Calle de Junquera cesión de los redecillanos "Junquera" a la Ciudad de Cádiz.
Comerciante
burgalés, de estado soltero, que dejó constancia de su actividad profesional y
privada, tanto de negocios —compraventas, embarques, seguros, empréstitos,
inversiones, obligaciones, etc.—, como de sucesiones a través del testamento e
inventario post mortem.
Este
comerciante burgalés radicado en Cádiz, se matriculó en el consulado de esa
ciudad en 1750. Comenzó arriesgándose en la navegación, es decir, embarcándose
con destino a los puertos americanos, en concreto a Perú, para cuidar las
mercancías y encargarse de su venta, aunque posteriormente se encargaría de sus
negocios en Cádiz, donde murió sin olvidar su tierra de origen.
Por ello, en
su testamento dejó encargado que se hiciera un retablo en la iglesia de
Redecilla del Camino con la imagen de san José y un arquito de plata para
exponer la custodia en el altar mayor. Además mandó hacer un vestido rico de
tisú para ponérselo en los días festivos a la imagen de Nuestra Señora de Ayago
y otro de terciopelo bordado, que al final cambió por dos arañas medianas para
la ermita. También fundó una capellanía en la parroquia de Redecilla para
celebrar cincuenta misas al año, una todos los días 19 de cada mes en el altar
de san José y el resto por las almas del Purgatorio. Parece que el actual altar de San José sería esa capellanía.
Igualmente encargó cuatro
mil misas para después de su muerte, lo que significaba el pago de más de mil
pesos.
Asimismo, dejó unos quince mil pesos, en su mayoría créditos que le
debían paisanos de Redecilla del Camino, familiares y comerciantes de Cádiz.
Bibliografia.:
J.
Ruiz Rivera, Comerciantes burgaleses en el Consulado de Cádiz, en La ciudad
de Burgos, Valladolid, 1985;
“Burgaleses en Cádiz en el siglo XVIII”, en
VV. AA., Castilla y León en América, Valladolid, Caja España, 1991;
Carrera
mercantil de los burgaleses en el Consulado de Cádiz en Burgos y América,
Burgos, 1991;
J. Ruiz Rivera y M. C. García Bernal, Cargadores a Indias,
Madrid, Mapfre, 1992.
Recogemos en esta publicación los vídeos de los Troquiados
que las danzadoras y los danzadores de Redecilla del Camino
bailan o ejecutan todos los años en las fiestas de acción de gracias.
Los "Troquiaos" son una serie bailes o danzas con castañuelas y/o palos que lleva cada danzante, que chocan individualmente o con su compañero (unos con otros) rítmicamente, formando diversas figuras y coreografías, con pasos, posturas y vueltas de gran vistosidad. Y lo hacen al son de las gaitas castellanas, con el tamboril y al compás melodías trasmitidas por la tradición oral
En Redecilla del Camino se representan 5 coreografías o figuras de bailes diferentes
Las que aquí se publican están grabadas por Redecilla, Calle y Camino durante la actuación de las danzadoras y danzadores en la ermita de la Virgen Ntra, Sra. de Ayago el día 24 de agosto de 2024,
por la 2ª parte de las Fiestas de Acción de Gracias 2024
de Redecilla del Camino.
A través de ellas queda testimonio de tantas maneras de ser, de hacer, de rememorar, en fin, de festejar la vida.
Como tales fotos, sólo son unas muestras de una sociedad que cree, que se quiere, y que espera construir algo entre todos que perdure por encima de la muerte de los individuos.
Eso es cultura, es compañía, es confianza, es arte, es naturaleza, es fiesta, en fin, es compartir la vida de todos y entre todos.
Como en la 1ª parte del reportaje(acceso),las fotografías son del fotógrafo profesional Jesús de la Pisa, marido de Isabel Espinosa, a quienes damos las gracias.
Publico aquí unas fotos rescatadas de viejos soportes (diapositivas, foto en papel...) que ahora las podemos ver en cualquier parte, por cualquier medio...
Son fotos de inicios de los años 80 del s. XX, de las fiestas de acción de gracias, de Ayago, de los Danzadores, del entierro de la cuba...
Son fotos en las que aparecen algunos amigos, familiares que nos acompañaron en la fiesta y ya no nos acompañan. Por ellos, por su recuerdo, también merece la pena...
El trabajo es de Jesús Pisa y Isabel Espinosa.
Gracias a ellos tenemos unas fotos que podemos compartir, y por tanto guardarlas en la memoria (en la afectiva y la digital): algo que nos puede dar unidad, pertenencia e identidad.
Quien quiera enviar fotos para compartir puede hacerlo por el correo electrónico de este canal calleycamino@gmail.com
Ariadna (Laia Costa) descubre que su abuelo busca desde hace tiempo los restos de su padre, desaparecido en la Guerra Civil.
Decidida a ayudarlo, viaja a Burgos, donde están exhumando una fosa común en la que podría estar enterrado.
Durante su estancia allí, conocerá la historia de Antoni Benaiges (Enric Auquer), un joven maestro de Tarragona que antes de la guerra fue profesor de su abuelo.
Mediante un innovador método pedagógico Antoni inspiró a sus alumnos y les hizo una promesa: llevarlos a ver el mar.
El Certamen Internacional de Coreografía Burgos & Nueva York es, desde su creación en 2002, una plataforma de proyección para la danza y los nuevos lenguajes del movimiento. Es, además, un espacio de encuentro creativo y de diálogo donde convergen miradas plurales. Cada año, acoge a coreógrafos y coreógrafas de todo el mundo y desarrolla un amplio programa de actividades comunitarias que aproximan la creación al territorio y los públicos.
Organizado por CIDANZ Producciones - Ballet Contemporáneo de Burgos con la colaboración de la Gerencia Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, el Ministerio de Cultura, la Junta de Castilla y León y bajo la dirección del coreógrafo Alberto Estébanez, el Certamen Burgos & Nueva York promociona el arte de la coreografía y los valores creativos que inspiran la danza del siglo XXI. Esta cita, que reúne cada año a un prestigioso jurado, convierte a Burgos en un especial escaparate para acercarse a las últimas propuestas y tendencias coreográficas.
La sección ‘Danza en el Camino’ reunirá algunas creaciones del Certamen expresamente diseñadas para el Camino de Santiago:
estas citadas para Castilla y León... (pasarán también Aragón, Galicia y Bilbao).
El Camino de Santiago atraviesa de este a oeste toda Castilla y León.
Y en la provincia de Burgos, desde Redecilla del Camino, donde inicia el Camino Frances; aquí también se inició esta Sección del Festival hace 5 años "Danza en el Camino".
Su estratégica situación la convirtió en paso obligado de millones de peregrinos europeos y españoles.
PLAZA MAYOR DE SAN MEDEL. MIÉRCOLES 10 DE JULIO | 21:00 horas | San Medel (Burgos) - Plaza Mayor Sede de la competición de ‘Danza en el camino’ en Burgos
TRINCHERA DEL FERROCARIL DE LOS YACIMIENTOS DE LA SIERRA DE ATAPUERCA.
LUNES 22 DE JULIO | 21:00 horas | Atapuerca (Burgos) - Trinchera del ferrocarril de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca
Sede de la competición de ‘Danza en el camino’ en Burgos
IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS DE FROMISTA, PALENCIA
VIERNES 12 DE JULIO | 21:00 horas | Frómista (Palencia) - Iglesia San Martín de Tours
Sede de la competición ‘Danza en el camino’ en Palencia
IGLESIA DE SAN JUAN DE CASTROJERIZ, BURGOS
JUEVES 11 DE JULIO | 21:00 horas | Castrojeriz (Burgos) - Iglesia de San Juan
Sede de la competición de ‘Danza en el camino’ en Burgos
PLAZA DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA BLANCA DE VILLALCAZAR DE SIRGA.
DOMINGO 14 DE JULIO | 21:00 horas | Villarcázar de Sirga (Palencia) - Plaza de la Iglesia de Santa María La Blanca
Sede de la competición de ‘Danza en el camino’ en Palencia
MONASTERIO DE SAN ZOILO DE CARRIÓN DE LOS CONDES, PALENCIA
SÁBADO 13 DE JULIO | 21:00 horas | Carrión de los Condes (Palencia) - Monasterio de San Zoilo
Sede de la competición ‘Danza en el camino’ en Palencia
PLAZA EDUARDO DE CASTRO DE ASTORGA, LEÓN
MARTES 16 DE JULIO | 21:00 horas | Astorga (León) - Plaza Eduardo de Castro
Sede de la competición ‘Danza en el camino’ en León
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RUINAS DEL MONASTERIO DE SAN BENITO DE SAHAGÚN, LEÓN
LUNES 15 DE JULIO | 21:00 horas | Sahagún (León) - Ruinas Del Monasterio de San Benito
Sede de la competición ‘Danza en el camino’ en León
ESCALINATAS IGLESIAS DE SAN NICOLÁS DE VILLAFRANCA DEL BIERZO, LEÓN
MIÉRCOLES 17 DE JULIO | 21:00 horas | Villafranca del Bierzo (León) - Escalinatas Iglesia de San Nicolás
Sede de la competición ‘Danza en el camino’ en León
En ella se hablará, entre otras disertaciones, de la publicación "Geografía Médica del Partido Judicial de Belorado" (1904/1905), en el que se recogen datos de todos los pueblos de la Comarca reseñados por todos los médicos titulares de los mismos de aquella época.
La Marquesa de Fuente-Híjar. Una dramaturga de la Ilustración.
Estudio y edición de La Sabia Indiscreta.
Nota: No es la primera vez que se hablamos en este blog sobre ella y referida a la gigantesca importancia que María Lorenza tuvo en la incipiente obra social de la Ilustración española, en la literatura, y en presencia de la mujer en las esferas de lo político.
Y qué le va esto a Redecilla del Camino?,pues que Mª Lorenza de los Ríos y del Hoyo es oriunda redecillana, nieta de Andrés del Hoyo y Treviño uno de los mercaderes redecillanos en Cádiz y el factor y propietario inicial de la casa de los dos escudos de la calle Mayor del pueblo.
Partiendo del análisis de la dramaturgia del Siglo de las Luces, este libro constituye un primer intento de acercamiento a la vida y obra de la gaditana María Lorenza de los Ríos y Loyo, marquesa de Fuerte Híjar, filántropa que llegó a presidir la Junta de Damas de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid y dramaturga cuya obra más notable, La sabia indiscreta, se ofrece aquí con la intención de abrir nuevas y más amplias vías de investigación en torno a la producción teatral femenina de la Ilustración española.
el cura que limpió el Camino entre Redecilla del Camino y Burgos
Cuando los montes de Oca, uno de los puntos negros de El Camino, eran una selva, Juan de Ortega abrió un camino y levantó un hospital para peregrinos, a los que salvó de los bandoleros oportunistas de la zona(abierto el Camino, abierto para todo, para el mal, pero sobre todo para el bien).
S. Juan de Ortega, iglesia de Quitanaortuño, su pueblo de nacimiento.
A veces, si uno quiere emprender un camino, basta con pegarse a otro caminante y seguir sus huellas. Así lo hizo san Juan de Ortega, que continuó la obra de santo Domingo de la Calzada y hoy es uno de los grandes santos de Castilla. Y San Juan decidió seguir la santidad de Domingo de Villoria
Juan no era de Ortega como Domingo no era de Viloría, Juan de Ortega nació en Quintanaortuño, una aldea distante apenas cuatro kilómetros de Vivar, donde pocas décadas antes vio la luz Rodrigo Díaz, el Cid Campeador. Los biógrafos sitúan su nacimiento en el año 1080, en el seno de una familia pudiente de la zona, con tierras y propiedades. Juan fue el primero de varios hermanos, pero cuando sus padres murieron rechazó la herencia que le correspondía por su primogenitura, ya que tenía otros horizontes menos mundanos. Así, en el quicio entre los dos siglos que le tocó vivir, Juan lo dejó todo y se fue a Burgos para convertirse en sacerdote, siendo ordenado en 1106 por el obispo de Calahorra y Nájera. De aquellos años se ha conservado hasta hoy una ancha casulla que mide 1,63 metros de largo, lo cual indica que debió de ser un hombre alto y robusto.
Parece ser que en Burgos conoció a san Lemes, hoy patrono de la ciudad, y a santo Domingo de la Calzada, un eremita que en el año 1039 dejó su vida solitaria para construir un puente de madera sobre el río Glera (oja) para facilitar el paso de los peregrinos hacia Compostela. De él aprendió los rudimentos de las técnicas de construcción, y juntos, y gracias al impulso y la financiación del rey Alfonso VI, dedicaron el resto de sus vidas a abrir caminos y levantar hospitales y albergues para peregrinos a Santiago.
Ambos, Domingo y Juan, se repartieron el trabajo en Najera y Burgos:
Domingo se encargaría de la zona entre Nájera y Redecilla del Camino,
y Juan trabajaría entre Redecilla del Camino* y Burgos.
«Su vida la dedicó por entero a brindar la mejor acogida a los peregrinos que iban a Compostela, en un tiempo en el que la zona en la que trabajó era un auténtico territorio de frontera. Él lo vivió como una misión sacerdotal», asegura Andrés Picón, canónigo de la catedral de Burgos. Picón atiende pastoralmente la iglesia del monasterio que el santo fundaría años más tarde, y señala que en aquellos años peregrinar a la tumba del Apóstol «era una cuestión muy seria, porque muchos no podían volver a casa. De hecho, el Camino está lleno de cementerios de peregrinos, porque muchos enfermaban durante la travesía».
Una promesa en la tormenta
Cuando en el año 1109 Domingo entregó su vida al Señor, Juan de Quintanaortuño decidió peregrinar a Jerusalén y así encontrar luces sobre el sentido que debía dar a su vida. Tras la muerte de Alfonso VI, Castilla se había convertido en el escenario de varias contiendas por el poder real, otro motivo que llevó a Juan a Jerusalén, donde pasó varios años. En el año 1113, el de Quintanaortuño tomó un barco de regreso, pero una tormenta lo zarandeó de tal modo que Juan prometió que, si salía de esa, levantaría en su tierra una iglesia dedicada a san Nicolás, cuyas reliquias había obtenido en la Ciudad Santa. La tormenta se calmó y Juan decidió cumplir su promesa en medio de los Montes de Oca.
Lo que hizo fue literalmente desbrozar y allanar varios kilómetros de esta zona boscosa para crear un camino que no existía, un lugar donde la proliferación de ortigas hizo que al santo se le llamara a partir de entonces Juan de Ortega. Allí se refugiaban bandoleros que asaltaban y mataban a los que se les ocurría asomar la nariz, por lo que muchos tenían que dar un largo rodeo de varios días solo para poder conservar la vida. Durante los años siguientes, Juan caminaría hasta Redecilla o Belorado para recoger allí a grupos de peregrinos y acompañarlos por el bosque ofreciéndoles su protección y autoridad como sacerdote.
En medio del trayecto levantó un hospital y un monasterio dedicados a san Nicolás, y poco a poco se rodeó de otros sacerdotes con los que creó una comunidad dedicada a la protección, cuidado y acogida de peregrinos. Ese lugar es hoy el monasterio de San Juan de Ortega, uno de los enclaves esenciales del Camino Francés. Allí murió, en junio de 1163, «un hombre entregado a Dios y a los demás», afirma Andrés Picón, para quien el santo «es un ejemplo por olvidarse de sí mismo y vivir hacia los otros», sobre todo aquellos «que buscan algo que dé un sentido verdadero a sus vidas, tal como muchos peregrinos hacen hoy».
Isidro García Cigüenza: «Mi labor consiste en mover a maestros y
profesores para que saquen a sus alumnos fuera de las aulas»
Oriundo de la Riojilla burgalesa, Isidro G. Cigüenza llegó a nuestra tierra hace más de cuarenta años. Enamorado del paisaje y del paisanaje ha realizado su labor didáctica durante todo este tiempo en el mismo pueblo (Estación de Gaucín) y con la misma gente (que no en vano han pasado por sus manos, abuelos, padres y nietos de las mismas familias). Autor de una didáctica específica, que funde y amplía a partir de las filosofías y prácticas avanzadas de la Historia de la Pedagogía (Sócrates, Rousseau, Freinet o Giner de los Ríos), ha venido llevando a cabo paralelamente una labor etnográfica, con libros como: “Habla de la Serranía de Ronda”, “Ecosistemas”, “Arrieros”, “Bandoleros”, “Brujas”, “Boabdil y el Camino Romántico”, “Cabreras”, “Monaguillos” o su último trabajo estelar: “La Pedagogía Andariega”.
– ¿Qué opinión te merece Vicente Espinel?
– A partir de sus tres aportaciones: la novela picaresca, la guitarra española y la Décima espinela, Vicente Espinel mantiene una vigencia inusitada. En su novela “Vida del escudero Marcos de Obregón”, por ejemplo…, introdujo unas temáticas y unas aseveraciones que, cuatrocientos años después, nos dejan pasmados. Leyendo sus textos es como se le conoce:
“Tienen los médicos la obligación de ser dulces y afables, de semblante alegre y palabras amorosas… Que sean corteses; que toquen y acaricien al enfermo de modo que parezca que sólo su visita ya les ha traído mejoría…“
“En este asunto de la crianza de los hijos hay tantas cosas a tener en cuenta que muchas veces, ni a los propios padres que los engendraron y parieron se les puede encomendar esa tarea. Y ello porque las costumbres y manías se contagian de padres a hijos.
– ¿Cómo le descubriste personalmente?
– En Ronda existen varias instituciones y calles que llevan su nombre: un Teatro, un colegio de Educación Primaria, una Asociación de Vecinos, una Coral, una calle de dedicada a su novela y la travesía más comercial y transitada de la ciudad: la Carrera de Vicente Espinel, conocida popularmente como “Calle La Bola”. Sin embargo, y como suele suceder con los nombres onomásticos, su biografía pasa absolutamente desapercibida. Por mi parte, fue escribiendo el libro “Bandolerismo en la Serranía de Ronda”, como lo descubrí. Existe allí un territorio asilvestrado, denominado “La Sauceda” donde Espinel centra una de las escenas más interesantes y divertidas de su obra. Leyéndolo me quedé prendado de su calidad, humor e inteligencia.
– ¿Y eso fue lo que te llevó a Adaptar su obra al lenguaje actual?
– Efectivamente. Mi oficio de “maestro de Escuela y profesor de Secundaria” me condujo precisamente a aprovechar los muchos recursos didácticos que, tanto en el terreno musical, histórico, andariego y novelesco, aportaba Espinel. Él me confirmó la bondad de la metodología didáctica basada en la necesidad de “educar divirtiendo y divertir educando”. Su libro, especialmente para niños y jóvenes malagueños y andaluces, me pareció una joya pedagógica que, superando en humor y calidad moral al propio Quijote de su coetáneo y amigo Cervantes, debía ser traída al lenguaje actual. Fue con motivo del IV Centenario del citado “Marcos de Obregón”, y respetando giros y formas antiguas, como fui conduciendo a sus lectores hacia el deseo ínclito de conocer el texto original. Por otra parte y ahora como aficionado a leer y escribir que soy, me parecía una obligación dejar constancia de mi agradecimiento hacia los grandes autores de la literatura universal, facilitando el conocimiento de uno de ellos. Ya lo dice el refrán: “De bien nacidos es ser agradecidos”.
– Nos consta tu ofrecimiento a Asociaciones, Colegios e Institutos para, con motivo de este IV Centenario, sacar a los niños de los Centros y, por calles y plazas ir realizando actividades didácticas.
– Así es. Dentro de mis posibilidades y continuando con mi labor docente (precisamente por ello) llevo años ofreciéndome de forma altruista para llevar a cabo acciones en torno a Proyectos Educativos como éste de Vicente Espinel. Un proyecto, por cierto global e interesante donde los haya y que abarca infinidad de áreas: historia, literatura, rutas, música… En este caso el tema tiene un atractivo añadido que es la de ahondar en la rima y los ritmos acústicos a partir de la Décima Espinela y de la mano de cantantes actuales como pueden ser Rozalén, El Kanka, Alexis Pimienta, los trovadores hispanos o los raperos improvisadores de las “peleas de Gallos”. Nuestra tierra ofrece además unos recursos artísticos y arquitectónicos fabulosos… Mi labor consiste en mover a maestros y profesores para que saquen a sus alumnos fuera de las aulas. Para que no se dejen domeñar por esa panoplia de horarios, programaciones, libros de texto y contenidos ajenos a sí mismos y a los niños que tutelan. La educación tradicional está muerta, y la tan cacareada “digital” sedentaria y homogeneizada. Debemos recrear una educación proactiva, próxima y comprometida con la colectividad que nos acoge.
– ¿En qué consisten esa “Rutas Espinelianas” que llevas a cabo con niños y jóvenes, acompañados de tu burrita Molinera?
– Se trata de realizar caminatas que enmarcan los relatos de la biografía de Espinel y las aventuras del Marcos de Obregón. Así, y aprovechando la lección que nos dan monumentos, lugares y senderos de aquella época, caminamos por Ronda leyendo sus textos, ampliando aprendizajes y llevando a cabo juegos callejeros que por su simplicidad y jerga rítmica nos resultan entrañables: “Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas no pagan dinero…” Pero no nos quedamos aquí, también nos vamos de viaje a Salamanca, Madrid o Sevilla. ¡A Salamanca, por ejemplo, propongo ir caminando, como en su día fuimos Molinera y yo mismo tras las huellas del joven Vicente Espinel cuando fue a estudiar a su universidad: Adamuz, Córdoba, Mesón del Potro, Hinojosa, Sierra Morena…! ¡Una pasada!
– Creo que también implicas a escritores actuales en vuestro proyecto…
– Lo mejor del itinerario rondeño es que, una vez hecho el recorrido por calles y monumentos renacentistas…, una vez leídos textos…, cantadas las espinelas y jugado a juegos de toda la vida…, concluimos nuestro periplo en el rincón más delicioso de la Calle Marcos de Obregón: en el patio de la casa del mejor y más prolífico escritor de la ciudad: D. Antonio Garrido. Un autor que nos recibe con una alegría y una generosidad proverbiales. Un hombre que, octogenario de edad, nos muestra su bibliografía y sirve a niños y jóvenes de referencia y modelo para entender que, quizás también él, resultará homenajeado dentro de otros cuatrocientos años como lo es hoy D. Vicente Espinel. ¿Habrá algo más aleccionador, vívido y educativo al mismo tiempo? ¡Pasado, presente y futuro, al alcance de la sensibilidad y la memoria tangible de niños, jóvenes y profesores! ¡Un modelo proverbial que no podíamos dejar escapar! ¡Una maravilla!
– Isidro, jubilado… y sigues trabajando en pos de una pedagogía, La Andariega que tú mismo has fundamentado y que estás empeñado en fomentar.
– Y ello porque entiendo mi profesión de educador como un oficio. Un oficio artesanal que no concluye con la jubilación, sino todo lo contrario. Un oficio proverbial e imprescindible que, como si se tratara de un ebanista, un ceramista o un herrero, manipula la materia prima con la que trabaja con respeto, conocimiento, afabilidad y destreza. Mi relación así, con niños y jóvenes, es muy similar a la de aquellos sabios artesanos: trato de fundirme con los intereses y aptitudes de mis compañeros de viaje; busco con ellos encontrar en el entorno próximo (paisajes, monumentos, fábricas, comercios y personas singulares) los recursos pedagógicos que satisfagan nuestros intereses y habilidades. Propicio y fomento, a partir de la experiencia, un compromiso personal y social con lo que nos rodea. Trato, en fin, de llevar a cabo una enseñanza efectiva, afectiva, y solidara. Mi pedagogía, La Pedagogía Andariega, nace de las posibilidades que nos brinda nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra mente para, en constante movimiento, salir a buscar esas respuestas sempiternas que técnica, moral y humanamente nos hacemos. Relegamos la tecnología, lo digital, los libros y las aulas, a lo meramente instrumental. Renegamos de una Educación impuesta por el Sistema. Lo importante para nosotros es descubrirnos a nosotros mismos y nuestro papel en el barrio y en el Cosmos que habitamos. Vicente Espinel, en este caso, es el recurso inmediato que nos permite, siempre caminando, averiguar cosas del futuro a partir del camino recorrido en el pasado. Ya lo dice su Marcos de Obregón en uno de los pasajes: “El camino me lleva…, no soy yo quien lo llevo a él”.