Laura Puras gana una medalla de oro en la plataforma The Future Art & Design Award UK por una pieza de videoarte que parte de la «particular experiencia multisensorial» que brindan los elevadores para las personas con autismo.
Laura, hija de Jesús Puras y Basi, ya nos tienen "mal acostumbrados" en su permanente búsqueda de nuevos lenguajes, nuevos límites en experimentación del arte y las realidades más humanas, y su consecuente cosecha premios internacionales.
Aquí recogemos al reciente plana que le ha dedicado el Diario de Burgos a su más reciente premio en el que se valora esa mezcla de experiencia más personal, su materialización y la investigación de la plurifacética realidad del autismo. También nos referencia la composición de la ópera 'La Donna di Burgos' a la colaboración con 'Mirlo'...
Nosotros, CalleyCamino, hemos hecho un seguimiento de su trayectoria, de trabajo y éxitos de Laura en varios artículos de este blog, y en este artículo solo su cosecha de premios de 2024: Laura Puras una artista de altura: "2024 siempre será recordado como mi "año de premios creativos". CalleyCamino
The Future Art & Design Award UK es una plataforma internacional digital que celebra propuestas artísticas innovadoras y experimentales en la que participan artistas de todo el mundo con lenguajes muy distintos. Laura Puras presentó The First Point, una pieza de videoarte nacida de manera casual tras ver la experiencia multisensorial que se producía dentro de un ascensor y que maravillaba a las personas con autismo, como su hijo , que ahora tiene 14 años (https://www.facebook.com/nucpuras.org ). Su interpretación convenció y consiguió la medalla de oro.
«Para mí es un enorme reconocimiento a un proceso íntimo, a una experiencia vital que transformé en arte. Me emociona porque no solo se premia una pieza estética, sino una forma de mirar el mundo», destaca la artista desde California, donde vive desde hace quince años, a través del correo electrónico y resalta que lo que más valora es que «el jurado se toma el tiempo para analizar el pensamiento que hay detrás de cada obra».
Añade que estos premios son «especialmente cruciales cuando una empieza a cruzar límites entre formas y medios artísticos». Ese es su caso. Puras cuenta que en los últimos años ha sentido la necesidad de explorar el arte visual, el texto y el espacio y sumarlos a una trayectoria en la que la música había sido el centro.
«He ido desarrollando otro tipo de proyectos, como instalaciones para bienales de arte o exposiciones en museos. Sigo escuchando el mundo como música, pero mi base de expresión artística se ha ido expandiendo: ahora la música es un ingrediente más», comparte y advierte como «un regalo enorme» tener un jurado internacional «que no solo valore, sino que también cuestione y dialogue con tus ideas». «Y recibir un galardón como este, a la postre, da confianza para seguir caminando por territorios nuevos», remacha.
Esta obra es una forma de abrir conversación, de cuestionar los límites del lenguaje y del silencio en torno al autismo»
Este tránsito por espacios nuevos encendieron una bombilla durante las muchas horas que pasó a lo largo de varios años con su hijo en ascensores. «Eran su refugio y también mi espacio de observación». Cuenta que empezó a grabar sin ningún proyecto en mente, solo como un gesto cotidiano, casi documental. «Pero un día entendí que ese espacio, cerrado, mecánico, entre lugares, era una metáfora poderosa sobre los límites: físicos, mentales, emocionales. Así nació The First Point».
«Lo que muchos no saben es que los ascensores ofrecen una experiencia multisensorial muy particular, y eso resulta fascinante y tranquilizador para muchas personas con autismo», relata Puras desde la experiencia vivida con su hijo. «Hay una narrativa dominante que insiste en que el autismo no es una condición médica, sino una simple 'neurodivergencia', y eso nos ha privado de hacernos las preguntas necesarias. Muchos niños con diagnóstico de autismo tienen epilepsia, enfermedades autoinmunes, infecciones crónicas o alteraciones metabólicas. Pero en lugar de investigar, muchas veces solo se busca modificar conductas», se explaya y apunta que ha vivido el autismo en Burgos, Berlín y, desde hace ya unos cuantos años, California. «Y puedo decir que esa palabra, autismo, cambia de forma y de fondo en cada país: los enfoques, los tratamientos e incluso el modo de nombrarlo varían radicalmente».
Por eso, concluye, la obra premiada es «una forma de abrir conversación, de cuestionar los límites del lenguaje y del silencio en torno al autismo. Porque más allá de lo estético, The First Point es también un punto de partida: para observar, para escuchar, para no aceptar como definitivo lo que aún no se ha comprendido del todo».
España, Hong Kong... Aquí llegó tras recorrer elevadores de distintos países. Las máquinas, similares en todo el mundo, no la interesaban, ella puso su atención en cómo las personas interactuaban con esas estructuras y con quienes se meten en ellas. Y ahí la cultura sí interpreta un papel esencial.
Indica la artista que en España y Portugal «tienen una sensación más lenta, casi como si te esperaran, como una presencia familiar que te acompaña», mientras que en el otro extremo se sitúa Hong Kong, donde habla de ascensores «fríos, rápidos, casi impersonales».
Completamente distinto señala que es el ambiente en Jerusalén: «Parecen estar envueltos en sonrisas, como si la misma ciudad quisiera compartir un momento de alegría incluso en esos espacios tan limitados».
Es un reconocimiento a un proceso íntimo, una experiencia vital, que transformé en arte»
Sus palabras más ásperas las guarda para su experiencia en Berlín. «En un lugar donde la eficiencia y la precisión son muy valoradas, no siempre hay espacio para la flexibilidad emocional que requiere la palabra 'autismo'. Aunque he vivido excepciones bellísimas, los alemanes a menudo se sienten incómodos porque no saben cómo reaccionar», traza Puras y agrega: «Si a todo esto añadimos que, en muchos casos, los ascensores son espacios donde las personas deben mostrar su lado humano ante la discapacidad, pueden llegar a ser un espejo de almas».
Sus subidas y bajadas en varias ciudades la llevan a afirmar que, pese a que un ascensor sea lo mismo en cualquier punto del mundo, «las historias, las emociones y las interacciones humanas que se crean en su interior son lo que les da su personalidad única».
De la ópera 'La Donna di Burgos' a la colaboración con 'Mirlo'
Aunque lleva muchos años viviendo en Estados Unidos y otros países, Laura Puras no se olvida de sus raíces. «Siempre hay ganas de presentar algo en Burgos. Es mi ciudad natal y este reconocimiento me hace querer volver a compartir más cosas allí», destaca la artista, quien ahora mismo está centrada en la ópera La Donna di Burgos, sobre el alma de la mujer del rabino Slomo Halevi, quien más tarde se convirtió en el obispo de Burgos (Pablo de Santa María). Adelanta que ya tiene compuesta media hora de música, pero «el proceso avanza despacio, porque toda la investigación está siendo fascinante y, al mismo tiempo, muy compleja».
Mientras esta pieza avanza, muestra su ilusión por la colaboración con la revista Mirlo, dirigida por Óscar Esquivias y Asís G. Ayerbe, en el número de mayo, que acaba de salir, un homenaje al libro 88 sueños, de Juan Eduardo Cirlot. Han pedido a 88 soñadores que rescaten un sueño, en apenas dos o tres versos. «Me entusiasmó desde el primer momento», expresa y aplaude este proyecto, «delicado, poético, lleno de misterio, hecho con mucho entusiasmo y amor».
Finalista en el Premio Americano de Composición
Aunque haya iniciado su carrera en el mundo del arte experimental y se mueva en la delgada frontera entre los lenguajes, Laura Puras continúa triunfando en el mundo de la música. La última distinción llega del Premio Americano de Composición, uno de los más prestigiosos en Estados Unidos, que ha seleccionado como finalista Chai, una de las obras que más alegrías está dando a la creadora burgalesa. Un totum revolutum con las fechas de las convocatorias le hicieron pensar que no había pasado el corte, por eso se sorprendió al verse en las listas. Aunque desconoce cuándo se falla la edición de este 2025, supone que será a final de este año.
No es el primer reconocimiento que se lleva esta pieza orquestal. Durante el año pasado, recibió distintos galardones en Estados Unidos, Japón, Alemania o Francia. Chai, vida en hebreo, se inspira en los ritmos y ciclos del calendario judío que conecta con la renovación, la reflexión y la tradición.