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jueves, 19 de octubre de 2023

Científico europeo propone incorporar ganado para cuidar el ambiente.

El metano es el precio a pagar para beneficiarse de este servicio altamente eficiente”.

"Es fundamental contrarrestar desde la ciencia el concepto apresurado de que 
el ganado debe ser excluido de la agricultura por sus emisiones de metano. 
Es más, volver a acoplar la ganadería al sistema de cultivos con una carga adecuada 
debería absorber este impacto negativo, ya que existe un equilibrio entre la liberación de metano 
y su contribución a una drástica reducción de las emisiones asociadas al uso de fertilizantes”.

A contramano de la opinión pública, Gilles Lemaire destaca la importancia de los sistemas mixtos por sus efectos en el reciclaje de nutrientes y en la fertilidad del suelo, lo cual reduce las emisiones por el uso de fertilizantes en los cultivos.



El Dr. Gilles Lemaire, referente del Instituto de Investigación Agropecuaria de Francia (INRA) presentó una visión disruptiva en el 46º Congreso de la Asociación Argentina de Producción Animal (AAPA), que se contrapone a la movida ambientalista de la sociedad europea. En este marco propuso reincorporar el ganado a los sistemas de cultivos -como ocurría en tiempos históricos- con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación de los recursos hídricos, asociados con el uso de fertilizantes industriales. 
Desde Valor Carne (Argentina) reproducimos su presentación que respalda desde la ciencia la estrategia de los sistemas agroganaderos integrados del país.

¿Cómo se construyeron los suelos fértiles? “Se desarrollaron a lo largo de los períodos geológicos. En un ecosistema natural, los nutrientes minerales disponibles para las plantas (P, K, micro y oligoelementos) son provistos mediante un proceso de erosión muy lento del lecho rocoso. En cambio, el nitrógeno (N) se acumula a través de la fijación simbiótica o sin intervención de los seres vivos desde la atmósfera”, explicó Lemaire en el encuentro que se realizó recientemente en Pergamino, bajo el lema de “Innovaciones para sistemas sustentables”.

En cuanto a la vegetación, agregó que existe un reciclaje interno de nutrientes durante la senescencia foliar y el 80% de los mismos queda como reserva para un nuevo período de crecimiento, mientras que el 20% regresa al suelo con las hojarascas y raíces. Esta fracción ingresa a la materia orgánica fresca y, a través de la actividad microbiana, se transforma en nutrientes disponibles que son reutilizados por las plantas y por las comunidades microbianas del suelo.

El investigador sostiene que este sistema de reciclaje es muy eficiente porque las formas disponibles de N, como nitrato y amonio, no pueden acumularse en grandes cantidades debido a la alta competencia entre plantas y microbios. Entonces, “en tiempos históricos sus pérdidas hacia la atmósfera como óxido nitroso (un poderoso gas de efecto invernadero) así como la contaminación de los recursos hídricos fueron muy bajas”, aseveró.

¿Cómo actúa el ganado en este ecosistema? “La cosecha de forraje por parte de los rumiantes reduce el reciclaje de nutrientes de las plantas y, a la vez, se produce un reciclaje de la fracción consumida por los animales durante la fermentación ruminal. Luego las heces y las deposiciones de orina resultan con una proporción de nutrientes muy favorable para estimular la actividad microbiana del suelo”, indicó.

Esto significa una gran fortaleza para los sistemas agroganaderos. “Las comunidades microbianas del rumen y del suelo tiene un patrón genético similar lo cual acelera el ciclo de nutrientes dentro del ecosistema. Por eso, la emisión de metano debida a la digestión de la celulosa debe considerarse como el ‘precio a pagar’ para beneficiarse de este servicio altamente eficiente y no puede evaluarse únicamente por su impacto negativo”, subrayó.

Ganado & sustentabilidad

Lemaire destaca el rol del herbívoro en la sustentabilidad de los sistemas de producción. “El mayor dilema actual es que necesitamos producir más para alimentar a la creciente población mundial y, a la vez, reducir esos impactos ambientales negativos. Pero en la visión moderna se considera al ganado como un disturbio por la emisión de gases de efecto invernadero”, planteó.

Sin embargo, en los inicios de la agricultura los herbívoros actuaban como catalizadores del reciclaje de los nutrientes. “Luego, en la Edad Media, ante la necesidad de aumentar la productividad de los suelos, se incorporaron leguminosas que fijan nitrógeno, aunque entonces la limitante estaba en las deficiencias de fósforo y potasio, entre otros. Después de la Segunda Guerra Mundial, la producción industrial de fertilizantes en gran escala dio como resultado el abandono progresivo del ganado para mantener la fertilidad del suelo”, contó aludiendo a las causas que llevaron al desacople entre ganado y cultivos.

Desde entonces, los sistemas de producción agrícola intensiva se basan en el uso masivo de fertilizantes que “inevitablemente conducen a emisiones de óxido nitroso y a la contaminación de los cursos de agua con nitrógeno”.

Para el investigador estos efectos son en mayor medida consecuencia de la simplificación y homogeneidad de los modelos de uso del suelo que de un nivel de productividad demasiado alto. “Por eso, es fundamental contrarrestar desde la ciencia el concepto apresurado de que el ganado debe ser excluido de la agricultura por sus emisiones de metano. Es más, volver a acoplar la ganadería al sistema de cultivos con una carga adecuada debería absorber este impacto negativo, ya que existe un equilibrio entre la liberación de metano y su contribución a una drástica reducción de las emisiones asociadas al uso de fertilizantes”, aseguró Lemaire, refiriéndose al alto uso de estos insumos químicos en países desarrollados.

¿Y en la Argentina? Desde Valor Carne difundimos cada vez más estudios locales y experiencias de productores que demuestran los beneficios de integrar la ganadería a los sistemas agrícolas, que además utilizan niveles relativamente bajos de fertilizantes, lo cual permite producir hacienda con resultados económicos y ambientales positivos. Un camino que marca una oportunidad para la carne argentina.
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jueves, 28 de julio de 2022

"Ni percepción ni capacidad de autocrítica": visión de "Silvestres Ezcaray" sobre los incendios de este verano.

Recojo aquí una reflexión que, partiendo de la ola de incendios actual, me parece muy acertada, 
muy conocedora de la realidad e historia de nuestros montes, 
y que nos apunta problemas reales (no inventados) y alguna salida a esta situación.

Ha sido publicada en el facebook de Guía intérprete del Medio Natural. Técnico Forestal y Guía Profesional de Media Montaña de Silvestres Escaray.

De mucho interés las fotos publicadas y sus comentarios.

Aldea de Posadas. Sin árboles. Sin bosques. Limpio todo como la patena. Silvestres Ezcaray



Metidos de lleno en plena vorágine de incendios, asistiendo a como se arrasa y también se atenta, sin escrúpulo alguno, contra el patrimonio natural de todos, la biodiversidad y sus paisajes. Justo en el momento preciso y despiadadamente, cuanto más vulnerable e indefenso se encuentra el monte, ese insustituible ecosistema forestal por el que se sufre y lucha frente a una sofocante amenaza, acechante y destructiva, que no es otra que la originada por nuestra propia especie
Ante la acuciante agonía de muchísimas personas que están perdiendo sus hogares, animales y bienes en cuestión de minutos, su futuro y medio de subsistencia, sin poder hacer nada, abandonos a su suerte, ante la desidia de mandatarios políticos y administraciones que se escudan y eluden cualquier clase de responsabilidades. 
Resulta fácil señalar y autoexcluirse. De excusar errores. De continuar alentando un argumentario populista y simplón, azuzado por un desenfrenado ambiente de sinrazón y de controversia ideológica, de continuada desinformación y que excede ya, en mucho, al ámbito de los manidos incendios forestales. 
No pecamos por falta de conocimiento, no. De lo que se peca es de una carencia de entendimiento e insensatez en todas sus facetas, magnitudes y contextos. 
Se habla largo y tendido sobre la problemática. Se debate, se señala y se vuelve a señalar. No se reflexiona. Se sueltan barbaridades y sandeces por doquier, a cada cual más exagerada y surrealista. La majadería es tal que algunos iluminados están proponiendo poner a la gente desempleada a trabajar limpiando el monte, al menos como se hacía antaño, tajamatas en mano ¿no? 
¿Qué tiene que decir ante tamaño menosprecio y descrédito el sector forestal de nuestro país? ¿Qué ocurre con la dignidad y prestigio de todo un colectivo profesional? ¿Con el grado de experiencia, atribuciones y competencias conseguidas a base de mucho esfuerzo y trabajo? Proseguimos infravalorando su deber y compromiso para con el resto de la sociedad, fomentando una vez más la precariedad laboral, el vilipendio, la desatención y burla… ¡Qué tremendísima falta de respeto!

Se acusa por otra vertiente al excesivo control e impermisibilidad de las leyes proteccionistas ¡Pero coño! si es que si se nos deja lo depredamos todo. Da igual truchas, que setas, que leñas, que caza, que agua..., y no son los emigrantes, no, vivo en un pueblo y los que me conocen saben de sobra de lo que hablo y a qué me refiero ¿Cómo no regular entonces? Aún recuerdo en mis años de estudiante como un profesor de la escuela de ingeniería arremetía contra la gente que se llevaba de los pinares - ¡hasta las piñas! -. Dada la situación y con la que está cayendo, posiblemente hoy opine todo lo contrario… 

Numerosos representantes relacionados con la política y gestión forestal aprovechan para acaparar réditos y proseguir con las imputaciones olvidándose de que, en cierta medida, tampoco se han hecho las cosas demasiado bien por su parte, y si no ¿Quién le iba haber dicho a un ingeniero del antiguo ICONA que las repoblaciones que se planteaban por entonces, por su extensión, monoespecificidad y densidad, iban a ser un verdadero problema ante las condiciones extremas que se están viviendo cincuenta años después? 
Resulta paradójico observar cómo todavía se planta a marcos excesivamente reducidos y a altas densidades, atendiendo a unos más que evidentes criterios productores y económicos, incluso en cuarteles y montes de marcada vocación protectora y conservacionista 
¿Quién les iba decir, igualmente, que la expropiación forzosa de terrenos para reforestaciones iba a ser uno de los detonantes que propiciaría el abandono de pueblos y aldeas a finales del siglo pasado? Se vetaron múltiples usos, y con ello desaparecieron muchas costumbres, tradiciones y paisajes. Esas prácticas seculares que ahora mismo se plantean resucitar a toda costa, con muy poco juicio y mucha falta de coherencia. 
Cabe recordar que, si la superficie forestal nacional ha logrado recuperarse en los últimos decenios, esencialmente ha sido gracias a ese éxodo rural y a la disminución de unas formas de explotar los recursos que poco tienen que ver con las demandas sociales en la actualidad
y qué decir de lo que imponen los mercados en mundo cada vez más globalizado y manipulado. 
No es de ahora. Esto se veía venir desde hace mucho tiempo ¿Buscamos culpables? 
Aldea de Zaldierna. No había bosque. Los pagos y cultivos ascendían hasta donde el clima
y el suelo lo permitiesen. Silvestres Ezcaray.

El bosque crece y se expande, a razón de una reducida tregua suscitada por la emigración de pueblos a ciudades. Reclama sólo sus anteriores dominios, coloniza y compite en base a unos desatendidos terrenos caídos en desuso ¿por descuido? ¿supresión? ¿indolencia? Así lo documentan los Inventarios Forestales Nacionales, aunque, ¿resulta verdaderamente positivo? 
Analizo imágenes en blanco y negro de mediados del siglo pasado de La Demanda y Alto Oja riojano y, es cierto, efectivamente, el monte estaba bien limpito y aseado. Blanco y negro, literal. Se rozaba y quemaba con bastante asiduidad. Los incendios no resultaban tan devastadores ni peligrosos porque básicamente había muy poco que quemar. Apenas quedaba arbolado autóctono y muchas repoblaciones todavía se encontraban en un estado muy incipiente de desarrollo. 
La misma situación era extrapolable al resto de la península ibérica. En relación con esto, debe entenderse que, si hoy en día continúan existiendo en el campo áreas de “maleza” espesa y cerrada; de ese repudiado matorral que es promesa y cuna de futuros bosques, que da comer a nuestras abejas, refugia a la caza, retiene humedades y abona el suelo, entre otras muchas cosas más, es porque justamente ha sido el uso reiterado del fuego el que ha creado y retroalimenta esta clase de estructura y composición vegetal. Es consecuencia de un círculo vicioso, propiciado fundamentalmente por el hombre. Si se quema con cierta frecuencia tendrás más matorral, más denso e intransitable y, por ende, mucho más acúmulo de combustible dispuesto a arder y propagar llama en caso de incendios recurrentes. 
Antiguos prados y pagos abandonados, colonizados por el bosque mixto original.
Valle de Urdanta. Silvestres Ezcaray.

Impacta escuchar a numerosos expertos en su afirmación de que: “vamos a pasar de proteger el bosque, a defendernos de él”. No sé a vosotros, pero a mí me rechinan estas contundentes declaraciones. 
Solo espero que no se malinterpreten de forma generaliza, como lo que sigue; 
.- Que los montes se hallan completamente abandonados. 
.- Que, por estas mismas razones, sólo por estas, arden con una virulencia incontrolable. 
.- Que hace falta gestión, gestión y más gestión. 
.- Desproteger especies y espacios naturales, atenuando limitaciones normativas. 
.- Limpieza, ganadería sin limitaciones, implantación de parques solares y eólicos fuera de control, más quemas si cabe y que, en resumidas cuentas, en el campo se vuelva hacer lo que a cada uno le entre en gana...profundizado un poco en el asunto, se comprende que suelen coincidir las mismas causas y motivaciones por las que a menudo se da fuego al monte de manera furtiva y absolutamente intencionada 
¿Contra quién realmente debemos defendernos entonces? No se trata de dementes o de pirómanos trastornados ¡No!: Sobre dicha lacra poco se discute y razona. 

Se habla de desbrozar sin medida y fuera de época cuando en la atmosfera se dan unos niveles de CO2 que hacen que la vegetación se reproduzca súbitamente de nuevo, de fragmentar al máximo las masas y comarcas forestales, de crear más cortafuegos, pistas y caminos, cuando la mayoría de los incendios provocados se originan cerca de caminos, pistas y carreteras, de reintroducir ovejas y cabras donde se quiera, cien, doscientas, trescientas,…a miles…, que se talen más y más árboles y que tras los aprovechamientos maderables se deje al bosque hecho una zarria, inundado de ramajes altamente inflamables, de desmontes y nuevos accesos, que se extraiga y mercadee con toda suerte de leña,…explotación, explotación, explotación, sin mencionar apenas regeneración. 

Reitero. Regeneración en todas sus facetas, magnitudes y contextos. El momento es delicado, condicionado por un clima severo y una sequía que se atisba atroz y persistente. Ahí está el verdadero peligro y, contra esto, volvemos a desviar preocupaciones 
¿Debemos reaccionar? por supuesto que sí ¿Regresar a la actividad y prácticas tradicionales desde un prisma más amplio, innovador y sostenible? Ojalá, no hay mejor alternativa, pero ¿A qué nivel o escala? ¿Con qué medios y de qué forma? ¿Con qué financiación y recursos?... ¿Con qué apoyo? ¿Cómo se explica y se hace ver una sociedad urbana, a unas nuevas generaciones, cuando la desvinculación e indiferencia respecto a esta orden de desafíos roza los límites del no retorno?
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Contacto con Silvestres Ezcaray
Calle Carnicerías, nº14 bajo
26280 Ezcaray – LA RIOJA
Tlfn. 679078471 (Juan)

jueves, 30 de junio de 2022

Sendero Los siete puentes. Uno de los Senderos más bonitos de España.

Con Descripción de la ruta
Con itenerario Gráfico para no perderse.
Con indicación de GPS para imposible perderse (pdfs, tracks...)


Introducción
Seguramente, si le pidiéramos a cualquier persona que nos describiese qué se imagina al pensar en un sendero, nos describiría esta maravillosa ruta por el barranco formado por el arroyo de Usaya en la Sierra de la Demanda.

Este sendero circular parte desde la aldea de Azarrulla y transcurre a la ida junto al mencionando arroyo, bajo la sombra de frondosas hayas, cruzando el caudal en diversas ocasiones por los puentes que dan nombre a la ruta. A su vuelta, el sendero discurre entre pinos, a media ladera, hasta llegar a la solana desde donde podremos divisar unas vistas maravillosas del valle y de los picos circundantes, como el San Lorenzo, el más alto de la sierra con 2.270 m. y en cuya ladera norte se encuentra la estación de esquí de Valdezcaray. Podemos decir, por tanto, que este sendero es un dos por uno: un sendero de ribera y un sendero de media-alta montaña.

En cuanto a la vegetación, las hayas, robles, álamos y demás vegetación de ribera son los protagonistas indiscutibles de la primera parte del recorrido, ofreciéndonos un espectáculo grandioso de colores en la época otoñal. Esta ruta es, también, un paraíso para los aficionados a las setas, que aquí crecen en gran abundancia y variedad. En la parte alta del recorrido encontraremos pinos, piornos, helechos y acebos.
Por lo que respecta a la fauna, estos bosques de aspecto mágico, dan cobijo a multitud de especies como el corzo, el jabalí, el tejón, el gato montés o la ardilla común (que quizás sea la menos difícil de avistar); numerosas aves, entre las que destacan el águila culebrera, el águila calzada, la real y el buitre leonado;  anfibios como la rana común, la salamandra común, el tritón jaspeado, el tritón palmeado y el sapo partero común; y, por supuesto, reptiles como la lagartija ibérica, la culebra de collar, la lagartija roquera y el lagarto verde.
Aviso La nieve puede ser muy abundante en esta zona. Siempre es conveniente consultar el parte meteorológico a la hora de preparar una excursión y llevar el equipamiento adecuado para las circunstancias que podamos encontrarnos.

El recorrido
El sendero comienza en la aldea de Azurralla. Al llegar encontraremos una pequeña explanada la izquierda de la carretera donde podremos aparcar nuestro vehículo. En este punto, junto a los carteles informativos, sale una pista que da inicio a nuestro sendero y que tras unos pocos metros gira hacia la izquierda en dirección al barranco del Usuaya. Toda la ruta está bastante bien señalizada con las marcas blancas y amarillas de sendero de pequeño recorrido que iremos viendo desde su mismo inicio.
Tras caminar unos doce minutos llegaremos a un cruce con una pista que asciende a nuestra izquierda, la ignoramos y seguimos de frente sin desviarnos. Unos cinco minutos después y tras un giro a la izquierda, el sendero inicia un suave ascenso. A partir de aquí iremos siempre ascendiendo, aunque será un ascenso suave la mayor parte del tiempo. Llevamos el arroyo a nuestra derecha que va bajando y jugando con las rocas, formando pequeños saltos, cascadas y pozas. Caminamos entre hayas y álamos por un camino cada vez más amplio, alfombrado de hojarasca  que lo tiñe de tonos entre el marrón y el púrpura.
Tras unos cuarenta minutos de marcha alcanzamos el primero de los siete puentes de madera por los que cruzaremos sobre el arroyo. Lo cruzamos y continuamos nuestro camino, ahora con el arroyo a nuestra izquierda. Tras otros cinco minutos, volvemos a cruzar el cauce por el segundo de los puentes y continuamos nuestro camino, ascendiendo suavemente por el barranco, con el Usuaya saltando entre las rocas a nuestra derecha.
Seguimos caminando y entre las copas de los árboles, a nuestro frente, podemos ver la cima del majestuoso San Lorenzo, nevada o no según la época del año en la que hagamos la ruta. Unos diez minutos desde el último puente, nos encontraremos con el tercero y, cinco minutos después, con el cuarto. Los cruzamos y seguimos por el sendero, cuya pendiente se incrementa ahora durante algunos cientos de metros hasta llevarnos al quinto puente. Tras cruzarlo, giramos a la derecha y, a los pocos metros, de nuevo a la izquierda.
Continuamos nuestro ascenso bajo una arboleda imponente y rodeados de rocas cubiertas de musgos. El piso del sendero se vuelve un poco más agreste, barranco parece estrecharse un poco, hasta que, finalmente, llegamos al sexto puente. Lo cruzamos y continuamos nuestro camino por el margen izquierdo del arroyo. En unos poco minutos alcanzamos el séptimo y último puente de madera que cruza el arroyo justo por debajo de donde éste forma una pequeña cascada escalonada. Una vez cruzado el puente, debemos prestar atención a la señalización del camino, ya que unos metros más adelante debemos girar a la izquierda abandonando la aparente pista que tenemos frente a nosotros. El camino trepa entre los árboles y deberemos seguir las marcas de color amarillo fosforescente que encontraremos en los árboles y que nos indicarán un giro hacia la derecha. Subimos una empinada pendiente y llegamos a un cruce indicado por un poste de madera donde giraremos hacia la izquierda, tomando la dirección “Solana de Usuaya”. Seguimos caminando y a los diez minutos, aproximadamente, de haber cruzado el último puente, tendremos que vadear el arroyo Usuaya en primer lugar y otro pequeño arroyo en segundo, unos metros más adelante. Ahora el sendero se ha vuelto mucho más estrecho y la vegetación ha cambiado, con los pinos como protagonistas. Estamos alcanzando la máxima cota de nuestro camino.
Tras unos viente minutos de marcha, salimos de los pinos a una zona más despejada y cubierta de helechos. Debemos estar atentos en este punto a las señales de continuidad del sendero y a los pequeños hitos de piedra que marcan el camino que gira hacia nuestra izquierda en unos 45 grados y continúa descendiendo, de nuevo entre los pinos. Unos minutos después volveremos a salir del abrigo de los pinos y alcanzaremos la solana. El sendero continúa su descenso a media ladera, ofreciéndonos unas vistas que nuestras retinas tardarán en olvidar y que bien merecen detenerse un rato para disfrutarlas. En esta parte del camino, además de las marcas de pintura blanca y amarilla encontraremos postes que nos indicarán el camino.
Continuamos bajando. En dos ocasiones llegaremos a sendos cruces en los que debemos seguir el camino en dirección descendente, hasta que el sendero desemboque en una ancha pista. Nos incorporamos a  ella y seguimos bajando hasta que ésta hace una pronunciada curva a la izquierda. En este punto veremos una vereda que sale a la derecha, la cogemos y seguimos descendiendo por ella hasta que desemboquemos en la pista por la que iniciábamos el sendero, justo al salir del aparcamiento.
No te puedes perder
1. Los Puentes: Estas sencillas estructuras de madera, con malla de alambre en el piso para evitar resbalones, nos permitirán cruzar de una orilla a otra del Usuaya hasta en siete ocasiones. Dan nombre a la ruta y el ir a su encuentro constituye, sin duda, el gran aliciente de la primera parte del sendero.

2. Los saltos de agua: El sendero discurre en su primera mitad por el barranco formado por el Usuaya. Este arroyo de aguas cristalinas baja alegre desde la montaña, precipitándose en numerosas pequeñas cascadas y saltos de agua dignos de ver.

3. Vistas desde la Solana de Usuaya: Uno de los grandes atractivos de este sendero es el marcado contraste entre la solana y la umbría de Usuaya. Durante la primera parte del recorrido vamos por el fondo del barranco, en sombra, rodeados de hayas, robles y vegetación de ribera. Pero, en la segunda parte, hemos ganado altura, hemos caminado entre un espeso pinar y, finalmente, hemos salido a la solana que, desnuda de árboles, nos regala unas vistas impresionantes del valle y de sus cimas circundantes. Bien merece la pena detenerse un rato a disfrutar de ellas.

jueves, 14 de abril de 2022

La sangre es una semilla

La sangre es una semilla
Premio de formato abierto de World Press Photo 2022.
Fotógrafa: Isadora Romero*


A través de historias personales La Sangre Es Una Semilla: preguntas sobre la desaparición de las semillas, sobre la forzada la migración, el racismo, la colonización y sobre la posterior pérdida de ancestral conocimiento.

Durante el transcurso del siglo XX, el 75% de la diversidad genética de plantas agrícolas se perdió a nivel mundial. Una de las principales fuerzas impulsoras de la disminución de la agrobiodiversidad es el impulso del cultivo de monocultivos de variedades modificadas y, a menudo, no nativas, para cultivos de mayor rendimiento.

El video es narrado por el fotógrafo y su padre ( https://www.worldpressphoto.org/collection/photo-contest/2022/Isadora-Romero-OPFA/1)  , y está informado por la memoria del padre, así como por sus propias percepciones de las transformaciones experimentadas por los pequeños agricultores en las últimas tres generaciones. El padre de Romero emigró en 1981 en busca de mejores oportunidades y para escapar de la violencia que vivía Colombia en esos años.

El video está compuesto por fotografías digitales y de película, algunas de las cuales fueron tomadas en película caducada de 35 mm y luego dibujadas por el padre de Romero. En un viaje a su pueblo ancestral de Une, Cundinamarca, Colombia, Romero espera aprender sobre su historia y explorar los recuerdos olvidados de la tierra y los cultivos, y sobre su abuelo y bisabuela, quienes fueron 'guardianes de semillas' y cultivaron varias variedades de papa. . Solo dos variedades de patata se siguen consumiendo principalmente en Une.

Aunque el proyecto es una exploración del pasado, se involucra con técnicas contemporáneas, jugando con los paralelos entre los códigos genéticos y los códigos binarios de las fotografías digitales, para preservar este conocimiento antiguo para el futuro.

Este es un proyecto muy fuerte que aborda un tema de preocupación mundial desde un ángulo personal, reflexionando sobre la pérdida personal. 
A través de la investigación de sus propias raíces y ascendencia, la fotógrafa aborda el borrado violento y estratégico del conocimiento cultural que continúa teniendo consecuencias profundamente arraigadas en las nuevas generaciones, la sociedad en general y la Tierra. 
La combinación de métodos y capas sensoriales (sonido, diseño de código y dibujos colaborativos) construyen un lenguaje claro que es a la vez personal y político. 
El video tiene un buen ritmo y es un gran ejemplo de cómo la categoría de formato abierto es un espacio donde los fotógrafos pueden hacer uso de varios medios de una manera coherente e imaginativa para transmitir una narrativa de relevancia mundial.

El jurado otorgó a este proyecto el premio de formato abierto de World Press Photo porque conecta la pérdida personal del conocimiento ancestral y el patrimonio cultural con el borrado estratégico del conocimiento antiguo y las formas de vida, en un impactante comentario sobre las consecuencias de la pérdida de la agrobiodiversidad global.

*Isadora Romero es una narradora visual independiente ecuatoriana con sede en Quito, Ecuador. Le interesan los temas sociales, de género y ambientales. Sus ensayos visuales, explorando la frontera entre el arte y el fotoperiodismo, buscan diferentes enfoques utilizando diversas herramientas narrativas. Romero es co-fundador de Ruda Colec.

miércoles, 23 de febrero de 2022

La Sierra de la Demanda, nuestro destino a lado de casa y aún para disfrutar.

La Sierra de la Demanda, compartida por las provincias de Burgos
(por el norte de la Sierra desde Redecilla del Camino al sur del Camino de Santiago hasta Sierra de Atapuerca, 
y desde ahí por el sur de la Sierra al norte de la carretera N-234 Burgos/Soria), 
La Rioja (por el norte de esta Sierra desde Nájera hasta Grañón al sur del Camino de Santiago y límites con Soria y Burgos
y Soria (por el sur de la Sierra, al norte de la carretera  N-234 Burgos/Soria y sus límites con Rioja), en España, 
promete lugares inmersos en una infinita naturaleza donde la armonía, la tranquilidad 
y el contacto con el medio ambiente invitan a realizar variadas actividades 
para sacudirse de la vida cotidiana de las ciudades.

Lagunas, cascadas, senderos, flora y fauna forman parte de un escenario auténtico de espacios todavía no explorados por muchos turistas, quienes llegan a las grandes ciudades pero no siempre conocen sus entornos y todo lo que la naturaleza tiene para brindar.
Aquí se describen algunas de sus rutas. La información fue extraída desde el website de AGALSA - Sierra de la Demanda, que tiene como objetivo fundamental promover el desarrollo socio-económico de la Sierra de la Demanda, apoyándose en el concurso, participación y colaboración de todos los agentes públicos y privados que intervienen en los procesos de desarrollo económico, social y cultura.

Rutas imperdibles

Sierra de la Demanda, España

La Garganta de Garganchón
Este sencillo sendero recorre la garganta formada por el río Urbión. En el primer tramo, que discurre junto al lecho del río por el fondo de la garganta, los escaladores pueden encontrar nueve vías abiertas para disfrutar de otra forma este desfiladero. Pasados unos tres kilómetros, el camino inicia la ascensión hacia la izquierda hasta llegar al Mirador de Covanegra a 950m.
Desde este momento el camino regresa por la cornisa del desfiladero, permitiendo disfrutar de las vistas, hacia el sur, de los picos más elevados de la Sierra (San Millán, Trigaza, Peña Mulacardo), y hacia el este de la vista sobre el cañón.
El Alto del Camino se encuentra más adelante, a 1230m de altura, mejorando las visuales, y a continuación Peña Gavilanes, desde donde es fácil observar grupos de buitres leonados


Sierra de la Demanda, España
El Sendero de la Genciana
Entre los dos picos más altos de las inmediaciones, el Trigaza y el San Millán, surge el Barranco de la Genciana.
Este sendero se inicia en Alarcia y recorre los pinares y hayedos de la vertiente norte de la Sierra de la Demanda, alcanzando dos miradores desde los que disfrutar del paisaje serrano.
Se inicia la ruta cruzando el pueblo de Alarcia hasta llegar a la “fuente del burro”. Se continúa subiendo hacia un robledal que se abre finalmente para mostrar una panorámica de los montes de Villasur de Herreros.
Continúa la ruta entre pinares y hayedos hasta llegar al Mirador de la Genciana, desde el que la panorámica se dirige al este, divisando los Montes de Oca, la presa de Alba, Valmala, Rábanos y Villamudria.
Hay que retroceder unos metros para adentrarse por fin en los Barrancos de la Tejera y la Genciana, entre hayas, tejos y acebos.
Tras circular brevemente por la carretera se continúa el ascenso por el barranco entre pequeñas cascadas y torrenteras hasta llegar al Mirador de la Cruz, desde donde ver hacia el sur los picos Trigaza y Zapatera antes de descender cómodamente hasta Alarcia.
Indicación: El sendero transcurre por la carretera unos 400 metros para luego cruzar al otro lado. Hay que extremar la precaución en este tramo.

Sierra de la Demanda, España
Subida al Pozo Negro
Desde Fresneda de la Sierra Tirón, hay que seguir dirección Ezcaray hasta el desvío “Área recreativa Las Zarras”. A unos tres kilómetros, pasado el área recreativa, se llega al refugio Tres Aguas, donde se puede dejar el coche e iniciar la ruta, tomando la pista que surge detrás de la construcción, hacia la izquierda.
En todo momento hay que seguir las indicaciones del GR-290 “Dos Aguas”, en dirección Barbadillo de Herreros a la ida (dirección Fresneda de la Sierra a la vuelta).
Si se va en bicicleta, es mejor tomar un sendero que surge a la izquierda, con buen firme, poco después de pasar “Tres Aguas”. La senda discurre junto al arroyo de Pozo Negro, cruzándolo varias veces (se recomienda equilibrio y calzado adecuado).
La dureza de las rampas es cada vez mayor, hasta que finalmente se abren los pastizales sobre los que se encuentra la laguna. No importa el contenido del bocadillo, que a estas alturas sabe a gloria.
Tras disfrutar de este espectáculo se puede regresar por el mismo camino o lanzarse hasta el pico Otero, a un kilómetro y medio de distancia y 262 metros de desnivel, y con una impresionante panorámica sobre la Sierra de la Demanda (sobresaliendo los picos San Millán al este y San Lorenzo al oeste), Montes de Oca al norte y Sierra de Neila al sur.


Sierra de la Demanda, España
La Ruta de las Cascadas

Desde Fresneda de la Sierra Tirón, hay que seguir dirección Ezcaray hasta el desvío “Área recreativa Las Zarras”. A unos tres kilómetros, pasado el área recreativa, se llega al refugio Tres Aguas, donde se puede dejar el coche e iniciar la ruta, tomando la pista que surge detrás de la construcción, hacia la izquierda.
En todo momento hay que seguir las indicaciones del GR-290 “Dos Aguas”, en dirección Barbadillo de Herreros a la ida (dirección Fresneda de la Sierra a la vuelta).
Si se va en bicicleta, es mejor tomar un sendero que surge a la izquierda, con buen firme, poco después de pasar “Tres Aguas”. La senda discurre junto al arroyo de Pozo Negro, cruzándolo varias veces (se recomienda equilibrio y calzado adecuado).
La dureza de las rampas es cada vez mayor, hasta que finalmente se abren los pastizales sobre los que se encuentra la laguna. No importa el contenido del bocadillo, que a estas alturas sabe a gloria.
Tras disfrutar de este espectáculo se puede regresar por el mismo camino o lanzarse hasta el pico Otero, a un kilómetro y medio de distancia y 262 metros de desnivel, y con una impresionante panorámica sobre la Sierra de la Demanda (sobresaliendo los picos San Millán al este y San Lorenzo al oeste), Montes de Oca al norte y Sierra de Neila al sur.

Sierra de la Demanda, España
La Senda de los Batanes
La senda de los Batanes es un paseo agradable con un interesante trasfondo histórico: la industria textil de Pradoluengo.
El recorrido, perfectamente señalizado, descubre las principales industrias textiles que operaban en la localidad, mientras se remonta el río que les daba energía.
La ruta tiene unos 4 km de ida desde el centro del pueblo. Hasta aquí también se puede llegar en coche por una carretera. Y si se quiere continuar el paseo, se puede llegar al nacedero del Oropesa, que se encuentra a 6km desde este punto, tras atravesar un bonito hayedo: sólo hay que seguir las indicaciones del PR (línea amarilla sobre blanca).
Para regresar a Pradoluengo se puede tomar el camino que asciende hasta una carretera, con firme de grava hasta la depuradora y después asfaltada, en la que se encontrarán paneles informativos acerca de los edificios de esta Senda de los Batanes.
La ruta acumula un desnivel de 172m, es de baja dificultad y los bosques que atraviesa merecen la pena.


Sierra de la Demanda, España
Laguna de Haedillo
Esta ruta comienza en el pueblo de Tolbaños de Arriba, junto a la ermita de Nuestra Señora del Salterio (pasando el pueblo en dirección a Neila, a la derecha). El camino discurre bajo el bosque. La senda asciende con suavidad hasta llegar a una pista ancha. Hay que cruzar el arroyo por el puente señalizado (Puente de los Angelitos) y girar a la derecha para buscar la pista bien marcada que sube hacia la izquierda. Ya sólo hay que seguir esta pista, que trepa rápidamente en zigzag por la ladera. Está señalizada con hitos (montones de piedras). En invierno hay que estar muy atento porque estos montones quedan ocultos con la nieve y es posible perder el sendero. El último tramo es el de mayor pendiente, y el sendero se difumina. Una vez arriba se puede pasear por la laguna o dirigirse hacia el oeste para alcanzar a unos 600 metros el Pico Haedillo, desde donde se divisa hacia el norte y de izquierda a derecha Sierra del Mencilla, San Millán y San Lorenzo, y hacia el sur el valle del Arlanza.
Si hay ganas de continuar, se puede tomar la cuerda de la Sierra hacia el este. A 7 kilómetros del Pico Haedillo siguiendo la cuerda, divisaremos las Lagunas de Neila.
La ruta parte del área recreativa de Santa Icilia. En el camino hasta allí, una pequeña cascada cae sobre una bonita zona de baño. Se debe desechar la pista forestal que sube al Guariste (marcada como GR-290 –Dos Aguas), y el camino de grava que baja Santa Icilia; entre ellos aparece un sendero entre robles que es el que se debe seguir hasta llegar a un puente de madera.
La cascada se encuentra en el margen izquierdo del rio Umbría, por lo que no se atravesará el puente y se subirá por un estrecho camino que asciende por la montaña, hasta llegar a una pequeña campa, donde desemboca el arroyo del Chorranco. Siguiendo su recorrido contracorriente, llegaremos a la Cascada del Chorranco, de unos 20m de altura. El paisaje de robles, hayedos y pinar es una delicia.


Sierra de la Demanda, España
Subida al San Millán
El camino menos dificultoso para subir al San Millán parte desde Pineda de la Sierra.
El paisaje que se muestra durante todo el trayecto y la panorámica desde el pico más alto de la provincia hacen que merezca la pena el esfuerzo. El recorrido no presenta dificultades técnicas (más allá de su longitud y el desnivel).
Al terminar el pueblo, pasado el puente sobre el Arroyo Malo, hay que tomar una senda bien marcada a la izquierda sobre una ladera de pastos y matorral bajo, la Loma de los Helechares, que desemboca en la base del Pico San Millán.
Hacia atrás queda el cordal de la Sierra de la Demanda coronado por El Trigaza (2.084m), a la izquierda el profundo Barranco Malo y a la derecha el Mencilla. Al llegar a
un marcado cruce de caminos hay que tomar el de la derecha, que incrementa la pendiente. En seguida el camino se une a otro más ancho que llega allí desde el Puerto del Manquillo.
Queda el tramo más corto pero más duro del recorrido, para llegar a la cima del San Millán (2.131m) y disfrutar del paisaje infinito que ofrece la cumbre más alta de la provincia.
El regreso se puede hacer por el mismo camino, o bien tomando la pista ancha hasta el Puerto del Manquillo para allí unirse a la Vía Verde (esto añadirá unos 5 kilómetros a la ruta). Esta última opción permite visitar el modesto nacimiento del río Arlanzón, a unos 5 kilómetros después de iniciar el descenso, ya en el término municipal de Riocavado de la Sierra
 
Sierra de la Demanda, España
Dehesa de Arlanzón
Este pequeño recorrido por la dehesa de Arlanzón es ideal para realizar con niños.
Se puede llegar hasta la Abadía de Foncea siguiendo el trazado de la Vía Verde hasta encontrar, pasados algo más de tres kilómetros desde Arlanzón, el panel que señaliza los restos de la Abadía. Desde el mismo panel se desciende unos metros hasta el arroyo Foncea, al otro lado del cual se encuentran los restos del monumento.
Sorprende lo poco que se ha conservado de esta Abadía que fue sin embargo una de las más destacadas por su jurisdicción y poder.
De todo ello percibía el abad rentas y aprovechamientos y compartía posesión con el Concejo de la Villa de Arlanzón. Su abad era un miembro destacado del cabildo de la catedral de Burgos.
De la antigua casa-palacio con su iglesia tan sólo se conservan cinco monolitos que indican su antigua ubicación sobre los que se ha colocado una cruz.
Se puede regresar por el camino que surge en las inmediaciones, paralelo a la vía verde, bajo la bien conservada dehesa de Arlanzón. Abunda la fauna y la ganadería en esta zona, y es fácil cruzarse con parsimoniosas vacas y pequeños pájaros de bosque (herrerillos, carboneros, mitos, trepadores azules, agateadores…).


Sierra de la Demanda, España
Desfiladero en los Montes de Oca
En el curso alto de los ríos, las pendientes son elevadas, las aguas de escorrentía impredecibles y la fuerza del agua crea paisajes incisivos, horadados en la roca. El conjunto de desfiladeros del río Oca y afluentes son un gran ejemplo.
Se puede recorrer un sistema de profundas gargantas calizas de un kilómetro aproximadamente siguiendo un pequeño sendero tallado en la misma roca en las inmediaciones de la ermita de Nuestra Señora de Oca (desvío desde la N-120, poco antes de entrar en Villafranca si se va desde Burgos).
Para localizarlo: frente a la entrada de la ermita surgen dos caminos, uno ancho que discurre a lo largo de una pradera para llegar a la Fuente de San Indalecio y, junto a él, otro estrecho que sube suavemente por la ladera y que conduce al desfiladero.
Este sendero finaliza al toparse con el muro de cierre de la presa de Alba, y hay que volver sobre nuestros pasos para regresar.
Otro conjunto de desfiladeros se abre aguas arriba de la presa, y se puede acceder desde la localidad de Villamudria, en la vertiente sur de los Montes de Oca (a la que se llega tomando el desvío en Ibeas de Juarros hacia la BU-820).



Sierra de la Demanda, España
Camino de San Olav
Antes de morir a los 28 años –dicen que de nostalgia- la princesa Kristina de Noruega hizo prometer a su esposo que construiría en Covarrubias un templo a San Olav. La hija del rey Haakon IV de Noruega llegó a España en 1257 para casarse con un hermano del rey Alfonso X, el Sabio, y así fortalecer la unión entre ambos reinos. El matrimonio vivió en Sevilla, pero como el marido, don Felipe, había sido abad de la Colegiata de Covarrubias, decidió enterrar allí a su joven esposa cuando ésta murió sólo cuatro años después de la boda.
El Camino de San Olav arranca a los pies de la Catedral de Burgos, enlaza con la Vía Verde del Santander Mediterráneo, y atraviesa varios pueblos hasta introducirse en el territorio de Lara en Revilla del Campo. El retablo de su iglesia merece una parada antes de continuar hacia Quintanalara, pequeña localidad en la que perdura el arte del carboneo. El camino continúa hasta Cubillo del César mientras el paisaje se va poblando de sabinas a medida que se avanza hacia los Sabinares del Arlanza. La siguiente localidad es Cubillejo de Lara, donde destaca el dólmen que se encuentra junto al pueblo. Continúa el camino hacia Quintanilla de las Viñas, ya mencionado por la relevancia de su ermita visigótica y también por el yacimiento de incitas de Las Serenas, y después prosigue hasta Mambrillas de Lara, donde aflora otro de los yacimientos de incitas, el de La Pedraja.
Cruzando la N-234 se inicia una subida a través de la bien conservada dehesa de Mambrillas, hasta la primera de “Las Mamblas”, cerca de la entrada al valle de Santa Olalla. Siguiendo las indicaciones y ya muy cerca de Covarrubias, se desciende hasta la ermita de San Olaf, un edificio contemporáneo que representa con lenguaje actual todo el simbolismo del medievo y la nostálgica historia de Kristina de Noruega.

Sierra de la Demanda, España
Sendero Minero de San Adrián de Juarros
El doble atractivo, ecológico y etnográfico, de este recorrido lo convierten en una muy buena opción para descubrir el valle.
El sendero enlaza la historia de una minería en auge entre mediados del s. XIX hasta finales del XX, cuando otros combustibles más baratos y eficientes pasaron a sustituir la función del carbón. La historia de esta minería se explica en paneles informativos en un recorrido circular entre los pueblos de San Adrián y Brieva de Juarros.
El camino atraviesa robledales y pinares, típicos del paisaje juarreño. Desde el Mirador del Sauce, a caballo entre las dos localidades, se pueden sacar estupendas fotos de las cumbres de la Sierra, dominadas por el Pico San Millán.
La ruta parte de San Adrián de Juarros, donde se encuentra el centro de recepción de visitantes al final del pueblo. Junto a él, un panel informativo resume los datos de interés del camino y a su lado surge el sendero.

martes, 9 de noviembre de 2021

Hace tres años de la barbaridad de la tala de "El Ezcarro".

En otoño de 2018 hubimos de oficiar un Requiem por el Ezcarro, el funeral de un Patrimonio Natural, de un árbol singular que daba nombre a un pago: "El Ezcarrro".
Pero la naturaleza está por encima de los seres, estos que andamos pululando por este planeta limitado, del que parece que no nos hemos enterado, con lo listos que somos, de que no es nuestro.

Pero a pesar de los pesares, de las burradas y de la inconsciencia 
de nuestra acción en la naturaleza (¡y ya son muchos los avisos...!), 
ahí está "El Ezcarro", 
dando la cara y recuperándose de sus heridas.
renaciendo en 2019 e hijeado por donde puede

renaciendo en 2019

renaciendo en 2019


verano 2021

recuperándose 2021 y buscando las alturas.

verano 2021

en la actualidad 2021.

La vega y madre del río Reláchigo sigue sin ninguna planificación, ni aprovechamiento, ni uso... 
Es como un estercolero; de hecho parece que el tramo hacía Vegas está prohibido su paso, y no se sabe por qué?.
Y si hay un plan por qué no se comparte?. 
El Ayuntamiento de Redecilla del Camino no va a tener presupuesto para ordenar esa vega, salvo que se gestione con dineros del exterior.

Hay, no obstante, fórmulas por las que se puede adecentar mediante el trabajo comunitario, voluntario... 
Alguien da más, y se encarga de poner en marcha ese proceso, de sumar voluntades?.
Contará con mi apoyo, y seguro que con los de otros redecillanos.



Publicación  en este Blog en 28 de noviembre de 2018
"Cuando las cosas hay que hacerlas, se hacen, 
pero hay que procurar hacerlas perfectas.

La Limpieza del río Reláchigo había que hacerla, 
pero se puedo hacer mucho mejor, 
como mínimo se debieron preservar 
las especies endémicas y singulares de nuestro patrimonio natural.

¡Esta vez ni se ha procurado hacerlo bien!.

Patrimonio natural, que muchos como no conocen, y por tanto no lo aprecian.
Otros lo conocen, únicamente, para aumentar su cartera.
Ese patrimonio casí ni estaba en la ribera del río Reláchigo.
No molestaba la limpieza del río.
Por qué se mató?

La naturaleza tiene todos los titulos de propiedad habidos y por haber.
Como no la respetemos, ejercerá sus derechos de propiedad sobre nosotros.
Entonces no valdrá quejarse.

De ese troncón espero que retoñe la vida.

Languidece el patrimonio natural de Redecilla del Camino.

Y no solo ha pasado con el Ezcarro,
una intervención de estas características sobre la rivera del río Reláchigo
 mereció algo más que una burda limpieza.

Da vergüenza ajena que aún haya mentalidades de este tipo,
que no perciban la riqueza que nos viene de la naturaleza:
Todo lo que somos nos viene de ella.

El Ezcarro, un pago porque hubo un árbol singular.


Este era nuestro Ezcarro

sábado, 16 de octubre de 2021

De Quintanar a Avellanosa de Rioja. Senderismo con FAS TIRON. 23 de Octubre




Ruta otoñal de FAS Tirón: 
Un recorrido por la naturaleza y la arquitectura popular de la zona (dificultad baja).
Para conocer mejor un trozo de los montes y pueblos de la comarca: 
.- Quintanar de Rioja, 
.- La cuenca alta del río Reláchigo, sus bosques, su flora, su fauna...,   
.- y Avellanosa de Rioja, algo muy especial y vivo.
Vamos, que no te lo puedes perder!.

Fecha: 23 de Octubre de 2021, a las 09:30 horas
Recorrido: Quintanar de Rioja a Avellanosa de Rioja siguiendo el curso del río Reláchigo, y vuelta

Organiza: FAS Tirón
Nota: Puede asistir el que quiera, no ninguna dificultad.

martes, 6 de abril de 2021

Beatriz Montañez, estrella ermitaña.


Alcanzó la fama en televisión, pero acabó harta y rompió con todo. 
Aislada hace años en una casa de campo, 
publica su primer libro, ‘Niadela’, una catarsis en fusión con la naturaleza.


En la película Dersu Uzala, el viejo cazador nómada abronca a un soldado ruso por tirar un trozo de carne a la hoguera. 
- “¡No hagas eso! ¡El fuego se comerá toda la carne, y si llega otra gente y la ve, podrá comer!”.
—Quién va a venir por aquí…
—¡Mucha gente! —insiste Dersu.
—¿Quién?
—¡Viene el tejón, y el cuervo también, y los ratones! ¡Mucha gente! ¡En la taiga no estamos solos! ¡Nunca!

Beatriz Montañez vive con mucha gente. Vive con el ciempiés y con la araña toro, con el lagarto ocelado, con el sapo de espuelas, con los grillos, el jabalí y el murciélago hortelano. También vive con la culebra de herradura, con la lagartija colirroja y con el escarabajo de cementerio. Y con decenas de aves: la abubilla, el reyezuelo sencillo, el pájaro carpintero, la oropéndola europea, la bisbita pratense, el avión roquero…, entre muchas otras a las que da las gracias en el glosario zoológico que cierra su primera novela, Niadela, publicada por el sello Errata Naturae.

Antes, Beatriz Montañez vivía en Madrid y cientos de miles de personas la veían en televisión con el Gran Wyoming. Tuvo éxito con ese programa, El Intermedio, pero llegó un punto en que no se sentía bien. “Empecé a escuchar el tictac de una bomba que podría explotar en cualquier momento”, dice. Se fue. En 2014 fichó por Telecinco e hizo un programa con otras cuatro presentadoras que le acabó de quemar los fusibles. Explica que pidió mantenerse al margen de temas del corazón y de entretenimiento banal. “Ellos se comprometieron, pero después de unas semanas de emisión me di cuenta de que aquello iba derivando en algo de lo que no quería formar parte”. Lo dejó y dice que fue entonces cuando la bomba de relojería estalló. “Pero no fue lo único que motivó la detonación, pues una bomba está compuesta de muchos materiales conectados entre sí”.

Nació en Ciudad Real (1977) y vivió en el pueblo manchego de Almadén hasta que era adolescente. Su padre murió en un accidente de tráfico cuando tenía cuatro años. Nadie se lo explicó. Su madre no le dijo que su padre había muerto y que nunca más lo vería. Dice que creció casi muda. En el instituto la llamaban rara. “Me daban pescozones en la cabeza”.

El fantasma del padre, la infancia difícil, la tele, la fama, la frustración. Los elementos de la bomba.

Cuando explotó, se fue de viaje por Asia. Estuvo en templos budistas. Se acuerda del nombre de uno, Wat Ram Poeng, en Tailandia, no del de los demás. Dice que arrastra un problema de memoria y que un psicólogo le diagnosticó “amnesia retrógrada” por un trauma de su adolescencia. Al volver de Asia, trabajó de guionista de Muchos hijos, un mono y un castillo, documental dirigido por su expareja Gustavo Salmerón. Luego se recluyó en una casita del interior valenciano a la que se llega por una pista de tierra, sola y aislada. “Había telarañas por todas partes, colchones llenos de pulgas y alfombras llenas de vida. No tenía agua caliente ni luz. La chimenea no tiraba. La primera noche dormí vestida. Pasé frío y oía ruidos extraños. Acabé durmiendo por puro cansancio, pero me quedé dormida con una sonrisa. Esa primera noche fui muy feliz. Estaba en paz. Era una sensación que nunca había experimentado, como si un líquido templado naciera en la boca del estómago y se derramase por todo el cuerpo”. Allí ha estado cinco años y ha escrito Niadela, un libro en la tradición anglosajona del nature writing o escritura de la naturaleza. Ahora la casa es acogedora. Sencilla, decorada con gusto y esmero, atiborrada de piezas de ganchillo y con una fila de post-it en la chimenea con ideas suyas apuntadas a boli como “El medio más seguro de deshacerse de la carencia es desviarse del camino” o “No poseer nada es una de las facetas de la libertad”. Ya de niña le gustaba la escritura —su madre la presentó al concurso de poesía de Almadén; perdió—, pero en esta casa la ha vivido con una pasión nueva. “Me he dado cuenta de que puedo pasar meses en silencio, pero no puedo pasar días sin escribir”. Por las mañanas medita frente a un acantilado con su collar de cuentas nepalí en la mano, luego hace la casa, pasea, cocina y la tarde la dedica a la literatura. Cuando sale a hacer la compra al pueblo más cercano, en un cascado jeep que conduce a cierta velocidad por la pista sin asfaltar, se embute en los oídos unos tapones de espuma.

En Niadela vuelca en palabras sus observaciones. Usa un vocabulario exuberante y realiza unas representaciones milimétricas. “Describo el sol más de 40 veces y nunca desde el mismo punto de vista. El sol es diferente cada día, como lo son el cielo y las nubes, como lo son las ramas de los árboles y los arbustos. Solo hay que pararse a mirar con profundidad para darse cuenta”. El libro describe su primer año en este lugar y se compone de fragmentos donde hay memoria, ensayo, realidad, delirio, lirismo, un ritmo corto y veloz. “Quise que fuese poético, pero que estuviese confeccionado a golpe de hacha”.

Beatriz Montañez parece una persona frágil y feroz. Herida pero con una voluntad animal. De adolescente se fue de casa a Ciudad Real, después a Madrid, y con 21 años trabajó un año en Tokio de modelo. Allí vivía en un edificio con otras colegas de oficio. Un día a una le apareció una rata en el retrete. Ella la mató a golpes con una espátula de hierro. Más tarde se fue a Los Ángeles y estudió Comunicación en la Universidad de California mientras curraba en varios sitios a la vez y tiraba de efedrina para poder estar activa sin descanso.

En ocasiones, leemos en Niadela, le gusta salir a caminar desnuda.

Lo narra así Montañez: “Cuanto más enmarañado el sotobosque, más acompañada me siento. Es una sensación antigua, gloriosa. No siento ni frío ni calor. No siento el cuerpo. Las zarzas me rayan con sus afiladas uñas buscando las cuerdas del arpa. No suena nada. Soy piel hueca sobre hueso bruñido. Por eso vagabundeo entre la maleza. Busco mis tripas, despertar la sangre que duerme, avivar el alma descuidada. Quiero perder la cabeza para sentirme extraña, quiero caminar por los límites del orbe, cambiar de color en otoño, beber néctar de escarcha, mezclarme con la tierra y renacer purificada”

Peligro extremo para los peregrinos en Redecilla del Camino, en todos los cruces con la N-120.

Se veía venir, lo que se observa diario: que algún de los Medios de Comunicación, esta vez de la mano del  Plan Director del Camino de Stgo....