Presentamos en esta comunicación
propuesto por la Universidad de Zaragoza, en el que se ofrece una
Unidad de Intervención y de Desarrollo Rural
que abarca todo el terrtorio que en su día fue la CELTIBERIA,
en cuyo extremo noroeste se encuentra nuestra comarca.
RUTA CELTIBÉRICA:
Resumen
La Celtiberia, territorio histórico que tuvo su identidad en la Antigüedad, se asienta en el Sistema Ibérico Central
y su reborde montañoso con las cuencas
del Ebro, Duero y Tajo. Las características montañosas de dicho territorio
explican su despoblación y extrema ruralidad
actual. Pero no siempre fue así, ciudades celtíberas como Arcóbriga, Bilbilis, Numancia, Uxama, Segeda,
Segóbriga, Turiaso, Tiermes, etc
fueron capitales de territorios, ricos y poblados. Actualmente, sus ruinas se sitúan en parajes naturales de gran belleza
configurando la base de un patrimonio cultural y
natural indiscutible. El objetivo de la Ruta Celtibérica es lograr la divulgación y
generalización de ese patrimonio
celtibérico y conseguir a partir de su gestión convertirlo en medio del desarrollo social y económico, sostenible y permanente del
ámbito rural donde se encuentra.
1 Este trabajo se desarrolla dentro del proyecto I+D: HAR2008-04118/HIST (“Segeda y Celtiberia Septentrional: investigación científica,
desarrollo rural sostenible y nuevas
tecnologías”), financiado por el
Ministerio de Educación y Ciencia
y los fondos FEDER.
RUTA CELTIBÉRICA: DEFINICIÓN Y OBJETIVOS
El Proyecto Ruta Celtibérica está impulsado por el Centro deEstudios Celtibéricos de Segeda y el Ayuntamiento de Calatayud, y apoyado
por todos los investigadores arqueólogos que actualmente trabajan en la Celtiberia. A esta iniciativa se han sumado un gran número de asociaciones sin ánimo de lucro e
instituciones públicas y privadas. Con su desarrollo se pretende el reconocimiento de una realidad histórica
y la potenciación de un Patrimonio que
investigadores con marcado carácter
interdisciplinar, agentes sociales, políticos y administrativos han puesto en valor en estos últimos años de forma
aislada e inconexa.
La creación de la
Ruta Celtibérica tiene varios
objetivos:
- Identificar, conocer e inventariar el patrimonio arqueológico existente en
el territorio de la Celtiberia histórica.
- Asimismo, servirá de base para impulsar medidas
para la protección y conservación del Patrimonio celtibérico, el
desarrollo de nuevos lugares visitables y actividades que
tiendan a ofrecer un mayor conocimiento y disfrute
de una cultura única
en el marco europeo, que como
pocas puede ofrecer desde la
diversidad de su origen, formación
y desarrollo un ejemplo de creación de la identidad europea.
- Ofrecer una imagen e identidad coordinada (entre las distintas Comunidades Autónomas y Provincias) de las diferentes actividades surgidas y vinculadas
con los celtíberos, y que han dado lugar a publicaciones, congresos, exposiciones, actividades docentes, yacimientos
arqueológicos acondicionados para su visita, aulas y centros interpretativos, museos, caminos, eventos y representaciones teatrales surgidas para
rememorar acontecimientos históricos. La
coordinación de todo ello se ofrece
como
la única fórmula para el desarrollo de un turismo cultural temático en torno
a los celtíberos y la Celtiberia.
Desde el punto de vista cronológico, la
“Ruta Celtibérica” se centra en la etapa histórica en la que se formó la cultura celtibérica y su posterior integración dentro
del Imperio Romano. De hecho, la vivencia de la
entidad celtibérica en época imperial
romana queda manifestada en numerosos vestigios
documentados por los arqueólogos, como las decoraciones de las cerámicas numantinas, representaciones de dioses celtibéricos
en terra sigillata, o la alusión
a divinidades celtibéricas
o la pervivencia de estructuras familiares
extensas, tal como reflejan algunas
estelas funerarias. Pero la
mejor manifestación
que tenemos es la hecha por el poeta Marco Valerio
Marcial
oriundo de la ciudad celtibérica de Bilbilis. Este escritor
adquirió fama, prestigio y reconocimiento en Roma, amigo de Silio
Itálico y Plinio, fue favorecido por los emperadores
Tito y Domiciano con el grado de tribuno y con una vivienda en Roma. En el
año 98 regresó a su tierra natal escribiendo una serie
de epigramas en los que muestra
su valoración e integración con los celtíberos.
Por ello, la historia de los celtíberos debe verse como un proceso histórico en donde poblaciones que hunden sus raíces
en la Edad de Hierro se desarrollan hasta integrarse de forma progresiva en el
mundo y cultura romano. De hecho, el propio
patrimonio arqueológico de ciudades de la entidad
de Numancia, Tiermes, Uxama o Contrebia Leucada, muestran en
los mismos yacimientos
la superposición de diferentes ocupaciones, siendo las evidencias romano
imperiales las que mejor percibe el
espectador. Hecho que se acentúa en
ciudades de origen más tardío que las anteriores, como
Segóbriga y Bílbilis Itálica.
Se puede concluir que la Ruta
Celtibérica se fundamenta en cuatro pilares. La Historia de las poblaciones conocidas
en la antigüedad como celtíberos. Su Patrimonio Histórico, representado en los yacimientos arqueológicos y en los objetos en ellos
localizados y depositados en museos. Los caminos que recorren el territorio de
la Celtiberia, uniendo los antiguos hitos históricos y atravesando parajes naturales de
reconocido valor ambiental. Y los
eventos, actividades investigadoras y docentes, así como actos más
populares, como las representaciones teatralizadas de carácter histórico,
todas ellas parten de la investigación más rigurosa a la formación de la juventud
y sociedad en general en el conocimiento
y disfrute de un pasado histórico
único.
Dentro de la Ruta Celtibérica se incluyen un total de 31 yacimientos (de los cuáles 21 están acondicionados para su visita) 21 museos y/o centros de interpretación y
8 eventos culturales dentro
del ámbito territorial de la Celtiberia Histórica.
(Figura 1. Mapa general
de los puntos de la Ruta
Celtibérica)
EL SISTEMA IBÉRICO
CENTRAL Y LA CELTIBERIA
HISTÓRICA
Cuando
Roma conquistó el
interior de la
Península Ibérica identificó
un territorio, Celtiberia, y una población, celtíberos, con entidad propia. Al igual que otros
términos compuestos de la Antigüedad como celtoligures o helenogalatas, esta denominación
surge desde fuera del grupo al que define. En nuestro caso, identifica a celtas
en territorio ibérico.
Las investigaciones arqueológicas, documentales,
lingüísticas e históricas han demostrado la peculiaridad de su
lengua, indoeuropea de la familia de las célticas, y cultural, con una
amalgama de elaboraciones propias e influencias
de otros grupos. Dando como resultado una identidad histórica diferenciada, al igual que otras
poblaciones de la Europa de la Antigüedad,
como
los etruscos.
La región geográfica identificada como Celtiberia queda plenamente delimitada e identificada por autores del inicio de la etapa imperial romana, como Plinio, Estrabón y Ptolomeo, en los cuales encontramos relación de las etnias y ciudades
atribuidas a los celtíberos, y cuyo territorio coincide en gran medida con el Sistema Ibérico.
El Sistema Ibérico es la cadena montañosa
más importante de la mitad norte de
la Península Ibérica. Sus 61.643 km2, actualmente, se comparten por las Comunidades
Autónomas de Aragón, Castilla-La
Mancha, Castilla-León y La Rioja. Curiosamente
Sistema Ibérico o Cordillera Ibérica, fue denominada como Cordillera Celtibérica por
los autores alemanes (Gutiérrez y
Peña, 1994, 251).
La orografía de la Cordillera
Ibérica destaca por la existencia
unidades montañosas de gran
entidad.
En
concreto,
las
más importantes son
las del sector Noroeste (Sierra de la Demanda: 2262 m, Picos de Urbión: 2235 m, Moncayo:
2316 m) y del oriental (Sierra de Albarracín: 1921 m, Javalambre: 2019 m
y Sierra de Gúdar- Maestrazgo: 2020 m). Estas sierras destacan sobre extensas áreas amesetadas,
cuya altitud media supera los
1000 m, y que se localizan en la zona central
y oriental y sobre
las depresiones internas, como las de Calatayud-Montalbán, Alambra-Teruel,
Jiloca y Mijares, con una altitud
entre los 600-1200 m.
Hidrográficamente la Cordillera Ibérica se establece como
la mayor divisoria
de aguas peninsular
entre los ríos Duero, Tajo y Guadiana
de la vertiente atlántica, los afluentes meridionales del Ebro y numerosos ríos de la vertiente
mediterránea, Mijares, Palencia, Turia y Júcar.
Este territorio montañoso, donde se abren
amplias parameras, configuró un
modelo de hábitat en la etapa de celtibérica,
con dominio de poblaciones rurales y
escasas ciudades, que buscaron las
zonas agrícolamente más fértiles para su ubicación. Modelo de alta ruralidad que grosso
modo ha perdurado hasta
nuestros días.
(Figura 2. Mapa de
unidades
geográficas de la Celtiberia Histórica)
geográficas de la Celtiberia Histórica)
DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE Y TURISMO CULTURAL
La mayor
parte de los arqueólogos que trabajamos
en la Celtiberia entendemos que la investigación, la conservación y musealización de los yacimientos arqueológicos debe trascender a la sociedad
y convertirse en un elemento clave para su desarrollo
social y económico.
El 27 de diciembre de 2007 entró en vigor
la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural,
su contenido convierte al territorio de la Celtiberia Histórica en el lugar idóneo para su aplicación.
La extrema ruralidad del territorio de la Celtiberia histórica
En el preámbulo de la Ley para el desarrollo sostenible
del medio rural se hace hincapié en
“La importancia actual del medio rural en España, que integra al 20
por ciento de la población”, definiendo en su artículo 3, a efectos
de esta ley, que medio
rural es “el espacio geográfico formado por la agregación de municipios
o entidades locales menores definido
por
las administraciones competentes que
posean una
población inferior a 30.000 habitantes
y una densidad inferior a los 100 habitantes por
km2”.
Si esta información se aplica al territorio
hispano donde se sitúa la Celtiberia histórica, centralizada en torno al Sistema Ibérico
Central, los resultados no pueden ser más desoladores. Su amplio territorio de 61.643 km2, cuenta tan sólo con unos 563.862
habitantes. Esto es, si bien corresponde a un 12% del territorio español, sólo habitan
el
1,25% de sus habitantes. Si la densidad media de toda España es
de 89 habitantes por km2, los 9 de la Celtiberia histórica la sitúan en la cúspide de los territorios más despoblados de España. Pero, además, las tres únicas ciudades dentro de este ámbito, como
son Cuenca, Soria y Teruel se encuentran próximas
al límite de los 30.000 habitantes, el resto se distribuye
por 1.288 núcleos menores, donde reside el 79 % de la población.
(Figura 3. Mapa de los núcleos de la Celtiberia
Histórica)
Si la realidad
muestra una gran despoblación, una alta ruralización y una
presencia mínima de ciudades,
las perspectivas de futuro no pueden ser más pesimistas, habiéndose calificado
de aterradoras. Sirva
como ejemplo el hecho
de que en el
territorio celtibérico se encuentran
515 núcleos en regresión, esto es con una población inferior a los 100
habitantes, mientras que en el resto
de España solo existen 481.
Los datos de los últimos
años acusan una gran crisis demográfica. Un éxodo masivo de la población joven y adulta,
esencialmente femenina. Un descenso drástico de los nacimientos. Un alto envejecimiento de la población, más de un 40% de los municipios superan
los 50 años de media, lo que impide el relevo generacional y los sitúa en los
niveles de mayor envejecimiento
de Europa. De forma que un buen número de poblaciones están destinadas a su total desaparición. Se hace
urgente y necesaria la toma de medidas adecuadas
para romper las tendencias negativas e impulsar un desarrollo.
(Figura
4. Cuadro comparativo
entre el territorio
de la Celtibérica Histórica y el resto de España)
de la Celtibérica Histórica y el resto de España)
La Celtiberia histórica
un territorio
desértico a escala europea
desértico a escala europea
Si la densidad media de 9 habitantes por km2 de la Celtiberia
histórica es de la más baja
de España para un territorio de esta amplitud, sus características de verdadero
desierto quedan reflejadas cuando se buscan
los paralelos a escala de Europa, ya que
debemos incluirla en las regiones
árticas de Suecia y Finlandia, en la región identificada con la Laponia, donde residen los Sami, con densidades
de 9,8 en Dalarnas Iän; 9, 6 en Pohjois-Karjla; con 4,6 en Västerbottens Iän o 2 en Lappi. Cifra extrema en la que se encuentran las zonas rurales más deshabitadas de la Celtiberia como la Serranía de Albarracín.
(Figura 5. Mapa comparativo de
densidades de población)
densidades de población)
Medio Rural
Esta Ley surge ante la necesidad
de “establecer una política rural propia, plenamente adaptada a nuestras condiciones económicas, sociales y medioambientales particulares” y “regular y establecer medidas
para favorecer el logro de un desarrollo sostenible del medio rural”. Se valora como en el medio rural se concentra “una parte significativa de nuestro patrimonio cultural”, que en nuestro caso corresponde
a todo el patrimonio Celtibérico.
Así mismo, se marca entre los objetivos de la Ley: “Conservar y recuperar el patrimonio y los recursos naturales
y culturales del medio
rural”.
El territorio de la Celtiberia histórica se sitúa en el ámbito preferencial de las
zonas rurales a revitalizar, “aquellas
con escasa densidad de población, elevada significación de la actividad agraria, bajos niveles de renta y un importante
aislamiento geográfico o
dificultades de vertebración”. De hecho, su bajísima densidad demográfica
y su absoluta ruralidad, la sitúa en el más alto ranking
de las zonas preferenciales de toda España.
El desarrollo de la Ruta Celtibérica, se adecua al de las medidas marcadas por la Ley: “Fomentar el turismo rural, en particular a través de una adecuada ordenación de la oferta y la mejora de la
demanda turística,
con una atención preferente al fomento de un
turismo sostenible en las zonas rurales
prioritarias, dando prioridad a la conservación del medio ambiente, el
paisaje y el patrimonio natural y
cultural”. “Proteger el patrimonio histórico-artístico ubicado en
los municipios rurales y fomentar su
mantenimiento y restauración
adecuados”.
De hecho, puede decirse, que la
aplicación de la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural es el único horizonte abierto para cambiar de sino el futuro de los habitantes
de la Celtiberia histórica.
LA RUTA CELTIBÉRICA,
ARTICULADORA DEL TERRITORIO
El desarrollo
de la Ruta Celtibérica se ofrece como un recurso de primer orden en el desarrollo del territorio.
Un atractivo a escala universal, ya
que parte de un Patrimonio histórico
único, la cultura allí desarrollada
hace 2000 años, muestra, en la
confluencia única de elementos celtas, iberos e
itálicos, uno de los ejemplos
más claros en el pasado de la construcción
europea.
Es esta identidad única la que permite articular a través
de los yacimientos, centros de interpretación, museos y de las poblaciones donde se desarrollan los eventos
el resto del territorio, los espacios naturales donde se halla inmerso y su rico Patrimonio Histórico. La incidencia
de la Ruta en el desarrollo del sector turístico (hoteles, casas rurales, balnearios y restaurantes), es obvia. Pero también en la promoción de artesanías
y productos agroalimentarios.
No debe olvidarse
que el siglo XXI se caracteriza por la sustitución del turismo
de masas de los años sesenta por un
“turismo cultural”, lo que ofrece al territorio del
Sistema Ibérico central donde se
sitúa la Celtiberia histórica
uno de los destinos
que pueden ser más atractivos
para el viajero, tanto nacional, europeo o procedente de otros países.
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