sábado, 8 de febrero de 2020

La 'uberización' expulsa al agricultor para enriquecer a la gran empresa.

La industrialización del modelo productivo y la concentración de la propiedad siembran el campo de paradojas como el declive de los emprendedores y las explotaciones familiares, con un tercio de ellos en pérdidas. 
Sin embargo, Las ganancias brutas del sector agrario han aumentado más de 7.000 millones en los últimos cinco años.

El negocio del campo está sembrado de paradojas ¿Cómo se explica que miles de agricultores lo abandonen cada año cuando la rentabilidad no deja de crecer? ¿Por qué está en pie de guerra cuando las cifras oficiales dibujan un sector de meto una y saco dos, en el que las ganancias brutas superan a la suma de los gastos y los salarios y la relación con las arcas públicas sale a ganar?
Esos planteamientos, como suele ocurrir, resultan erróneos por la generalización: el campo no es uno sino, como poco, tres distintos que conviven en un escenario en el que la industria gana terreno y cuota de mercado mientras acapara tierras e intensifica la industrialización del modelo productivo, en un proceso simultáneo al declive de las explotaciones familiares y a la expulsión de los emprendedores, que llevan una década viéndose sustituidos por asalariados.
Gana peso la industria mientras las explotaciones tradicionales y los pequeños propietarios tratan de subsistir en un mercado cuyo funcionamiento está estrangulando la rentabilidad de sus negocios mientras el pastel de la producción de alimentos no deja de crecer; tanto, como para llevar años atrayendo a los fondos de inversión por sus elevados rendimientos.
Los comensales de ese pastel son cada vez menos y de mayor tamaño. Los menudos, que son los que estos días salen a la calle a protestar, van viendo cómo su espacio se achica más y más en un proceso de uberización similar al que está arrasando, entre otros, el pequeño comercio o el del taxi.

La rentabilidad se dispara

Los datos de la Contabilidad Nacional indican, sin dejar espacio para las dudas, como el negocio del campo lleva como un tiro cinco años en los que ha pasado de aportar 26.179 millones de euros al PIB a añadirle 33.454.
Esa fulgurante salida de la crisis, con un avance del 27,78% en un lustro que únicamente se ve superado por el 35,2% de la construcción, aunque su desplome de más del 50% en el quinquenio precedente invita a relativizar esa resurrección del ladrillo, y que está cerca de duplicar el 15% del renqueante sector industrial y rebasa con creces tanto el 19,5% de unos servicios que acaparan más de dos tercios de la actividad económica del país.
Pese a esa notoria pujanza, y como consecuencia de la evolución de otros sectores, la agricultura está perdiendo peso relativo en el conjunto de la economía española, con una merma de algo más de una décima el año pasado al caer al 2,68% después de tres ejercicios en el 2,8%.
¿Y dónde está el truco para que, relativismos al margen, la rentabilidad de producir alimentos en campos y granjas sea tan elevada y creciente? 
De nuevo la Contabilidad Nacional que elabora el INE ofrece pistas interesantes que se resumen en que el valor de la producción final (60.866 millones de euros en 2018) está cerca de duplicar el montante de los gastos (27.252 en consumos intermedios y 5.404 en salarios), lo que da una ganancia bruta de casi la mitad de lo cosechado (28.210).
Todo ello con una particularidad: la liquidación de los impuestos y las subvenciones deja al cabo del año una ganancia neta superior a la factura salarial (5.702 millones de euros por 5.404), lo que equivale a decir que, en términos macroeconómicos, las arcas públicas cubren el coste salarial del campo.

jueves, 6 de febrero de 2020

El grabador José Rico, es el grabador de las estampas de las Novenas a la Virgen de Ayago. Biografía.

José Rico, bautizado con su nombre oficial de la partida de bautismo como Joseph Isac (sic) Vicente, es grabador de las imágenes que acompañan a las tres ediciones de la novena a Ntra. Sra. de Ayago. Es gaditano, y la primera edición de la novena se produce en Cádiz en 1815.
Siendo su composición, edición e impresión en Cádiz, teniendo en cuenta la fuerte presencia de los comerciantes redecillanos en esa ciudad,es más que seguro que ese grabado se encargara por estos al Director de Grabado de la Escuela de Nobles Artes de Cádiz, José Rico, que firma esas estampas como Rico sc.

Estampa Ntra. Sra. de Ayago en la edición de su Novena de 1817. Autor José Rico.

Estampa Ntra Sra. de Ayago en la edición de su Novena de 1815. Autor José Rico.
 Está claro que se utilizó la misma plancha para la impresión del grabado: las imágenes son idénticas; la de 1815 peor conservada.
Portada de la Novena a Nra. Sra. de Ayago en su edición de Cádiz, año 1815.
Son varias las obras de José Rico, hombre muy devoto y cofrade de varias cofradías gaditanas, se asemejan a ésta de la novena a la Virgen de Ayago. 
Por ejemplo ésta de la Virgen de la Candelaria tiene la misma configuración y estructura.

Esta biografía de José Rico, que se publica a continuación, está tomada de la parte final del artículo de 
José María Collantes  González,(UNED), 
Nuevos, datos en torno a la Sta. Cueva de Cádiz: 
notas sobre una estampa del grabador José Rico*:

"...El grabador José Rico.
Algunos autores han puesto de manifiesto que no se ha estudiado en profundidad a los grabadores  gaditanos, aunque la importancia comercial de Cádiz en el siglo XVIII  se vio reflejada en  numerosas imprentas y en el comercio de estampas (Gallego Gallego, 1979: 310).

Sobre José Rico, desde la obra de Ossorio hasta la actualidad no se ha añadido prácticamente nada; grabador en cobre, residente en Madrid en los primeros años del siglo XIX, con grabados para publicaciones de música, para la Biblia y otros temas religiosos (Ossorio y Bernard, 1868: 163). Lo  que sí han añadido autores posteriores, además de catalogar parte de su obra, han sido unas fechas que sitúan su actividad entre 1787 y 1827, erróneamente, ya que falleció en 1822. Así encontramos  estas mismas fechas repetidas en el Repertorio de Grabados Españoles en la Biblioteca Nacional  (Páez Ríos, 1983: 22) o el Repertorios de Grabadores Españoles (Correa Ruiz, 1981: 282).
No es el objetivo de este trabajo hacer un catálogo de su obra, pero sí intentaremos aportar algunos datos a la desconocida biografía de este artista.
Nació en Cádiz el 2 de junio de 1754. En su bautizo, celebrado una semana más tarde, el 9 de junio, le pusieron los nombres de Joseph Isac (sic) Vicente.[1]

 Hijo de José Rico, natural de Zalamea la Real, y de Rosalía María Lázaro, natural de Cádiz, tuvo seis hermanos, sobreviviéndole sólo dos, una hermana, María Rico, que profesó como religiosa en el convento de la Concepción de Lebrija con el nombre de Sor Francisca María de San Cayetano y un hermano que también siguió la vida religiosa, Juan Rico, como presbítero.

Contrajo matrimonio con Inés Gómez, el 16 de septiembre de 1776[2].No tuvieron descendencia.

En su formación como grabador tendría mucho que ver su entorno familiar, ya que su padre, José Rico Romero, fue platero[3], lo que nos da una idea de que sus inicios estarían relacionados muy probablemente con la Escuela de Dibujo que se crea en 1777, perteneciente a la congregación de San Eloy del Colegio y Arte de Platería, del Gremio de Plateros. Era fundamental para sus operarios ya que no existía otro organismo de esas características. Uno de los primeros grabados que se conoce de José Rico data de 1778, realizado para la Esclavitud del Santísimo de Cádiz, y representa al Santísimo Sacramento y las ánimas del Purgatorio[4].
Esta carencia de centros de enseñanza la quiso remediar, en 1779, el regidor don Francisco de Huarte  solicitando al Ayuntamiento la creación de una Academia de Bellas Artes. Por su parte, la Congregación de Arte de Platería solicitó abrir una Academia de Dibujo, autorizándose el 28 de mayo de 1779. Los problemas económicos obligaron a cerrarla en 1785. No obstante, estas enseñanzas artísticas continuaron gracias al Gobernador de la plaza, el conde de O’Reilly, quien estableció una escuela gratuita de Dibujo, Aritmética y Geometría en el Hospicio. Con su éxito se puso en evidencia la necesidad de un centro con más posibilidades (Martínez López, 2001: 22).

Ya desde el año 1785 y siguientes, se trata con diligencia este tema hasta llegar a conseguir, gracias a la intervención del Gobernador don Joaquín de Fonsdeviela y Ondeano, la creación de Escuela de Nobles Artes el 27 de marzo de 1789. El sitio elegido fue el antiguo palacio de Recaño, cuya torre es la conocida como torre Tavira.
Para procurar una buena formación, la Escuela convocaba becas para que los alumnos pudieran estudiar fuera de Cádiz, siendo Madrid fundamental para los estudiantes de Grabado, debido a que la Real Academia de San Fernando de Madrid es la institución clave para el desarrollo del grabado ilustrado. Los estatutos de la academia madrileña de 1757  contemplaban la enseñanza del Grabado, de la cual se encargaban dos directores. Juan Bernabé  Palomino fue el director con más relevancia en su enseñanza hasta su muerte en 1777, fecha en que le sucedió Manuel Salvador Carmona, manteniéndose en el cargo hasta 1820, fecha en que murió (Carrete Parrondo, 1994: 439-449).

En su proceso de aprendizaje, José Rico formó parte del alumnado de la Escuela de Nobles Artes de Cádiz y estuvo pensionado en Madrid. Uno de sus primeros trabajos importantes es su intervención en la obra de Palladio Los Cuatro Libros de Arquitectura, cuyas láminas grabadas se comenzaron a realizar en 1795, contribuyendo con cinco gra- bados (AA.VV. 2004: 228).
En la Junta que celebra la Escuela de Nobles Artes de Cádiz en marzo de 1797, se presenta una memoria donde se da cuenta de que José Rico se encontraba en Madrid para perfeccionar su formación en el Grabado —todavía no incluido en las enseñanzas impartidas en la Escuela de Cádiz— y que lo hacía con sus propios medios económicos, situación que podría imposibilitarle continuar con sus estudios por no poder hacer frente a los gastos. Rico solicitó una pensión, añadiendo en el informe sus últimos trabajos para que pudieran convencer de lo provechoso de estos estudios.
El dictamen de la Junta fue favorable, concediéndole una cantidad mensual (trescientos reales de vellón) para que pudiera continuar su formación en el Grabado, teniendo que remitir a la Academia pruebas de todos sus grabados como garantía de su provecho y poder regresar a Cádiz como profesor.
Esta pensión confirmaba la preocupación de la Escuela por la formación en el Grabado, aunque todavía no existiera como asignatura, interés que continuaba en junio de 1798 cuando se pensionaba a otros alumnos para estudiar en la Real Academia de San Fernando (Gascón Heredia, 1989: 121-122).
José Rico seguía pensionado en Madrid en 1800, como así lo atestigua la estampa objeto de nuestro estudio, que lo cita expresamente; «Grabada por Josef Rico, Pensionado por la Escuela de Nobles Artes de Cádiz, en Madrid en 1800».

No obstante, la crisis económica que padeció el centro no permitió afrontar durante mucho más tiempo los gastos que acarreaban los pensionados. En 1801, tras la epidemia de fiebre amarilla, se suspendieron las pensiones de José Rico y otros alumnos, aunque la Junta manifestaba su propósito de reanudar el pago de estas becas cuando mejorara la situación económica de la Escuela (Gascón Heredia, 1989: 123).

Hasta 1805 no contó la Escuela de Nobles Artes de Cádiz con la clase de Grabado, nombrando profesor a José Rico, con 500 reales mensuales. El director de la clase de Grabado era el único profesor de esta materia. No ocurría así con los directores de Arquitectura, Pintura y Escultura, que tenían cada uno dos profesores ayudantes en calidad de tenientes directores (Gascón Heredia, 1989: 140).
Precisamente al año siguiente, en 1806, grabó el retrato del Marqués de ValdeÍñigo, con dibujo de José García, estampa incluida en la Carta Edificante, obra que hemos citado anteriormente.
Otro de sus retratos es de uno de los militares españoles que lucharon en la guerra contra los franceses. Así El Conciso anunciaba en agosto de 1812 que José Rico, Director de Grabado en la Academia de Nobles Artes de Cádiz había realizado el retrato del general Ballesteros, dando cuenta de los lugares en donde se podría adquirir al precio de seis  reales[5].

Por esa época también se encargó, junto con Juan de Valderas, del estampado de las láminas que ejecutaron prestigiosos grabadores para la obra que sería usada por los alumnos de la Escuela para el estudio de Arquitectura; Principios de Arquitectura  según el sistema de Vignola. Gracias a la holgada situación económica que vivía la Escuela se pudo llevar a cabo esta publicación encargada a su secretario, D. Tomás de Sisto y Bacaro, que se publicó en Cádiz en 1813 (Martínez López, 2001: 40-41).

Poco duraría esta situación boyante, teniendo que suspender, en 1815, debido a la precaria situación económica que pasaba la Escuela, el medio sueldo de retiro que se le abonaba como Director de la clase de Grabado, con intención de reanudarse y abonarle lo que se le adeudara cuando mejorara la situación económica (Gascón Heredia, 1989: 304) En 1817, aparece empadronado en el barrio del Nuevo Mundo, en la calle de la Encarnación, número 160[6].

En 1820 se encuentran entre el profesorado de la Escuela diez de los antiguos alumnos que estuvieron pensionados en Roma, Sevilla y Madrid, entre ellos José Rico.
En su testamento[7],  fechado a 22 de julio de 1822, encontramos bastantes datos de su vida que nos pueden ofrecer una visión más cercana de nuestro personaje, como su relación con el padre Gandulfo, ya que lo nombra —facultándole al igual que a sus albaceas— para que elijan el lugar donde será enterrado en el cementerio de la ciudad, así como la clase de funeral, entierro, oficio y número de misas que en sufragio por su alma se hayan de decir.

Como hombre religioso, su testamento nos ofrece interesantes datos sobre la religiosidad popular de la época, no tan distinta de la actual, indicando que es hermano de las hermandades de la Virgen de los Remedios, sita en el convento de franciscanos observantes y de Nuestra Señora de los Desamparados, que radicaba en esa época en la parroquia de San Antonio y que actualmente tiene su sede en la Real Parroquia del Santo Ángel Custodio (Castrense). Da las órdenes para que tras su fallecimiento se avise a los mayordomos de estas hermandades:  Para que dispongan la concurrencia de sus insignias a mi funeral, y entierro, y que se apliquen en sufragio de mi alma las misas, y oraciones que acostumbran hacer con sus hermanos difuntos en conformidad, y con arreglo a lo que previenen las constituciones de ambas hermandades.

Testimonio de la pasión por su arte y de la precaria situación en la que vivía, es el relato de sus bienes. En  su casa guardaba millares de estampas de diversos tamaños, tanto obras suyas como de otros artistas, pasando del centenar las que tenía enmarcadas, además de planchas de cobre, algunas grabadas por él y otras compradas y grabadas por otros artistas, junto con láminas de cobre, listas para grabar, de todos los tamaños.
Tan sólo queda fuera de lo relacionado con su profesión los muebles, menaje y adornos de la casa, su ropa y una pequeña cantidad de dinero en efectivo para su manutención y para costear la medicación de su enfermedad.

Deja también especificados, en esos últimos momentos de su vida, los trabajos que tiene pendientes de cobrar, declarando que hizo entrega, primero a Diego Pisano en tres ocasiones, de lotes de estampas para su venta en América y «que no tengo en mi poder resguardo, ni documento alguno, que acredite dicha entrega, ni menos he cobrado cosa alguna del valor de las mismas estampas». Lo mismo le sucedió en otra ocasión al entregarle también estampas, sin documentación acreditativa, a Antonio Recio para que las vendiera también en América. Este último a la hora de redactar el testamento ya había fallecido, pero relata estos dos hechos para que se tenga constancia de ello y que sus albaceas y herederos pudieran intentar recaudar algo de ello.
También declara que entregó, a través de Lorenzo Macías, a un capitán y piloto llamado Fulgencio Alveza unas cuatro mil estampas para el Puerto del Callao de Lima, teniendo esta vez recibo firmado por el contramaestre del buque en que se embarcaron, aunque no recibió tampoco ningún dinero por todas estas estampas, esperando que sus herederos puedan conseguir cobrar algo.

Con respecto a su relación con la Escuela, manifiesta que tiene en su casa tres estampas pertenecientes a la Academia de Nobles Artes de Cádiz, que le servían para la instrucción de sus discípulos cuando estaban en su casa en tiempo de vacaciones y por ello ordena que se devuelvan a la citada Academia.
Es importante la aparición en el testamento de otro grabador de Cádiz, José Grillo, al que nombra como su oficial, legándole los buriles y demás
instrumentos que tiene en uso, además de cuatro bolitas de barniz para grabar al aguafuerte.
De otro instrumental de grabado, como el tórculo o prensa de estampar o imprimir y un barril de tinta para ese uso, era su deseo que lo vendieran sus albaceas e invirtieran el dinero en sufragios por su alma. Sus albaceas testamentarios fueron; su hermano Juan Rico, Pedro Alcántara teniente de arquitectura y Manuel Montano teniente de pintura en la Academia de Nobles Artes de Cádiz.

Al no tener herederos legales ascendientes o descendientes, nombró herederos a su hermano Juan Rico, a sus cuñadas Nicolasa y Juana Gómez y a su sobrina política, María Sevilla, hija de su otra cuñada fallecida, Isabel Gómez.

A los trece días de testar, José Rico fallecía el 3 de agosto de 1822[8].

Una vez despejadas algunas incógnitas de su vida, señalaremos algunos datos de su obracentrándonos también en los aspectos menos conocidos.
Como muestra del desconocimiento de la figura de nuestro grabador, Gallego dice, cuando se refiere a José Rico, que «no puedo asegurar si se trata del mismo grabador que actúa en Madrid en diversas publicaciones musicales a fines del XVIII y del que Oss rio cita ilustraciones para una Biblia, una Equitación y estampas religiosas» (Gallego Gallego, 1979: 310).
Podemos confirmar que interviene con sus grabados en publicaciones musicales, como la obra Principios para tocar la guitarra de seis órdenes, precedidos de los Elementos generales de la música, dedicados a la Reyna Nuestra Señora, por el capitán D. Federico Moretti, alférez de Reales Guardias Walonas, impresa en Madrid en 1799[9].
Sobre las ilustraciones para una Biblia, en los fondos bibliográficos de la Real Biblioteca y de los Patronatos Reales se encuentran dos ediciones de la Biblia Vulgata Latina que cuentan con grabados de José Rico, una impresa en Valencia en 1790 (Registro nº 12382) y otra en Madrid en 1807 (Registro nº 12384).

En el tema de la equitación, además de realizar tres estampas para la obra del barón de Bohan, Principios para montar é instruir los caballos de guerra, impreso en Madrid en 1827 (Carrete Parrondo, 1994: 538), la Calcografía Nacional conserva una lámina titulada Esqueleto del caballo, correspondiente a la Cartilla de Equitación, grabada por José Rico por dibujo de Cosme Acuña (AA.VV. 2004: 293).

Dentro del género de estampas religiosas, además de la que estamos tratando, encontramos en su obra estampas que reflejan la moda de la segunda mitad del siglo XVIII de reproducir la pintura por medio del grabado. Aunque esto se hizo de una manera oficial al crearse en Madrid, en 1789, la Compañía para el grabado de los cuadros de los Reales Palacios, también fue habitual que algunos grabadores reprodujeran obras pictóricas, sobre todo en aquellos formados en el extranjero o en la Academia de San Fernando (Carrete Parrondo, 1994: 564-575).
La pintura barroca de la escuela española fue la preferida por los grabadores del XVIII y Murillo el más admirado y reproducido. Así, José Rico, hizo una Santa Rosa de Lima «copiada del original de Murillo que conserva en su colección D. José Ignacio Lezcano, Consiliario  de la Academia de Bellas Artes de Cádiz» (Carrete Parrondo, 1994: 589-591) Rico no sólo acude a la pintura, sino que utiliza el grabado para reproducir esculturas y arquitecturas. De las primeras podríamos poner como ejemplo el grabado que hace de los Santos Patronos de Cádiz, san Servando y san Germán, obras de Luisa Roldán, la Roldana, en 1687, que se encuentran en la Catedral de Cádiz (Moreno de Soto, 2012:81-82). De las segundas y dentro del tipo de la arquitectura efímera, podríamos citar el grabado de un catafalco levantado a la muerte de Carlos III cuyo dibujo se debe a Torcuato Benjumeda[10].
Es imposible recoger en este artículo la totalidad de su obra, pero para finalizar citaremos uno de sus trabajos como muestra del nivel económico y la sensibilidad artística en el Cádiz de finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando un rico comerciante llamado Sebastián Martínez**, gran coleccionista de obras de arte que fue retratado por Goya, encargó a José Rico, hacia 1807, un artístico grabado que utilizó como tarjeta de visita[11].
Somos conscientes de que queda mucho de su vida y obra por investigar. No obstante, concluimos este acercamiento al artista José Rico, uno de los grabadores más importantes de Cádiz, cuya figura hemos querido reconocer..."

Notas:


*José María Collantes  González,(UNED), Nuevos, datos en torno a la Sta. Cueva de Cádiz: notas sobre una estampa del grabador Jose Rico*.
Cuadernos de Ilustración  y Romanticismo. Revista Digital del Grupo de Estudios del Siglo  XVIII. Universidad de Cádiz / ISSN: 2173-0687, nº 21 (2015), pgs. 274-278.
Tarjeta de Sebastián Martínez.
Autor José Rico.
**Estuvimos pendientes de identificar a este Sebastián Martínez, por si fuera oriundo redecillano de la familia de los Martínez Junquera, pero no, no tiene relación con Redecilla del Camino, aunque es riojano de Treguajantes, y pasó parte de su vida en Cádiz, donde seguro que pudieron tener relaciones.


[1] Archivo  Catedralicio  de  Cádiz  (ACC),  Sección  Libros  Sacramentales  de  Santa  Cruz. Bautismos, libro 57, f.68 v.
[2] ACC, Sección Libros Sacramentales de Santa Cruz. Matrimonios, libro 37, f.9
[3] Archivo Histórico Provincial de Cádiz (AHPC), Protocolos, ca-1853, f.149
[4] Aparece en los Estatutos de la Esclavitud del Santísimo Sacramento y Archicofradía de las Benditas Ánimas, publicados en Cádiz en 1920.
[5] El Conciso, 24 de agosto de 1812, p. 8
[6] Archivo Histórico Municipal de Cádiz (AHMC), Barrio de la Cuna, Padrones de los  17 barrios, libro 1062, p.13
[7] AHPC, Protocolos, ca-3878, ff.889-895
[8] Archivo Parroquial de San Lorenzo. Defunciones, libro 7, f.155
[9] Biblioteca Nacional de España (BNE). Signatura m/40
[10] AHMC, Colección de planos, libro 22, nº 7
[11] BNE. Signatura: er/2174 (16).




martes, 4 de febrero de 2020

ITV, Vehículos Agrícolas, 21 de Febrero 2020 en Castildelgado.

¡Aviso Redecilla!,
Horario de  9 a 14 hrs.,
En Castildelgado,
En la Cooperativa GARU.


Festival Más Madera, Valgañón, Junio 2020.

El concurso donde los proyectos efímeros de madera  

vuelven a su origen para redescubrirlo:
La reinterpretación de un medio rural mancomunado y sosteni­ble.
Nuestro patrimonio rural nutre la realidad urbana,
 pero no es valorado
Valgañón, Rioja, 
Valle río Ciloria,
20 sábado/21 domingo, 
Junio 2020.


arquitectura masmadera festival cartel evento

Desde la revolución industrial nos encontramos frente a un movi­miento globalizado de migración del campo a la ciudad que no cesa y que en pocos casos se ha revertido. Se abandonan y descuidan las zonas rurales, un legado que nos pertenece a todos y del que nos deberíamos responsabilizar.

Nuestro patrimonio rural, formado por pequeños núcleos habitados y su entorno paisajístico, nutre la realidad urbana pero no es valorado como se merece. Gran parte de la sociedad ni vive ni conoce la realidad natural y cultural fuera de nuestros pueblos y ciudades, y esto genera una desco­nexión entre ambos mundos que no beneficia a ninguno.

Históricamente la permanencia y el cuidado del mundo rural han su­puesto innumerables renuncias que han dificultado enormemente la apuesta por una vida en el campo. 
Hoy en día, gracias a los avances en el transporte, comunicaciones y  tecnología se ha convertido en una elección viable para todo tipo de personas y de proyectos.

La reinterpretación de un medio rural mancomunado y sosteni­ble como el de Valgañón (La Rioja) requiere un gran esfuerzo desde diferen­tes disciplinas. 

Desde MásMadera se quiere poner en valor este patrimonio paisajístico y urbano a través de  la arquitectura contemporánea.

El objetivo es el de celebrar 6 semanas dedicadas a la realización y visita de instalaciones construidas en madera que acerquen a la gente al patrimonio cultural y natural del valle del Ciloria (El río Ciloria es el límite sur de los Montes de Ayago), valle en el que se enclava este festival y que se encuentra ubicado en la zona Oeste de la Sierra de la Demanda.


arquitectura masmadera festival bosque sendero Su medio tradicional de vida se ha funda­mentado en la transformación y explotación sostenible del medio natural generando el paisaje que nos encontramos hoy.

Las instalaciones, que pretenden experimentar y relacionarse con dicho medio, estarán proyectadas por equipos de arquitectos y/o di­señadores que posteriormente construirán la idea de manera colaborativa con la gente local. 

El objetivo es acercarnos y redescubrir un entorno y un material que siempre han estado ahí. Interactuar con el paisaje transforma­do a través de un material que pertenece y conforma el lugar, la madera.



MásMadera

viernes, 24 de enero de 2020

Reseña bibliografica sobre el libro de la oriunda redecillana, Mª Lorenza de los Ríos, Marquesa de Fuerte-Híjar.




En diciembre que ha publicado una reseña* a cargo de Marieta Cantos Casenave, en Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, Revista Digital del Grupo de Estudios siglo XVIII (Universidad de Cádiz), sobre el libro* de la oriunda redecillana:
"María Lorenza de los Ríos, marquesa de Fuerte-Híjar. Vida y obra de una escritora del Siglo de las Luces".
  
"Reconstruir una trayectoria vital y literaria, y más en el caso de una mujer, sigue siendo una tarea casi titánica, dada la escasa documentación con que suelen contar los historiadores. Ese ha sido el caso de Elisa Martín-Valdepeñas y Catherine M. Jaffe, experimentadas investigadoras en el mundo femenino de la Ilustración española, que, a pesar de todas las dificultades, han logrado levantar el perfil biográfico y bibliográfico de María Lorenza de los Ríos y Loyo.


Esta gaditana había nacido el día de San Lorenzo de 1761 en el seno de una familia de la burguesía mercantil, formada por Francisco Javier de los Ríos y Mantilla, oriundo de la localidad cántabra de Naveda, que se había asentado en Cádiz —donde encontraría muchas posibilidades de establecer relaciones comerciales, gracias al amplio colectivo de cántabros matriculados en la carrera de Indias existente en la ciudad —, en la tercera o cuarta década del siglo XVIII y por la gaditana Feliciana Joaquina de Loyo y Treviño, de ascendencia castellana, pues sus progenitores eran naturales de Redecilla del Camino (Burgos), población que en aquellas fechas pertenecía a la Riojilla burgalesa y estaba vinculada al Camino de Santiago.

 El libro tiene como eje la edición de las obras de María Lorenza de los Ríos, que viene precedida por una introducción en la que las autoras explican las dificultades de la investigación, al contar con un material documental bastante limitado en lo que se refiere directamente a la gaditana, a pesar de los 24 archivos en los que han realizado las pertinentes pesquisas. No obstante, esa dificultad inicial se ha salvado con el recurso a fuentes indirectas, relacionadas tanto con sus dos matrimonios como con las de otras personas de sus círculos de parentesco, amistad o de afinidad cultural o social, que ha dado como resultado una sólida semblanza de 239 páginas, que alumbra no solo su figura sino el contexto social, económico y cultural en que María Lorenza se desenvolvió como mujer y como escritora. Bien es cierto que algunos detalles interpretativos como la «sonrisita» «algo traviesa» (p. 191) del retrato con que se la pintó de recién casada constituyen una valoración muy subjetiva a tenor de la reproducción fotográfica de la pintura, lo que resulta casi anecdótico entre las otras valiosas aportaciones deducidas del resto de retratos, tarjetas y documentos manejados para rescatar el eco de esta voz femenina.

Por lo que respecta a las obras que se editan de la gaditana, los manuscritos de sus comedias han sido localizados en la Biblioteca Nacional. No se precisa la procedencia de las obras que fueron publicadas en vida de María Lorenza, pero es previsible que se trate de los ejemplares existentes en esta misma biblioteca, entre los que el Elogio de la Reyna N. S., publicado por Sancha hacia 1798, cuenta con un ejemplar en la Biblioteca digital hispana de la citada institución.

En esa misma introducción, las autoras ofrecen el estado de la cuestión sobre lo que hasta hace poco se conocía de esta mujer y escritora, de la que hasta el año 2000 apenas si se sabía que era la autora de La sabia indiscreta, una comedia sentimental en un acto. Enmarcan su edición y estudio en el reciente interés por las biografías de escritoras del XVIII, Josefa Amar y Bobón, Inés Joyes y Blake, María Gertrudis de Hore, Rita Barrenechea o María Rosa de Gálvez, a las que hay que añadir el estudio bio-bibliográfico realizado en la década de los 70 sobre Frasquita Ruiz de Larrea Aheran, que sigue necesitando de una semblanza y un estudio más riguroso. Además del interés por estas escritoras de la modernidad, las investigadoras destacan la atención que ha concitado en los últimos años la labor educativa, asistencial y cultural desempeñada por varias mujeres en el ámbito de la sociabilidad dieciochesca de la Junta de Damas madrileña, cuya labor tuvo cierta continuidad durante la Guerra de la Independencia en la realizada en Cádiz por la Sociedad de Señoras de Fernando VII, presidida por la marquesa de Villafranca, mientras la Junta madrileña, en la que colaboraba María Lorenza de los Ríos, continuaba su vocación filantrópica en la España josefina.

 Destacan las investigadoras que la gaditana se casó en 1774, a los doce años, con su primo el fiscal de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, Luis de los Ríos, que le llevaba la friolera de veintiséis años; el matrimonio concertado —como, por otra parte, lo eran habitualmente los de su entorno— pudo enriquecer culturalmente a María Lorenza, tanto por el afán epistolar del esposo como por la afición a la historia y a los periódicos a que se suscribió en cuanto tuvo ocasión. Por otra parte, el enlace permitió al marido administrar un notable patrimonio que le sirvió para ayudar a sus parientes y para las obras tanto de la casa solariega de Naveda como las que inició para edificar una lujosa residencia en Reinosa, en honor de su joven esposa, «La niña de oro».

La biografía sigue las andanzas del matrimonio en Cádiz, La Coruña, desde finales de noviembre de 1779 —tras una breve residencia en Madrid— y Valladolid, adonde llegaron a principios de 1782. Allí, en septiembre de 1786, moriría Luis de los Ríos y María Lorenza, que para entonces tenía 25 años, conocería a Germano de Salcedo (nacido en Sto. Domingo de la Calzada), de 38, con el que se casó a los tres meses de enviudar, lo que fue aprovechado por próximos y extraños para dar rienda suelta a toda suerte de comentarios malintencionados. Si durante su primer matrimonio María Lorenza pudo iniciarse en el amor a las letras, su boda con el oidor de la audiencia le permitió profundizar en la cultura de la Ilustración. Miembro de la Sociedad Económica vallisoletana y de otras instituciones de la ciudad, la pareja continuó con estas prácticas culturales en su nuevo destino cortesano. El matrimonio ya vivía en Madrid a principios de 1789 y Germano ocupó el cargo de juez subdelegado de Teatros entre 1802 y 1806, lo que contribuyó a acrecentar la afición teatral del matrimonio y a que María Lorenza se convirtiera en la anfitriona de una tertulia en la que enriquecerse humana y literariamente.

Tras la contextualización de la investigación, el estudio preliminar trata de dar cuenta de los episodios documentados de su vida, desde sus orígenes, su matrimonio casi infantil, la maternidad frustrada, la dedicación a la labor educativa y asistencial con la Junta de Honor y Mérito y la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, los sufrimientos ocasionados por la guerra, la pérdida del primer esposo, el segundo matrimonio y la maternidad de acogida en la figura de una niña de la inclusa, así como las voces de la escritura femenina que asoman tanto tras las obras literarias de creación como en las de los discursos más institucionales, en los que sin embargo afloran sus inquietudes por la identidad nacional, las traumáticas experiencias de muchas mujeres de distinta procedencia social —originadas en muchas ocasiones por cuestiones de honor—, pero también otros temas privilegiados por el pensamiento ilustrado como el recurso a la amistad, que en sus escritos aparecen como consuelo y solución, al menos paliativa, de difíciles circunstancias vitales.

La segunda parte del libro, su núcleo, está constituida por la edición de las obras de la marquesa de Fuerte-Híjar: las comedias El Eugenio y La sabia indiscreta, la oda A la muerte del Excelentísimo Señor don Francisco Álvarez de Toledo y Palafox, el Elogio de la Reina Nuestra Señora y la traducción de la Noticia de la vida y obras del conde de Rumford.  A estas se añade un anexo compuesto de 32 documentos, entre los que figuran otros escritos de María Lorenza: tres cartas autógrafas, tres testamentos —otorgados en 1788, 1812 y 1816—, la carta de agradecimiento por su admisión como socia de la Junta de Damas, así como diversos informes, oficios, peticiones y memoriales que María Lorenza firma bien en calidad de curadora del Montepío de Hilazas, o de la Real Casa de Niños Expósitos de la Inclusa madrileña, bien como directora de la Real Asociación de Caridad de Señoras, o en su condición de presidenta y curadora de la Junta de Damas de Madrid, a los que se añaden varios informes de censura sobre las memorias de las comisiones de la Junta de Damas madrileña, a las que perteneció María Lorenza u otros informes relativos a distintas actividades realizadas por estas instituciones en las que la gaditana participó.

 Al frente de la edición figura una nota donde se explican los criterios seguidos respecto a los manuscritos y ediciones tenidas en cuenta, así como respecto a la corrección de errores, la modernización de la ortografía, las abreviaturas y las aclaraciones léxicas. Quizás se echa en falta la explicación del orden seguido para la publicación de las obras, puesto que no siguen el cronológico, así como el uso de algunos signos como las llaves para las acotaciones dramáticas, que no suele ser habitual.

 El libro se cierra con un apartado de fuentes y bibliografía, así como un útil índice onomástico que culminan un estudio riguroso, sólido y denso que convierten a esta edición y biografía en un iluminador retrato de época, que hubiera brillado aún más con una buena corrección editorial".

Marieta Cantos Casenave

*Cantos Casenave, M. (2019). Elisa Martín-Valdepeñas y Catherine M. Jaffe, «María Lorenza de los Ríos, marquesa de Fuerte-Híjar. Vida y obra de una escritora del Siglo de las Luces». Cuadernos De Ilustración Y Romanticismo, (25), 699-701. https://doi.org/10.25267/Cuad_Ilus_romant.2019.i25.41

* Elisa Martín-Valdepeñas y Catherine M. Jaffe (2019), 
María Lorenza de los Ríos, marquesa de Fuerte-Híjar. Vida y obra de una escritora del Siglo de las Luces, Madrid - Frankfurt am Main, Iberoamericana - Vervuert (La Cuestión Palpitante. Los siglos XVIII y XIX en España, 31), 485 pp.

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miércoles, 22 de enero de 2020

Una brigada de jóvenes acondicionará la Ruta Jacobea. Desde Redecilla del Camino

Hasta Itero del Castillo, en los 30 municipios 
que atraviesa el Camino de Santiago por la Provincia de Burgos, 
su Diputación va actuar durante 6 meses con la contratación de esos jóvenes
 a través del Programa de Empleo Jovel del Ecyl.

Fuente Diario de Burgos.
La finca Río Cabia, propiedad de la Diputación, es estos días el banco de pruebas en el que un grupo de jóvenes, contratados por la institución provincial dentro del Programa Jovel del Servicio Público de Empleo de Castilla y León (Ecyl), se familiarizan con los trabajos forestales que realizarán a lo largo de seis meses en el trazado del Camino de Santiago a su paso por la provincia, continuando de esta forma  con las actuaciones que en 2019 ejecutaron otras dos cuadrillas contratadas con cargo al Programa Operativo de Empleo Juvenil dirigido a jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
Además de las clases teóricas, los alumnos aprenden
a manejar las herramientas con las que
trabajarán en el Camino de Santiago. - Foto: Jesús J. Matías
Con cargo a este plan de empleo, la Diputación ha recibido una subvención de 130.000 euros para la contratación de trece jóvenes con destino a los departamentos de Informática y Nuevas Tecnologías, Patrimonio y Medio Ambiente. Para este último, la ayuda concedida se ha destinado a la contratación de cuatro trabajadores que conformarán una cuadrilla integrada por tres peones de conservación del medio natural y un capataz, que tendrá como objetivo el mantenimiento y conservación del Camino de Santiago y, en el supuesto de que los trabajos en la Ruta Jacobea concluyan antes de lo previsto, otros puntos de interés patrimonial de la provincia en este recorrido. 

Esta cuadrilla, que se está formado estos días en el manejo de diversas herramientas (motosierras y desbrozadoras) con las que realizarán los trabajos encomendados, dará continuidad a las actuaciones de conservación y acondicionamiento que se realizaron, con ayudas de este mismo programa de empleo, el año pasado desde entrada de la ruta por Redecilla del Camino hasta Itero del Castillo, sin intervenir en la capital.

"En la campaña pasada se obtuvieron buenos resultados con dos cuadrillas y se avanzó bastante en la limpieza y despeje de las áreas de interés medioambiental y para el peregrino (zonas de descanso) y se colaboró con los ayuntamientos en la adecuación de áreas singulares de los cascos urbanos", apunta Alberto Alonso, ingeniero técnico de Obras Públicas, en la memoria que justifica la contratación de esta cuadrilla medio ambiental.

Los trabajos para este año, según Alonso, "resultarán más sencillos de acometer por las numerosas intervenciones previas de la campaña anterior" y apunta que ya cuentan con el visto bueno de Patrimonio de la Junta, trámite necesario al ser el Camino de Santiago Patrimonio de la Humanidad.

Trabajos previstos. En la memoria de intervenciones para los próximos seis meses, en febrero ya estará la cuadrilla sobre el terreno, la previsión es atender las peticiones una treintena de localidades para acondicionar el trazado del Camino, su entorno y realizar, entre otras labores, el pintado de señales, la limpieza de fuentes, bancos y zonas de descanso, mejorar la señalización, recogida de basura y desechos vegetales, y el desbroce de camino. Además, señala Alonso, también realizarán informes acerca de posibles lugares donde no se oriente el peregrino correctamente y un inventario de puntos de confluencia de varios caminos. 

"Con una única cuadrilla se intentará maximizar los municipios atendidos, pero los rendimientos se espera que sean menores por el aumento en los tiempos de desplazamiento, el centro de trabajo y la base de la cuadrilla estará en la finca Río Cabia si bien pueden centrarse los trabajos en zonas próximas a los núcleos urbanos, áreas de descanso o zonas de especial interés", señala Alonso, quien confía en poder lograr todos los objetivos e incluso poder atender algunas de las propuestas que lleguen de los ayuntamiento para mejorar puntos de interés para los peregrinos.

115 kilómetros. Tratándose de una cuadrilla medioambiental, la prioridad en la ejecución de todas las actuaciones programadas en la memoria aprobada es, fundamentalmente, la adecuación y mejora paisajística, conservación de la biodiversidad, lograr zonas para la creación de refugio de aves y fauna en general, la sujeción de taludes, así como la de compatibilidad de uso y mantenimiento de los 115 kilómetros del Camino de Santiago a su paso por la provincia.

Para conseguir este reto, esta cuadrilla tienen hasta finales del próximo mes de junio para ejecutar un trabajo que, sin duda, agradecerán los miles de peregrinos que cruzarán estas tierras hacia Santiago de Compostela y que convierta a este trazado en uno de los mejores escaparates de la riqueza cultural, arquitectónica y paisajística de buena parte de la provincia.

Ha fallecido Isabel García Manero, descansa en paz.

 El día 19 de noviembre ha fallecido Isabel García Manero, nacida en Cerezo de Riotirón hace 89 años,  se casó con el difunto Teófilo (Filo)...