FERNANDA MACIEL, PRIMERA MUJER EN RECORRER CORRIENDO
EL AUTENTICO CAMINO DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
El pasado 4/10 Octubre
descansó en Redecilla del Camino
Con una media díaria de 85 kltrs.
WHITE FLOW: Camino de Santiago por los niños con cancer
Entre los días 2
y 11 de octubre la corredora brasileña Fernanda Maciel recorrió los 860
kilómetros del Camino de Santiago de Compostela corriendo. Su proyecto tuvo
como meta recaudar donaciones para dos fundaciones que ayudan a los niños con
cáncer – una de Brasil e una de España, donde la atleta vive hoy en día; y
también conquistar espacio para los corredores en la famosa ruta de peregrinos.
Nadie mejor que
ella misma para contar sus sensaciones:
En
el día 11 de octubre de 2012 concluí my proyecto “White Flow”. Para tener una
idea de su importancia, en 2010 más de 270 mil peregrinos lo recorrieran
caminando, pedaleando o cabalgando.
Yo
tuve el placer de recurrirlo corriendo (haciendo una de las cosas que más me
gusta), durmiendo en albergues, sin asistencia, como una peregrina más. Fueron
10 días. Aquí las etapas, los kilómetros y el tiempo que tardé en hacerlas:
02/10
Saint Jean de Pie Port – Pamplona (84,0 km) - 8h15.
03/10
Pamplona – Torres del Río (83,1km) - 10h15.
04/10
Torres del Río – Redecilla del Camino (89,2km) - 11h
Fernanda llega al albergue San Lázaro de Redecilla del Camino y es recibida por la mujer de Abel Video de la llegada a Redecilla del Camino 05/10 Redecilla del Camino – Rabé de las Calzadas (83,3km) - 10h30. |
Fernanda madruga, sale del albergue San Lázaro, son las 5 de la mañana, quedan 84 klms por recorrer |
07/10
Carrión – León (97,8km) - 12h05.
08/10
León – El Acebo (89,7km) - 10h55.
09/10 El
Acebo – Triacastela (91,5km) - 11h45
10/10
Triacastela – Melide (95,1km) - 11h00.
11/10
Melide – Santiago (55,0km) - 6h20.
Cada etapa tiene su história. La luna llena y algunos amigos me
acompañaron por muchos kilómetros. Pero también corrí otros tantos disfrutando
de la soledad, de la aventura y de mi introspección. Tuve la suerte de los días
soleados y la tristeza de los dos últimos días de lluvia. Tuve que superar
noches mal dormidas y administrar una alergia en los pies que me molestó mucho.
Viví muchos
momentos mágicos, compartí historias con peregrinos que pedaleaban y que
dormían en los mismos albergues que yo. Casa paisaje, viñedo, ermita románica,
gótica, cada amanecer… llevo todo conmigo.
La aventura más
grande de esta peregrinación aconteció sobre las 4h40 de la madrugada de la
novena etapa. En el medio del bosque, entre el pueblo de Triacastela y la
ciudad de Sarria, mi frontal se quedó sin pila. Tuve que usar la linterna del
movil para conseguir llegar a la carretera e después a Sarria. Mientras tanto,
asustada, fui atacada por ocho perros grandes que me perseguían por el sendero.
No sabía cuanto quedaba hasta la carretera y me costaba ver las setas amarillas
que indican el camino. Mantuve la tranquilidad para seguir caminando despacio y
dejar los perros para tras… y luego, volver a correr.
La parte más
triste aconteció cuando llegué a Santiago de Compostela y a la Oficina de
Peregrinos para recibir el ultimo sello en mi pasaporte de peregrina y la
Compostela, el certificado de peregrina. Cuando vieron que había completado el
Camino en 10 días me preguntaron si había sido en bici, yo respondí que no, que
había sido corriendo, entonces me negaron la Compostela, diciendo que la
Iglesia no admitía que se hiciera el Camino corriendo, reconoce solamente las
modalidades caminada, bicicleta o caballo. Después de mucho conversar y
explicar, entendieron mi proyecto y aceptaron que estuve en el Camino como
peregrina y en reflexión durante esos 10 días. Abrieron una excepción y me
dieron la Compostela de corredora peregrina! Espero que en breve “correr”
también sea una de las modalidades que vienen señaladas en el pasaporte de
peregrino. Y espero haber contribuido para eso!
La alegría más
grande fue cuando llegué al Monte do Gozo, a 4,7 kilómetros de la Catedral de
Santiago. La sensación de que lo imposible se tornaba posible y el sueño una
realidad. Las lágrimas goteando junto con la lluvia en mi ropa sucia. Paz,
alegría y un sentimiento de realización llenaron mi pecho. Como un flujo
blanco, puro y poderoso… White Flow había llegado al fin.
Texto e imágenes: Fernanda Maciel