... y del que somos depositarios, y también impartirá un conferencia en Logroño el día 12 de noviembre, a las 19.30 en la Biblioteca de La Rioja.
Madis Pödra viven en nuestra comarca, en Eterna, luchando por preservar al visón que es nuestro vecino.

viernes, 5 de mayo de 2023

Se amplía la Declaración de Época de Peligro de Incendio en Castilla y León por RESOLUCION DE 4 DE MAYO. ¡Cuidemos!




Texto de la 

RESOLUCION DE 4 DE MAYO 
DE LA DIRECCION GENERAL DE PATRIMONIO NATURAL Y POLITICAFORESTAL 
DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEON POR LA QUE SE AMPLÍA 
LA DECLARACIÓN DE ÉPOCA DE PELIGRO MEDIO EN CASTILLA Y LEÓN.

Las labores de prevención y extinción de incendios forestales deben adaptarse en cada momento del año al riesgo existente. Por ello la Junta de Castilla y León ha optado por un operativo flexible, que integra la prevención y extinción y cuyas dimensiones se adapten a las condiciones de riesgo existentes en cada momento.

Continúa la escasez de lluvias de las últimas semanas y las temperaturas muy superiores a lo esperado para esta época del año. Eso está provocando una sequía importante y un aumento del riesgo por incendio forestal.

Es necesario por tanto tomar medidas que han de ser objeto de una precisa coordinación en aras a lograr la máxima eficacia en el cumplimiento de su fin, por lo que se hace preciso que, desde el órgano directivo competente, se dicten aquellas resoluciones tendentes a lograr dicha coordinación.

Por ello, y de conformidad con las competencias derivadas del Decreto 63/1985, de 27 de julio,
sobre prevención y extinción de incendios forestales, y el Decreto 9/2022, de 5 de mayo, por el
que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y
Ordenación del Territorio, esta Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal.

RESUELVE

Ampliar la declaración de Época de Peligro Medio de incendios forestales en la Comunidad de
Castilla y León del 5 al 11 de mayo, ambos incluidos, con las mismas medidas preventivas
asociadas a la resolución inicial de la resolución dictada con fecha 29 de marzo de 2023:

• Suspensión de todas las autorizaciones y comunicaciones de quema de vegetación y restos vegetales.

Refuerzo del personal de guardia y de los medios desplegados en las comarcas de más riesgo.

De acuerdo con lo previsto en el apartado 7 del artículo 48 de la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, esta resolución tendrá vigencia y causará efectos desde el momento de su firma, y será objeto de publicación oficial.

Valladolid,

El Director General de Patrimonio Natural y Política Forestal
José Ángel Arranz Sanz.
______________________________________

Todos los Redecillanos tenemos que apoyar la prevención de incendios.
La iniciativa de la Peña de Ayago de las fiestas de Acción de Gracias del año pasado, 
todo un ejemplo que debemos seguir y aumentar.












jueves, 4 de mayo de 2023

“La mayor causa de desertificación es el mal uso del suelo y del agua, no la sequía”, Fernando T. Maestre.

Entrevista a Fernando T. Maestre, ecólogo investigador, dirige el 
Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Univ. de Alicante, 
señala que “no es realista”, seguir prometiendo agua y asegura 
que es necesario reducir los regadíos

El investigador alicantino Fernando T. Maestre (Sax, 46 años) es uno de los mayores especialistas del mundo en la ecología de las zonas áridas. Dirige el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global en la Universidad de Alicante y es una de las principales atalayas científicas desde las que se estudia el avance de la desertificación en España.
Maestre se encuentra entre el 1% de autores científicos más citados del mundo, y desde esa posición, se moja respecto a unas políticas del agua que considera irreales e irresponsables en medio de la crisis climática. El investigador afirma que la mayor causa de la desertificación en nuestro país no es el calentamiento global ni la sequía, sino “el mal uso del suelo y del agua”. Aunque espera que la actual escasez de lluvias suponga un cambio de mentalidad sobre la falta de este recurso tan preciado, reconoce que “lamentablemente, no hemos aprendido mucho de las sequías que hemos sufrido en épocas anteriores”.
Los conflictos por el agua han estallado con la propuesta para amnistiar regadíos ilegales en Doñana o el rechazo de Murcia y la Comunitat Valenciana al recorte al trasvase Tajo-Segura. ¿Es realista seguir prometiendo más agua?
No es realista. Es una huida hacia adelante el planteamiento que están haciendo determinados gobiernos y agentes sociales de seguir aumentando el regadío. No solo no es realista sino que además es muy irresponsable, nos encaminamos hacia escenarios climáticos que en nuestro país van a estar caracterizados por una menor disponibilidad de agua, por consiguiente lo que tenemos que hacer es prepararnos para el futuro y ahorrar agua, no gastar más. Plantear que la solución a los problemas del campo y a los problemas económicos de muchas zonas es aumentar el regadío es un sinsentido, porque sencillamente no va a haber agua para alimentar todo este regadío en el futuro. 
Lo que tenemos que intentar es que sea una actividad lo más sostenible posible. De nada sirve que sea una actividad que pueda mantenerse unos pocos años, pero que luego colapse totalmente o casi totalmente porque no va a haber suficiente agua. 

En ocasiones se escucha que la península ibérica va camino de convertirse en un desierto. ¿Es esto una exageración?
No es una exageración del todo, en el sentido de que cada vez tenemos un clima más árido en la península Ibérica, caracterizado por temperaturas más elevadas, una mayor evapotranspiración y una menor disponibilidad de agua debido al aumento de temperatura asociado al cambio climático. Y nos estamos acercando a condiciones climáticas cada vez más similares a las que tenemos en muchas zonas desérticas del planeta. De la noche a la mañana no vamos a tener paisajes llenos de dunas, pero durante las próximas décadas nuestro clima, y por tanto nuestros paisajes, sobre todo en la mitad sur de la península, se van a ir pareciendo más cada vez a los que tenemos en zonas más desérticas. 

¿De qué modo está afectando la actual sequía a los ecosistemas en la península?
Está afectando de una forma muy negativa, está amplificando las consecuencias de otras actividades humanas y reduciendo la cantidad de agua disponible en nuestros ecosistemas, disminuyendo la recarga de acuíferos y el caudal de los ríos y está amplificando actuaciones como el uso que hacemos del agua, sobre todo de las masas subterráneas.
Las consecuencias las estamos viendo a día de hoy, por ejemplo con la desecación de Doñana o las Tablas de Daimiel, que por desgracia llevan muchos años en la UCI. Pero quien habla de Doñana o Daimiel, que son casos emblemáticos, habla de otros muchos ecosistemas, sobre todo acuáticos, que son los más sensibles a la bajada en los niveles de los acuíferos y la disminución de los caudales de las aguas superficiales. Pero está afectando a todo tipo de ecosistemas, como muchas zonas forestales que están experimentando una mortalidad masiva de árboles porque no pueden soportar la falta de agua, y también a muchas especies animales. 

Más allá del cambio climático, ¿hay otras causas que agravan la desertificación en España?
La desertificación es un fenómeno causado por dos factores fundamentales, los cambios en el clima y la acción humana. Y en el caso de España, el principal agente desertificador somos nosotros. Se alude mucho al cambio climático, y a la sequía, y obviamente son factores que no ayudan, pues hacen que nuestros ecosistemas semiáridos y secos subhúmedos sean más propensos a sufrir más degradación y por ende desertificación, pero el principal agente desertificador en España somos nosotros, por el mal uso del suelo y del agua. 

¿Cuál es el problema con los suelos?
Lo estamos salinizando, lo erosionamos, lo cementamos... Básicamente, lo maltratamos. Según las estadísticas oficiales del Inventario Nacional de Suelos, estamos hablando de que en el conjunto de España, al año, más de 500 millones de toneladas de suelo se pierden por erosión, pese a que es lo que nos da de comer. Es un problema que ocurre sobre todo cuando el suelo está desprovisto de vegetación. Las raíces de la vegetación y la hojarasca permiten que el suelo se mantenga donde está. Cuando desaparece la vegetación, el suelo queda expuesto a la acción erosiva del agua y el viento. Los datos apuntan a que más de un tercio de la superficie española soporta erosiones que se califican como graves o muy graves. En nueve comunidades autónomas, el promedio de pérdida anual de suelo está por encima de lo que se considera tolerable.
Aunque la agricultura utiliza el 80% del agua en España, desde el sector del regadío se defiende que ese tipo de agricultura es una herramienta para frenar la desertificación. ¿Qué le parece esa afirmación?
Es una falacia por dos motivos. Primero porque el regadío es un agente de desertificación fundamental al sobreexplotar el agua, sobre todo los acuíferos. Un aspecto clave para que nuestros ecosistemas puedan albergar vida es el agua que los sustenta. Y esa agua, en muchos ecosistemas, está fuertemente determinada por los aportes de los acuíferos, que son los que estamos sobreexplotando y agotando con la agricultura intensiva. 
Además, se alude a que los cultivos disminuyen la erosión del suelo, por la vegetación que mantienen, cuando lo que ocurre es todo lo contrario. Las técnicas de cultivo tradicionales, de laboreo o de eliminación de la vegetación natural, aumentan mucho la erosión del suelo en comparación con los ecosistemas naturales. La agricultura no solo no frena la desertificación, sino que la incrementa. 
El regadío es un agente de desertificación fundamental al sobreexplotar el agua, sobre todo los acuíferos

Entonces, ¿debería plantearse una reducción de la superficie de regadío?
Sí, lo que tenemos que ir planteando es reducir el regadío, empezando sobre todo y fundamentalmente por el regadío ilegal. Se desconoce la extensión del regadío ilegal, pero como podemos ver en la zona de Doñana, en Daimiel, en el Mar Menor, pero también en otras zonas como la Axarquía en Málaga, estamos hablando de miles y miles de hectáreas de regadíos ilegales, que son las primeras que habría que clausurar. Lo que está claro es que ya no puede plantearse un aumento del regadío, sencillamente porque no va a haber agua para poder regarlo todo, y si queremos racionalizar el uso del agua y salvaguardar nuestros recursos hídricos con el escenario de cambio climático que tenemos para el futuro hay que limitar y reducir el regadío, no nos queda otra. 

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha defendido que no hay que reducir el regadío en España, y desde su Ministerio se va a destinar una enorme inversión de dinero público a la modernización de los regadíos. ¿Se ahorra agua con esa medida?
Es importante aumentar la eficiencia. Si estás regando a manta y lo pasas a riego por goteo, ahorras mucha agua. Pero ahora bien, lo que ocurre en la práctica es que ese ahorro de agua no se traduce en un ahorro real, porque los regantes tienen concesiones de agua. Si al mejorar la eficiencia del regadío ahorran agua, lo que suelen hacer es poner más superficie en cultivo, por lo que al final ese ahorro es cero. No solo no se ahorra agua, sino que aumenta la superficie regada, aumenta la demanda a futuro. 

Dicho así es un ciclo algo perverso...
Con el regadío se da un ejemplo clarísimo de lo que se llama paradoja de Jevons, que es que cuanto más eficientes somos en el uso de un recurso, más usamos ese recurso. A la vista está que el regadío no para de crecer en nuestro país, y que el consumo de agua por parte del regadío sigue aumentando pese a las inversiones millonarias que se hacen cada año en mejora de regadíos. Si realmente estas inversiones fuesen efectivas, veríamos una disminución continuada del uso del agua en el regadío conforme mejora la eficiencia, lo cual no es el caso. La evidencia y la realidad nos dice que si aumentamos la eficiencia, acabamos usando más agua. 

Y aparte de reducir el regadío, ¿qué otras medidas son necesarias?
Es imperativo reducir el desperdicio alimentario. Una parte de la cosecha se tira antes de ser comercializada porque no puede venderse, lo que ocurre frecuentemente cuando el mercado está saturado debido a un exceso de producción. En estos casos, los precios son tan bajos que no compensa cosechar la fruta y verdura. Si tomamos datos oficiales del Ministerio de Agricultura, en España no se han comercializado casi 64 millones de kilos de fruta y verdura aptos para el consumo entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022. Y estas son cifras oficiales que los agricultores registran para cobrar subvenciones de la PAC, la cantidad real de fruta y verdura que se tira o no se recoge es mucho mayor.
La evidencia y la realidad nos dice que si aumentamos la eficiencia, acabamos usando más agua. 

Muchos agricultores de secano en diversas zonas de España están augurando una cosecha desastrosa, con pérdidas enormes en el cereal, por ejemplo. ¿Se puede adaptar este tipo de agricultura, que depende de la lluvia, a un escenario climático con sequías más intensas y prolongadas?
Es algo que tenemos que hacer, y es algo que tenemos que hacer a múltiples niveles. Habrá que buscar cultivos que sean más resistentes a la sequía, y que puedan permitir cierta productividad en condiciones climáticas más secas que las que tenemos a día de hoy. Estoy pensando en cultivos como el algarrobo, que es un árbol que está muy bien adaptado a las condiciones de nuestros entornos semiáridos. Se está haciendo mucha investigación muy buena en nuestro país, y hay mucha que queda por hacer, para obtener variedades más resistentes a la sequía para determinados cultivos, variedades mejor adaptadas a las condiciones climáticas que vamos a tener en el futuro. Claramente tenemos que ir adaptando la agricultura de secano, porque con un clima más árido y más impredecible, será cada vez más difícil llevarla a cabo tal y como la veníamos realizando hasta ahora. Una vez el territorio se ha degradado, ¿hay algo que hacer para revertir el avance de la desertificación?Es posible, no es sencillo pero es posible. Lo primero que hay que hacer es gestionar mejor el agua, ahorrar agua, intentar que se vayan recuperando poco a poco nuestras masas de agua subterráneas, no seguir sobreexplotándolas y contaminándolas. Esa es la norma número uno. Luego tenemos que ir recuperando el suelo, por ejemplo, incorporando los restos de las cosechas al suelo, que en muchos sitios a día de hoy se queman. Así mejoramos su contenido en materia orgánica, mejoramos su capacidad de infiltración de modo que, cuando llueva, ese suelo sea capaz de infiltrar mejor el agua y retenerla durante más tiempo.
Si eso lo combinamos con técnicas de no laboreo en los cultivos, dejar la vegetación natural, esta vegetación también va a ir incrementando los niveles de carbono en el suelo, va a prevenir la erosión, y cuando lleguen lluvias torrenciales ese suelo estará mejor sujetado y se perderá menos. Todos estos cambios en los sistemas agrícolas los podemos combinar también con campañas de revegetación, con especies adaptadas a las condiciones climáticas más secas.
Cuando habla de campañas de revegetación, ¿se refiere a plantar árboles?
Las especies arbóreas se pueden utilizar en aquellos lugares en los que las condiciones climáticas futuras permitirán el mantenimiento de estos árboles, pero en otras muchas zonas esto ya no va a ocurrir. Hay que empezar a utilizar de manera más frecuente otras especies vegetales mejor adaptadas a las condiciones de sequía, especies herbáceas y arbustivas. También, aunque este tipo de investigación todavía está en pañales, para la restauración y recuperación de suelos degradados podemos utilizar otros organismos como las cianobacterias que forman parte de la costra biológica. 
¿Qué es la costra biológica?
Es un conjunto de organismos que viven en la superficie del suelo, son muy importantes a nivel global y en nuestro país ocupan una gran superficie dentro de los ecosistemas áridos y semiáridos, los que no están degradados, porque estos organismos son muy sensibles al pisoteo y la perturbación del suelo. Suelen ocupar buena parte de la superficie que no está ocupada por las plantas vasculares, son agrupaciones de musgos, de líquenes, de cianobacterias, y de una comunidad microbiana asociada que juega un papel ecológico muy importante. 

¿Cuáles son esas funciones?
Estos organismos por una parte fijan carbono, contribuyen a aumentar los contenidos de materia orgánica del suelo y a reducir CO2 de la atmósfera, también los hay capaces de fijar nitrógeno, y algunos, como las cianobacterias, secretan sustancias, se denominan exopolisacáridos, que fijan las partículas de suelo. Son como una especie de pegamento que aumenta la estabilidad del suelo y reduce su erosión. Debido a estas características, y a que son organismos que son capaces de vivir sin precipitación, solo con la humedad ambiental, son muy resistentes a la sequía, y se están empezando a utilizar en muchas zonas áridas del planeta para recuperar suelos degradados. Aquí en España hay investigación al respecto, como la del grupo de Yolanda Cantón en la Universidad de Almería, y hay pruebas piloto muy prometedoras para utilizar estos organismos, estas comunidades biológicas, en la lucha contra la desertificación. 

¿Cree que esta sequía cambiará la manera de gestionar el agua en España?
Quiero ser siempre optimista, obviamente la sequía es una característica cíclica de nuestros climas, y si echamos la vista atrás, lamentablemente no hemos aprendido mucho de las sequías que hemos sufrido en épocas anteriores, si bien es cierto. Una característica que distingue a esta sequía de otras que hemos sufrido en el pasado, es que está acompañada de unas temperaturas a las que no estamos habituados, como tener 30 y pico grados en abril. Quiero pensar que esta sequía va a cambiar nuestra mentalidad, que vamos a ser conscientes que el agua es un recurso muy escaso y que lo hemos estado despilfarrando en muchas ocasiones. Quiero pensar que tanto las administraciones cómo los ciudadanos van a ser más conscientes de la necesidad de plantearnos de una vez por todas un uso más racional de nuestros recursos hídricos, y que empecemos a relacionarnos con el agua y con los ecosistemas naturales de una manera diferente a como lo hemos estado haciendo hasta ahora.

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