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martes, 3 de junio de 2025

Escuela de Pastores, curso de este año.

 Aprendiendo el oficio del pastoreo con Reactiva Brañosera, 
ha tenido lugar el nuevo cursto de Escuela de Pastores, Brosoñera.


A lo largo de dos semanas ha podido formar al grupo de diez participantes, procedentes de distintos puntos de la Montaña Palentina, así como de Burgos, Sierra de Madrid o Extremadura. “Son personas a las que les gusta este oficio y creen que pueden dedicarse a ello en un futuro”, asegura Javier. Personas como Zaida Largo, que vive en Celada de Roblecedo y conoce de cerca el oficio. “En mi pueblo hay dos ganaderos y veo que es un trabajo esclavo porque requiere de un día a día. No puedes salir el fin de semana e irte a la playa si no tienes un funcionamiento familiar o cooperativo”, comenta.

Ella se apuntó a la Escuela con la intención de aprender. “Tengo ya mis abejas, mis gallinas, mis palomas y me interesa todo lo que tenga que ver con este modo de vida rural. Aprender de nuestros recursos me parece algo básico”, asegura. No se plantea tener otro tipo de ganadería en este momento, pero no descarta la trashumancia como una actividad que puede aportar “un gran aprendizaje y múltiples beneficios”.

Arraigo, futuro y sentido

Si aún hay quien piensa que las Escuelas de Pastores (Fundación Sta. María la Real) trasladan una visión bucólica e idealizada del oficio, se engañan. “Es todo lo contrario”, asegura Javier de los Nietos, “aquí les desengañamos, les explicamos exactamente en qué consiste el oficio y, sobre todo, por qué es necesario”. Quienes han participado en la Escuela de Pastores de Reactiva Brañosera saben ahora que “a la ganadería hoy día le rodea muchísima burocracia y muchos planes de negocio”.
De hecho, para poderte dedicar a ello es importante tener en cuenta varios factores. “Primero han de salirte los números, hay que echar muchas cuentas; saber implantarse en una localidad; estar seguro de que cuentas con el territorio suficiente y con el espacio de trabajo adecuado y, por supuesto, con las infraestructuras necesarias”, concreta Javier.
Pese a las dificultades u obstáculos que puedan surgir, tanto el profesor de la Escuela como sus alumnos defienden que el pastoreo es un oficio de futuro y absolutamente necesario para mantener el equilibrio natural en territorios rurales, especialmente en zonas de montaña. “Necesitamos devolverle el sentido y el valor a un terreno que lo tenía y que por ello era importante para la gente, vivían de ello”, resumen Javier, quien tiene claro que “la ganadería extensiva tradicional ya sea trashumancia o rebaños estantes, es básica para conseguirlo y tiene futuro. Además, la necesitamos, porque los rebaños prestan un importante servicio ambiental”.
De hecho, el proyecto Reactiva Brañosera está demostrando que la presencia de ganado en los montes ayuda a mantener su diversidad estructural, al controlar el crecimiento desmedido de matorrales y enriquece los suelos a través de sus aportes naturales, favoreciendo una rica biodiversidad tanto vegetal como animal. Además, el ganado actúa como un elemento esencial en la creación de un paisaje en mosaico, donde puedan convivir huertos, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosque. En definitiva, un paisaje más sostenible y capaz de afrontar las posibles efectos del cambio climático o los incendios.

domingo, 4 de mayo de 2025

Las explotaciones familiares: ¡Urgente!

Se trata de la cuestión más relevante a afrontar en los próximos años, 
pieza angular de cualquier política agraria que se precie , 
y que busque garantizar el futuro de tantos y tantos profesionales de nuestro país 
que quieren ser o seguir siendo agricultores y ganaderos.
Los objetivos de una Ley de Agricultura y Ganadería Familiares debe ser 
que todas las líneas de ayuda , incluido la PAC 2028-2034, tanto en el primer pilar,
 como en las actuaciones de desarrollo rural , 
se supediten al apoyo a este modelo de agricultura
que ha de ser prioritario y contar con una discriminación positiva 
respecto a los modelos diferentes de agricultura...
ruralsiglo21

Este sábado participó en la jornada que en todas las ediciones de la feria Terracultura, organización UPA-Almería. El motivo de mi intervención fue la defensa del modelo de explotaciones familiares. La jornada, a la que asistieron unos 300 agricultores y ganaderos profesionales del sector de los frutos secos ecológicos, todos ellos de seco, de la comarca de Los Vélez, en la provincia de Almería, me permitió conocer las particularidades de un sector muy concreto, de pequeñas y medianas empresas, y reafirmarme, más si cabe, en la urgente defensa del modelo de agricultura y ganadería familiar.

Probablemente el mayor obstáculo para avanzar en la protección de estas explotaciones es la propia definición del modelo . En realidad, teniendo en cuenta lo que hoy sucede en el sector agrario en España, sólo hay dos modelos, el de las explotaciones familiares, y el de las explotaciones gestionadas por grandes empresas o grupos de inversión. El primero, el que nos ocupa, podría definirse, pues, como aquel que incluye todas las empresas que no forman parte del segundo. Podría ser también, aquel en el que la mayor parte de la mano de obra de la explotación procede del núcleo familiar. En todo caso, conviene añadirle el apellido “profesional”, para que cuando, una vez definida -y esto deberá hacerse en la próxima Ley de Agricultura Familiar en la que está trabajando el Ministerio de Agricultura-, se prioricen estas explotaciones para todas las ayudas -incluidas las de la PAC- que las administraciones ofrecen al sector, no se igualen para las explotaciones profesionales y las que no lo son.

Desde el más puro sentido común, podríamos decir que las empresas familiares agrarias son aquellas que están dirigidas por agricultores y ganaderos que viven en nuestros pueblos, se asientan sobre el territorio -con el que se mantienen siempre fieles, no deslocalizándose-, vertebran el medio rural, generando empleo y riqueza -que redistribuyen a su vez en las comunidades en las que desarrollan su actividad- y mantienen y moldean el paisaje.

Se enfrenta a grandes dificultades entre las que destacan el relevo generacional, la presencia de un número todavía reducido de mujeres al frente de las mismas y la falta de impulso a los proyectos de titularidad compartida, el acceso a la tierra y al agua, la excesiva burocracia administrativa, la falta de prioridad en las ayudas públicas o la competencia de otras actividades económicas, que buscan la tierra y el agua que también necesita la agricultura, para desarrollarse -entre ellas, las energías renovables-.

Para hacer que sean viables, y que puedan seguir siendo nuestro modelo de empresa agraria más característico, es necesario garantizar una mayor profesionalización, mayor competitividad y hacer de ellas, empresas rentables -y que, a su vez, generen rentas a los agricultores y ganaderos-.

Uno de los objetivos de una Ley de Agricultura y Ganadería Familiares debe ser que, una vez definidas, todas las líneas de ayuda , incluido el desarrollo de la PAC 2028-2034, tanto en el primer pilar, como en las actuaciones de desarrollo rural , se supediten al apoyo a este modelo de agricultura, que ha de ser prioritario y contar con una discriminación positiva respecto a los modelos diferentes.

También, debe impulsar la creación de bancos públicos de tierra , para asegurar el acceso a este factor limitante, de los jóvenes y de los profesionales. De igual forma, debe ser tratado el acceso al agua , pues es muy difícil de imaginar -salvo contadas excepciones- futuro para el sector agrario en España sin acceso al recurso agua. Éste bien, que es -y debe ser tratado como tal- público, se ha convertido en las últimas décadas en el factor que delimita la rentabilidad de las explotaciones agrarias y, en los usos agrarios, el agua debe estar supeditado al impulso al modelo de agricultura y ganadería familiar.

El impulso al relevo generacional, con una revisión drástica de la intervención de incorporación al sector de jóvenes agricultores y ganaderos, en el segundo pilar de la PAC, la revisión del modelo de explotaciones de titularidad compartida, una fiscalidad preferente o mejores condiciones en las cotizaciones a la seguridad social para la contratación de mano de obra por parte de las explotaciones familiares, son otras cuestiones acuciantes para la defensa del modelo.

Una Ley de Agricultura y Ganadería familiares en España –que puede partir de las experiencias de Castilla-La Mancha y Aragón, donde ya hay en vigor, no sin dificultades, una Ley autonómica-ha de afrontar estos desafíos y transformarlos en objetivos preferentes del trabajo de la administración pública agraria.

Desde mi punto de vista, se trata de la cuestión más relevante a afrontar en los próximos años, pieza angular de cualquier política agraria que se precie , y que busque garantizar el futuro de tantos y tantos profesionales de nuestro país que quieren ser -y/o seguir siendo- agricultores y ganaderos.

sábado, 25 de enero de 2025

El futuro de la agricultura y el mundo rural, Dossier EsF.

 El futuro de la agricultura y el mundo rural, 
nuevo monográfico de Dossieres EsF.

Dossieres Economistas sin Fronteras. 
n.º 56, invierno 2025El
Coordinan:José María Sumpsi y Bárbara Soriano,
Universidad Politécnica de Madrid.

Acceso a dossier EsF nº 56/2025

El número de invierno 2025 de Dossieres EsF reflexiona sobre agricultura y mundo rural. 

Por un lado, tratando de entender las causas y efectos del fenómeno de la despoblación de las áreas rurales, lo que supone no solo un reto demográfico sino también una crisis territorial, y las posibles políticas para superar esa crisis demográfica y territorial rural. 

Por otro, analizando si existe o no realmente una crisis del sector agrario, el papel de la Política Agraria Común (PAC), sus ayudas y sus condiciones ambientales, y qué razones de las protestas agrarias representan problemas reales o no. 

Quizás una de las conclusiones más importantes de la temática agraria de este número de Dossieres EsF es que no existe una agricultura en España sino varias agriculturas y que, por tanto, hay que evitar las generalizaciones simplistas y casi siempre demagógicas.

Por tanto, en cierto modo este es un número de Dossieres EsF doble, pues aborda dos temáticas, la rural y la agraria, que, aunque relacionadas, dado el peso de lo agrario en el mundo rural, lo que justifica su tratamiento en un solo número de Dossieres EsF, son a la vez distintas. Esta característica singular de este número justifica la extensión ligeramente mayor a la establecida por los responsables de los Dossieres EsF y, por tanto, agradecemos su condescendencia hacia los coordinadores y autores de este dossier.

Índice, acceso alDiez son los artículos que componen este monográfico de Dossieres EsF 

jueves, 9 de enero de 2025

En España 900 fondos poseen ya tierras valoradas en más de 100.000 millones de euros

¡Quien se beneficia de la subida de la renta agraria, 
nuestros pueblos, los pequeños agricultores o ganaderos? 
NO,
los accionistas de Fondos de Wisconsin o la City de Londres.

La agricultura tiene un gran futuro en España. 
Lo que está en peligro es el modelo social, territorial,
 y profesional de pequeños y medianos agricultores y ganaderos.

Los datos macroeconómicos de Renta Agraria 2024 
enmascaran una creciente pérdida de poder adquisitivo 
de los pequeños y medianos agricultores profesionales, los sustentan los pueblos.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha hecho pública una nota como parte del Balance Agrario 2024, según la cual "En la actualidad, en la península Ibérica más de 900 fondos poseen ya tierras valoradas en más de 100.000 millones de euros"
Fardos de paja en Navarra. David F. Sabadell

El comunicado destaca, según la información obtenida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y del análisis y valoración aportados por la propia entidad, lo siguiente:

.- La Renta Agraria total en términos reales (descontada la inflación) ha experimentado en 2024 una subida del 10,8% respecto a 2023, según la 1ª estimación publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 
¿Por qué no lo están notando de forma significativa el 93,4% de pequeños y medianos agricultores en sus cuentas de resultados? 
Porque, según los propios datos del Ministerio de Agricultura, el 6,6% de grandes empresas agrarias acaparan ya el 42% del valor de la producción que se genera en nuestros campos. 
En este contexto, quién se beneficia de la subida de la renta agraria, nuestros pueblos o accionistas de Wisconsin o la City de Londres”?, ha subrayado Miguel Padilla, secretario general de COAG.

.- En 2024 el proceso de uberización del campo español se ha acelerado y con el mismo el aterrizaje de fondos de inversión especulativos. 
La compraventa de fincas rústicas ha experimentado un aumento significativo, con un incremento del 20% en comparación con 2019. Este auge está siendo liderado por grandes fondos de inversión de capital de riesgo, tanto nacionales como extranjeros, que buscan grandes fincas con derechos de agua, en cultivos atractivos como los leñosos y súper-alimentos. 
En la actualidad, en la península Ibérica más de 900 fondos poseen ya tierras valoradas en más de 100.000 millones de euros. “La agricultura tiene un gran futuro en España. Lo que está en peligro es el modelo social y profesional de pequeños y medianos agricultores y ganaderos. La concentración de la producción y la creación de oligopolios estimulan la entrada de fondos de inversión. Un joven que se quiera incorporar no puede competir con estos grandes capitales a la hora de acceder a tierra y agua para dimensionar su explotación", ha afirmado Padilla.

.- Del análisis realizado por los Servicios Técnicos de COAG se desprende una contundente evidencia: los datos macroeconómicos de Renta Agraria 2024 enmascaran una creciente pérdida de poder adquisitivo de los pequeños y medianos agricultores profesionales: en los últimos 20 años, los principales inputs para producir se han encarecido un 92%, mientras que la renta agraria corriente ha crecido un 49%.

.- Los consumos intermedios (insumos) alcanzaron en 2024 los 28.914 mill € en términos corrientes, con una importante reducción del 8,5% respecto al año anterior, pero siendo aún la tercera cifra más alta de la serie. Este capítulo se ha incrementado un 37% en 10 años y un 92% en los últimos 20. Dos de los capítulos con mayor peso en los consumos intermedios descendieron en su precio respecto a 2023: los piensos con un -19,1% y la energía y lubricantes un -5,8%. Por el contrario, aumentó el valor de fertilizantes (+13,6%).

.- Mayor volumen por mejor clima, precios más bajos.
La producción vegetal ascendió un 8,9% en valor, debido a la subida en el volumen producido (-18,8%), contrarrestada en parte por la caída de las cotizaciones (-8,3%). El comportamiento ha sido desigual según las producciones. Mientras todos los sectores han visto como el volumen producido aumentaba – cereales (76,9%), cultivos forrajeros (44,0%), plantas industriales (39,6%), aceite de oliva (22,6%), vino y mosto (14,3%), frutas (13,9%), hortalizas (4,9%) y patata (0,6%) –, en precios sólo tuvieron incrementos patata y aceite de oliva. En olivar, los precios en origen del aceite de oliva se han desplomado en las últimas semanas del año por debajo de los 4 euros/Kg, cuestión que no recoge la 1º estimación de Renta publicada.

En la producción ganadera se reduce en valor un 1,3% debido a la bajada de los precios en un 2,2%, mientras que el volumen producido ha crecido un 0,9% respecto a 2023. Los principales incrementos productivos se han dado en aves (+4,9%) y bovino (+4,2%), con descensos en las producciones de ovino y caprino (-9,4%). Por otra parte, se ha dado un aumento en los precios de productos como el bovino (+10,6%) y el ovino y caprino (+10,2%) y descensos en leche (-7,9%).

.- Tendencia a la baja en el número de titulares de explotación
A pesar de la mejora del último año, el sector no alcanza la tendencia general al aumento de ocupados del conjunto de la economía española. El número de UTA (Unidades de Trabajo Agrario) en el sector está un 3,0% por debajo de la media de los últimos 5 años y acumula una significativa pérdida de activos en 20 años (-209.000 UTA).

.- El análisis del COAG muestra su rechazo a la firma del acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur, la unión económica de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, Esta alianza campesina califica el acuerdo de libre comercio como el “golpe definitivo para la agricultura y ganadería europeas”. 

.- La COAG también exige la suspensión del acuerdo de libre comercio UE-Marruecos tras conocerse la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la que se confirma que este acuerdo “viola el derecho internacional por vulnerar, en particular, los principios de autodeterminación y del efecto relativo de los tratados, al no prestar su consentimiento el pueblo del Sáhara Occidental”.
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Ya comentamos lo mismo el año pasado



martes, 7 de enero de 2025

Ser tierra, El Suelo, Un todo ser vivo

 SER TIERRA
El suelo, un todo vivo, ser Tierra.
El 60% de los suelos de nuestro continente está degradado.
Restaurar la tierra sin restaurar la relación con ella, es un ejercicio vacío. 
Solo esa relación puede hacer que la tierra prospere y su salud perdure.
La tierra es mucho más, es un todo ser vivo hecho de las relaciones de todas sus partes. 
La tierra es también nuestra madre".
Como dicen por Iberamérica: 
"PACHAMANA"

Suelo con residuos tóxicos derivados de la producción de fertilizante en Huelva. / Santini Rose

Gustavo Duch 
¿Qué entienden ustedes por suelo? 
Para la mayoría de nosotras el suelo se identifica con una superficie sólida, llana y artificial por la que andamos, sobre la que se construye, que pisamos sin ningún reparo..., ¿verdad?,
En cambio, en su uso más técnico, la palabra suelo (en griego edafos) hace referencia a esa fina capa o piel que cubre algunas partes de la superficie terrestre. Como explica la ciencia que lo estudia, la edafología, el suelo se compone de pequeñas partículas minerales, agua, gases, materia orgánica procedente de restos de plantas y animales, junto a miles de seres vivos sean hongos, bacterias o gusanos... Hablamos de un lugar donde, entre otras cosas, germinan las semillas y crecen plantas y árboles. 

Pero... Se sabe que este estrato está en una situación muy delicada. En uno de los últimos informes al respecto encargado por la Comisión Europea y publicado el pasado octubre, El estado del suelo en Europa’, se advierte que un 60% de los suelos de nuestro continente está degradado, señalando como causas a “diversas presiones antropogénicas como la intensificación de la agricultura, la urbanización y las actividades industriales”
Es decir, nuestra forma de habitar el mundo provoca que una mayoría de estos suelos sufran una serie de alteraciones que lo ponen en peligro. Entre ellas destacan el exceso o la deficiencia de algunos elementos del suelo que hace posible la nutrición de los vegetales que ahí viven, como sería el caso del exceso de nitrógeno derivado de los purines de las granjas de producción animal intensiva, o bien la pérdida de carbono orgánico que se escapa hacia la atmósfera; la erosión del suelo, una amenaza cada vez más frecuente como hemos visto con las inundaciones en el País Valenciano; la contaminación con toda una batería de metales pesados, plásticos, pesticidas u otros productos químicos; la salinización como ocurre alrededor de las minas de potasas en Catalunya; la extinción de micro y macroorganismos que viven en el suelo, desde hongos a lombrices de tierra, quizás la situación más dolorosa; y, desde luego la pérdida de suelos agrícolas sepultados por el avance urbanizador. 

Pero...  El informe mencionado también aporta una serie de medidas políticas que se deberían aplicar, como la obligatoriedad de mantener controles de seguimiento y evaluación de la salud del suelo, incentivar las buenas prácticas agrícolas u ofrecer más formación en estas materias

Pero... Estamos hablando que, con su degradación, es toda la vida del planeta la que está en riesgo
Sin profundizar en estas medidas, pongo todo el paquete en duda por una simple pero fundamental cuestión semántica
En castellano, ¿estamos utilizando el nombre correcto? Con el tecnicismo suelo, ¿asimilamos que nos referimos a un ser vivo, a un vientre que engendra toda la vida? Su acepción arquitectónica ¿ayuda a comprender e interiorizar el respeto y consideración que merece? 
De hecho, estamos hablando que, con su degradación, es toda la vida del planeta la que está en riesgo, pues de esta madre depende la existencia de selvas y bosques que regulan el clima y el ciclo hídrico, el secuestro del carbono atmosférico que puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y toda la producción de alimentos que nutre a toda la vida terrestre, humana y no humana.

Y lo digo porque, como recogió mi amigo Fernando López en un artículo publicado en el número 86 de la revista La Fertilidad de la tierra, Robin Wall Kimmerer, en su conocido libro Una trenza de hierba sagrada, ya afirmó que “restaurar la tierra sin restaurar la relación con ella, es un ejercicio vacío. Solo esa relación puede hacer que la tierra prospere y su salud perdure”. 
Y el primer paso es nombrarla como merece, como hace la autora estadounidense: tierra. 

Si el suelo es eso que está debajo de nosotras, real y simbólicamente, la tierra es mucho más, es un todo vivo hecho de las relaciones de todas sus partes. “La tierra es también nuestra madre”, dijo Hildegarda de Bingen a principios del milenio pasado.  “Es la madre de todo lo que es natural, madre de todo lo que es humano. Es la madre de todas las cosas, pues en ella están contenidas las semillas de todas las cosas. La tierra contiene toda la humedad, todo el verdor, todo el poder de la germinación. Es fértil de tantas maneras. Es de ella de la que nace toda creación. Y, por tanto, forma la materia bruta de la especie humana”. 

Y puesto que somos tierra, ¿por qué no nos sublevamos ante quien la/nos ataca?

viernes, 3 de enero de 2025

La insensatez de delegar nuestra alimentación. Mercosur: bomba agrícola

Hace un año, los agricultores europeos estaban en pie de guerra. Principalmente después de que la supresión de los derechos de aduana sobre los productos alimenticios ucranianos hubiera provocado una caída de los precios en la Unión Europea. 
Sin embargo, el 6 de diciembre, la Comisión Europea concluyó con éxito las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio con varios países sudamericanos. Su ratificación comprometería aún más la situación de los agricultores y la soberanía alimentaria de países como España o Francia.
STÉPHANIE SAGOT. — Terre amoureuse, Gardarem lo Larzac, 2024 

Neumáticos delante de las delegaciones del Gobierno y las sedes de gobiernos regionales, balas de heno en las rotondas, tractores en los centros urbanos: ¿acabará convirtiéndose esta escena en un ritual invernal? Hace un año, un movimiento social de gran amplitud sacudió el mundo agrícola europeo. En Francia, surgido en el sudoeste del país y apoyado por el principal sindicato sectorial, la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), se extendió rápidamente por todo el territorio. Unas cuantas medidas de urgencia apaciguaron temporalmente el descontento, pero sin poner remedio a las cuestiones de fondo. De ahí que los agricultores no hayan esperado mucho para retomar el camino de la protesta. El pasado noviembre volvieron a manifestarse, siempre con el punto de mira en la imposibilidad de vivir decentemente de la producción de sus explotaciones debido a la presión ejercida sobre los precios por los productos agrícolas importados.

En la clase política, todos fustigan hoy la competencia “desleal” de los países con bajos costes de producción, incluidos los representantes de partidos que llevan treinta años sin parar de aprobar acuerdos de libre comercio y de favorecer la penetración cada vez mayor de importaciones agrícolas. El excedente francés en este ámbito —7800 millones de euros en 2019— corresponde a las exportaciones de vinos y licores, así como a las de cereales; al margen de estos dos rubros, el déficit se eleva a 11.000 millones de euros, casi el doble que en 2010 (1). En Francia, las importaciones han pasado de 28.000 a 56.000 millones de euros desde el año 2000 y en la actualidad representan el 20% de la alimentación nacional, el 45% del consumo de aves de corral, el 56% del de carne de ovino, el 63% del consumo de proteínas vegetales de las oleaginosas destinado a animales y el 71% del de frutas (2). Francia depende, pues, de socios europeos —entre otros— que cuentan con mano de obra más barata. Un tercio de las aves de corral y un cuarto de la carne de porcino transformados industrialmente en Francia proceden de los Países Bajos, Bélgica, Alemania, Polonia y también de Ucrania, país que, pese a no pertenecer a la Unión Europea, se beneficia de condiciones de exportación muy favorables.

Aunque la liberación de los intercambios comerciales triunfó en Europa con las reformas introducidas por la Política Agraria Común (PAC) desde 1992 y la entrada en vigor del mercado único en 1993, a escala mundial tiene su origen en el Acuerdo de Marrakech, que instituyó la Organización Mundial del Comercio (OMC) y puso fin a la regulación de los mercados agrícolas por medio de los precios. La Unión Europea reemplazó las medidas de regulación internas (como la financiación pública de las existencias en almacén) por la entrega de ayudas directas a los agricultores y aprobó una reducción constante de los aranceles. En los últimos quince años, la Unión ha firmado tratados de libre comercio con Canadá, Japón, Vietnam, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Australia, el Reino Unido, Costa de Marfil, Malí…

Fanáticos de la teoría ricardiana

La presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen confía hoy en imponer el acuerdo comercial con el Mercado Común del Sur (Mercosur) (3). El 6 de diciembre, Von der Leyen y los jefes de Estado argentino, brasileño, paraguayo y uruguayo concluyeron veinticinco años de negociaciones. El hecho ha suscitado fuertes críticas en Francia por parte del sector agrícola y, tras él, de la clase política en su conjunto. La región sudamericana, gran proveedora de productos alimentarios, en especial de carne, tiene la capacidad de desequilibrar el mercado francés. Entre los costes de producción de las explotaciones bovinas francesas y brasileñas hay una relación de uno a dos (4). La carne de bovino procedente del Mercosur supone ya el 70% de las importaciones europeas, y en el caso de las aves de corral el porcentaje es del 50%. ¿Qué sucederá si el acuerdo entra en vigor (5)? A los negociadores europeos no les importa gran cosa, adeptos convencidos como son de la teoría ricardiana —en referencia a David Ricardo, economista inglés del siglo XVIII—, también conocida como “teoría de la ventaja comparativa”, que estipula que a todas las partes les interesa comerciar, siempre y cuando elijan especializar su producción siguiendo el sentido común. Para conseguir un descenso de los aranceles sobre productos industriales europeos, Phil Hogan, el comisario europeo de Agricultura y, más tarde, de Comercio, admitía “haber concedido un poco de carne de vacuno [a los países del Mercosur], ya que había que hacer concesiones” (Le Monde, 4 de julio de 2019).

El acuerdo elimina el 92% de los aranceles para los bienes importados en la Unión procedentes del Mercosur. Prevé cuotas de productos exentos de aranceles o que gozarán de aranceles reducidos en el caso de productos alimentarios, por ejemplo, 99.000 toneladas de carne de vacuno a un tipo reducido del 7,5%. Bruselas ha elegido favorecer importaciones que no respetan la normativa impuesta a sus propios productores. En la actualidad, la reglamentación brasileña permite el uso de harinas de origen animal y antibióticos como vectores de crecimiento, está exenta de imposiciones sobre bienestar animal relativas a las condiciones de transporte y carece de disposiciones sobre la trazabilidad de los animales desde su nacimiento hasta su sacrificio. El mercado europeo debe, pues, comercializar productos en los que se han usado principios activos presentes en pesticidas prohibidos en la Unión, pero empleados en altas dosis en los países del Mercosur… que a su vez se abastecen de productores alemanes, británicos o italianos. Entre 2015 y 2019, los exportadores del Viejo Continente enviaron al Mercosur 56.600 toneladas de productos prohibidos en sus propios países (6).

En marzo de 2024, después de que la crisis del sector agrario del invierno pasado presentara este proyecto de tratado con el Mercosur como un símbolo de competencia desleal, el presidente francés Emmanuel Macron lo calificó ante una asamblea de productores brasileños de “muy mal acuerdo”, negociado “como se hacía en los años noventa”, contrariamente a los virtuosos tratados “de nueva generación” que supuestamente permiten el desarrollo concertado de las partes signatarias. Un año después, Macron se jacta de plantar cara a la Comisión Europea: “Nuestros agricultores no serán sacrificados en nombre de un mercantilismo propio del siglo pasado”, afirmó en Polonia el 12 de diciembre.

Sin embargo, al final de las negociaciones, en junio de 2019, Macron había juzgado que el acuerdo era “bueno en el punto en el que estamos” y lamentado las reacciones “neoproteccionistas” (7). El presidente francés dio un primer viraje dos meses después, durante una cumbre del G7 en Biarritz, en respuesta a las descomedidas declaraciones sobre el clima de Jair Bolsonaro. Pero la cosa no fue más lejos. Francia nunca ha solicitado la interrupción del proceso ni sugerido que se revisara el mandato de negociación que el Consejo Europeo (que representa a los Estados miembros) confió a la Comisión Europea. En la primavera de 2023, el ministro francés de Comercio Exterior, Olivier Becht, llegó incluso a abogar por la firma de un texto que no había experimentado ninguna modificación, alegando la presencia de “disposiciones muy favorables a nuestras empresas”, habida cuenta de que, según él, el Gobierno francés nunca “se había opuesto a la firma del acuerdo” (8).

La oposición mostrada por Macron en 2024 parece, sobre todo, un intento desesperado por salvar la política de desregulación de los intercambios comerciales sacrificando (¿temporalmente?) el acuerdo con el Mercosur. El 24 de enero de 2024, los diputados del bando presidencial en el Parlamento Europeo aprobaron un texto negociado con Chile. Presentado como “virtuoso”, aumenta las cuotas de importación exentas de aranceles de carne porcina, carne de vacuno, vino, aves de corral, preparados de frutas, aceite de oliva o etanol. Y suprime totalmente las cuotas sobre las entradas de manzanas y kiwis. Algunos meses antes, el 9 de julio de 2023, Francia aprobaba la llegada a un acuerdo con Nueva Zelanda que aumentaba las cuotas de importación de carne de ovino (un sector de por sí frágil en Europa) y productos lácteos, pese a hallarse en un estado de sobreproducción en el Viejo Continente.

Los promotores de estos acuerdos pretendidamente nuevos alaban la inclusión de cláusulas de reciprocidad —las llamadas “cláusulas espejo”—, que supuestamente imponen normas idénticas a los productos importados y a los locales. Pero, en opinión de Marine Colli, asesora en políticas agrarias públicas, se trata de un ardid. El mecanismo no impide en absoluto a Nueva Zelanda exportar productos en los que se ha usado herbicidas e insecticidas prohibidos en la Unión Europea. La única verdadera prohibición concierne a la importación de carne proveniente de animales alimentados en centros de engorde: una práctica casi inexistente en Nueva Zelanda...

Las cláusulas espejo

Los defensores del Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA, por sus siglas en inglés) firmado entre la Unión Europea y Canadá también elogian la presencia de cláusulas espejo… que, de nuevo, carecen de efectividad, como señala Marine Colli. Antes al contrario, este acuerdo desregula casi por completo los intercambios agrícolas entre ambas partes, ya que elimina el 93,8% de los aranceles sobre los productos canadienses. Las cuotas exentas del pago de aranceles aumentan hasta llegar a las 80.000 toneladas de carne de cerdo y las 65.000 toneladas de carne de vacuno, pese a las considerables diferencias entre los modelos de explotación de ambas zonas: “El perfil medio observado en las explotaciones canadienses y, en términos más generales, en los Estados o regiones con los que se contempla llegar a acuerdos de libre comercio, parece bastante alejado del modelo francés y europeo de explotación familiar —apunta el senador de Los Republicanos Laurent Duplomb en un dictamen sobre el proyecto de ley que autoriza la ratificación—. El engorde se realiza en grandes explotaciones de 30.000 plazas de donde el pasto desaparece rápidamente debido a la densidad de animales; la ración alimentaria se compone en un 80% de productos elaborados con harina de soja modificada genéticamente”. El parlamentario también señala normas mucho más laxas en materia de uso de harinas animales y antibióticos o en lo concerniente a la trazabilidad (9).

Este acuerdo —también muy criticado—, fue ratificado por el Parlamento Europeo el 15 de febrero de 2017. En Francia, la Asamblea Nacional lo aprobó el 23 de julio de 2019 con el único apoyo del grupo que respalda a Macron. El 21 de marzo de 2024 —cinco años después de su aprobación por la Cámara Baja—, el Senado votó en contra de la ratificación, lo que teóricamente habría supuesto su devolución a los diputados. Pero el Gobierno no tiene prevista tal cosa. En cualquier caso, la ausencia de ratificación por parte de Francia y de buen número de Estados miembros —hoy en día, solo 17 lo han hecho— no impide que se aplique la parte del acuerdo que es competencia propia de la UE, lo que equivale al 90% de los puntos del tratado (10).

Quienes apoyan el CETA esgrimen otro sorprendente argumento: en la actualidad, Canadá solo usa el 3% del volumen de las cuotas concedidas a sus exportaciones de carne de vacuno, por lo que el impacto del acuerdo sobre este sector sería insignificante. En realidad, aunque de momento los ganaderos canadienses producen carne destinada, sobre todo, al mercado estadounidense y chino, Ottawa se está preparando para la conquista trasatlántica: acaba de solicitar a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que se reconozca el tratamiento de desinfección de las reses con ácido peroxiacético. De tener éxito el trámite, Canadá podría aumentar de forma masiva sus exportaciones a Europa.

Tras la industria, la alimentación

Por su parte, el mecanismo para el arreglo de diferencias entre Estados e inversores privados —que permite a estos últimos recurrir a un organismo de arbitraje si consideran que aquellos han tomado una decisión contraria al tratado y perjudicial para sus intereses— aún no ha sido abordado. Presente en todos los tratados preparados por la Comisión Europea, este mecanismo pisotea una democracia ya vapuleada por la forma misma de las negociaciones: discusiones de las que se ocupa la Comisión sobre la base de un mandato que no se ha hecho público, opacidad de las negociaciones con la parte contratante y relegación de los parlamentos nacionales.

El libre comercio se defiende para apoyar a ciertos sectores exportadores, pero se denuncia cuando sus efectos se juzgan nefastos para otros sectores: los dirigentes políticos se enredan en sus propias contradicciones. Tal le sucede al presidente de la FNSEA, que defiende las movilizaciones contra el acuerdo con el Mercosur, pero afirma: “El proteccionismo no tiene sentido en la agricultura francesa” (BFMTV, 25 de febrero de 2024). Entretanto, sigue en punto muerto la elaboración de una política coherente, centrada en la soberanía alimentaria, la preservación de los ingresos de los productores y la protección del medioambiente. Desde la crisis de la covid-19, es moneda corriente declararse favorable a la soberanía; así, el ex primer ministro Michel Barnier eligió completar el nombre oficial del Ministerio de Agricultura añadiéndole “de la Soberanía Alimentaria y de los Bosques”. “La cuestión de los intercambios comerciales sigue siendo un ámbito intocable [de la UE]”, explica Jonathan Chabert, uno de los portavoces del sindicato agrícola francés Confédération Paysanne, que dice no creer “ni un segundo en que exista una solución dentro del propio proceso del libre comercio, ya que las medidas espejo son totalmente ineficaces”. De ahí que su sindicato exija medidas aduaneras sobre volúmenes y precios. En concreto, aboga por la puesta en práctica de precios mínimos de entrada aplicados a los productos importados. De acuerdo con este mecanismo, el precio no debe ser inferior a los costes afrontados por los productores nacionales (en concepto de salarios, costes de la seguridad social, etc.).

El pasado 12 de noviembre, más de seiscientos parlamentarios franceses pidieron a la Comisión que no sometiera el acuerdo de asociación con el Mercosur a la aprobación del Parlamento Europeo y del Consejo. Después de tres décadas de terapia librecambista, la cuota del sector industrial en la producción nacional ha caído hasta el 11%. Tras la pérdida de la soberanía industrial, ¿llegará el fin de la soberanía alimentaria? Para evitarlo, una oposición circunstancial limitada al acuerdo con el Mercosur no va a ser suficiente.

jueves, 26 de diciembre de 2024

2024 termina igual que empezó, con el campo protestando en la ciudad, esta vez por el acuerdo UE/Mercosur

Va a hacer un año de las tractoradas de los agricultores y ganaderos españoles.
2024 termina igual que empezó, con el campo protestando en la ciudad. 
 Más de 5.000 agricultores y ganaderos llegados de todos los puntos de la geografía española se concentraron la semana pasada ante las puertas del Ministerio

Manifestación del sector primario el mes de febrero 2023 en Madrid. Europa Press

 Indignación en el campo por el acuerdo UE-Mercosur: “Estamos pidiendo a gritos no morir”
Agricultores y ganaderos exigen a Europa que los productos que entren de terceros países cumplan con la normativa comunitaria: “La defensa de la legislación social y medioambiental europea debe ser para lo que se produce en Europa, pero también para lo que se consume”, Asaja Baleares,  Joan Company
 “La verdadera amenaza para nuestro sector es la proliferación de acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, con precios por debajo de nuestros costes de producción y sin cumplir las normativas que imperan para las producciones comunitarias, es un partido con las reglas amañadas.  La verdadera amenaza para nuestro sector es la proliferación de acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, como Mercosur, Chile, Marruecos o Nueva Zelanda, con precios por debajo de nuestros costes de producción y sin cumplir las normativas que imperan para las producciones comunitarias, es un partido con las reglas amañadas".
“En Brasil es legal engordar las vacas con Clembuterol, hormonas de crecimiento prohibidas en Europa desde hace 20 años por los impactos en la salud humana, unos tenemos que ser respetuosos con todo y los otros no tienen que ser respetuosos con nada”. De ahí que los agricultores exijan cláusulas espejo a los productos agroalimentarios que entran en Europa, es decir, que los controles sanitarios y exigencias sociales, laborales y medioambientales sean las mismas.
“Europa se tiene que plantear muy en serio los problemas de la deslocalización, mucha industria europea se fue al sudeste asiático, de la agricultura ya se ha perdido el 30% de las unidades productivas y vamos camino de perder otro 30, quedaremos la mitad y el papel fundamental de la agricultura es proveer alimentos a la población".
"Cuando un mercante quedó anclado en el canal de Suez, hubo retrasos en la producción industrial de seis meses, estamos en una isla y, cuando ha habido problemas de transporte, nos hemos quedado con los lineales de los supermercados totalmente desabastecidos y esto es política de seguridad...  Los ejércitos se crean en tiempos de paz, no porque haya guerra ni con el objetivo de usarlos, y ha llegado el momento de cuestionarse la seguridad alimentaria, no como alimentos seguros, sino como suficientes.  Las grandes revoluciones de la historia han sido por la comida”
"El colmo de la incongruencia del acuerdo con Mercosur es que, siendo el transporte la principal fuente de contaminación de carbono hacia la atmósfera, tengamos que traer aquí alimentos desde tan lejos”.  

“Yo soy defensor de la legislación social y medioambiental europea, pero esa defensa no tiene que ir solo para lo que se produce en Europa, también para lo que se consume en Europa”, argumenta Miquel Gual, presidente de la Cooperativa Agrícola de Sóller. “El gran drama”, prosigue Gual, “es que Europa es extremadamente exigente con los productos producidos aquí, pero es totalmente laxa con lo que viene de terceros países y, si no jugamos con las mismas reglas del juego, seguro que perdemos... Primero tendría que consumirse todo el producto local y, cuando falte, por la capacidad productiva, sí dejar entrar productos de terceros países, pero con la normativa europea, no con la normativa que de esos terceros países. Los campesinos de Europa estamos pidiendo a gritos no morir”.

“Este acuerdo solo beneficia a las grandes empresas”

miércoles, 20 de noviembre de 2024

El feudalismo tecnológico se arraiga en los campos de China e India

 Microsoft afirma que su ambición es mapear y recopilar datos sobre todas las fincas del mundo e integrarlos en sus plataformas digitales.
Y por “todas” Microsoft no se refiere sólo a todas las grandes fincas industriales, 
sino también a los 500 millones de pequeñas fincas alrededor del mundo.

El feudalismo tecnológico se arraiga en los campos de China e India

Durante los últimos años, las principales corporaciones tecnológicas han lanzado iniciativas en el sector agrícola. Microsoft afirma que su ambición es mapear y recopilar datos sobre todas las fincas del mundo e integrarlos en sus plataformas digitales. Y por “todas” Microsoft no se refiere sólo a todas las grandes fincas industriales, sino también a los 500 millones de pequeñas fincas alrededor del mundo.
 
En China e India, donde se encuentran casi dos tercios de las fincas pequeñas del mundo, y con la bendición y el apoyo pleno de ambos gobiernos, la expansión de las grandes empresas tecnológicas en la agricultura avanza rápidamente. Y lo hace sin restricciones reales, sin transparencia sobre los datos que recopilan, y sin regulaciones sobre los productos que estas empresas y sus socios producen a partir de estos datos. El poder corporativo en el sector también está camuflado, con muchas pequeñas empresas emergentes aparentemente independientes, pero que trabajan dentro de una red que en última instancia está controlada por unos pocos gigantes tecnológicos. Esto coloca al agricultor, ganadero o forestal en una posición muy precaria.
 
Y aunque los servicios se presentan como una manera de entregar mayor información a las personas agricultoras, en realidad contribuyen a la pérdida de capacidades, ya que las incitan a depender en el asesoramiento generado por una inteligencia artificial  y en los insumos corporativos, en lugar de utilizar sus propios conocimientos y sus propias semillas locales.

Descubre más en nuestro nuevo informe: https://grain.org/e/7198


Otras referencias:

jueves, 7 de noviembre de 2024

15 de noviembre fecha límite para participar en FotoRural 2024, 18ª edición del Concurso de Fotografía del Mundo Rural.

 El Concurso de Fotografía del Mundo Rural, 
fiel a su cita con los aficionados y profesionales de la fotografía, 
lanza su XVIII edición.
 

Temática central de este años: «Dieta mediterránea, estilo de vida y gastronomía rural».
La alimentación es una tarea cotidiana, imprescindible para la vida, con innumerables connotaciones: culturales, nutricionales, históricas, económicas… La producción de alimentos es una labor que se desarrolla en las zonas rurales y que influye de forma decisiva en la vida de toda la población.

En España, nuestra ubicación geográfica y nuestro recorrido histórico han marcado la forma de entender la vida y la alimentación, conformando un conjunto de prácticas alimentarias que se han denominado como Dieta Mediterránea. Una dieta reconocida como una de las más saludables y recomendables del mundo y que está reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.


La Dieta Mediterránea es seguida mayoritariamente por la población en España, una dieta marcada por los alimentos que se producen, transforman, distribuyen y comercializan gracias a la cadena alimentaria. En ella tienen también un importante papel los establecimientos hosteleros en los que se consumen un gran porcentaje de los alimentos.

La gastronomía es un conjunto de prácticas que ahonda sus raíces en el medio rural. Incluso las opciones gastronómicas más innovadoras no pueden desarrollarse ignorando el gran patrimonio cultural conformado por las tradiciones culinarias de España.

El Concurso de Fotografía del Mundo Rural 2024 premiará imágenes que profundicen en el conjunto de prácticas agrarias, artesanas, de transformación, de cocina o de restauración que convierten a España en uno de los países más ricos del mundo en materia alimentaria. El concurso buscará fotografías de personas y familias produciendo alimentos, distribuyéndolos, transformándolos y por supuesto degustándolos, en sus hogares o en establecimientos de la restauración.

Para el premio ENESA-Campo Seguro del concurso se valorarán especialmente aquellas fotografías que resalten la condición del riesgo inherente a las actividades agrícolas y ganaderas, los fenómenos meteorológicos, la sequía, las catástrofes en el campo, el cambio climático, la sanidad y seguridad animal y vegetal, y demás facetas que se enmarquen dentro del ámbito de la seguridad en el campo.

Para el premio a la fotografía del Patrimonio Cultural Inmaterial se valorarán las imágenes que reflejen usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las personas reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural, y en particular:  tradiciones y expresiones orales, artes del espectáculo; usos sociales, rituales y actos festivos; conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; técnicas artesanales tradicionales; gastronomía, elaboraciones culinarias y alimentación; aprovechamientos específicos de los paisajes naturales; formas de socialización colectiva; música y danza tradicional.

El objetivo último del Concurso es impulsar el conocimiento de la realidad del espacio rural en su conjunto, con especial atención hacia aquellas situaciones directamente vinculadas con el trabajo de los agricultores y las agricultoras, con la oferta de productos alimentarios y de otros usos que obtienen en sus explotaciones, y con las actividades complementarias al ámbito agrario que se desarrollan en el mundo rural y en el conjunto de la cadena agroalimentaria. Las fotografías deberán estar tomadas en España.

Premios
.- Primer PREMIO: 600€. Patrocinado por el Foro Interalimentario
.- Segundo PREMIO: 400€. Patrocinado por el Foro Interalimentario
.- Tercer PREMIO: 300€. Patrocinado por el Foro Interalimentario

.- Premio a la mejor fotografía relacionada con los seguros agrarios: 400€. Patrocinado por ENESA
.- Premio a la mejor Fotografía del Ovino y el Caprino en el medio rural en España: 400€. Patrocinado por INTEROVIC
.- Premio a la fotografía del Patrimonio Cultural Inmaterial en el Medio Rural: 400€. Patrocinado por el Ministerio de Cultura
.- Premio Fademur a la fotografía de las Mujeres Rurales: 400€ (Destinado a mujeres fotógrafas). Patrocinado por el Foro Interalimentario
.- Accésit a las 20 fotografías finalistas: 80€. Patrocinado por el Foro Interalimentario


ORGANIZAN
Fundación de Estudios Rurales. Eumedia S.A. Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR). 
PATROCINADO POR Foro Interalimentario. ENESA. Ministerio-Cultura-2024. Interovic 

lunes, 16 de septiembre de 2024

Clasificación de las Vías Pecuarias del municipio de Redecilla del Camino. 18 de octubre.

ANUNCIO
 relativo a la fecha de inicio de las operaciones 
de clasificación de las vías pecuarias 
del municipio de Redecilla del Camino (Burgos). 

 CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE, 
VIVIENDA Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO 
Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos 

El Director General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Acuerda con fecha de 24 de junio de 2024, el inicio del expediente de Clasificación de las Vías Pecuarias del término municipal de Redecilla del Camino, provincia de Burgos, 
se advierte a los colindantes e interesados 
que el Acta de reconocimiento de las vías pecuarias, 
se levantará el día 18 de octubre de 2024 
a las 09:30 horas, 
en el salón municipal. 

Dichos trabajos estarán dirigidos por personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos, quien ostentará la representación de la Administración, pudiendo manifestar en el acto las alegaciones que estimen oportunas. 

Lo que se hace público para general conocimiento. 
Burgos, 5 de septiembre de 2024. 
El Jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos, 
Fdo.: Javier María García López

viernes, 12 de abril de 2024

«Si no conseguimos el equilibrio entre medio ambiente y agricultura, nos arrepentiremos», entrevista a Manuel Pimentel.

 

Protagonizó la única dimisión que tuvo que afrontar José María Aznar durante sus ocho años de gobierno; presentó su renuncia a 22 días de las elecciones de marzo de 2000, cuando apenas llevaba 13 meses al frente de la cartera. Ingeniero agrónomo y abogado de formación, Manuel Pimentel (Sevilla, 1961) ha recopilado sus artículos de los últimos 15 años sobre la crisis agrícola en ‘La venganza del campo‘ (Almuzara, 2023). Partidario de los acuerdos y enamorado de la vida rural, Pimentel pone el foco en una sociedad que se lamenta del olvido al que ella misma ha condenado al sector primario porque ha decidido que lo rural solo queda bien en ‘stories’ de Instagram.

Entrevista

¿El campo ha sido la primera gran víctima de la globalización?

El campo occidental ha sido víctima no solo de la globalización, porque en otras zonas también afecta la globalización y el mundo agrario está viviendo momentos muy buenos. El mundo agrario ha sido víctima de la bajada brutal de precio por la globalización y por la concentración de la distribución. Bajó tanto el precio que se hizo invisible para la sociedad. Y a raíz de eso comenzó el proceso que hemos ido viendo estas décadas.

Señala entonces a la distribución como uno de los agentes responsables.

En los años 80, 90 y 2000, la distribución se concentró mucho y adquirió un gran poder de compra y apretó mucho los precios. Esa competencia entre distribuidores se transmitió hacia abajo. La distribución es responsable de haber apretado los precios hasta punto de ruina de los agricultores, pero no es responsable del ascenso de los precios que estamos teniendo ahora. Cuando dicen que los precios suben mucho porque la distribución se lo lleva no es verdad. La distribución es la misma ahora que hace 10 años. Lo que está pasando es que las importaciones se encarecen y cada vez dependemos más de ellas porque hemos restringido nuestra capacidad productiva y hay menos oferta y por eso suben los precios.

En agosto de 2009 escribió: «Más pronto que tarde, el campo se vengará en forma de escasez de alimentos, que subirán de precio de forma brusca e inesperada». ¿Por qué si era tan evidente para usted hace 15 años, nadie ha hecho nada por impedirlo?

Porque los imaginarios son muy fuertes. Y ahora es muy difícil cambiarlo. La sociedad urbana valora tan poco la agricultura y tanto el medio ambiente que en el fondo de su alma lo que quiere es que el campo sea para pasear. Y toda la norma europea se realiza en este sentido. Al final los europeos hemos dicho «tengamos el campo para pasear y la alimentación que lo hagan otros por ahí y nosotros ni vamos a preguntar mucho cómo lo hacen siquiera». Esto produce perplejidad, porque nosotros nos restringimos con unas condiciones que están bien, pero a las importaciones no les exigimos lo mismo.

«La sociedad urbana lo que quiere es que el campo sea para pasear»

¿Y cómo hemos llegado hasta aquí?

Cuando salimos al campo, como sociedad urbana que somos, no hemos vivido en esa naturaleza y nos molestan los regadíos, las granjas, los invernaderos… Queremos el campo, pero para otra cosa. Por eso empecé a pensar en la idea de la venganza del campo. Solo cuando el carro de la compra empieza a apretar, que va a seguir subiendo poquito a poquito, pues entonces nos daremos cuenta de que también debemos tener producción agraria en Europa. Estamos colaborando todos en impulsar hacia arriba los precios de la comida para ponerla como un privilegio de ricos. Y no como algo accesible para las clases medias y populares.

¿Si el campo hubiera contado con un buen lobby de comunicación hubiera evitado esta situación?

Nadie es perfecto, pero cuando tu producto no vale, como es el caso de la alimentación, pasan estas cosas. Entre 2000 y 2020, gracias a la globalización y a las nuevas técnicas agrícolas la alimentación europea fue la más barata de su historia. La comida no aparecía en ninguna de las encuestas sobre preocupación. Si tú no valoras la alimentación aún valoras menos los que la producen. Los agricultores se vuelven invisibles. Mientras tanto, la sociedad urbana valora cada vez más el medio ambiente, y esto es muy positivo, pero se olvida de la producción de alimentos. Todas las normas que hemos hecho en Europa nos limitan y restringen en nuestra capacidad. Claro, los agricultores iban protestando, pero como no nos apretaba la comida, no les hacíamos caso. En esa circunstancia, aunque hubieran comunicado muy bien, hubiera sido invisible para nosotros. Por eso empecé a acuñar el concepto de venganza del campo. Solo se van a hacer visibles cuando nos apriete mucho el carro de la compra. Y está empezando a pasar.

¿Hay una confrontación entre agricultura y cuidado del medio ambiente?

En el imaginario de la sociedad europea, cualquier invernadero, cualquier regadío o cualquier granja es una agresión al medio ambiente o de maltrato animal, y por lo tanto vamos a intentar limitarlo con nuestras normas. Ahí olvidamos una variable que es muy importante: el derecho a la defensa variada, sana y a un precio razonable del europeo. Se puede perfectamente conseguir producción agraria de manera sostenible con un equilibrio. Mi tesis ahí es que la política agraria común, que es la más importante en la UE, hasta ahora solo ha tenido el eje de la sostenibilidad, que se debe mantener porque es irrenunciable, pero también equilibrarlo con el derecho de los europeos a una despensa, variada, sana y a un precio razonable. Y para eso los agricultores son parte de la solución, no del problema. Si seguimos como ahora, que, aunque estamos en un momento de desglobalización entregamos la llave de nuestra despensa a terceros países, vamos a seguir pagando nuestra comida cada vez más cara. Si no conseguimos ese equilibrio entre medio ambiente y agricultura, nos arrepentiremos. Es muy difícil, pero no hay que renunciar a ello. Solo aceptamos al agricultor bueno, el que tiene cuatro cabritas y cuatro arbolitos. Si tuviéramos que vivir con ese modelo de agricultura, cada pera o cada manzana nos costaría mil euros. Solo tomarían esa manzana los ricos.

Y ahí es donde entra la extrema derecha a intentar pescar adeptos con su discurso negacionista del cambio climático.

Yo creo que estas protestas de los agricultores han sido muy profundas. Es un mundo que no quiere morir y grita su desesperación. Y lo ha hecho en países con gobiernos de izquierda y de derecha. Es un grito apolítico, profundo de todo un sector. Pero sería igual de suicida olvidarnos de la sostenibilidad de los sistemas naturales como del campo.

«Sería igual de suicida olvidarnos de la sostenibilidad de los sistemas naturales como del campo»

Habla de la paradoja de querer alimentos variados y baratos mientras se imponen normas y leyes que lo dificultan. A eso se suma la contradicción de querer consumir productos de forma masiva que quizá no sean apropiados para nuestra agricultura, como el aguacate, que exige mucho regadío. ¿Qué nos pasa como sociedad que no vemos esta paradoja?

El aguacate es un cultivo de regadío que en muchas zonas es totalmente sostenible. En la zona de la costa de Málaga, de Granada, antes se cultivaban chirimoyas y naranjas que también son de regadío.

Denuncia que hay un doble rasero con los temas energéticos y el regadío, que no se tiene en cuenta el impacto ambiental en plantaciones fotovoltaicas o en instalaciones de gasoductos de hidrógeno, pero que luego sí se ven esos problemas en trasvases hídricos o en planes de regadío.

Sí. Eso está tan metido que es muy curioso. Si hay algo que contamina el medio ambiente visualmente es un molino de viento, y si hay algo que contamina el suelo es una plata fotovoltaica. Y, sin embargo, la sociedad lo ve como algo más sostenible que un cultivo de perales. Y todo porque hemos demonizado al agricultor y hemos subido a un pedestal al técnico de energías renovables. Tenemos que optar, como país, pero tenemos que saber las consecuencias. El caudal ecológico hay que mantenerlo, pero nosotros tiramos muchísimas hectáreas al mar. La población sigue creciendo, la tierra fértil cada día es menor porque la infraestructura urbana, los colegios, hospitales, centros comerciales fotovoltaicos se comen miles y miles de hectáreas de tierra fértil todos los años. Por eso cada vez hay menos tierras y cada vez hay que alimentar a más personas. Y para alimentar más personas con menos tierras, hay que regar. Tenemos que decidir si queremos regar y producir o que sigan subiendo los precios de frutas y verduras.

Y aquí llegamos al consumo de agua: lo hemos visto con el regadío de Doñana, en otros es producción industrial o uso urbano o turístico, y todo eso en un contexto de sequía y menores precipitaciones. ¿El uso del agua es el gran problema que no se aborda en España?

Hay países que tienen menos pluviometría que España, como Israel, pero que tienen mucha más superficie de riego. Las medias pluviométricas no han cambiado en los últimos años. Puede ser que caiga más concentrado o menos, pero cae la misma cantidad de agua. El sinsentido es que haya zonas sin agua potable en Andalucía o Cataluña cuando les sobra agua y todo porque la gente no quiere poner un tubo desde el pantano a su casa. Y mientras tanto aceptamos regasificadoras, gaseoductos de hidrógeno de altísima presión de Algeciras a los Pirineos, con un ramal a Lisboa y atravesando parques naturales. Pero es lo que hemos decidido. El año que llueva tendremos agua y el año que no llueva, no habrá nada.

«Hemos demonizado al agricultor y hemos subido a un pedestal al técnico de energías renovables»

Habla de que todos los alimentos salen del campo, todavía queda muy lejos la impresión de comida 3D o la síntesis de alimentos en laboratorios, aunque es la gran promesa con la que nos dicen que se acabará el hambre en el mundo. ¿Podemos confiar en ella?

Yo creo que la sociedad tiene que estar abierta a cualquier tipo de innovación. Cualquier innovación que mejore la cantidad y la calidad de la comida, bienvenida sea. Ahora bien, lo que yo conozco que se está haciendo ahora dista mucho de ser una cuestión asequible y sostenible.

Durante la pandemia, descubrimos de golpe que trasladar la producción industrial a Asia le cuesta muy caro a Europa. ¿Nos pasa lo mismo con la alimentación?

Es lo que nos está pasando. En Europa vamos encareciendo, restringiendo y limitando las producciones agrarias propias, y por eso los agricultores han dicho «basta». Nosotros hemos decidido que en el campo europeo es para pasear y que la comida es algo molesto y que la produzcan otros por ahí y no miraremos mucho cómo lo hacen. Esto es surrealista, pero es lo que está pasando y no creo que cambiemos a corto plazo. Personalmente creo que se pueden hacer muchas cosas con las nuevas técnicas de cultivo y se puede mejorar el medio ambiente con más producción. Soy optimista y creo que hay campo para rato. Estamos en un cambio de ciclo, como ya pasó con la energía; y Europa, con un mundo en guerra, va a girar en algunas de sus políticas. El problema es que va a costar mucho llegar a eso y antes se tiene que poner el carro de la compra a 500 euros para que la gente empiece a valorar tener producción en Europa.

Apertura de la Piscina de Redecilla del Camino, día 27 de junio a las 12,00h

 Tras unas reformas, reparaciones y reposiciones en las instalaciones  se procede a abrir la piscina municipal de Redecilla del Camino,  en ...