martes, 6 de abril de 2021

Beatriz Montañez, estrella ermitaña.


Alcanzó la fama en televisión, pero acabó harta y rompió con todo. 
Aislada hace años en una casa de campo, 
publica su primer libro, ‘Niadela’, una catarsis en fusión con la naturaleza.


En la película Dersu Uzala, el viejo cazador nómada abronca a un soldado ruso por tirar un trozo de carne a la hoguera. 
- “¡No hagas eso! ¡El fuego se comerá toda la carne, y si llega otra gente y la ve, podrá comer!”.
—Quién va a venir por aquí…
—¡Mucha gente! —insiste Dersu.
—¿Quién?
—¡Viene el tejón, y el cuervo también, y los ratones! ¡Mucha gente! ¡En la taiga no estamos solos! ¡Nunca!

Beatriz Montañez vive con mucha gente. Vive con el ciempiés y con la araña toro, con el lagarto ocelado, con el sapo de espuelas, con los grillos, el jabalí y el murciélago hortelano. También vive con la culebra de herradura, con la lagartija colirroja y con el escarabajo de cementerio. Y con decenas de aves: la abubilla, el reyezuelo sencillo, el pájaro carpintero, la oropéndola europea, la bisbita pratense, el avión roquero…, entre muchas otras a las que da las gracias en el glosario zoológico que cierra su primera novela, Niadela, publicada por el sello Errata Naturae.

Antes, Beatriz Montañez vivía en Madrid y cientos de miles de personas la veían en televisión con el Gran Wyoming. Tuvo éxito con ese programa, El Intermedio, pero llegó un punto en que no se sentía bien. “Empecé a escuchar el tictac de una bomba que podría explotar en cualquier momento”, dice. Se fue. En 2014 fichó por Telecinco e hizo un programa con otras cuatro presentadoras que le acabó de quemar los fusibles. Explica que pidió mantenerse al margen de temas del corazón y de entretenimiento banal. “Ellos se comprometieron, pero después de unas semanas de emisión me di cuenta de que aquello iba derivando en algo de lo que no quería formar parte”. Lo dejó y dice que fue entonces cuando la bomba de relojería estalló. “Pero no fue lo único que motivó la detonación, pues una bomba está compuesta de muchos materiales conectados entre sí”.

Nació en Ciudad Real (1977) y vivió en el pueblo manchego de Almadén hasta que era adolescente. Su padre murió en un accidente de tráfico cuando tenía cuatro años. Nadie se lo explicó. Su madre no le dijo que su padre había muerto y que nunca más lo vería. Dice que creció casi muda. En el instituto la llamaban rara. “Me daban pescozones en la cabeza”.

El fantasma del padre, la infancia difícil, la tele, la fama, la frustración. Los elementos de la bomba.

Cuando explotó, se fue de viaje por Asia. Estuvo en templos budistas. Se acuerda del nombre de uno, Wat Ram Poeng, en Tailandia, no del de los demás. Dice que arrastra un problema de memoria y que un psicólogo le diagnosticó “amnesia retrógrada” por un trauma de su adolescencia. Al volver de Asia, trabajó de guionista de Muchos hijos, un mono y un castillo, documental dirigido por su expareja Gustavo Salmerón. Luego se recluyó en una casita del interior valenciano a la que se llega por una pista de tierra, sola y aislada. “Había telarañas por todas partes, colchones llenos de pulgas y alfombras llenas de vida. No tenía agua caliente ni luz. La chimenea no tiraba. La primera noche dormí vestida. Pasé frío y oía ruidos extraños. Acabé durmiendo por puro cansancio, pero me quedé dormida con una sonrisa. Esa primera noche fui muy feliz. Estaba en paz. Era una sensación que nunca había experimentado, como si un líquido templado naciera en la boca del estómago y se derramase por todo el cuerpo”. Allí ha estado cinco años y ha escrito Niadela, un libro en la tradición anglosajona del nature writing o escritura de la naturaleza. Ahora la casa es acogedora. Sencilla, decorada con gusto y esmero, atiborrada de piezas de ganchillo y con una fila de post-it en la chimenea con ideas suyas apuntadas a boli como “El medio más seguro de deshacerse de la carencia es desviarse del camino” o “No poseer nada es una de las facetas de la libertad”. Ya de niña le gustaba la escritura —su madre la presentó al concurso de poesía de Almadén; perdió—, pero en esta casa la ha vivido con una pasión nueva. “Me he dado cuenta de que puedo pasar meses en silencio, pero no puedo pasar días sin escribir”. Por las mañanas medita frente a un acantilado con su collar de cuentas nepalí en la mano, luego hace la casa, pasea, cocina y la tarde la dedica a la literatura. Cuando sale a hacer la compra al pueblo más cercano, en un cascado jeep que conduce a cierta velocidad por la pista sin asfaltar, se embute en los oídos unos tapones de espuma.

En Niadela vuelca en palabras sus observaciones. Usa un vocabulario exuberante y realiza unas representaciones milimétricas. “Describo el sol más de 40 veces y nunca desde el mismo punto de vista. El sol es diferente cada día, como lo son el cielo y las nubes, como lo son las ramas de los árboles y los arbustos. Solo hay que pararse a mirar con profundidad para darse cuenta”. El libro describe su primer año en este lugar y se compone de fragmentos donde hay memoria, ensayo, realidad, delirio, lirismo, un ritmo corto y veloz. “Quise que fuese poético, pero que estuviese confeccionado a golpe de hacha”.

Beatriz Montañez parece una persona frágil y feroz. Herida pero con una voluntad animal. De adolescente se fue de casa a Ciudad Real, después a Madrid, y con 21 años trabajó un año en Tokio de modelo. Allí vivía en un edificio con otras colegas de oficio. Un día a una le apareció una rata en el retrete. Ella la mató a golpes con una espátula de hierro. Más tarde se fue a Los Ángeles y estudió Comunicación en la Universidad de California mientras curraba en varios sitios a la vez y tiraba de efedrina para poder estar activa sin descanso.

En ocasiones, leemos en Niadela, le gusta salir a caminar desnuda.

Lo narra así Montañez: “Cuanto más enmarañado el sotobosque, más acompañada me siento. Es una sensación antigua, gloriosa. No siento ni frío ni calor. No siento el cuerpo. Las zarzas me rayan con sus afiladas uñas buscando las cuerdas del arpa. No suena nada. Soy piel hueca sobre hueso bruñido. Por eso vagabundeo entre la maleza. Busco mis tripas, despertar la sangre que duerme, avivar el alma descuidada. Quiero perder la cabeza para sentirme extraña, quiero caminar por los límites del orbe, cambiar de color en otoño, beber néctar de escarcha, mezclarme con la tierra y renacer purificada”

sábado, 3 de abril de 2021

Inmatricula, que algo queda...!

 De igual manera es humillante que vecinos y municipios sean despojados de sus cementerios, 
casas parroquiales e infinidad de empeños levantados y trabajados por el común, 
ese patrimonio saqueado por desamparo legal.
Y ahora con la nueva estrategia de este Gobierno los saqueadores se quedan con ellos, 
pero con amparo legal.
Ahora los que han sido saqueados tendrán que demostrar 
que los saqueadores son saqueadores. 
Para llorar... ¡qué país!

Hay gente con suerte. Pero si esa gente compone un grupo definido y la disfruta por definición, se llama privilegio -¿providencia? Ese tipo de privilegios que se supone eliminó una Constitución a la que tanto se apela.

Si usted cuenta con bienes raíces, habrá tenido que pasar por un notario que le habrá cobrado una minuta y después por el registro de la propiedad y el catastro. Si esa propiedad podía entrar en conflicto de intereses con otra, habrá debido efectuar un período de comunicación y/o exhibición pública que garantice que la adscripción no conlleva perjuicio de terceros. Pero todo eso no va con la iglesia católica. Lo habrán leído: de 1998 a 2015 (ojo a tan ‘burbujeantes’ fechas), bajo el amparo del una ley hipotecaria del gobierno de Aznar y una norma franquista, los obispos han procedido tal que notarios –¿para cuándo una reclamación de los colegios de notarios por usurpación de funciones?– y han inscrito, sin audiencia pública, a hurtadillas, cuantos bienes terrenos y construcciones afirmaban poseer acreditándolos con su propia firma.


Son miles. Casi treinta y cinco mil, unos veinte mil templos y «dependencias complementarias» y catorce mil de otro tipo (de garajes a solares, terrenos, viviendas, etc. hasta algún teleclub). De ellos, solo cuentan con título jurídico más allá de la auto-certificación eclesiástica unos 4600, un 13 por ciento. El resto sale aproximadamente a cinco certificaciones diarias. Curro sí han tenido. Quizás el que no dedican a pagar el IBI.

Alguien dirá que son posesiones ‘naturales’. Pero no. En esos países «de nuestro entorno» no lo son. Y en este, por ejemplo, los templos declarados monumentos han sido objeto de amplias restauraciones, algunas desde hace más de un siglo, con erario público, lo que conlleva que pueda registrarse esa inversión hasta compartir la propiedad e incluso revertirla. Este procedimiento se ha empleado en otros casos particulares, pero no en los templos, ¿motivo...? De igual manera es humillante que vecinos y municipios sean despojados de sus cementerios, casas parroquiales e infinidad de empeños levantados y trabajados por el común, ese patrimonio saqueado por desamparo legal. A ver ahora cómo se reclaman uno a uno esos atropellos, sin una ‘ley a medida’ para hacerlo. Una ley como la que tuvieron ellos. ¿Y las reclamaciones exitosas se juzgarán apropiaciones indebidas?

Castilla y León es la autonomía más afectada (más de un tercio del total) y León encabeza la lista en cuarta posición. Estas competiciones no nos las gana nadie. En la misma semana han aparecido noticias que tal vez se entiendan mejor relacionadas: un informe de Funcas sitúa estas y otras provincias en el núcleo duro de la despoblación y el declive económico. Que el mapa de esa debacle se aproxime tanto al que permite vislumbrar el listado de inmatriculaciones episcopales debe ser una coincidencia. Si no, tendrían algo de razón quienes dicen «España vaciada» en lugar de ‘vacía’, aunque no la habrían vaciado de gente, sino de patrimonio.

jueves, 1 de abril de 2021

Inauguración de dos fuentes en Redecilla del Camino, "que ha sido notables", 2 de abril 1907. 114 años,

“Los pueblos que, como Redecilla,
mejoran y perfeccionan sus condiciones de salubridad, limpieza, etc.,
son acreedores al aplauso incondicional de todo el mundo”

 

Reseña de periódico de la época sobre la inauguración
de las 2
 
fuentes públicas de Redecilla del Camino, día 2 de abril de 1907.

“El año de gracia de mil novecientos siete, el  día dos de Abril, se inauguraron las fuentes de esta villa; con tal fasto acontecimiento, para dar más brillo a la función, se hizo una representación teatral, con el producto de ella, después de pagar todos los gastos, se compró este Calvario  para ornamento de la parroquia”.

Redecilla del Camino ya dispone de agua corriente en dos fuentes en ese año 1907, que pueden corresponder con las dos actuales y su respectivo pilón y lavadero, aunque el formato actual  lo reciben en 1951.

Hasta esta fecha de 1907 Redecilla es presumible que Redecilla del Camino se abasteciera del agua potable de pozos tanto privados como de uso público. Hemos conocidos varios pozos en las casas particulares.

De estos el único comunal del que tenemos conocimiento es el que estuvo situado hasta mediados de los años s.XX en las proximidades de la Iglesia cerca donde está el actual pozo decorativo que hay enfrente del Hotel Redecilla del Camino (ese pozo aún está debajo del encementado de la calle). 

Lápida de la reforma de 1951.

Es en 1951 cuando toman las formas actuales con las obras que se realizan en tiempo del Alcalde Facundo Villar San Martín. 

Creo que es en los años 70 del s.xx, cuando se quita el lavadero anexo al pilón circular de la plaza, por la disfuncionalidad y falta de uso “moderno” en  la Plaza Mayor.

Fuente, pilón y lavadero de abajo.
Sobra ese armatoste que le han puesto.

Al inicio de la década de los años 60 del s. pasado se produce la distribución y acometida del agua corriente a cada casa una vez construido el depósito de regulación y almacenamiento agua y su caseta de captación en los lindes con  Bascuñana. La construcción de una  acera de cemento a dcha. e izqda. de las calles. Años más tarde se  construyen los pozos sépticos y la canalización para la recogida de aguas residuales  de cada vivienda. Y finalmente se produce el encementado de las calles.

Todo dentro de esa década, cuando, además, se sanea la “charca”,  se coloca ahí lo que hoy se llama el rollo, se dignifica la entrada al pueblo desde el Camino de Santiago que por esas fechas empieza a tomar el auge del que ahora disfrutamos.

Tras los vergonzantes años de 60, 70 y 80 en los que la agricultura intensiva de la patata básicamente (hoy desparecida) dejó casi sin agua a Redecilla del Camino y coartó su posible desarrollo en los momentos en que los migrantes redecillanos y vascos pudieron volver, comprar o edificar casas en el pueblo (aunque solo fuera para los fines de semana y vacaciones),  y no lo hicieron porque no había agua suficiente.

Eso es lo que hay que agradecer a la CHE, a los patateros y a la sempiterna pasividad de los ciudadanos del pueblo.

Se perdieron 25 años que otros pueblos comarcanos supieron aprovechar, y que finalmente se solucionó cuando, por las gestiones Julio, Alcalde de Redecilla del Camino,  se constituye la Mancomunidad de Aguas “Riojilla Burgalesa”, que da servicio a más de 17 pueblos de la comarca, que, sin ella, la mayoría ya casi habrían desaparecido.

martes, 30 de marzo de 2021

2 Años de la Gran Revuelta Rural: Concentración 31 de Marzo 2021, PLaza Mayor, 12h. Y "Pueblos con Futuro", RTVE.


Concentración en Belorado a las 12h, del día 31.
Convoca FAS TIRÓN.

A punto de cumplirse dos años de la gran revuelta del 31 M 
que puso en la agenda política el compromiso de medidas contra la despoblación y el reequilibrio económico, 
el reportaje ‘Pueblos con futuro’ aborda este sábado el reto de la España vaciada. 

Informe Semanal, acceso a TVE a la carta: https://www.rtve.es/m/alacarta/videos/informe-semanal/pueblos-futuro/5823295/?media=tve 

Lo hace desde la perspectiva de experiencias exitosas que han devuelto el orgullo al entorno rural... aunque todos cuentan que, aún queda mucho para pasar de las palabras a los hechos.

jueves, 25 de marzo de 2021

Aprobada PNL que insta al Gobierno a implantar un Mecanismo de Garantía Rural

Garantía Rural
Una herramienta para analizar, evaluar 
y adaptar las políticas, las leyes y las normativas al medio rural.

Este jueves se ha votado en el Congreso de los Diputados la Proposición No de Ley, que presentó Teruel Existe, con la que insta al Gobierno a implantar un Mecanismo de Garantía Rural.  El resultado ha sido de 197 votos a favor, 150 abstenciones y ningún voto en contra.

Tomás Guitarte, Teruel Existe, ha valorado muy positivamente el resultado de la votación: “una vez más con el resultado de la votación del Congreso vemos como las medidas importantes para luchar contra la despoblación suscitan un amplio consenso social y político.” El diputado turolense resalta que “toda la cámara valora que el desequilibrio territorial es uno de los grandes retos que debemos resolver en este país.”

El martes, Tomás Guitarte después de analizar las enmiendas que se presentaron a la moción, negoció una enmienda transaccional con varios grupos parlamentarios. Finalmente, el texto definitivo de la transaccional fue firmado por los grupos parlamentarios Socialista, Unidas Podemos, Ciudadanos y el Grupo Mixto.

El texto definitivo insta al Gobierno a “la creación de un mecanismo de garantía rural, que debe lograr la adaptación de las políticas públicas al medio y a las sociedades rurales, atendiendo al impacto de la acción política y al diseño y aplicación de leyes y desarrollos normativos.

Señala que el Mecanismo debe permitir “evaluar los efectos territoriales de toda medida legislativa, presupuestaria y de acción política, de ámbito estatal, autonómico o local, sobre el medio y la sociedad rural”. Además, tiene que integrar “los principios, las recomendaciones y las herramientas relativas al “rural proofing” que está desarrollando la Unión Europea”.   

Por otro lado, la PNL aprobada resalta que tienen que promover “mediante la colaboración y cooperación con todos los niveles de gobierno, la definición legal de un mecanismo rural de garantía, en las políticas públicas, en la acción del gobierno, las comunidades autónomas y las entidades locales”. Y finalmente destaca que tiene que incorporar “la participación de las comunidades locales, en el diseño y aplicación del mecanismo de garantía rural.”

Desde Teruel Existe destacan que esta Proposición No de Ley “no se quedará guardada en un cajón, se llevará a cabo”, recordando que en el debate de la misma el PSOE anunció que el Gobierno presentará próximamente una proposición de Ley con la evaluación del impacto demográfico para que todas las normas de rango de Ley y los reglamentos la conlleven. El objetivo es que el Reto Demográfico aparezca de un modo transversal en cualquiera de las políticas públicas que el Gobierno lleve adelante para avanzar hacia un país más justo que reduzcan los desequilibrios territoriales y que garantice la igualdad de oportunidades en todos los territorios.  

PRESENTACIÓN PNL Mecanismo de Garantía Rural

DEBATE PNL Mecanismo de Garantía Rural

Intervención de Tomás Guitarte en el debate de la PNL del Mecanismo de Garantía Rural.

"¡Llámenlo como quieran, pero no es carne!": mientras lo invitan a comer un asado, uruguayos responden a Bill Gates

 Es un engaño deliberado al consumidor al 
llamar carne a un producto que no es, 
y por tanto no debe denominarse de esa manera.
"¡Llámenlo como quieran, pero no "carne", 
porque no es carne!"

En los últimos días, Bill Gates manifestó en una entrevista realizada por un prestigioso medio de prensa que la producción de carne es causante de “un desastre climático que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del Covid-19”, al tiempo que promociona la "carne" de laboratorio.

Bajo este marco, el Ing. Agrónomo Fernando Mattos, presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC) de Uruguay rechazó estas aseveraciones por "temerarias e infundadas". "No hay evidencia científica que determine tal extremo y tampoco es aceptable que se pueda generalizar ni señalar a la ganadería como causante de tales efectos, mientras se revisan a la baja los cálculos de emisiones del sector, en la medida que se publican estudios más rigurosos".

Según Mattos, las empresas tecnológicas de Bill Gates contratan alrededor del mundo numerosos bufetes de abogados a efectos de controlar, de pleno derecho, el pago de licencias de uso defendiendo la propiedad intelectual y persiguiendo la piratería. "Al mismo tiempo, promociona los productos de empresas de laboratorio que imitan a la carne y de las que es accionista, pretendiendo atribuirse los beneficios y atributos de una industria milenaria, pero denostándola al asociar injustificadamente con un perjuicio ambiental".

El titular de la INAC considera que "eso es un engaño deliberado al consumidor al llamar carne a un producto que no debe denominarse de esa manera". Por ese motivo, la INAC, respetando la consigna número uno de su Plan Estratégico que determina la defensa de las cadenas de carnes ante la sociedad, envió la propuesta al Poder Ejecutivo que el Parlamento convirtió en ley.

"No estamos en contra de ese producto, ni consideramos a estas iniciativas una amenaza. Respetamos a los consumidores que tomen esa opción, pero nos defenderemos de ataques infundados y reclamaremos el derecho de respetar las denominaciones, rechazando cualquier intento de apropiación genérica con el ardid del falso beneficio". "¡Llámenlo como quieran, pero no es carne!", remarca Mattos.

Para bajar el tono de la respuesta, el ing agr señala que comparten algunas manifestaciones de Gates en cuanto a la preocupación con la sustentabilidad de los procesos productivos en ganadería y valoran el reciente apoyo brindado a través de una compra de créditos de carbono a un establecimiento australiano que utiliza sistemas de pastoreo rotativo.

"Invitaremos a Bill Gates a conocer el Uruguay, país con más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad. No se puede acusar a un sector generalizando, sin respetar a decenas de miles de productores que de generación en generación han recibido y transmitido un estilo de vida, basado en el legado de cuidar del recurso natural que nos otorgó la naturaleza y que deberemos traspasar de la mejor manera", destaca 

Apoyo a la respuesta

Desde las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) de Uruguay también respondieron a las declaraciones de Bill Gates y apoyaron la respuesta del Instituto de Carnes: “Las declaraciones de Gates demuestran un total desconocimiento sobre el sistema sustentable y amigable con los animales, el ambiente y los seres humanos, que se desarrolla en Uruguay. Las cooperativas agrarias de nuestro país y nuestros productores están a disposición de las autoridades nacionales para aportar al conocimiento y divulgación del sistema ganadero uruguayo”, enfatizó el delegado institucional en INAC, Dr. Jorge Slavica.

Asimismo, desde CAF se unieron a la invitación de INAC al Sr. Bill Gates a conocer Uruguay y particularmente las cooperativas agrarias: "Organizaciones que operan en torno a sólidos valores y principios, y que históricamente han estado comprometidas con el cuidado ambiental".

 
 


lunes, 22 de marzo de 2021

De Ruta por la Riojilla Burgalesa, Concurso de la Mancomunidad Riojilla Burgalesa.

Descubre y conoce la belleza de tu comarca. 
Concurso para andar nuestra tierra y por ello mandes fotos de las rutas que realices.

Se debe realizar, al menos 10 de la 20 rutas propuestas.

Fecha límite 21/06/2021 
Manda las fotos al correoe siguiente:
Regístrate y Consulta las bases en: 

Accede a estas rutas desde el Wikiloc de Calle y Camino, busca la ruta con sus nombres y tendrás toda la información, la más detallada posible.

Ermitas, hayedos, conventos, robles, castros, tejos, picos, pozos, acebales, cascadas, miradores... Pocas comarcas con tal diversidad de paisajes y entornos naturales como la Riojilla burgalesa, entre la Sierra de la Demanda, el río Tirón y la comunidad de la que toma el nombre, además de la frontera.

Recorrerla de norte a sur y de este a oeste resulta por sí mismo un aliciente, al que ahora se ha añadido un nuevo reto con premio suculento en forma de cesta con productos típicos de la zona para quienes ganen el sorteo.

Bautizado como La Búsqueda, La Mancomunidad Riojilla Burgalesa ha organizado un concurso con el que promociona 20 rutas turístico-deportivas de su entorno. Todas ellas se pueden consultar en la plataforma digital Wikiloc y descargar desde un teléfono móvil mediante código QR.

Cada una de ellas entraña un misterio, la ubicación del mirador fotografiado en el cartel de La Búsqueda, que puede ser un monumento, un río, un paisaje... Una vez localizado, los participantes deberán captar una instantánea -puede ser un selfi pero no es imprescindible- desde el lugar. Así hasta desentrañar al menos 10 de los 20 puntos estratégicos.

El plazo para lograrlo concluye el 21 de junio de 2021 a las 14:00 horas. Las 10 fotos de los miradores y otras tantas de cualquier punto de las rutas deberán enviarse al correo electrónico deportesyjuventud@belorado.org. Previamente, tendrán que darse de alta en la plataforma del Ayuntamiento de Belorado: https://belorado.tarjetasciudadanas.com/ e inscribirse en el evento La Búsqueda

Accede a estas rutas desde el Wikiloc de Calle y Caminobusca la ruta con sus nombres y tendrás toda la información, la más detallada posible.

Las rutas discurren por:

1.- San Vicente del Valle: Alto de Santa Brígida o Larrea - Eterna - Espinosa del Monte (15,56 km).
2.- Castildelgado – brillos – Redecilla - Castildelgado (7,97 km).
3.- Cerezo de Río Tirón: Castro Segisamunculum (14,46 km).
4.- Avellanosa-Anguta-Avellanosa (6,68 km).
5.- Fresno de Río Tirón al convento de San Vitores (9,71 km).
6.- Belorado a San Clemente del Valle, Belorado (13,74 km).
7.- Quintanilla San García: Los Caños – Pecesorios (10,42 km).
8.- Fresneña-Avellanosa-San Pedro del Monte -Fresneña (22,72 km).
9.- Roble Escarcio de Villamudria desde Villafranca Montes de Oca (13,96 km).
10.- Puras de Villafranca: Hayedo, dehesa y Alto Muladardo (10,74 km).
11.- El Cuenco desde Cerezo de Río Tirón (15,79 km).
12.- En torno a la Presa de Alba Villafranca Montes de Oca (13,02 km).
13.- Sendero de Verdeancho (15,16 km).
14.- Cerratón de Juarros (13,32 km).
15.- Grañón. Ermita del Carrasquedo-La Picota-Ermita (15,74 km).
16.- Espinosa del Monte - Hayedo de Umbrión-Eterna-Espinosa del Monte (12,77 km).
17.- Tres Aguas, Pozo Negro, Pico Otero, Tejo Milenario, Fresneda de la Sierra Tirón (16,8 km).
18.- Sendero del Desfiladero de Garganchón (PRC-BU-58) (8,76 km).
19.- Santa Cruz del Valle Urbión: Ruta de las Cascadas bajando por el Mirador Domingo Sevilla (8,21 km).
20.- Pradoluengo, circular por el acebal (6,19 km).


jueves, 18 de marzo de 2021

Guardianes del tiempo: los últimos artesanos

En un mundo en el que tenemos todo lo inimaginable al alcance de nuestra mano –o de nuestro ratón–, ¿esperaría a que su quesero hiciese un reparto mensual si todo le llegase en envases retornables y cajas de cartón? Teresa y Kui abandonaron sus trabajos en Madrid para volver al pueblo a montar una quesería artesana. Con ella reivindican que los saberes tradicionales no son ni una moda ni un lujo solo al alcance de unos pocos: pueden ser la piedra de toque de un modelo más sostenible, cercano y respetuoso con el entorno.


Guadalupe Bécares

Los días fríos y lluviosos de diciembre no son precisamente ajetreados en Vezdemarbán. Si el tiempo anima poco a salir a la calle, el coronavirus no ayuda: hay muchas cosas que no llegan hasta aquí, pero sí lo ha hecho el miedo al contagio entre unos vecinos mayores y, por extensión, de riesgo. Según el INE, en nuestro país subsisten casi cuatro mil pueblos de con menos de 500 vecinos y este, en la provincia de Zamora, es uno de ellos. A inicios del siglo pasado, esa cifra había que multiplicarla por cuatro. Entonces, la localidad era conocida por sus textiles y, sobre todo, por sus fábricas de chocolate, que paulatinamente fueron echando el cierre o trasladándose a Toro, tercer municipio más grande de la provincia, y eso que hace años que no roza los diez mil habitantes. Hoy, unas pocas siguen abiertas, aunque sin la fuerza de entonces. En realidad, ya casi nada la tiene en una zona que sirve para ejemplificar con precisión de cirujano el drama demográfico que se esconde tras eso de la España vaciada.

Es sábado por la mañana y no hay ni medio rayo de sol, pero frente a una de sus fachadas se forma una pequeña cola. A simple vista, es más parecido a una vivienda que a uno de los establecimientos que uno espera encontrar en los pueblos de ese tamaño –una carnicería, una panadería, unos ultramarinos, un bar–. Aunque, al acercarse, el letrero indica que es una quesería, la primera impresión no engaña al que se decide finalmente a traspasar el umbral: es la casa de Teresa y Jesús (al que todos llaman Kui), dos madrileños que por estas fechas cumplen un año al frente de La dicha marbana. Eso sí, la historia arranca mucho antes.

Vezdemarbán era el pueblo de la familia de Teresa. Aunque sus bisabuelos se dedicaban precisamente al chocolate, sus padres ya fueron hijos del éxodo rural que, en zonas como esta, casi siempre tuvo como destino Madrid. Desde Carabanchel, hace tres años decidió desandar el camino de las generaciones que la precedieron y, junto a Kui, comenzó a reconstruir la casa que aún conservaban en el pueblo, deshabitada y abandonada. En 2017, se metieron en una obra que, reconocen, no habrían podido hacer sin los vecinos, que les ayudaron durante todo el proceso. Piedra a piedra, ellos mismos levantaron la que sería la vivienda. Durante esos tres años en los que estuvieron yendo y viniendo al pueblo mientras mantenían su trabajo en la capital, su proyecto de vida fue tomando forma. Ambos se dedicaban al mundo de la educación, pero siempre habían estado muy implicados en los movimientos sociales y vecinales, y querían dejar su día a día en la ciudad. A través del Taller de las Tradiciones –una plataforma que tiene por objeto la recuperación de los oficios y productos elaborados por antiguos artesanos–, participaron en diferentes cursos, y uno de ellos fue el de fabricación artesanal de queso. Algo con las nociones básicas, pero que les permitió meter el pie en un sector que desconocían por completo. Mientras lo descubrían, iban levantando su negocio, sin prisa, pero de forma constante. A finales de 2019, La dicha marbana era una realidad. Como logo, escogieron las flores que adornaban uno de los manteos tradicionales que atesoraba la bisabuela de Teresa.

Una red de apoyo

A la hora de arrancar, ambos destacan cómo, además de los vecinos, fue muy importante contar con el apoyo de otros que, como ellos, habían decidido emprender un proyecto así. En concreto, ambos subrayan el trabajo de QueRed, la red española de queserías de campo y artesanas, a través de la que hicieron diferentes cursos en profundidad sobre el oficio y que, sobre todo, les permitió simplificar al máximo la burocracia que implica poner en marcha un negocio. Además de profesionalizar la actividad y asesorar a los socios, la red también sirve como tejido asociativo y como interlocutor con las administraciones para tomar medidas que protejan el sector. «Ninguno nos dedicábamos al mundo empresarial, y no tenemos un plan, pero contar con la red nos permitió centrarnos en nuestro trabajo. No somos unas grandes industrias y no hay competitividad: a todos nos interesa que se extienda este modelo de hacer las cosas, porque hay mercado para todos», explican.

«No se trata de trasladar el día a día de una ciudad a un pueblo. Es otra manera de vivir»

Por ponerlo en perspectiva, si una de las industrias queseras que hay en los alrededores procesa una media de un millón de litros al día, Teresa y Kui emplean unos quinientos litros a la semana para hacer queso, pero también yogures, cuajadas, queso fresco o cremas artesanales. Apenas hay mecanización en un proceso en el que, salvo criar a las cabras y las ovejas, ellos controlan al completo: ellos mezclan, moldean, cortan y salan con sus manos; ellos limpian los tarros, diseñan las etiquetas, envasan y estampan la fecha de caducidad; ellos se encargan de las redes, toman los pedidos y los reparten. Su casa acoge la tienda, pero también el laboratorio y la habitación donde se curan sus lunas. De hecho, aprovecharon la arquitectura tradicional en su obra: la sala de fabricación, levantada sobre las antiguas cuadras, conserva el ventanuco original desde el que se podía ver al ganado, aunque ahora se emplea para saber si entra algún cliente mientras están en el laboratorio.

Lo que unos llaman filosofía slow, ellos lo han reenfocado en, simplemente, dejarse guiar por los ritmos que marca la propia naturaleza. De la mis- ma manera que no hay naranjas todos los meses, tampoco hay leche todos los días del año. Las grandes explotaciones tienen miles de animales para que la producción sea constante, pero eso no siempre sucede cuando se trata de unas pocas decenas de cabezas de ganado. Por ejemplo, hace unas semanas en Facebook e Instagram avisaban a sus clientes de que no podrían adquirir rulos de cabra porque estas, que acababan de parir, aún estaban produciendo el calostro de los primeros días y no podían elaborarlo. Y todos lo entendieron. «Claro que hay veces que queremos las cosas de inmediato, pero hemos notado un gran respaldo de la gente que piensa en comprar de forma diferente y que da valor a otros aspectos. No se compite con un supermercado o con una industria, porque cuando te llevas a casa este tipo de productos no buscas eso», explica Teresa.

Mucho más que cercanía

Precisamente la naturaleza y la sostenibilidad medioambiental eran una de las cosas que más le preocupaban a la hora de abrir el negocio. Hoy, cuando uno pide uno de sus packs, el único plástico que encuentra es el del precinto de la caja: todos sus productos van en papel, en cartón o en envases de vidrio retornables, y el cliente recupera veinticinco céntimos por cada uno que devuelve. Además, la leche con la que se elaboran los quesos procede de pequeñas ganaderías del mismo pueblo, con lo que evitan emisiones del transporte y se impulsa la economía local. Las especias, las hierbas y la miel que se emplean en algunas de las cremas y yogures proceden de la agricultura ecológica y están compradas en herbolarios de la comarca. Eso –sumado a una forma de producción autosuficiente en la que apenas hay intermediarios– también les permite pagar un precio justo por la materia prima sin que el cliente final pague un precio desorbitado: sin contar con el retorno, en un supermercado, un yogur de similares características y envase sigue siendo más caro que el suyo.

Al final, todo se resume en una proximidad que está presente en la propia forma de entender el negocio en sí. En el tiempo de la prisa y de la inmediatez en el que podemos tener un libro en casa en media hora, su quesería es un ejemplo de lo que se puede conseguir apostando por todo lo contrario. No tienen tienda online ni intención de abrirla por el momento porque, aseguran, implicaría subir el nivel de producción y aumentar los recursos físicos y humanos hasta un punto que se les escaparía de las manos fácilmente. De rebote, maximizaría su impacto medioambiental para conseguir que los productos –que, además, requieren refrigeración– llegasen en buen estado. «Cualquier forma de hacerlo requiere más recursos, más tiempo, plástico, residuos… No compensa», explica Teresa. Kui añade: «Nos han vendido que crecer siempre es lo bueno, que cuanto más siempre es mejor, pero nosotros creemos que eso no es así. En nuestro caso, hacerlo supondría muchísima más presión en todos los sentidos. No queremos una enorme industria: abrimos buscando vivir de ello aquí en el pueblo, y de momento, es así. No buscamos nada más».

Así, hoy por hoy, quien quiera comprar sus productos tiene dos opciones: hacer su pedido a través del teléfono o las redes sociales y esperar al reparto a Zamora capital que realizan una vez al mes; o bien acercarse a la tienda física de Vezdemarbán. «Estamos muy orgullosos por haber conseguido que gente de los pueblos cercanos venga hasta aquí. Ahora son malos tiempos para el turismo, pero cuando abrimos nuestra idea era que sirviese como incentivo para la economía local, y que quien viniese con el reclamo de los quesos aprovechase para pasar el día descubriendo la zona y paseando o comiendo en el pueblo», cuentan.

En su caso fue el queso, pero en otras zonas de España se suceden proyectos similares con otros sectores como la cosmética o el aceite –por ejemplo, la iniciativa de Apadrina un olivo en Oliete (Teruel)–. De hecho, apuntan a este tipo de negocios como una manera de reactivar el mundo rural en positivo y lejos del aura de derrotismo que a menudo lo envuelve. Aunque, estadísticamente, su caso no abunda, rehúyen la etiqueta de héroes o de pensar que el suyo es un acto de valentía. «Es un proyecto de vida a largo plazo. Hemos tardado tres años pero, si lo miras bien, no es tanto tiempo. ¿Cuántos años dedicas a esperar un ascenso o a preparar una oposición?», plantea Kui. Si en los últimos meses muchos han vuelto sus ojos al campo, sobre todo quienes pueden acogerse a las nuevas modalidades de teletrabajo, ambos huyen de esa idealización de lo rural, que está muy lejos de ser una Arcadia. «No se trata de trasladar el día a día de una ciudad a un pueblo, en primer lugar, porque es imposible. No tienes la oferta cultural o de otros tipos que hay en Madrid, pero es que la vida tampoco es la misma. Es otra manera de vivir, otra filosofía», apunta Teresa.

A finales de primavera, serán padres por primera vez. Su bebé será una excepción en una España que celebra cada nuevo nacimiento como un milagro. Esta criatura –y la de una pareja vecina– sumarán dos niños más al colegio del pueblo, donde ahora hay trece niños en edad escolar. El invierno no dura siempre y, como siempre, sucede en el campo la vida retoña. También aquí. 

lunes, 15 de marzo de 2021

Al resguardo de los Montes de Ayago, en San Vicente del Valle, Marina hace pueblo y comunidad.

«Me cuesta aguantar la 'agresividad' de Madrid»
                                             Marina Ortiz Lenoir-Grand.

I. Pascual.
Diario de Burgos.

Retratos del Burgos olvidado (XVII) | Javier Fesser, Mario Casas, Paco León... 

El del cine y la publicidad era el mundo de Marina Ortiz Lenoir-Grand hasta 2013, 
cuando cambió Madrid por San Vicente (al resguardo de los Montes de Ayago) 
a aquéllos por amigos como Blanca y Tinín.
Marina Ortiz Lenoir-Grand, directora de producción y empresaria de turismo rural. Foto: Luis López Araico

Y el Goya a la mejor dirección de producción es para ...:
Luis Manso y Marina Ortiz por La gran aventura de Mortadelo y Filemón, dirigida por Javier Fesser
Leen bien, muy bien, porque efectivamente, la protagonista de nuestro retrato de hoy tiene un Premio Goya, esa estatuilla que cada mes de marzo entrega la Academia de Cine a las mejores películas y a quienes las hacen posible. Era el año 2004 cuando Marina subía al escenario a recoger ese premio. Y casualidad o no, lo cierto es que hoy Marina tiene una buena excusa para revivir aquel día y aquel momento, porque esta noche es la noche de cine español, como suele denominarse a la gala en la que se entregan los Goya. Así que seguro que será una jornada de recuerdos y tal vez de algunas añoranzas.

Hoy, aquel Goya está lejos de Madrid, la ciudad en la que ha vivido Marina hasta hace 8 años. Hoy, ese Goya es un vecino más del maravilloso pueblo que es San Vicente del Valle, situado frente a la cara norte de la Sierra de la Demanda, y en la sur de los Montes de Ayago, a poco más de 5 kilómetros de Pradoluengo. 
Esos montes y una arquitectura popular singular es la que se encuentra cada mañana esta directora de producción metida a empresaria rural y animadora cultural de la zona, junto a un grupo de vecinos en los que ha encontrado una familia que ahora no cambia por nada, dice, aunque también es verdad que entonces tampoco cambiaba su trabajo, «que me encantaba». 
En cada etapa ha dado lo mejor de sí, pero lo que tiene claro es que no se arrepiente de la decisión que tomó en el años 2013.

Marina es una privilegiada, lo dice ella misma, vivir en un entorno como el que la rodea es eso, un privilegio, como lo es regentar la vivienda turística La Casa de Enmedio, pese a este año tan difícil para el sector por la covid, y como es un privilegio contar con vecinos que son más que eso, son amigos, como Blanca, Tinín, Vito o José Carlos, con los que intenta dinamizar la vida del pueblo, la comarca y unirse a los movimientos que luchan contra la despoblación y por los servicios como sanidad, telefonía o internet. Ella ha tenido que contratar un satélite para poder tener internet y trabajar aquí. 

Así que antes se rodeaba de profesionales como Aurelio, el naturalista mano derecha de Rodríguez de la Fuente, presentadores como Jesús Vázquez, directores como Fesser, su hermano Guillermo o Paco León, o actores con los que ha rodado anuncios, como Mario Casas o Úrsula Corberó, y ahora su mundo es más reducido, ya que apenas son una decena los vecinos que residen habitualmente en el pueblo, pero le bastan y dice que cada vez le cuesta más ir a su ciudad, a Madrid, donde esa agresividad que encuentra le incomoda. Agresividad en el sentido de tanta gente, tanta circulación, tanto estrés, tanta actividad... «Seguro que también la había antes pero estaba inmersa en ella, formaba parte de ella y no era consciente, es como lo del bosque que no te deja ver los árboles», dice. 

Y a estas alturas del texto surge la pregunta, ¿cómo vino a parar Marina a San Vicente, como es posible que un día, a sus ya 45 años decidiera cambiar ese mundo que desde fuera parece todo glamour por un pequeño pueblo burgalés de la España Vaciada, cuando además desde muy jovencita tenía muy claro que quería dedicarse al mundo de la producción? Su hermano tuvo mucho que ver, porque él fue quien construyó, con sus propias manos, la casa en la que hoy vive Marina, ella en la parte de abajo y en la de arriba los que vienen a alojarse para quizás, como ella hizo un día, alejarse del mundanal ruido. La casa iba a ser para él, pero por diversas circunstancias, finalmente no se quedó a vivir en San Vicente, momento que Marina se la compró... y hasta hoy. 

En aquellos momentos, hacia el año 2010, las dificultades eran grandes en el sector del cine y la publicidad en los que trabajaba y decidió dejarlo, consciente de que tenía que reinventarse, en otro mundo que también le gustaba, el del turismo. No se ha despegado del todo, porque aunque sin estar ligada por contrato a la última productora en la que trabajó, Púgil Film, de vez en cuando la llaman para producir algún rodaje, entonces hace la maleta y deja San Vicente por unos días o semanas. También acude a algunos festivales de jurado, como Sitges o Málaga, pero no desde hace un año por la pandemia.

Marina empezó estudiando Turismo, pero no terminó porque le surgió la posibilidad de entrar en una productora de documentales de naturaleza, Ecofor, su sueño desde pequeña; todo lo que sabe y ha aprendido ha sido trabajando día a día, haciendo series como Osos y Madroños para Tele Madrid, o vídeos documentales para el entonces ICONA. 
Tras esa primera etapa le llegó el gran salto a Pendelton, la productora de Javier Fesser y Luis Manso, pasando a trabajar en la producción de publicidad en formato cine. Recuerda que su primer anuncio en 35 mm fue de Fairy. Y en Pendelton llegó a ser directora de producción, trabajando en casi todas las películas de Fesser. Después vendría Púgil Film hasta 2013. 
Y a partir de ese año, su vida en San Vicente, al resguardo de los Montes de Ayago. 

Para qué más, con lo que le gusta salir en pijama a coger la leña...

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