Blog sobre Redecilla del Camino y comarca.

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viernes, 8 de septiembre de 2023

Un verano tenaz: Los paisanos no tienen respuesta ante la nueva meteorología.

He caminado por los campos, me he encontrado con muchos robles secos, 
con sus  brazos extendidos, con sus hojas por los suelos, esqueletos que apuntan a los cielos, 
pidiendo clemencia a los dioses de los muertos.

Un grupo de alcaldes de la Ribera del Tormes se han reunido, 
buscando alternativas a la actual situación.
He visto encinas que, a pesar de sus luengas raíces, no han podido encontrar agua que pudiera saciar su sed.  He caminado entre alisos y chopos que han perdido sus verdores, cubriendo las veredas de alfombras de hojarasca, dejándose vencer por la sequía y calores de este verano tenaz. El Tormes, sobre sus lágrimas camina, sin poder regar los campos, sin poder ser eficaz a esta Ribera que adora.

Los paisanos no tienen respuesta ante la nueva meteorología, ante el árbol que pierde sus frutos antes de la maduración.  Se desmorona al enfrentarse a un nuevo ciclo en el que no se podrán sembrar judías.  Se le vienen los ánimos abajo, al ver a los regajos que  pierden sus yerbas y aparecen las arenas. Maldicen a los dioses al ver sus pueblos vacíos, abocados a una nueva emigración.

Desde hace años, gran parte de la población campesina consideraba a los ecologistas como enemigos,  porque les decían que no debían cortar árboles, que había que hacer una mejor utilización del agua, que no usaran insecticidas agresivos, ni echaran veneno a los campos.
 Actualmente,  los campesinos y ganaderos están perplejos,  el cambio climático en que están inmersos les está llevando a descubrir que los ecologistas tenían razón, aunque hay algunos que se dejan seducir por los negacionistas que, apoyándose en el pesimismo, desconfianza e  insolidaridad ancestral, piensan que todo el mundo está contra ellos, que utilizan aviones que rompen las nubes e impiden las lluvias, al tiempo que expanden gases que provocan plagas y epidemias.
A pesar de estas ideas negacionistas y anticientíficas,  la naturaleza cada día nos enseña sus leyes, nos muestran sus heridas y sus respuestas.

Para encontrar soluciones, un grupo de alcaldes de la Ribera del Tormes se han reunido, buscando alternativas a la actual situación. Una de sus propuestas es impedir que, durante los meses de invierno y primavera,  parte de las aguas de las gargantas no lleguen al Tormes, sino que se distribuyan por las laderas de la sierra, con el fin de alimentar los acuíferos, para que, en forma de vasos comunicantes, encuentren las aguas su salida en las fuentes y, desde ellas, terminar en el Tormes durante los meses veraniegos.

 Esto, aunque no es una solución al problema, demuestra un cambio de conciencia, al considerar que el agua es un bien escaso.  Esto puede ser un grano de arena, aportado con muy buena intención, aunque no es la solución al problema por sí mismo.

La nueva realidad medioambiental afecta de igual manera al mundo rural y al de las grandes ciudades, es más, nos muestra un mundo inquietante, en el que la población rural seguirá descendiendo y las grandes ciudades aumentarán su tamaño y sus  problemas.

 Hemos comenzado una nueva era que nos llama a otra forma de vivir, a huir del consumismo, a construir la armonía con la "Pacha Mama". No es posible mantener este ciclón de crecimiento hasta el infinito.
   Es la hora de exigir a los poderes públicos un mejor reparto de la riqueza,  unos mejores  servicios 100% públicos, una planificación y control del consumo, que pueda llegar a los más vulnerables.
 Llegado a este punto, es necesario que cada cual  aporte los granos de  arena que sus fuerzas le permitan, conjugando derechos y deberes.

Ante el comienzo de esta nueva legislatura, es lamentable escuchar a unos, el propósito de  querer "aumentar las zonas de regadío",  a otros, "aumentar las  privatizaciones" y a nadie que se atreva a plantear medidas de " decrecimiento."
Tendremos que olvidarnos del sillón y de la caja tonta, y acudir a las movilizaciones del "Otoño  Caliente", a que nos llama COESPE, junto a todo el movimiento de pensionistas y otras asociaciones y sindicatos.
            Rufino Hernandeze

viernes, 21 de julio de 2023

La agricultura y la ganadería familiar se postulan como el mejor sistema para alimentar a la sociedad de forma sostenible.


Más de 800.000 explotaciones en España son explotaciones familiares, en las que sus propietarios son hombres y mujeres que trabajan fundamentalmente con el apoyo de sus familias. Este modelo de la agricultura y la ganadería familiar sigue siendo por tanto el mayoritario en España, pero enfrenta graves amenazas que ponen en peligro su supervivencia y requiere apoyo, a todos los niveles, para sustentar su desarrollo.

Esta es una de las principales conclusiones del Anuario 2023 de la Agricultura y Ganadería Familiar, que edita la UPA junto a la Fundación de Estudios Rurales, y en la que colaboran más de una treintena de autores y autoras de carácter multidisciplinar. Obra que ha alcanzado, con esta, las 30 ediciones, pues comenzó a editarse en 1994.

Este año, la problemática del cambio climático y sus efectos más directos en el campo, como son la falta de lluvias y los fenómenos extremos e inesperados, ha marcado en gran medida los contenidos del Anuario y de la jornada de presentación, que ha tenido lugar en el Ateneo de Madrid, con la presencia de doscientas personas, entre agricultores, ganaderos, científicos y representantes de empresas, instituciones y administraciones públicas.

LA AGRICULTURA FAMILIAR ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

La agricultura y ganadería familiar, según queda demostrado en los datos estadísticos que recoge el Anuario y en los artículos de análisis y opinión que aglutina, son el modelo que mejor puede abordar el reto de la sostenibilidad. Sostenibilidad medioambiental, social y económica, pues como aseguran desde UPA, “no puede existir una sin las otras”.

La agricultura y ganadería familiar es un modelo “sostenible por naturaleza”, pues se basa en el aprovechamiento de unos recursos heredados para legarlos a la siguiente generación, transmitiendo al tiempo un patrimonio natural y cultural que constituye la base de la historia y la vida de los pueblos.

Desde la Fundación de Estudios Rurales han explicado que el modelo familiar de producción de alimentos mira además al futuro, asumiendo en primera persona la modernización tecnológica y la digitalización, reconociendo el papel clave que juegan y jugarán en el presente y futuro de la producción de alimentos en un contexto de escasez de recursos y población creciente.

– El Anuario 2023 se puede descargar íntegro aquí


LOS MEJORES EJEMPLOS DE AGRICULTURA FAMILIAR PREMIADOS
También se han entregado los premios 2023 de la Fundación de Estudios Rurales, que desde el año 2000 premian a personas e instituciones ejemplares en su defensa del medio rural y de la agricultura familiar. En esta ocasión, los premiados ‘Orgullo Rural’ han sido los Servicios Técnicos de UPA, la emprendedora Lara Iglesia y la pareja formada por Daniel Pellejero y María Lina Hernando.
También los profesores Manuel Parras, José María García Álvarez-Coque y José Emilio Guerrero. Además del comunicador y emprendedor Ricardo Migueláñez y del Instituto Cervantes, representado por su director Luis García Montero. El premio especial ha recaído este año, a título póstumo, en el líder agrario leonés Matías Llorente.

viernes, 9 de junio de 2023

Rogativa al agua.

Traigo aquí esta reflexión que conecta con nuestro trajín redecillano (-no solo nuestro, esto sucede en todos los pueblos, en todas las culturas, en todo el mundo-) de subir y bajar la Virgen Sra. de Ayago con la vieja y sana tradición de pedir su intercesión para que a nuestros campos, animales y salud les vayan bien.
No es tontería marcar la fe desde la debilidad, desde la realidad: hubo tiempos, no hace tanto los hemos vivido, en el que la precariedad, la ventura del día a día en el resultado de la cosecha,  o de la salud marcaban las necesidad de apoyo, del ruego, que socialmente se manifestaba en estas u otras rogativas... 

Ese contacto piel con piel con la todopoderosa naturaleza nos imponía humildad, perdón, no es humildad es la realidad. 
La realidad es que vivimos en un sistema natural finito y cerrado con espacios, recursos y tiempos finitos,  pero está gestionada por un sistema socioeconómico que apunta al infinito,  por unos seres humanos que nos creemos dioses, que nos creemos  una suerte de homodeus que con una varita mágica llamada tecnología es capaz de resolver cualquier situación. 

Pues ese es el problema: que la sociedad industrial y urbana, que no tiene ese contacto piel con piel con la naturaleza y su inmenso poderío, se ha impuesto a las sociedades agrarias, y vive y enloquece al margen de la naturaleza.
Aunque sea sólo por humildad, perdón, por realidad,  conviene recordarnos a nosotros mismos (porque ya estamos enfermos/locos),  que la Naturaleza tiene todos los títulos de propiedad, todas las escrituras del planeta son suyas, todas... 
Y cuando se presenta con sus títulos, no tiene conmiseración ante tanta soberbia con la que, desde nuestra chulería e imbecilidad, la maltratamos.

A tanta evidencia de insensatez no viene mal subir a los Montes de Ayago, recorrer 12 km, respirar aire puro, venernos las caras y charlar, conocer qué es un ezcarro..., sudar, oler una violeta.., y, entre baja y subida, seguir rogando a la Virgen Sra. de Ayago como una componente más de nuestra realidad finita...
Hay otras maneras de vivir este planeta, y las tradiciones, que nos han traído hasta aquí como la  de la Virgen de Ayago, aún pueden tener algún valor para afrontar lo que se nos viene encima, lo que hemos provocado nosotros, dioses de pacotilla...
V.B.S
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Rogativa al agua.

La sociedad industrial, a diferencia de la campesina, 
no solo se siente fuera de la Naturaleza a la que considera 
como un medio, como un ambiente, 
también olvida su dependencia de los ciclos de la vida.

Ni una sequía catastrófica como la actual es capaz de marchitar 
la soberbia de nuestra sociedad industrial.

La sociedad industrial ensancha los errores 
en lugar de reconocer y disculparse por su ignorancia, 
insiste en agrandar los paradigmas productivistas con propuestas 
como la ya clásica de “inyectar fondos para la modernización de los regadíos”.


Campo de olivos regado a manta en Calanda..    Manuel Barberán

Implorar
A vosotras, 
piedras, rocas, guijarros, 
madres primeras del agua, 
os rogamos que convoquéis a los árboles.

A vosotros, los árboles, 
os rogamos que os vistáis de verde 
para seducir a las nubes.

A vosotras, nubes, 
os rogamos que os desvistáis a cántaros 
para llenar los ríos y sus cauces 
donde el agua pueda gozar.

Así podría empezar un canto pagano que para muchas personas sería objeto de burla. 
¿Plegarias para que llueva? ¿Considerar a la Naturaleza y sus elementos como divinidades? 
En tiempos de modernidad y progreso, la civilización industrial considera que el ser humano es la verdadera divinidad, una suerte de homodeus que con una varita mágica llamada tecnología es capaz de resolver cualquier situación. 
Muy olvidados quedan los atávicos rituales que las comunidades campesinas practicaban porque, a decir de Noelia Barreales y Héctor Castrillejo en el último nº de la revista Soberanía Alimentaria, “necesitaban ahuyentar sus miedos, sentir que podían hacer algo para guiar la luz a través de la oscuridad, ser protagonistas de su propio destino, recuperar cierta ilusión de control ante aquella incertidumbre y propiciar la llegada de la próxima cosecha, el siguiente ciclo de la vida”.

La sociedad industrial, a diferencia de la campesina, no solo se siente fuera de la Naturaleza a la que considera como un medio, como un ambiente, también olvida su dependencia de los ciclos de la vida. 
En unos versos de la obra teatral Acorar de Toni Gumila, que podemos escuchar en la voz de Pau Riba, se nos advierte de que ya no solo no distinguimos chopos de encinas, sino que con un genérico “árboles” los humillamos. 
Que ya no distinguimos una lechuza de un pinzón o de un mirlo, y reducimos una diversidad casi infinita a un simple ‘pájaros’. Y desde luego, que no sabemos, como sabían nuestras abuelas y abuelos, discernir si es cebada o avena a las tres semanas de nacer el sembrado, cuando apenas es una hoja. Que no sabemos diferenciar entre una planta de calabaza y una de melón, aunque estos conocimientos sean básicos para sostener la vida. 
Pero ni una sequía catastrófica como la actual es capaz de marchitar la soberbia de nuestra sociedad industrial.

Contrición
Al contrario, la sociedad industrial ensancha los errores en lugar de reconocer y disculparse por su ignorancia. Lo estamos viendo con las soluciones que se proponen frente a la sequía. Aún cuando es obvio que los procesos industriales aplicados en la agricultura y ganadería globalizada y agroexportadora son corresponsables de desequilibrar el ciclo del agua, se insiste en agrandar estos paradigmas productivistas con propuestas como la ya clásica de “inyectar fondos para la modernización de los regadíos”.

Sin la sabiduría propia de quien hunde sus pies en la tierra, pareciera que un sistema de riego por goteo, por ejemplo, es una buena forma de ahorrar agua frente al riego a manta. Quizás en la factura, pero no para los cauces del agua. 
El riego a manta, que por cierto no requiere derivados del petróleo para los tubos, ni depende de comprar artilugios de multinacionales, es un agua que mientras riega una superficie y reparte semillas y nutrientes, vuelve a ser captada por los acuíferos. 
El gota a gota y su remojar la superficie, en cambio, representa mucha evaporación de agua. En realidad, este tipo de regadíos ha servido solo para insistir en superar los mandatos naturales, como en tierras de Málaga donde se cultivan los exigentes aguacates o en tierras de Lleida donde se cultiva maíz para alimentar cerdos, cuando lo normal por sus condiciones climáticas sería practicar una agricultura de secano. No solo eso: el regadío lleva a que, en lugar de felicitarse por garantizar una cosecha anual de cereales, se aspire a doblarla o triplicarla y, otra vez, en lugar de ahorrar se gaste más agua.

Agradecer
Giorgos Kallis, en Límites, advierte que esta obsesión productivista adoradora de la tecnología nace de un discurso de la escasez, ahora del agua, ahora del petróleo, ahora de los alimentos, muy propio de esta cultura de la modernidad y del progreso… Nace de la obsesión de superar los límites naturales de un sistema cerrado, nuestro planeta, que, quizás, el relato del ecologismo ha contribuido a agrandar.

Contrasta con otras culturas, como la de la nación onondaga, pueblo nativo norteamericano que considera el agradecimiento como la manera de tomar conciencia de la abundancia que nos rodea. Y así, en sus escuelas, como recoge Robin Wall Kimmerer en Una trenza de hierba sagrada, las mañanas se inician con un ritual de agradecimiento que las niñas y niños aprenden de bien pequeños:
Miramos ahora hacia el Oeste, donde viven nuestros Abuelos, los Seres del Trueno. Con rayos y truenos nos traen el agua que renueva la vida. Unimos nuestras mentes para saludar y darles las gracias a nuestros Abuelos, los Tronantes”.

Y que, repetido como un mantra, 
te recuerda que lo que tienes es suficiente, más que suficiente”.


*Gustavo Duch: Licenciado en veterinaria. Coordinador de 'Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas'. Colabora con movimientos campesinos. 

martes, 9 de mayo de 2023

Romería para bajar a la Virgen Ntra. Sra. de Ayago desde su ermita a Redecilla del Camino, 15 de Mayo.

Redecilla del Camino reserva uno de sus dos días de fiestas locales 
para la bajar la Virgen, Ntra. Sra. de Ayago: 
el día 15 de mayo es festivo en el pueblo.

Conjunto de los Montes de Ayago.

Como es costumbre inmemorial, ese día 15 de mayo 
procedemos a acompañar a la Virgen de Ayago en el descenso 
desde su ermita, desde los Montes de Ayago,  hasta el pueblo.

Este año las horas previstas 
.- de salida desde la ermita sería en torno a las 12,15h 
.- con llegada al Olmo y Bendición de los Campos en torno a las 13,45h +/-
.- y en el pueblo la misa a las 14,00h.

Son unos 6 km de bajada en el que se desciende unos 315m de desnivel desde 1054 msnm, altitud de la ermita.
Mapa Iberpix 4, IGN

Estamos todos invitados, el camino está cómodo, aunque exigente,  y recién recebado, 
y esperamos que llueva y mucho, el agua será bien recibida... 
Y en esto la Virgen de Ayago tiene fama.






viernes, 5 de mayo de 2023

Se amplía la Declaración de Época de Peligro de Incendio en Castilla y León por RESOLUCION DE 4 DE MAYO. ¡Cuidemos!




Texto de la 

RESOLUCION DE 4 DE MAYO 
DE LA DIRECCION GENERAL DE PATRIMONIO NATURAL Y POLITICAFORESTAL 
DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEON POR LA QUE SE AMPLÍA 
LA DECLARACIÓN DE ÉPOCA DE PELIGRO MEDIO EN CASTILLA Y LEÓN.

Las labores de prevención y extinción de incendios forestales deben adaptarse en cada momento del año al riesgo existente. Por ello la Junta de Castilla y León ha optado por un operativo flexible, que integra la prevención y extinción y cuyas dimensiones se adapten a las condiciones de riesgo existentes en cada momento.

Continúa la escasez de lluvias de las últimas semanas y las temperaturas muy superiores a lo esperado para esta época del año. Eso está provocando una sequía importante y un aumento del riesgo por incendio forestal.

Es necesario por tanto tomar medidas que han de ser objeto de una precisa coordinación en aras a lograr la máxima eficacia en el cumplimiento de su fin, por lo que se hace preciso que, desde el órgano directivo competente, se dicten aquellas resoluciones tendentes a lograr dicha coordinación.

Por ello, y de conformidad con las competencias derivadas del Decreto 63/1985, de 27 de julio,
sobre prevención y extinción de incendios forestales, y el Decreto 9/2022, de 5 de mayo, por el
que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y
Ordenación del Territorio, esta Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal.

RESUELVE

Ampliar la declaración de Época de Peligro Medio de incendios forestales en la Comunidad de
Castilla y León del 5 al 11 de mayo, ambos incluidos, con las mismas medidas preventivas
asociadas a la resolución inicial de la resolución dictada con fecha 29 de marzo de 2023:

• Suspensión de todas las autorizaciones y comunicaciones de quema de vegetación y restos vegetales.

Refuerzo del personal de guardia y de los medios desplegados en las comarcas de más riesgo.

De acuerdo con lo previsto en el apartado 7 del artículo 48 de la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, esta resolución tendrá vigencia y causará efectos desde el momento de su firma, y será objeto de publicación oficial.

Valladolid,

El Director General de Patrimonio Natural y Política Forestal
José Ángel Arranz Sanz.
______________________________________

Todos los Redecillanos tenemos que apoyar la prevención de incendios.
La iniciativa de la Peña de Ayago de las fiestas de Acción de Gracias del año pasado, 
todo un ejemplo que debemos seguir y aumentar.












jueves, 4 de mayo de 2023

“La mayor causa de desertificación es el mal uso del suelo y del agua, no la sequía”, Fernando T. Maestre.

Entrevista a Fernando T. Maestre, ecólogo investigador, dirige el 
Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Univ. de Alicante, 
señala que “no es realista”, seguir prometiendo agua y asegura 
que es necesario reducir los regadíos

El investigador alicantino Fernando T. Maestre (Sax, 46 años) es uno de los mayores especialistas del mundo en la ecología de las zonas áridas. Dirige el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global en la Universidad de Alicante y es una de las principales atalayas científicas desde las que se estudia el avance de la desertificación en España.
Maestre se encuentra entre el 1% de autores científicos más citados del mundo, y desde esa posición, se moja respecto a unas políticas del agua que considera irreales e irresponsables en medio de la crisis climática. El investigador afirma que la mayor causa de la desertificación en nuestro país no es el calentamiento global ni la sequía, sino “el mal uso del suelo y del agua”. Aunque espera que la actual escasez de lluvias suponga un cambio de mentalidad sobre la falta de este recurso tan preciado, reconoce que “lamentablemente, no hemos aprendido mucho de las sequías que hemos sufrido en épocas anteriores”.
Los conflictos por el agua han estallado con la propuesta para amnistiar regadíos ilegales en Doñana o el rechazo de Murcia y la Comunitat Valenciana al recorte al trasvase Tajo-Segura. ¿Es realista seguir prometiendo más agua?
No es realista. Es una huida hacia adelante el planteamiento que están haciendo determinados gobiernos y agentes sociales de seguir aumentando el regadío. No solo no es realista sino que además es muy irresponsable, nos encaminamos hacia escenarios climáticos que en nuestro país van a estar caracterizados por una menor disponibilidad de agua, por consiguiente lo que tenemos que hacer es prepararnos para el futuro y ahorrar agua, no gastar más. Plantear que la solución a los problemas del campo y a los problemas económicos de muchas zonas es aumentar el regadío es un sinsentido, porque sencillamente no va a haber agua para alimentar todo este regadío en el futuro. 
Lo que tenemos que intentar es que sea una actividad lo más sostenible posible. De nada sirve que sea una actividad que pueda mantenerse unos pocos años, pero que luego colapse totalmente o casi totalmente porque no va a haber suficiente agua. 

En ocasiones se escucha que la península ibérica va camino de convertirse en un desierto. ¿Es esto una exageración?
No es una exageración del todo, en el sentido de que cada vez tenemos un clima más árido en la península Ibérica, caracterizado por temperaturas más elevadas, una mayor evapotranspiración y una menor disponibilidad de agua debido al aumento de temperatura asociado al cambio climático. Y nos estamos acercando a condiciones climáticas cada vez más similares a las que tenemos en muchas zonas desérticas del planeta. De la noche a la mañana no vamos a tener paisajes llenos de dunas, pero durante las próximas décadas nuestro clima, y por tanto nuestros paisajes, sobre todo en la mitad sur de la península, se van a ir pareciendo más cada vez a los que tenemos en zonas más desérticas. 

¿De qué modo está afectando la actual sequía a los ecosistemas en la península?
Está afectando de una forma muy negativa, está amplificando las consecuencias de otras actividades humanas y reduciendo la cantidad de agua disponible en nuestros ecosistemas, disminuyendo la recarga de acuíferos y el caudal de los ríos y está amplificando actuaciones como el uso que hacemos del agua, sobre todo de las masas subterráneas.
Las consecuencias las estamos viendo a día de hoy, por ejemplo con la desecación de Doñana o las Tablas de Daimiel, que por desgracia llevan muchos años en la UCI. Pero quien habla de Doñana o Daimiel, que son casos emblemáticos, habla de otros muchos ecosistemas, sobre todo acuáticos, que son los más sensibles a la bajada en los niveles de los acuíferos y la disminución de los caudales de las aguas superficiales. Pero está afectando a todo tipo de ecosistemas, como muchas zonas forestales que están experimentando una mortalidad masiva de árboles porque no pueden soportar la falta de agua, y también a muchas especies animales. 

Más allá del cambio climático, ¿hay otras causas que agravan la desertificación en España?
La desertificación es un fenómeno causado por dos factores fundamentales, los cambios en el clima y la acción humana. Y en el caso de España, el principal agente desertificador somos nosotros. Se alude mucho al cambio climático, y a la sequía, y obviamente son factores que no ayudan, pues hacen que nuestros ecosistemas semiáridos y secos subhúmedos sean más propensos a sufrir más degradación y por ende desertificación, pero el principal agente desertificador en España somos nosotros, por el mal uso del suelo y del agua. 

¿Cuál es el problema con los suelos?
Lo estamos salinizando, lo erosionamos, lo cementamos... Básicamente, lo maltratamos. Según las estadísticas oficiales del Inventario Nacional de Suelos, estamos hablando de que en el conjunto de España, al año, más de 500 millones de toneladas de suelo se pierden por erosión, pese a que es lo que nos da de comer. Es un problema que ocurre sobre todo cuando el suelo está desprovisto de vegetación. Las raíces de la vegetación y la hojarasca permiten que el suelo se mantenga donde está. Cuando desaparece la vegetación, el suelo queda expuesto a la acción erosiva del agua y el viento. Los datos apuntan a que más de un tercio de la superficie española soporta erosiones que se califican como graves o muy graves. En nueve comunidades autónomas, el promedio de pérdida anual de suelo está por encima de lo que se considera tolerable.
Aunque la agricultura utiliza el 80% del agua en España, desde el sector del regadío se defiende que ese tipo de agricultura es una herramienta para frenar la desertificación. ¿Qué le parece esa afirmación?
Es una falacia por dos motivos. Primero porque el regadío es un agente de desertificación fundamental al sobreexplotar el agua, sobre todo los acuíferos. Un aspecto clave para que nuestros ecosistemas puedan albergar vida es el agua que los sustenta. Y esa agua, en muchos ecosistemas, está fuertemente determinada por los aportes de los acuíferos, que son los que estamos sobreexplotando y agotando con la agricultura intensiva. 
Además, se alude a que los cultivos disminuyen la erosión del suelo, por la vegetación que mantienen, cuando lo que ocurre es todo lo contrario. Las técnicas de cultivo tradicionales, de laboreo o de eliminación de la vegetación natural, aumentan mucho la erosión del suelo en comparación con los ecosistemas naturales. La agricultura no solo no frena la desertificación, sino que la incrementa. 
El regadío es un agente de desertificación fundamental al sobreexplotar el agua, sobre todo los acuíferos

Entonces, ¿debería plantearse una reducción de la superficie de regadío?
Sí, lo que tenemos que ir planteando es reducir el regadío, empezando sobre todo y fundamentalmente por el regadío ilegal. Se desconoce la extensión del regadío ilegal, pero como podemos ver en la zona de Doñana, en Daimiel, en el Mar Menor, pero también en otras zonas como la Axarquía en Málaga, estamos hablando de miles y miles de hectáreas de regadíos ilegales, que son las primeras que habría que clausurar. Lo que está claro es que ya no puede plantearse un aumento del regadío, sencillamente porque no va a haber agua para poder regarlo todo, y si queremos racionalizar el uso del agua y salvaguardar nuestros recursos hídricos con el escenario de cambio climático que tenemos para el futuro hay que limitar y reducir el regadío, no nos queda otra. 

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha defendido que no hay que reducir el regadío en España, y desde su Ministerio se va a destinar una enorme inversión de dinero público a la modernización de los regadíos. ¿Se ahorra agua con esa medida?
Es importante aumentar la eficiencia. Si estás regando a manta y lo pasas a riego por goteo, ahorras mucha agua. Pero ahora bien, lo que ocurre en la práctica es que ese ahorro de agua no se traduce en un ahorro real, porque los regantes tienen concesiones de agua. Si al mejorar la eficiencia del regadío ahorran agua, lo que suelen hacer es poner más superficie en cultivo, por lo que al final ese ahorro es cero. No solo no se ahorra agua, sino que aumenta la superficie regada, aumenta la demanda a futuro. 

Dicho así es un ciclo algo perverso...
Con el regadío se da un ejemplo clarísimo de lo que se llama paradoja de Jevons, que es que cuanto más eficientes somos en el uso de un recurso, más usamos ese recurso. A la vista está que el regadío no para de crecer en nuestro país, y que el consumo de agua por parte del regadío sigue aumentando pese a las inversiones millonarias que se hacen cada año en mejora de regadíos. Si realmente estas inversiones fuesen efectivas, veríamos una disminución continuada del uso del agua en el regadío conforme mejora la eficiencia, lo cual no es el caso. La evidencia y la realidad nos dice que si aumentamos la eficiencia, acabamos usando más agua. 

Y aparte de reducir el regadío, ¿qué otras medidas son necesarias?
Es imperativo reducir el desperdicio alimentario. Una parte de la cosecha se tira antes de ser comercializada porque no puede venderse, lo que ocurre frecuentemente cuando el mercado está saturado debido a un exceso de producción. En estos casos, los precios son tan bajos que no compensa cosechar la fruta y verdura. Si tomamos datos oficiales del Ministerio de Agricultura, en España no se han comercializado casi 64 millones de kilos de fruta y verdura aptos para el consumo entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022. Y estas son cifras oficiales que los agricultores registran para cobrar subvenciones de la PAC, la cantidad real de fruta y verdura que se tira o no se recoge es mucho mayor.
La evidencia y la realidad nos dice que si aumentamos la eficiencia, acabamos usando más agua. 

Muchos agricultores de secano en diversas zonas de España están augurando una cosecha desastrosa, con pérdidas enormes en el cereal, por ejemplo. ¿Se puede adaptar este tipo de agricultura, que depende de la lluvia, a un escenario climático con sequías más intensas y prolongadas?
Es algo que tenemos que hacer, y es algo que tenemos que hacer a múltiples niveles. Habrá que buscar cultivos que sean más resistentes a la sequía, y que puedan permitir cierta productividad en condiciones climáticas más secas que las que tenemos a día de hoy. Estoy pensando en cultivos como el algarrobo, que es un árbol que está muy bien adaptado a las condiciones de nuestros entornos semiáridos. Se está haciendo mucha investigación muy buena en nuestro país, y hay mucha que queda por hacer, para obtener variedades más resistentes a la sequía para determinados cultivos, variedades mejor adaptadas a las condiciones climáticas que vamos a tener en el futuro. Claramente tenemos que ir adaptando la agricultura de secano, porque con un clima más árido y más impredecible, será cada vez más difícil llevarla a cabo tal y como la veníamos realizando hasta ahora. Una vez el territorio se ha degradado, ¿hay algo que hacer para revertir el avance de la desertificación?Es posible, no es sencillo pero es posible. Lo primero que hay que hacer es gestionar mejor el agua, ahorrar agua, intentar que se vayan recuperando poco a poco nuestras masas de agua subterráneas, no seguir sobreexplotándolas y contaminándolas. Esa es la norma número uno. Luego tenemos que ir recuperando el suelo, por ejemplo, incorporando los restos de las cosechas al suelo, que en muchos sitios a día de hoy se queman. Así mejoramos su contenido en materia orgánica, mejoramos su capacidad de infiltración de modo que, cuando llueva, ese suelo sea capaz de infiltrar mejor el agua y retenerla durante más tiempo.
Si eso lo combinamos con técnicas de no laboreo en los cultivos, dejar la vegetación natural, esta vegetación también va a ir incrementando los niveles de carbono en el suelo, va a prevenir la erosión, y cuando lleguen lluvias torrenciales ese suelo estará mejor sujetado y se perderá menos. Todos estos cambios en los sistemas agrícolas los podemos combinar también con campañas de revegetación, con especies adaptadas a las condiciones climáticas más secas.
Cuando habla de campañas de revegetación, ¿se refiere a plantar árboles?
Las especies arbóreas se pueden utilizar en aquellos lugares en los que las condiciones climáticas futuras permitirán el mantenimiento de estos árboles, pero en otras muchas zonas esto ya no va a ocurrir. Hay que empezar a utilizar de manera más frecuente otras especies vegetales mejor adaptadas a las condiciones de sequía, especies herbáceas y arbustivas. También, aunque este tipo de investigación todavía está en pañales, para la restauración y recuperación de suelos degradados podemos utilizar otros organismos como las cianobacterias que forman parte de la costra biológica. 
¿Qué es la costra biológica?
Es un conjunto de organismos que viven en la superficie del suelo, son muy importantes a nivel global y en nuestro país ocupan una gran superficie dentro de los ecosistemas áridos y semiáridos, los que no están degradados, porque estos organismos son muy sensibles al pisoteo y la perturbación del suelo. Suelen ocupar buena parte de la superficie que no está ocupada por las plantas vasculares, son agrupaciones de musgos, de líquenes, de cianobacterias, y de una comunidad microbiana asociada que juega un papel ecológico muy importante. 

¿Cuáles son esas funciones?
Estos organismos por una parte fijan carbono, contribuyen a aumentar los contenidos de materia orgánica del suelo y a reducir CO2 de la atmósfera, también los hay capaces de fijar nitrógeno, y algunos, como las cianobacterias, secretan sustancias, se denominan exopolisacáridos, que fijan las partículas de suelo. Son como una especie de pegamento que aumenta la estabilidad del suelo y reduce su erosión. Debido a estas características, y a que son organismos que son capaces de vivir sin precipitación, solo con la humedad ambiental, son muy resistentes a la sequía, y se están empezando a utilizar en muchas zonas áridas del planeta para recuperar suelos degradados. Aquí en España hay investigación al respecto, como la del grupo de Yolanda Cantón en la Universidad de Almería, y hay pruebas piloto muy prometedoras para utilizar estos organismos, estas comunidades biológicas, en la lucha contra la desertificación. 

¿Cree que esta sequía cambiará la manera de gestionar el agua en España?
Quiero ser siempre optimista, obviamente la sequía es una característica cíclica de nuestros climas, y si echamos la vista atrás, lamentablemente no hemos aprendido mucho de las sequías que hemos sufrido en épocas anteriores, si bien es cierto. Una característica que distingue a esta sequía de otras que hemos sufrido en el pasado, es que está acompañada de unas temperaturas a las que no estamos habituados, como tener 30 y pico grados en abril. Quiero pensar que esta sequía va a cambiar nuestra mentalidad, que vamos a ser conscientes que el agua es un recurso muy escaso y que lo hemos estado despilfarrando en muchas ocasiones. Quiero pensar que tanto las administraciones cómo los ciudadanos van a ser más conscientes de la necesidad de plantearnos de una vez por todas un uso más racional de nuestros recursos hídricos, y que empecemos a relacionarnos con el agua y con los ecosistemas naturales de una manera diferente a como lo hemos estado haciendo hasta ahora.

lunes, 1 de mayo de 2023

Rogativa a la Virgen Ntra. Sra. de Ayago, día 6 de mayo 2023.

Según la tradición el domingo siguiente a la Cruz de Mayo, 3 de mayo, se celebra desde tiempo inmemorial la rogativa ante la Virgen de Ayago.
Por tanto este año la rogativa sería el 7 de mayo, pero por necesidades del clero, se adelanta y 

Este año 2023 será el sábado día6 de mayo,
oficios religiosos a partir de las 13,30h.

Para subir andando se suele salir desde Redecilla unas dos/tres horas antes de los oficios. 

El sentido  de la Rogativa es/era rogar para que la Virgen de Ayago vigile la buena marcha del crecimiento y madurez de la cosecha. 
La advocación de Virgen de Ayago siempre ha sido una buena medianera y con una larga tradición comarcana de milagros vinculados al campo y agricultura, a la salud...
En este año con la realidad impuesta por la sequía, esta Rogativa puede tener especial significado:
La falta de agua que padece los montes y la riveras sin casi pastos primaverales, los campos los cereales sedientos, los abastecimientos de agua de boca con un claro déficit de reservas...

Reedificada la ermita a principios del s.XVII, la Virgen de Ayago, como en general sucedió con toda la devoción mariana del Barroco, continúa con su excelente fama de Virgen de mucho poder y milagro; fama y predicamento que no se acaba en Redecilla, ni en la comarca, sino que traspasa territorios, fronteras y océanos. 

Cuadro que recoge algunos de los prodigios que se atribuyen a Ntra. Sra. de Ayago.

Repasamos ahora la documentación que recoge los "éxitos" o milagros conseguidos rogando a la Vrigen Ntra. Sra. de Ayago en lo referente a la sequía...:  “Lo acontecido en el año de 1740 es un irrefragable testimonio de esta verdad”: una sequía, pertinaz, asola la comarca. “Perdidos los campos, muertos los ganados”,  los pueblos de Villarta-Quintana, Quintanar y Bascuñana junto con el de Redecilla suben al santuario a implorar remedio a la Virgen de Ayago. 
El día estaba sereno, pero al salir en rogativa, el cielo “se entoldaba, y en seguimiento de los que la acompañaban venía lloviendo. No se verificó que se mojase alguno...”; mas cuando  llegan a la Iglesia  “llovió por dos horas continuadas”.
El 25 de mayo de 1743 tiene lugar un prodigio a decir del siguiente documento:  “Se conserva en este Santuario la memoria de lo acaecido el 25 de Mayo de 1743 á D. Fermín Ameyugo, natural de Herramelluri...”
Se pueden ver este y otros Milagros de la Virgen de Ayago en la “Novena o Ejercicio Devoto en Honor y Obsequio de María Santísima Nuestra Señora de Ayago
Y dice en la documentación: “Y siendo en todas especies de enfermedades, y en todo género de peligros, su protección tan maravillosa, es el asilo y refugio no solo de esta villa, más también de las circunvecinas, en sus necesidades y trabajos”.

Todo ello lo acreditan los pueblos de Villarta Quintana, Quintanar y Bascuñana que subían en distintos días en rogativa a atributar veneración a la Virgen de Ayago.  
Bascuñana aún sube cada año, el día de San Marcos, el 25 de Abril, en rogativa a la ermita de Ayago, este año ha sido el día 29. Los últimos años lo hace el fin de semana próximo a San Marcos. .
También lo ratifican las rogativas, los votos, las promesas y las funciones que se  han hecho en acción de gracias  en Sevilla, Cádiz, Madrid y en los reinos de las Américas; y la capilla del colegio que los RR.PP. Franciscanos tuvieron dedicada a la Virgen de Ayago en reino de Chile.

Pero el milagro de todos los milagros que tiene significación en el presente es éste: “Es bien sabido cuántos ha salido de  esta villa para mejorar de fortuna a reinos y países extraños, confiados solo en el amparo y maternal clemencia de esta Madre Dulcisima y Sra. nuestra, y que cuanto más destituidos se veían de auxilio, socorro y favor en las criaturas, tanto más bien les era proporcionado su mejor establecimiento y subsistencia...; confesando ser deudores de la protección de nuestra Sra. la Santísima Virgen de Ayago, por su prosperidad, y de la que llaman fortuna”.

miércoles, 12 de abril de 2023

El 40% de las explotaciones agrícolas han desaparecido en 15 años: El ocaso del campo europeo.

En España, la reducción es menor, aunque está por encima del 14%, en una transformación que es especialmente intensa en países de Europa del Este, como Bulgaria o Hungría.

         “Es un drama. Es una reconversión brutal que ha traído otro modelo de producción, el de sustituir pequeñas explotaciones por otras más industrializadas, que se hacen con más producción y con más tierras”. El responsable de la cadena y de mercados de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Andoni García, califica de drama el proceso, en toda Europa, hacia un menor número de explotaciones agrarias. 

Así lo ha constatado Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea (UE) que acaba de publicar datos sobre la evolución del número de granjas, agrícolas y ganaderas, a lo ancho del territorio europeo.

La conclusión es clara. En los 15 años comprendidos entre 2005 y 2020, el año de la pandemia, desaparecieron casi 4 de cada 10 explotaciones. En concreto, un 37%.

En el siguiente gráfico se puede comprobar cómo en el año que impactó el coronavirus había 9 millones de explotaciones agrícolas en el conjunto de la UE, según los censos que publica Eurostat. En cambio, 15 años antes, se superaban los 14 millones. 



Este cambio de modelo de producción agrícola y ganadera lleva al responsable de COAG a hablar de una “Europa vaciada” que constituye un “problema para toda la sociedad”. “Se han sustituido las pequeñas explotaciones, familiares y tradicionales, por otras más industriales, más intensivas y más ligadas a la especulación”, que colocan el “negocio por encima de la vida rural”, argumenta Andoni García.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), también se constata ese cambio de modelo. “Es una realidad que acontece en toda Europa desde hace años”, apunta su portavoz, Diego Juste. “La estructura de costes de las explotaciones y el hecho de que los precios pagados a los agricultores lleven tantos años siendo tan bajos, presionados por el resto de la cadena alimentaria, ha hecho que las explotaciones hayan tenido que dimensionarse”, asume. 

“Al final, las industrias y la distribución presionan para que haya explotaciones cada vez más grandes y controlables”, ahonda el portavoz de UPA, que apunta también a otros factores, como la progresiva “mecanización”, que conlleva que el nivel de gasto a veces no sea afrontable para las pequeñas explotaciones, y también el “progresivo despoblamiento” del territorio rural.



España no es una excepción. Según los datos del Censo Agrario publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en nuestro país los macro cultivos (las explotaciones de más de 100 hectáreas) han aumentado en los últimos veinte años, pasando de suponer el 54% de toda la tierra agrícola al 58%. El resto de cultivos de tamaños inferiores, en cambio, han ido perdiendo terreno.

Las diferentes situaciones en Europa

Las estadísticas señalan que, si bien la realidad de un menor tejido de explotaciones se da en toda la Unión Europea, no ha afectado igual a todos los países.

Como se ve en el siguiente gráfico, en España ha impactado, pero menos que en otros socios comunitarios. Aquí la caída de explotaciones agrícolas en esos 15 años se ha situado en el 14,5%, menos de la mitad de la media europea. 



En España el recorte es mayor que en Portugal, que ha perdido el 10% de su tejido de explotaciones agrícolas y ganaderas, pero está lejos del 30% que han superado tanto Francia como Italia. 

Más evidente es el cambio en gran parte de Europa del Este. En Polonia, por ejemplo, el número de explotaciones se redujo más de un 47% entre 2005 y 2020. Porcentaje que se dispara por encima del 67% y del 74% cuando se analizan las cifras de Hungría y Bulgaria, respectivamente. 

En estos mercados, explica Andoni García, se trata de la desaparición de explotaciones pequeñas y medianas. “Es un proceso que no para”, se lamenta.

El cambio de modelo en España

A lo largo de estos años, las explotaciones han disminuido en todo el territorio español, con una excepción: Andalucía. Según los datos que publica el organismo estadístico europeo, en 2020 esta comunidad autónoma alcanzaba las 267.700 granjas agrícolas y ganaderas, un 4,4% más que en 2005. Sin embargo, como se ve en el siguiente mapa, es un caso único en la distribución regional.



En las regiones del Cantábrico, la evolución ha sido muy diferente, con retrocesos que van del 48% de Euskadi y Asturias al 38% de Cantabria. En Galicia, la caída en el número de explotaciones es del 17,8%. En cambio, en la Comunitat Valenciana y Murcia, la disminución del número de granjas de este tipo roza el 30% y en Canarias e Illes Balears es más del 26%.

En el norte de España, uno de los motivos de esta transformación del campo es el progresivo desmantelamiento del tejido ganadero. “Desde 2008 se han perdido el 50% de las explotaciones de leche. Es vaciar a los pueblo de vida”, argumenta Andoni García. 

Los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación constatan que, en siete años, España ha perdido más de 9.000 ganaderos dedicados a la producción de leche. Son los que transcurren entre 2015, el año en el que desaparecieron las cuotas lácteas, y 2022. En ese lapso de tiempo, se ha pasado de 20.000 ganaderos dedicados a la producción láctea a poco más de 10.000, según los datos al final del último ejercicio. 

En el terreno agrícola, la producción en España también tiende a la concentración. Como se analizó en esta información, la superficie destinada en España al uso agrícola prácticamente no ha variado en la última década. 

En total, cerca de 24 millones de hectáreas dedicadas a producir todo tipo de cultivos: frutales, viñedos, olivares o pastos, que se han mantenido estables en extensión. En cambio, de nuevo, se percibe una caída del 9% en el número de explotaciones dedicadas a la agricultura entre 2009 y 2020, según los citados datos del Censo Agrario del INE.

El impacto de la Política Agraria Común

Las distintas fuentes consultadas sitúan la presión de la industria y la distribución, por mejorar las cifras de producción y su coste, como uno de los factores que están impulsando la transformación del campo. También, la política económica ligada al sector primario y la regulación del comercio internacional. Sobre todo, la desregulación. 

“La Unión Europea y las políticas que se aplican están basadas en la liberalización, en los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los acuerdos con Mercosur. Estos traen una bajada de precios para los agricultores, que luego no ven los consumidores”, señala el responsable de COAG. “Se están favoreciendo las importaciones y eso tiene un impacto en los precios y en la destrucción de explotaciones locales. ¿Qué sentido tiene traer producciones de la otra parte del planeta cuando no se necesita, porque se puede hacer aquí? Lo hemos visto con la miel”, en referencia a la crisis que vive el sector apicultor por las importaciones que llegan de mercados como el chino que, en muchas ocasiones, no se reflejan en las etiquetas de los productos que llegan al supermercado. 

En el trasfondo, la Política Agraria Común (PAC). Actualmente, esta política está en transformación, porque trata de ligar la producción a un modelo más basado en la sostenibilidad. Está previsto que, entre 2023 y 2027, España reciba más de 47.700 millones de euros de la PAC. Es el tercer país receptor, solo por detrás de Francia y Alemania. Según los cálculos del Ministerio de Agricultura, estos fondos suponen el 20% de los ingresos agrarios del sector. 

La PAC está transformándose y, aunque ha disminuido ligeramente su presupuesto en las últimas décadas, no parece estar vinculada a la caída en el número de explotaciones que reflejan los datos de Eurostat. 

En el marco financiero que marcó Bruselas para el periodo 2007-2013, los fondos para el presupuesto agrícola y rural, el medio ambiente y la pesca alcanzaron los 413.000 millones de euros. Para el siguiente periodo, 2014-2020, se situaron en 408.313 millones. Y para el que está en curso, hasta 2027, esta suma se ha rebajado hasta los 386.603 millones de euros.

Una financiación que, según las organizaciones agrarias, en España debería tener un foco en la búsqueda de nuevos agricultores y ganaderos, pero para hacer que el campo sea rentable sin la necesidad de ese tipo de ayudas. “El reto es que la producción no deje de ser familiar, que esté vinculada al territorio, que haya diferentes generaciones y se pueda encontrar un relevo generacional”, concluye el portavoz de UPA.


"Guía de adaptación al cambio climático para el Camino de Santiago Francés”, proyecto Fund.Sta. María La Real.

    Un estudio, realizado desde el área de Paisaje y Sostenibilidad de la Fundación Sta. María la Real, ha permitido definir y catalogar has...