El “Asunto de Redecilla”
23 noviembre de 1.507
De siempre, y no es ningún secreto, y
motivado por cualquier nueva organización o cambio en la estructura social se
producen múltiples revueltas, desobediencias, y defensa de intereses frente al
dominio insaciable del poder.
Desde una organización primigenia fundada en
el clan, pasando desde esas estructuras
familiares a organizaciones en torno a las aldeas o villas, desde la invasiones
de los celtas, durante los romanos y los visigodos se va produciendo una constante pérdida de la
autonomía de esas formas ancestrales de organización familiar, y se pasa a
organizaciones sociales cada vez más complejas.
En ese transcurrir se pierden unos derechos, llamémosles mejor privilegios, y se ganan otros, y en general el poder se va alejando cada vez más de la vida
cotidiana. Y ya en la Edad
Media el poder se va concentrando primero en los monasterios,
luego en los señoríos, luego en los mayorazgos. El dominio y posesión de los
recursos y del territorio pasa de los aldeanos a los señores, en un progresivo desposemiento de derechos históricos, que generalmente están avalados por los tres
estamentos de poder(el clero, los señores y los reyes). Cuando y a la vez, se ha asentado entre estos: la ambición hace que entre ellos cunda el mismo ejemplo: la lucha por el poder...
Como vimo hace ya 4 años, en los distintos capítulos en la Serie "Isabel" de TVE, lo que el poder debatía en los finales del s.XV era cómo se redistribuía el poder dentro de un proyecto en el que el Gobierno de los Reyes iba ganando parcelas del poder a quienes antes lo detentaban.
En esa serie de TV, como lo fue en la historia, Isabel y Fernando van cada día quitando poder a la Iglesia, a los Nobles, a los Judíos...
Todo con vistas lo que lograron: la construcción y mantenimiento, en Castilla, del primer estado moderno conocido en Europa. Después de la puesta en marcha del mayor Estado moderno, se precipitan los acontecimientos en toda Europa...
Casi todos reinos medioevales siguieron el modelo (que acabó llamándose absolutista) creado por los Reyes Católicos, menos España donde su nieto, Carlos I de Castilla/Aragón... y V de Alemania, vuelve a imponer el feudalismo en Castilla y demás reinos de la península... Esto es una de las causas de nuestro atraso.
Y evidentemente este asumir el poder de algunos los estamentos sociales de los estados modernos por parte de las nuevas monarquía, no es tarea fácil, y no sale gratis: genera guerras, revueltas y traiciones..., humillaciones...
Pues bien es una de esas revueltas estuvo en Redecilla del Camino implicado.
El “Asunto de Redecella”, 23 noviembre 1507
Conviene recordar que Pedro
Manrique(1443-1515), el Duque de Nájera y Señor de Redecilla del Camino, estuvo vendiendo posesiones de los Montes de Ayago a Dña Consentina, que en 1487 vendió a Juan de Leiva posesiones
en Redecilla del Campo, la
Ventosa y Villanueva del Conde,
y que además andaba pidiendo créditos. A parte de una posible mala gestión de
su patrimonio que no está documentada, tal crisis en su economía podría tener
su mejor explicación en los gastos que tuvo en la fortificación de las
distintas torres y fortalezas de su Mayorzago.
Como se ha dicho Pedro Manrique, apodado el
Forte, Duque de Nájera, había sido un noble clave en el reinado de los Reyes
Católicos: Había prestado grandes favores a los Reyes y en agradecimiento le
concedieron del nombramiento de Duque.
Los enfrentamientos entre los Reyes Católicos y el Duque de Nájera, ya
habían empezado antes del cambio de siglo. De hecho el 20 de Marzo de 1499 hay un mandado del Rey
para que el duque de Nájera, Pedro Manrique y las villas de Treviño, Redecilla
y la tierra de Lacozmonte cumpla lo dispuesto por el alcalde de Corte,
Pedro de Mercado en tanto se resuelva el pleito pendiente. El de marzo de ese año fue muy movido para Redecilla del Camino
Lo que tenemos documentado es que, en el año
1501 Francisco de Luján, suponemos que
por mandato real, investiga un proceso
de construcciones o rehabilitaciones de fortalezas y sobre los perjuicios que
esas ocasionaban a la
Corona. Esas fortalezas las hacían o reconstruían el
Condestable de Burgos en Valmaseda y en Cerezo, y el Duque de Nájera, Pedro Manrique, en la villa de Redecilla del Camino,
entre otros....
Todavía no ha muerto Isabel Iª, la Católica,; y hay una
permanente pugna de la nobleza contra las decisiones de la monarquía.
Con la muerte en 1504 de Isabel Iº, la Católica, tenemos la
explicación de un proceso de más profundo calado, en el que Redecilla del
Camino es protagonista.
Se trata de un cuestión política: D. Pedro
Manrique, Señor de Redecilla hace unas fortificaciones en Redecilla del Camino;
también las hace el Condestable de Castilla D. Bernardino Fernández de Velasco,
Señor de Cerezo, en Cerezo.
Isabel la Católica ha muerto en 1504 y en su testamento
nombra Regente de Castilla a su esposo Fernando de Aragón, el Católico.
Estamos en periodo de regencia bajo el
Rey Fernando el Católico. Pero los
castellanos, sobre todo los poderosos de la época no quieren un regente aragonés, y la parte más importante de la
nobleza castellana, no es partidaria de
que Fernando sea regente.
Al frente de ese rechazo se coloca el Sr. de
Redecilla, el Duque de Nájera.
La nobleza castellana, pues, no lo acepta la
formula testamentaria de la
Reina Católica, se revela contra el Rey Gerente, y se hace fuerte
en sus posiciones recién levantadas o reconstruidas.
Y como se ha dicho, D. Pedro Manrique, Duque
de Nájera y Señor de Redecilla es el principal representante de sector
antifernandino.
Ante la situación creada y con la información
que le dan las “pesquisas” de Francisco de Luján, el Rey Fernando el Católico
manda al Conde Pedro Navarro (otros documentos hablan de Duque de Alba) a
sofocar la rebelión.
Los días previos a la toma de Redecilla nos
los da una carta, fechada en Villafranca
Montes de Oca el 21 de noviembre de 1507,
en la que el Conde Pedro Navarro
informa al secretario real Miguel Pérez de Almazán, de que está en disposición
de cumplir lo que ha mandado el rey Fernando del Católico “en el asunto de
Redecilla”.
¿Cuál fue ese asunto
de Redecilla que provoca la carta?.
¿Qué había mandado cumplir el Rey en Redecilla?. ¿Acaso la asonada de la villa
de Redecilla duraba ya ocho años, y era cuestión de acabar con ella?
Lo cierto es que el Rey había mandado tomar
la fortaleza que D. Pedro Manrique, Señor de Redecilla, había rehecho en Redecilla: ¿En dónde estuvo
esa fortificación?, ¿acaso, en la
Torre de Villaorceros?; tal vez en "Trespalacios".
Y así sucede de inmediato, porque dos días
después (lo que tarda en trasladarse la tropa), el 23 de Noviembre, el
mismo Conde Pedro Navarro escribe, esta
vez directamente al Rey, diciendo que “se
había posesionado de Redecilla”.
La fortaleza de Redecilla del Camino, que
poseía el Duque de Nájera, fue tomada el 23 de noviembre de 1507.
Como veremos después, y como se puede deducir
por el que hecho mismo de que Redecilla se toma en dos días, está claro que más
que una toma, un asalto, una conquista o una batalla, fue una rendición.
Podemos deducir que los nobles que se
habían opuesto a la Regencia
de Fernando el Católico sobre Castilla, ya estaban de retirada.
Hay que recordar que las tropas bajan desde
Burgos, que también se había revelado y rendido; pues bien, una vez tomada
Redecilla, bajan y llegan Nájera, pero ni
tan siquiera la intervienen militarmente: dejan al Duque disfrutando de su propio Castillo o palacio, como única
posesión del mismo que no pasa a ser administrada por el Rey.
Por tanto la villa de Redecilla a partir de esas fechas está siendo administrada por la administración real, no por el Duque de Nájera:
“todas se entregaron al duque de Alba y a las personas que él señaló con
alcaides para que las tuvieran en terceria”.
En la documentación que se cita a
continuación, se podrá apreciar cómo el
Rey desposee al Duque de Nájera, propietario del mayorazgo al que perteneció
Redecilla, y cómo, tras la reconciliación, se le van devolviendo sus
posesiones. Y cómo los redecillanos tuvieron que pagar al Monarca las costas
que la administración de la conquista requería: dado que la toma suponía poner
administradores reales en Redecilla, cuyos gastos los pagan los redecillanos...
Está claro que estos hechos tienen que ver
con la posición que el Duque de Najera tuvo frente a la regencia de Castilla
que ejerce el Rey Fernando el Católico
de Aragón después de morir su esposa Isabel Iª, la Católica en Medina del
Campo el 26 de Noviembre de 1504.
El Padre Juan de Mariana narra estos
enfrentamientos entre la nobleza castellana y el rey Aragonés, y cómo el Duque
de Alba (el conde Pedro Navarro según las dos cartas citadas) va sometiendo a
los díscolos; y así se entregan ciudades
(entre ellas Burgos) nobles y sus distintas fortalezas, entre ellas la de
Redecilla, que es tomada en unos días.
Viéndose acorralado el Duque de Najera, Señor de Redecilla, se “hallanó” a rendirse..., dice el P.
Mariana: “y el mismo Duque con este miedo se hallanó a rendir las Fortalezas de
Navarrete, Ocón, Redecilla, Davalillo, Rivas...,; todas se entregaron al duque de Alba y a las
personas que él señaló con alcaides para que las tuvieran en terceria. Con esto
perdonó el Rey al Duque los yerros y enojos pasados, y aun no mucho después hizo
poco a poco entregar las fortalezas a don Antonio Manrique, conde de Treviño,
hijo del Duque, con que se sosegaron aquellos nublados, que amenazaban” las posesiones en la parte de mayorazgo (Condado de Treviño) controlado
por el Rey.
Consecuencia de esto se le quitan al Duque de Nájera todas las ciudades
y villas, salvo el castillo de Nájera. Esto permite explicar que en las nóminas de Tenencias de Fortalezas
aparezca Redecilla del Camino y que el
año de 1511 se libraban a don Fadrique, Duque de Alba, una serie de
maravedíes por una cédula real dada el 1 de enero de 1510 para el salario y
mantenimiento de los alcaides que tienen las tenencias de las fortalezas del
Duque de Nájera. Asi, se libran por Navarrete. 164.000 maravedíes; por Ocón.
120.000 maravedíes; por Treviño, 120.000 maravedíes y por Redecilla, 68.700
maravedíes: “Cédulas
de mandamientos de pago con las nóminas a Fadrique de Toledo, duque de Alba, de
la tenencia de las fortalezas de Navarrete, Ocon, Treviño, Davalillo,
Redecilla, y Balmaseda, pertenecientes al duque de Nájera y entregadas por el
susodicho en seguridad de sus servicios”.
Lo que parece claro es que, tras la muerte de la Reina Isabel Iª, la Católica en 1504, la
nobleza castellana no ve bien la regencia de Fernando el Católico, y tanto el
Condestable de Castilla como el Duque de Nájera, entre otros, mandan fortificar
sus posesiones.
Esto no le debió gustar nada al Regente
Fernando el Católico, porque manda a Pedro Navarro (al Duque de Alba según el
P. Juan de Mariana) a sofocar esas pretensiones...
Isabel I había sujetado muchísimo a la
nobleza, y, según la tradición de la
monarquía castellana, había fortalecido los derechos de las ciudades o burgos.
Al morir Isabel I los nobles ven la oportunidad de recuperar el terreno perdido,
y se enfrentan al Regente impuesto por testamento de la propia Isabel I.
El Rey Regente somete a los nobles
castellanos.
Para castigar la rebelión, al Duque de Nájera
le privan de sus fortalezas y parte de su señorío. Por esa razón, durante unos
pocos años(1507-1512 aproximadamente),
Redecilla pasa a depender de la administración real, porque, para cuando
muere del Duque de Nájera en 1.515, ya se habían reconciliado el Rey Regente y
el Duque. Y Redecilla del Camino, igual
que las posesiones que le había quitado al Duque, habían sido devueltas otra
vez a la casa del Duque de Nájera, a la casa de los Manrique.
Concluyendo, como se puede apreciar en estos acontecimientos (y una Asonada que hubo en Redecilla en 1499), los 15 primeros años del s.XVI son muy ajetreados
para los habitantes: los vecinos y pecheros de Redecilla del Camino.
Ver también Asonada en Redecilla de Camino del 14 de Febrero 1499
A.G. Simancas. Diversos de
Castilla, legajo 40, fol. 23
Archivo
General de Simancas: ES.47161.AGS/4..//CRC,33,6 (Folio 381 (fol.,infº).
Rosa Mª Montero
Tejada, Ideología y parentesco: bases de la actuación política del primer Duque
de Nájera a comienzos del s.XVI; en
Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H.ª Medieval, t. V, 1992, págs.
229-260.