Blog sobre Redecilla del Camino y comarca.

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jueves, 8 de febrero de 2024

El malestar del campo: la crisis del neoliberalismo que amenaza con teñirse de pardo.

Cuando te equivocas de diana, o escupes contra el cielo.

La dimensión continental de esta contestación evidencia el carácter estructural 
de los problemas del sector primario. 
Los agricultores y ganaderos europeos sufren una crisis capitalista de manual. 
Es decir, una crisis de crecimiento de una actividad que se desarrolló y prosperó 
durante décadas gracias a su modernización e industrialización, 
pero que se encuentra estancada desde principios del siglo XXI. 
Está encerrada en un modelo productivista que ya no crece y genera malestar 
entre unos endeudados y empobrecidos campesinos.

La PAC nació en 1962. Desde entonces, se está subvencionando la agricultura en Europa. Hay que potenciar la soberanía alimentaria pero protegiendo a los pequeños agricultores, no a grandes empresas que trabajan en Europa pero también en países con menos exigencias sociales y medioambientales. Hay que cuidar a la agricultura pero no a cualquier precio. El cambio climático es una realidad de la que no podemos escapar. Por muchas tractoradas, la lluvia no se puede subvencionar.

Manifestación de agricultores en Belfort (Francia) 31 enero de 2024. / Thomas Bresson (vía Wikimedia Commons)

Las botas pardas se tiñen del marrón del barro. Algunos dirigentes de la extrema derecha europea habrán pisado más el campo en estas últimas semanas que en el resto de sus vidas. Desde Vox hasta Alternativa para Alemania, pasando por la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen o Hermanos de Italia, las formaciones ultras pretenden instrumentalizar la actual oleada de protestas de agricultores. Y eso que promueven el mismo modelo económico que tanto malestar genera entre los campesinos: el capitalismo neoliberal.

Cuando faltan cuatro meses para las próximas elecciones europeas, esta rabia del campo aparece como un regalo caído del cielo para la ultraderecha, que ya tenía el viento en popa de cara a los comicios del 9 de junio. Si bien en 2019 las manifestaciones climáticas de los jóvenes tuvieron una incidencia en ese escrutinio y favorecieron el crecimiento de los verdes en la Eurocámara, la actual oleada de protestas campesinas aparece como un síntoma del cambio de época. Es una señal del efecto backlash (reacción conservadora) que sufre el ecologismo, pero también de los límites e incoherencias del neoliberalismo verde.

Alemania, Francia, Polonia, Países Bajos, Rumania, Italia… Es larga la lista de los Estados donde se han producido este tipo de movilizaciones, que también han alcanzado a España desde principios de febrero. La dimensión continental de esta contestación evidencia el carácter estructural de los problemas del sector primario. Los agricultores y ganaderos europeos sufren una crisis capitalista de manual. Es decir, una crisis de crecimiento de una actividad que se desarrolló y prosperó durante décadas gracias a su modernización e industrialización, pero que se encuentra estancada desde principios del siglo XXI. Está encerrada en un modelo productivista que ya no crece y genera malestar entre unos endeudados y empobrecidos campesinos.

En 2020, el 0,5% de las explotaciones más grandes recibió el 16,6% de los fondos de la PAC

A eso se le suman las incoherencias de las políticas agrarias de la Unión Europea. Por un lado, el hecho de dar una gran cantidad de ayudas al sector, sobre todo los 41.400 millones de la PAC, pero hacerlo sin criterios de justicia social –en 2020, el 0,5% de las explotaciones más grandes recibieron el 16,6% de los fondos, con ayudas individuales superiores a los 100.000 euros– ni climática –se reparten en función de las hectáreas, lo que incentiva una agricultura productivista y contaminante–. Por el otro, el haber renunciado a una regulación de los precios que se pagan a los campesinos y haber suprimido los aranceles sobre los alimentos de fuera de la UE, con la firma de tratados de libre comercio.

Estos factores económicos no resultan las únicas explicaciones del actual malestar agrícola –también alimentado por las sequías, el exceso de papeleo, las normas medioambientales, la competencia “desleal” de los productos ucranianos…–, pero han influido en el estallido social de esta profesión, tan desigual como precarizada. 

“Queremos vivir de nuestro trabajo”, “Cuando llego a final de mes, no me queda ningún ingreso neto. Vivo gracias al salario de mi mujer”… Testimonios como estos resultan habituales entre los campesinos que han cortado carreteras en Francia.

Grupúsculos ultras se infiltran en las protestas

A pesar de ello, los grandes medios y buena parte de la clase dirigente han impuesto una interpretación mucho más simplista y parcial: el campo contra la ecología. Este diagnóstico solo tiene en cuenta las últimas gotas que han colmado el vaso –la supresión de la subvención del diésel rural en Alemania o Francia o una reducción del tamaño de las granjas en Bélgica o Países Bajos– en lugar del caudal de este malestar. También sirve para no cuestionar a la industria alimentaria y la gran distribución –una de las dianas predilectas de los campesinos movilizados– ni los dogmas económicos neoliberales, como la no regulación de los precios o los tratados de libre comercio. Y, de hecho, se trata del mismo marco discursivo de la extrema derecha.

Los grandes medios y parte de la clase dirigente han impuesto
una interpretación simplista y parcial: el campo contra la ecología.

“La ecología se lleva a cabo de manera sistemática en perjuicio de nuestros campesinos”, dijo a la cadena TF1 Jordan Bardella, número dos de la RN. Era el 20 de enero y apenas dos días después de que hubieran empezado los primeros cortes de carreteras, el cabeza de lista en las europeas del lepenismo intentaba instrumentalizar las protestas visitando una explotación ganadera en el suroeste de Francia, propiedad de simpatizantes de su partido. Ese ejercicio comunicativo no terminó de salirle bien, ya que luego se supo que esos mismos granjeros habían robado el año pasado tres hectáreas y 39 fardos de henos. Pero inauguró el desfile preferido en las últimas semanas de los dirigentes ultras: el del campo.

Ya sea haciéndose el imprescindible selfi encima de un tractor o a base de tuits, los Le Pen, Abascal o Geert Wilders quieren sacar rédito electoral a la rabia del campo. Además, militantes de grupúsculos neofascistas participaron en protestas de viticultores en Montpellier, donde hicieron proclamas de “más para nuestros campesinos y menos para los migrantes”. Y a principios de enero, el ministro de Economía alemán, el verde Robert Habeck, quedó bloqueado en un ferri en el norte del país debido a una concentración de campesinos cabreados, organizada a través de un canal de Telegram conspirativo y xenófobo.

¿La extrema derecha saldrá beneficiada?

Más que su presencia en las protestas, el riesgo de la ultraderecha es ideológico y electoral. “Desde principios de los años 2000, el auge del lepenismo se debió a su capacidad de implantarse electoralmente en los territorios rurales”, explica el historiador Edouard Lynch, especialista del mundo agrícola y profesor en la Universidad Lumière-Lyon 2, refiriéndose a la estrategia de Marine Le Pen de convertirse en la portavoz de la “Francia de los olvidados”. La mayor parte de los 88 diputados de RN en la Asamblea fueron elegidos en circunscripciones rurales en las legislativas de 2022. Es el mismo modelo “ruralista” que intenta aplicar Vox en España.

Hablar del “campo” no solo sirve para intentar seducir electoralmente a los campesinos –el 30% de ellos votó a Le Pen o Zemmour en la primera vuelta de las presidenciales de 2022, un porcentaje parecido a la media del país–, sino también a todos los habitantes de los territorios rurales y periurbanos. Ellos ya habían estado sobrerrepresentados a finales de 2018 en la revuelta de los chalecos amarillos, que marcó asimismo la campaña de las europeas del año siguiente.

El Movimiento Campesino Ciudadano fue la primera fuerza en las elecciones provinciales de Países Bajos el año pasado

¿La ultraderecha sacará un rédito electoral a este malestar del campo? “Me cuesta imaginar que no lo vaya a hacer”, reconoce el politólogo Guillaume Letourneur. Sin embargo, este especialista de la implantación rural de RN matiza que “esto dependerá de la oferta electoral en las europeas”, en las que el presidente de la Federación de los cazadores, Willy Schraen, liderará un nuevo partido ruralista.

“Quizás será esta lista la que saldrá más beneficiada por las protestas”, sostiene Letourneur. Este nuevo partido francés se inspira en el Movimiento Campesino Ciudadano, que dio la sorpresa en Países Bajos y se convirtió en la primera fuerza en las elecciones provinciales en marzo del año pasado. La candidatura de la España Vaciada también pretende dar la sorpresa en los comicios de junio.

Demonizar la ecología sin caer en el climato-escepticismo 

La derecha mainstream –desde la CDU en Alemania hasta el PP en España, pasando por el macronismo en Francia– sigue con inquietud esta evolución del electorado rural. Esto ha provocado que haya endurecido su discurso contra el ecologismo. El presidente del Partido Popular europeo, el alemán Manfred Weber, ya se había opuesto el año pasado con claridad al Green Deal (Pacto Verde) de la Unión Europea, a pesar de que esa batería de medidas ha quedado descafeinada ante la influencia de los grupos de presión. “El gran problema es el Green Deal y su visión claramente basada en el decrecimiento”, ha denunciado recientemente el presidente de la FNSEA (principal organización agrícola en Francia), Arnaud Rousseau, conocido por poseer más de 700 hectáreas.

Aunque la ultraderecha se presenta como defensora de los pequeños campesinos,
en realidad respalda las políticas que alimentan su malestar.

“Ante cada dificultad, ustedes se dedican a señalar a los agricultores” y los presentan “como delincuentes, contaminadores de nuestras tierras y como los torturadores de los animales”, reprochó el primer ministro francés, Gabriel Attal, a una diputada verde en la Asamblea Nacional. En lugar de hablar de “competencia desleal”, señalar a la gran distribución o cuestionar la desregulación de los precios, el Gobierno de Emmanuel Macron ha acusado de este malestar agrícola a los ecologistas. Ha sacrificado varias medidas medioambientales, como el final progresivo de la subvención del diésel rural o un plan para reducir el uso de pesticidas, para responder a la rabia del campo.

Esta reacción representa, sin duda, una victoria ideológica para la extrema derecha. Intentando distanciarse de los discursos climatoescépticos, el lepenismo (y también los ultras en otros países) afronta el debate sobre el cambio climático con una nueva estrategia. Lo plantea como una confrontación entre el “falso medioambiente” punitivo, que defienden los tecnócratas de Bruselas y los “burgueses” urbanos que votan a la izquierda, y el “verdadero medioambiente” de los campesinos y cazadores. Una posición puramente retórica y llena de contradicciones, pero que también ha abrazado una parte de la derecha clásica.

Aunque la ultraderecha se presenta como la defensora de los pequeños campesinos ante Bruselas, en realidad respalda aquellas políticas que alimentan el malestar del sector primario. Votó en la Eurocámara, a finales de 2021, los fondos de la PAC, repartidos sin criterios de justicia social ni climática. También ha respaldado recientemente acuerdos de libre comercio con Chile o Kenia. En cierta manera, la rabia del campo refleja la paradoja en que se encuentra atrapada Europa: un continente enfermo de un neoliberalismo que nutre el voto a la ultraderecha. Y eso que esta defiende el mismo modelo que alimenta el descontento


Tractorada de protesta de los agricultores comarcanos entre Redecilla del Camino y Espinosa del Camino.

 Unos 150 tractores de agricultores y ganaderos de la comarca han marchado en protesta por la situación que se vivie en el campo en la N-120 desde el km 75 en Espinosa del Camino hasta el kilometro 56 en Redecilla del Camino, donde daban la vuelta.

Concentración en el Chocolatero. Se han unido algunos tractores de la Rioja.


 

viernes, 2 de febrero de 2024

La Comarca Oca-Tirón exige el transporte a la demanda y un bus bancario.

Los pueblos de la mancomunidad se unen para solicitar 
a las administraciones varios servicios que les faltan. 
 Además, insisten en la mejora de cinco carreteras
Urgen mejorar la BU-710, de Belorado a Briviesca, ante su mal estado. - Foto: DB

R.E. MAESTRO / 
Diario de Burgos

Los pueblos de la mancomunidad Oca-Tirón se han unido para exigir a las administraciones correspondientes algunos servicios básicos que les faltan a sus vecinos en el día a día. 

Así, solicitarán que el transporte a la demanda llegue a todas las personas de esta zona y que eso mismo ocurra con el autobús bancario. Estas reivindicaciones se suman a la que ya se plantearon hace un tiempo para mejorar el firme de cinco carreteras y con las que ahora se volverá a insistir para conseguir alguna solución.

La «desertización bancaria» se alza como una de las principales preocupaciones de este entorno y por ello se propone como alternativa que pueda circular por los pueblos el autobús de la Diputación y CaixaBank para este fin. Desde la mancomunidad se presentó hace un tiempo la moción a la Diputación, a la Junta y a las entidades CaixaBank, Caja Rural, Ibercaja, BBVA y Banco Santander.

«Nuestra zona se queda un poco desolada en cuanto a los bancos se refiere», explica Noemí González, presidenta de la mancomunidad y concejala de Belorado. Solo han obtenido respuesta del BBVA, que planteó un servicio a domicilio si les aseguraban un número mínimo de clientes. Esta opción no se consideró viable al no poder asegurar que operase un elevado volumen de gente con dicha entidad, aunque agradecen la propuesta.

En cuanto al autobús a la demanda aún quedan muchas zonas de la provincia donde la Junta no ha llegado, pese a que se lleva solicitando desde hace tiempo. Los pueblos que van al centro de salud de Briviesca, por ejemplo, sí cuentan con este servicio. Sin embargo, aquellos que pertenecen a Belorado aún no disponen de ello para ir al médico, a la unidad de respiro o a las compras. Hay muchas personas mayores y con esta medida se evitaría que tengan que pedir ayuda continuamente para desplazarse, manifiesta González.

Algunas vías de comunicación también suponen un problema y por ello insistirán a la Junta de Castilla y León para mejorar el firme de la BU-710 (Belorado-Briviesca); de la BU-703 (Villafranca Montes de Oca-N-I); de la BU-701 (BU-703 en Villalmóndar-N-I); y de la BU-704 (Tosantos- Villalómez). De las dos primeras reciben numerosas quejas por el peligro que suponen y por los accidentes que se producen en ellas, así que se consideran muy urgentes. Mientras, a la Diputación solicitan el arreglo de la BU-P- 7101 (Belorado-Haro).

Por otro lado, la presidenta de la mancomunidad expone que en la última reunión mantenida se informó de la adquisición de un nuevo camión de recogida de residuos. El presupuesto aprobado inicialmente para este 2024 ascenderá a 162.300 euros, de los que 116.200 irán para gastos de personal y 46.100 se enmarcan en el apartado de bienes corrientes y servicios.

Planes provinciales. Los municipios burgaleses recibirán en 2024 y 2025 un 25% menos de Planes Provinciales, ya que se distribuirán 34 millones de euros frente a los 23 de la última anualidad. La decisión de la Diputación de Burgos parece que no ha sentado nada bien en el medio rural y unas cuantas voces ya han expresado su malestar. En Oca-Tirón son varios los ayuntamientos enfadados por esta razón y por ello desde la mancomunidad se determinó elaborar un borrador de reclamación que sirva de base para que los pueblos puedan enviarlo a la institución provincial. En las últimas semanas también Quintanadueñas, una de las localidades con más habitantes de la provincia, mostró su enfado y presentó una moción que incluso apoyó la concejala del PP.

De esta mancomunidad forman parte Alcocero de Mola, Arraya de Oca, Bañuelos de Bureba, Bascuñana, Belorado, Carrias, Castildelgado, Cerezo de Río Tirón, Cerratón de Juarros, Espinosa del Camino, Fresneña, Fresno de Río Tirón, Ibrillos, Redecilla del Camino, Redecilla del Campo, Santa María del Invierno, Tosantos, Valle de Oca, Villaescusa la Sombría, Villafranca Montes de Oca, Villambistia y Viloria de Rioja. Como detalla González, los pueblos más pequeños se verán especialmente perjudicados por el nuevo reparto de dinero debido a que este se trata de su principal -y a veces el único- ingreso con el que cuentan para ejecutar sus inversiones.

jueves, 1 de febrero de 2024

Claves de la agricultura regenerativa certificada, AENOR, Nuevo certificado de Agricultura Regenerativa.

 AENOR ha desarrollado el nuevo certificado Agricultura Regenerativa conforme al modelo Epigen Healthy Bite, que pone el foco en la regeneración del suelo como elemento clave en la producción agrícola. Conoce las principales claves de esta certificación y las ventajas que tiene para el consumidor.


Nuevo certificado de Agricultura Regenerativa

En la actualidad, el 37 % de las tierras mundiales son agrícolas y tan solo un 11 % son cultivables. Es por ello, que los suelos constituyen un recurso esencial que hay que conservar para mantener la capacidad productiva y la calidad de los alimentos que se producen

A medida que los problemas ambientales y la crisis climática son cada vez más evidentes, la necesidad de encontrar soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente se vuelve más urgente. Empresas y productores no son ajenos a la estrategia de la UE para la producción de alimentos en la que, entre otras medidas, se propone reducir un 50 % el uso de fitosanitarios para el año 2030, así como un mínimo de un 20 % el uso de fertilizantes.

La agricultura regenerativa ofrece un enfoque innovador que, si bien lleva algunos años entre nosotros, poco a poco está ganando popularidad en todo el mundo y puede jugar un papel fundamental en el escenario descrito. Se trata de un sistema de producción que mejora la fertilidad de los suelos, recupera su salud, reduce la dependencia de insumos químicos y contribuye a aumentar el contenido de carbono

Nuevo certificado de Agricultura Regenerativa

Dirigida a agricultores y a sus fincas de producción, AENOR cuenta con una nueva solución de certificación. Se trata del certificado de Agricultura Regenerativa conforme al Modelo Epigen Healthy Bite y pone el foco en el suelo como elemento clave en la producción agrícola. Y es que, un suelo sano es la base para producir alimentos de máxima calidad y la agricultura regenerativa es un sistema de producción que contempla la regeneración de los suelos para mantener e incrementar su fertilidad.

Uno de los pilares clave de la esta certificación reside en la evaluación de prácticas agrícolas establecidas y en cómo mejoran la salud del suelo. En el largo plazo, la conservación de los suelos es esencial en toda explotación agrícola, ya que un suelo sano puede retener más agua, absorber más nutrientes y mantener una mayor biodiversidad.

Para lograr esto, se evalúan técnicas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y compostaje, el laboreo mínimo y una adecuada gestión de malas hierbas, eficiencia en el uso de agua de riego, planificación de siembras y cultivos, rotaciones, fomento de la biodiversidad en el entorno de producción, uso de maquinaria, nutrición vegetal y del microbioma, gestión de plagas y enfermedades, así como el manejo del pastoreo controlado. La certificación evalúa ese conjunto de técnicas de cultivo que tienen como propósito incrementar la fertilidad del suelo, aumentar el microbioma nativo (bacterias, hongos, y demás microorganismos) del suelo y lograr un nuevo equilibrio en el ecosistema suelo-planta.

En el proceso de certificación, los expertos de AENOR evalúan la mejora continua en los suelos, incluyendo el seguimiento de indicadores y la toma de muestras de este como para la medición del carbono presente en el suelo.

Principales beneficios de la agricultura regenerativa

Principales beneficios de la agricultura regenerativa
Modelo Epigen Healthy Bite

El Modelo Epigen Healthy Bite de Agricultura Regenerativa está basado en la ciencia y en la experiencia. Es un modelo que ya ha sido testado en el cultivo y plantaciones de cereza, uva de mesa, melocotón, naranja, fresa, arándanos, sandía, plátano de Canarias, tomate, pimiento rojo, pepino o lechuga, entre otros.

El proyecto EPIGEN se inicia con un grupo diverso de productores: Keops Agro, Biosabor, Cuna de Platero, Hortofrutícola Poli, Tany Nature, La Rinconada, Costa de Níjar, Hortamira, MABE, EcoMurcia, Horto Villamanrique y Las Marismas de Lebrija. Gracias a su implicación en el proyecto, ha sido posible ir adquiriendo la experiencia inicial tan necesaria en los cultivos antes mencionados.

En cuanto a la ciencia, cuenta con el respaldo de investigadores de las universidades de Almería y Granada, y el propio grupo de expertos que se integran en el equipo de Epigen como su CEO, Francisco del Águila, y el investigador y experto en microbioma, Carlos Meza.

Alternativa sostenible a métodos agrícolas tradicionales

Alternativa sostenible a métodos agrícolas tradicionales

Además de mejorar la fertilidad del terreno, la agricultura regenerativa contribuye a recuperar la salud de los suelos y a que exista un mejor equilibrio del microbioma del suelo, la humedad del campo, el enraizamiento y la productividad.

Igualmente, reduce la dependencia de los insumos químicos (fertilizantes y fitosanitarios) y contribuye a aumentar el contenido de carbono en el suelo. Un microbioma saludable y diverso juega un papel crucial en la retención de carbono.

Esto se debe en parte al hecho de que las técnicas utilizadas en la agricultura regenerativa ayudan a mejorar la calidad del suelo, lo que a su vez puede aumentar el rendimiento de los cultivos y la calidad de los alimentos obtenidos.

En resumen, la agricultura regenerativa ofrece una alternativa prometedora y sostenible a los métodos agrícolas tradicionales. Al enfocarse en la salud del suelo y la minimización del uso de productos químicos sintéticos, los productores pueden mejorar tanto el medio ambiente como la propia rentabilidad de la explotación agrícola. A medida que más agricultores adoptan esta forma de agricultura, es probable que veamos un cambio significativo hacia sistemas agrícolas más sostenibles en todo el mundo.

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Calidad y salud para el consumidor

Opinión de Francisco Javier del Águila
CEO Epigen Healthy Bite


La Agricultura regenerativa se basa en la búsqueda de alimentos y entornos más saludables a través de técnicas de producción que fomentan la captura de carbono en suelo y la máxima expresión natural de los alimentos. 

Las exigencias del consumidor en las últimas décadas ha ido cambiando y, junto al deterioro del entorno natural y agrícola, empuja a la población a exigir un mimo por el medio ambiente en todas las áreas de la vida; y la producción agrícola es un componente clave para mejorar esta encrucijada.

A esta preocupación por el planeta se le suma la prioridad por comer más sano. Por ello, el origen de los alimentos y el saber qué aporta cada uno de estos tras la ingesta, se esta convirtiendo en una exigencia en los lineales de los supermercados

Epigen Healthy Bite, nace tras años de desarrollo e investigación con colaboraciones entre empresas productoras agroalimentarias e instituciones universitarias. El fruto de este trabajo ha sido la estandarización para contribuir a una mayor captura de carbono en suelo que con ningún otro método de producción. 

Los datos medios de este hito como ejemplos del año 2022 en hortícolas se incrementa entre un 66 % y 100 %, y en cultivos frutales por en encima del 25 %. Esta medida nos asegura tres ventajas inmediatas: aumento de la productividad, optimización del uso del agua debido a la reestructuración del suelo, menos emisiones de CO2 a la atmosfera.

El efecto directo en los alimentos producidos bajo el sello de agricultura regenerativa es que los frutos obtengan su máxima expresión natural. Por esto la proporción metabolómica , esto es, los ingredientes que los componen llegan a su óptimo, siendo frutos que la medicina moderna podría considerar como alimentos funcionales. La etiqueta Epigen Healthy Bite no solo marca un producto que proviene de la agricultura regenerativa. También lleva un código Qr donde el consumidor puede ver la captura de carbono en suelo donde se ha producido, qué tipo de alimento funcional es y la descripción metabólica completa del mismo (aminoácidos, azúcares, ácidos orgánicos...) 

Cada productor bajo Epigen Healhy Bite recibe seguimiento especializado para garantizar y evolucionar hacia la máxima expresión de agricultura regenerativa.

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¿Qué es la agricultura regenerativa?

Se define como un sistema de producción cuyo propósito es mantener e incrementar la fertilidad de los suelos, mejorando el contenido de materia orgánica y desarrollando el microbioma nativo de los suelos. Es una forma de establecer un nuevo equilibrio en el ecosistema suelo-cultivo.

El microbioma del suelo se refiere a la comunidad diversa de microorganismos, como bacterias, hongos y virus, que habitan en él. Estos microorganismos desempeñan una serie de funciones vitales en el suelo agrícola, incluida la descomposición de materia orgánica, la liberación de nutrientes y la protección contra patógenos.

Se basa en principios fundamentales de respeto por la tierra y sus ecosistemas naturales. A diferencia de los sistemas agrícolas tradicionales, que a menudo dependen en gran medida de productos químicos sintéticos y monocultivos intensivos, la agricultura regenerativa tiene como protagonista al suelo como elemento esencial en la producción agrícola.

Un suelo sano es la base para obtener un cultivo sano y producir alimentos de máxima calidad, de ahí la importancia de este sistema como base para la regeneración de los suelos

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Trashumancia un práctica humana copiada de los animales, Patrimonio inmaterial de la Humanidad.

Hacia el octavo o noveno milenio antes de Cristo, 
el ser humano comenzó a domesticar ganado. 
Desde hace 10.000 años detrás de los rebaños.

Parece ser que ocurrió por primera vez en Mesopotamia y que la cabra fue la especie que inició el proceso, seguida por las ovejas y los bóvidos. Con la ganadería ya no se depende completamente de la caza para obtener proteína animal, pero se plantea un nuevo problema para aquellas comunidades: hay que alimentar a los animales. Los pastos pueden secarse o agotarse en un momento dado, por lo que los rebaños tienen que moverse en busca de otras zonas que les sean propicias.

Algo parecido ocurría con los grandes grupos de herbívoros salvajes que en aquella época todavía poblaban lo que hoy llamamos Europa. Estas manadas se desplazaban dos veces al año en busca de comida y todo indica que los incipientes pastores de la Península Ibérica aprendieron de ellas y comenzaron a realizar movimientos; pero en vez de seguir a los uros o a los rinocerontes lanudos para poder darles caza, se desplazaban con sus propios animales para procurarles sustento. Es el origen de la trashumancia, una de las actividades más importantes para el ser humano durante muchos siglos en lo económico, en lo cultural y en lo medioambiental.

Pasaban siete meses alejados de sus familias, diez directamente fuera de sus casas. Dormían a la intemperie. Soportaban los duros envites de la meteorología. Recorrían cientos de kilómetros, a pie, por caminos a veces peligrosos. Sufrían por su ganado, del que dependía la sustento doméstico. Y por las familias que habían dejado en el pueblo, en especial, por esas mujeres que se echaban al hombro toda la carga familiar y laboral sin una queja. Ser pastor trashumante nunca fue fácil, pero sí gratificante.

El orgullo es uno de los signos característicos de los pastores trashumantes. «Orgullo por haber sacado adelante a sus familias», explica el investigador Francisco Martínez. Hablando con familias de la trashumancia, Martínez ha visto «orgullo por el trabajo realizado, que les ha permitido sacar a sus familias adelante. Un trabajo lleno de sacrificios, pero también cargado de tradiciones y saberes», que se han conservado generación tras generación.

Martínez es coordinador y autor principal de 'Trashumando recuerdos', una publicación de la Fundación Oxígeno que recoge una amplísima investigación etnográfica sobre la trashumacia, partiendo desde las sierras de La Demanda y Neila en Burgos. «Los pastores trashumantes, unas personas singulares históricamente, habían pasado desapercibidos para la mayoría de la sociedad, pero habían dejado una huella importante en la historia, la cultura y el patrimonio», explica Martínez.

Así que, hace cinco años, la Fundación Oxígeno puso en marcha un proyecto para recoger la memoria de la trashumancia y darla a conocer. «El objetivo era recoger los recuerdos de las gentes que conocían la trashumancia porque la habían practicado, escribiendo las últimas páginas de la tradición en Burgos», indica, o de hijos y nietos que lo habían vivido en primera persona y sabían lo que había supuesto socialmente.

Las familias trashumantes están orgullosas de su tradición, pese a la dureza del trabajo.
Las familias trashumantes están orgullosas de su tradición, pese a la dureza del trabajo. Fundación oxígeno

Después de casi un centenar de entrevistas, de recorrer museos, archivos y miles de kilómetros de cañadas, de investigar y escuchar, en 2018 se presentó un documental que ahora se completa con una publicación. 'Trashumando recuerdos' condensa en 600 páginas la historia de la trashumancia y su impacto social, económico, cultural y patrimonial, con el apoyo de 570 imágenes y dibujos, 24 vídeos, 18 audios (estos accesibles con códigos QR) y más de 600 entradas de léxico trashumante.

«Queríamos dar a conocer el trasiego de pastores y ovejas por las cañadas», afirma Martínez, pero también homenajear a esos pastores trashumantes «que abandonaban la sierra en octubre, estaban siete meses fuera de casa, diez entre los que bajaban a Extramadura y pasaban en la sierra». Vivían a la intemperie, soportaban noches muy largas, innumerables penalidades y sufrían las noches de vigilia en las parideras, sabiendo que sus familias dependían de cómo resultara la parición de los corderos.

Una vida muy dura que, los implicados, recuerdan con pasión y emotividad. «A algunos se le saltaban las lágrimas cuando nos contaban sus recuerdos», apunta Martínez, quien no se olvida del importante papel que jugaba la mujer en la sociedad trashumante. Se quedaba en el pueblo, sola, con los niños y los mayores, atendiendo al ganado y asumiendo una carga laboral y familiar sin ningún tipo de comodidades. «Y los pastores le reconocen este trabajo».

Historia viva

Francisco Martínez destaca el impacto social, económico e histórico de la trashumancia en nuestro país, una tradición de ocho siglos, desde que Alfonso X el Sabio creara el Consejo de la Mesta en el siglo XIII hasta la actualidad. Cierto es que, en pleno siglo XXI, quedan pocos trashumantes (en Burgos, ninguno) pero la Asociación Trashumancia y Naturaleza mueve anualmente 40.000 cabezas de ganado, que recorren buena parte de los 125.000 kilómetros de la red de cañadas.

«La cultura trashumante es un legado que se ha movido por las cañadas», insiste Martínez. Se compartía cultura, costumbres, tradiciones, cantares, vestimenta o gastronomía, muchas de las cuales han perdurado hasta nuestros tiempos, lo mismo que un léxico asociado a la actividad. El legado de la trashumancia son también las cañadas, convertidas ahora en vías pecuarias protegidas, para usos no solo ganaderos, sino 'verdes' e históricos, en torno a las cuales hay innumerables bienes patrimoniales.

La trahumancia se ha perdido en Burgos pero se mantiene en España, donde se mueven 40.000 cabezas de ganado anualmente.
La trahumancia se ha perdido en Burgos pero se mantiene en España, donde se mueven 40.000 cabezas de ganado anualmente. Fundación oxígeno

Solo hay que analizar el caso de Burgos. Partiendo de Neila y Valle de Valdelaguna, siguiendo por la Tierra de Lara, el Arlanza y La Ribera, hasta salir de la provincia por el territorio Esgueva, nos encontramos con innumerables bienes patrimoniales. Solo en la zona de Las Mamblas, nos encontramos con la iglesia visigoda de Quintanilla de las Viñas, el castillo de Lara, el dolmen de Mazariegos, varias iglesias románicas, los monasterios de Arlanza y Silos...

Además, «las cañadas son el mayor parque natural de España», asegura Francisco Martínez, y la trashumancia ha modelado el paisaje nacional. Gracias a la tradición de este tipo de pastoreo tenemos los pastizales de las montañas leonesas y burgalesas o las dehesas de Extremadura y Andalucía. «La biodiversidad de España está asociada a la ganadería trashumante» y, ahora, su futuro depende de la extensiva.

Martínez recuerda que la trashumancia se ha reconocido como parte del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país y, en Burgos, ha sido clave en la historia de las sierras de La Demanda y Neila. Los pastores, ajenos a los límites políticos provinciales, se movían por el Alto Macizo Ibérico, bajaban a Extremaduras y algunos, en lugar de retomar a la sierra burgalesa (soriana o riojana) acababan en la Cantábrica, en Palencia y León, creando nuevos lazos de hermanamiento que siguen vivos.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Restauración de la naturaleza y seguridad alimentaria. Dos agriculturas, las Dos necesarias.

El Parlamento Europeo aprobó el pasado 12 de julio 
Sin embargo, el acuerdo no fue fácil dadas las discrepancias entre las dos posiciones contrapuestas de la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D) y el Partido Popular Europeo (PPE). 
Finalmente fue aprobado. La controversia estaba entre unas posiciones más exigentes 
ante el deterioro medioambiental y el cambio climático 
y, otras, preocupadas por los impactos que las nuevas medidas pudieran provocar. 


Acceso a Ley de Restauración de la Naturaleza: 

En la elaboración de la Ley han participado muy dispares posiciones, desde el negacionismo, al dogmatismo medioambiental hasta posturas meramente productivistas
El resultado es un documento que deja claramente entrever la presencia de estas distintas posiciones. Pero, finalmente queda un único documento. Un resultado, una solución que nunca será perfecta, pero aspira a ser la mejor de las posibles

Sin embargo, en la Comunidad de Plataforma Tierra Francisco José Castillo se preguntaba si, tras la implantación de la Ley sobre la Naturaleza, la Unión Europea sería capaz de producir suficientes alimentos para satisfacer la demanda de fibras y alimentos para su población. 

Este es el quid de la cuestión: 
avanzar en la sostenibilidad sin poner en riesgo la producción de alimentos suficientes, asequibles y desde estructuras productivas económica y socialmente viables. 
No es una tarea fácil. 

Las propuestas
El Reglamento pretende la recuperación continua, a largo plazo y sostenida de una naturaleza rica en biodiversidad y resiliente en todas las zonas terrestres y marítimas de la UE mediante la restauración de los ecosistemas y la consecución de los objetivos generales de en materia de mitigación del cambio climático y adaptación al mismo. 
Las medidas de restauración efectivas y basadas en la superficie que, en conjunto, abarcarán al menos el 20 % de las zonas terrestres y marítimas de la Unión de aquí a 2030 y, de aquí a 2050, todos los ecosistemas que necesiten restauración. 
En resumen, las principales propuestas son:
1.- Revertir el declive de insectos, muy especialmente los polinizadores.
2.- Ecosistemas forestales: gestión adecuada de la madera muerta, de los bosques con edades diferentes, conectividad forestal, reservas de carbono.
3.- Ecosistemas urbanos: aumento y preservación del espacio verde.
4.- Ecosistemas agrícolas: aumentar las mariposas de los prados y aves en tierras agrícolas, incrementar la reserva de carbono en los suelos, proporción adecuada de tierras agrícolas con elementos paisajísticos diversos. Valorada el 30 % de las turberas drenadas por usos agrícolas hasta 2030 y 70 % hasta 2050.
5.- Ecosistemas marinos: recuperar hábitats marinos como prados marinos o fondos de sedimentos. Valorada hábitats de especies.
6.- Conectividad fluvial: detectar y eliminar barreras que impiden la conectividad de las aguas superficiales de manera que 25.000 km de río vuelvan a tener caudal libre de aquí a 2030.
La dificultad
En cualquier caso, la complejidad suele ir de la mano de la dificultad. Muchas de las medidas propuestas tienen una relación directa o indirecta sobre los rendimientos de la producción agraria, forestal y pesquera. 
La reducción de insecticidas, que es una medida imprescindible para defender a los polinizadores e insectos en general, genera indefensión frente a plagas. Algunas prácticas agroecológicas, a pesar de su interés medioambiental, conllevan rendimientos productivos inferiores, como por ejemplo la agricultura ecológica, que en cereales supone reducciones de la producción en más de un 30 % respecto al cultivo convencional. Algunas técnicas de cultivo regenerativo afectan igualmente a los resultados productivos. La destrucción de barreras para alcanzar caudales libres en los ríos puede afectar a las posibilidades de regadío
Pero estos hechos ciertos no pueden esconder el problema medioambiental que se pretende resolver. Todo ello puede acarrear pérdida de competitividad y, consecuentemente, de viabilidad empresarial en el marco de la economía global. 
En relación con este riesgo, la Unión Europea se propone liderar el cambio hacia formas más sostenibles de producir, pero está condicionada por los acuerdos en la Organización Mundial de Comercio.
Gestionar los impactos
La Ley pone mucho énfasis en los argumentos de daño ambiental para justificar las medidas propuestas, pero poco en la gestión de los impactos que puedan ocasionar las medidas establecidas. Para justificar sus propuestas, utiliza de aval los detalles que da el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) acerca de la gravedad de los problemas medioambientales. Pero no cita el IPCC cuando este ofrece vías de solución frente a los impactos. 
El tema es suficientemente preocupante y requiere una reflexión en busca de la mejor manera de abordarlo. Por un lado, hay unas problemáticas medioambientales severas que hay que resolver, pero hay unas necesidades vitales relativas a la alimentación que no pueden menospreciarse. Por otra parte, los productores (agricultores, granjeros, pescadores) expresan su cansancio frente a los esfuerzos y riesgos que suponen los cambios
Hay que estar muy atentos a los ritmos, a la oportunidad y a la viabilidad de las medidas. Todas las propuestas deben basarse en una rigurosa y documentada justificación, con participación, conocimiento y comprensión de las partes más afectadas y de la sociedad en general. En caso contrario, los vendedores de soluciones fáciles, los populismos, impondrán su criterio.
La restauración de la naturaleza según el IPCC
En el capítulo sobre el ‘Suelo, océano, alimento y agua’, el IPCC dice: “Muchas opciones de la agricultura, silvicultura y otros usos del suelo (AFOLU) proporcionan beneficios para la adaptación y mitigación que se podrían aumentar a corto plazo en la mayoría de las regiones. La conservación, mejora de la gestión y restauración de bosques y otros ecosistemas ofrecen la parte más importante del potencial de mitigación económica, con una reducción de la deforestación en las regiones tropicales donde está el mayor potencial de mitigación sobre el total. La restauración de ecosistemas, la reforestación, y la aforestación puede requerir compensaciones debido a las demandas competidoras sobre la tierra. La minimización de compensaciones requiere enfoques integrados para alcanzar múltiples objetivos, incluida la seguridad alimentaria. Las medidas por el lado de la demanda (cambio a dietas saludables sostenibles y reducción de la pérdida/desperdicio de alimentos) y la intensificación agrícola sostenible puede reducir la conversión de los ecosistemas y las emisiones de metano y óxido nitroso, liberando tierras para la reforestación y restauración de ecosistemas".
Es decir, el IPCC afirma que hay que avanzar en la conservación y restauración de los ecosistemas, pero al mismo tiempo hay que atender la seguridad alimentaria. Por lo que, por el lado de la demanda, es necesario avanzar hacia dietas saludables y evitar el desperdicio alimentario; por el lado de la producción, hay que avanzar hacia la intensificación sostenible de la agricultura. 
Este camino de menos exigencia de recursos (dieta), menos pérdidas (desperdicio) y producción más intensiva a la vez que sostenible deben permitir ganar espacios hacia la recuperación y restauración de los ecosistemas naturales. 
El IPCC insiste en la palabra 'compensación'. El IPCC es consciente de que algunas medidas que propone reducen el potencial productivo agrícola; por lo tanto, para garantizar la seguridad alimentaria harán falta estrategias compensadoras. El IPCC lo ha entendido.
  1. Cambio a dietas saludables y sostenibles. Tema que está en el centro de las tendencias. En este sentido recordar las cualidades de la dieta mediterránea. Abogar por una evolución hacia un consumo más vegetal sin demonizaciones ni prohibiciones y dejando a la demanda como guía (un proceso que ya se está produciendo). Valorar otras opciones alimentarias no competitivas con el suelo: insectos, algas, hongos, cianobacterias. Otras opciones tecnológicas avanzadas tales como nuevos procesos de fermentación y producción de carne por cultivo celular in vitro. Finalmente, en este capítulo, vale la pena añadir la apuesta por la proximidad, que reduce transporte y dinamiza la agricultura local. 
  1. Reducción de la pérdida/desperdicio de alimentos. Este tema, que está presente en todos los programas agroalimentarios, no es sencillo ya que requiere reforzar la conciencia ciudadana y recuperar hábitos culturales más adecuados. Sin embargo, existen herramientas poderosas para hacer frente al desperdicio bajo el nombre de bioeconomía circular con todas las ‘R’ relacionadas (reducir, reutilizar, rellenar, recuperar, reciclar, regenerar), dando nueva vida a los residuos como nuevo producto 
  1. Intensificación sostenible. La adopción por parte del sexto informe del IPCC del concepto ‘intensificación sostenible’ debe considerarse un paso importante hacia el realismo transformador. Este concepto ha sido defendido desde años por la propia FAO, Sin embargo, la intensificación de la producción ha sido considerada desde el ecologismo utópico como un anatema absoluto. Esta concepción ha bloqueado el uso de herramientas eficaces en el camino de las soluciones.
Dentro de este concepto encontramos herramientas o sistemas de producción del ámbito de la agroecología (agricultura orgánica, producción integrada, agricultura de conservación, uso de técnicas de bio-control, uso de bio-estimulantes, etc.).
Que se complementan con las biotecnologías, las cuales pueden generar, por ejemplo, productos resistentes a plagas que eviten el uso de insecticidas. Asimismo, el regadío tiene un papel importante ya que multiplica la producción, la acerca y evita deforestación. Por su parte, las tecnologías digitales proporcionan las herramientas para implantar la agricultura y la ganadería de precisión, aquella que usa los mínimos inputs al aplicarlos al momento y en las cantidades precisas, obteniendo máximos de eficiencia. 
En fin. Ya tenemos Ley de Restauración de la Naturaleza, ahora solo queda concretar la forma definitiva entre el Parlamento y el Consejo en base a los acuerdos tomados. Su ejecución, sin embargo, debe alejarse de los ideologismos y reforzar todas las decisiones en base a datos objetivos
Comenta Daniel Innerarity que “La principal amenaza de la democracia no es la violencia ni la corrupción o la ineficiencia, sino la simplicidad”. La realidad, en general, responde a este mismo esquema. Tras la simplicidad se esconde el dogmatismo o la ingenuidad, cuál de ellos más peligroso. Por tanto, dada la complejidad, será conveniente tratar la aplicación de las medidas con flexibilidad, verificando su desarrollo con indicadores contrastados adecuados y, si procede, corrigiendo. 

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