jueves, 10 de julio de 2025

Se nos ha ido el último Quijote de la Mancha: El guardián de la Venta de la Inés (Rinconete y Cortadillo y El Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes)

Fallece Felipe Ferreiro Alarcón, guardián de la Venta de la Inés, Valle de Alcudia, 
en el Camino Real de Toledo a Andalucía, falleció a los 95 años el día 9 de julio.

Felipe Ferreiro Alarcón, el mítico morador de La Venta de La Inés que desafió y venció a los poderosos terratenientes que pretendían expulsarlo de su casa, de su Venta, citada por Miguel de Cervantes en su obra Rinconete y Cortadillo
Felipe en su Venta, a la derecha se puede ver el escaño y la campana del hogar, de la cocina.

Felipe Ferreiro Alarcón, el mítico morador de La Venta de La Inés que desafió y venció a los poderosos terratenientes que pretendían expulsarlo de su casa, ha fallecido este miércoles a los 95 años de edad, según ha avanzado su amigo Pedro Romero, presidente del Club Deportivo Churriagos. El cuerpo de Felipe se encuentra en el tanatorio de la carretera de Almodóvar, en Puertollano, y su entierro tendrá lugar este jueves a las 18.00 horas en Brazatortas. 
Ferreiro ha entrado en el imaginario colectivo por su gran bondad, que le equiparaba a un entrañable «mago blanco» del Valle de Alcudia, y por su numantina resistencia a abandonar su hogar, la histórica venta, pese a las presiones de los terratenientes vecinos durante 27 años. Finalmente Felipe se quedó en su casa junto a su hija con discapacidad, y consiguió, con el apoyo del Gobierno regional, que se instalara una nueva conducción de agua, como culminación gloriosa de un drama titánico, la victoria de la humildad y la constancia sobre enemigos formidables.
La llegada del agua a la Venta de la Inés en 2018 supuso un hito histórico tras décadas de conflicto entre el dueño de la vivienda, Felipe Ferreiro, de más de 85 años entonces, y los propietarios de la finca La Cotofía, por cuyos terrenos pasa ahora la conducción de agua.
El inicio de las obras se produjo a principios de mayo de 2018, cuatro meses después de que la Consejería de Fomento declarara de interés regional las obras de abastecimiento de agua a la Venta de la Inés, en el término municipal de Almodóvar del Campo, y de que el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha tomara en consideración la cuantía presupuestaria de 14.000 euros para realizar estas actuaciones.
La Venta de la Inés, donde vivían Felipe Ferreiro y su hija Carmen, es Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico. El inmueble disponía de una concesión de aguas para uso doméstico-consumo sin bebida, acordada por resolución de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir de 2 de julio de 2008, pero entonces, desde hacía casi 30 años, no disponía de suministro de agua.
Tras décadas de conflicto entre el dueño de la vivienda –apoyado por Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia, la Asociación de Amigos de la Venta de la Inés y numerosos simpatizantes– y los propietarios de la finca La Cotofía (
La finca de La Cotofía (Valle de Alcudia) mantiene cortado el Camino de la Fuente del Alcornoque después de que el 29 de julio de 2002 el Pleno del Ayuntamiento de Almodóvar certificara su carácter público y su titularidad municipal, así como la ilegalidad de la malla que lo corta) por cuyos terrenos pasa la conducción de agua, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir inició en febrero de 2017 los trámites para la imposición forzosa de la servidumbre de acueducto que reclamaban los propietarios de la venta, mencionada en El Quijote, para poder disponer de agua.
En 2007, el apoyo del Gobierno regional y la Diputación de Ciudad Real contribuyó a que la familia Ferreiro tuviera acceso a la luz eléctrica.

Una Venta “literaria”

La Venta de la Inés está situada en pleno Parque Natural de Alcudia y Sierra Madrona y cuenta con un conjunto de edificaciones (cuadras, cocina exterior, la Venta propiamente dicha y cochera) que se alinean en el margen del Camino Real de Toledo a Andalucía, o Camino Real de la Plata, al pie del collado que sirve para cruzar la Sierra de la Umbría de Alcudia.

Aunque debe su nombre actual a su propietaria en 1761, Inés Ruiz Castellanos, la venta aparece citada en una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, la de ‘Rinconete y Cortadillo’, y también en ‘El Quijote’, cuando se refiere al entierro del pastor Grisóstomo, en el entorno de la Fuente del Alcornoque.

Por su interés, reproducimos el obituario escrito en las redes sociales por Pedro Romero, presidente del Club Deportivo Churriagos.

SE NOS HA IDO EL ÚLTIMO QUIJOTE DE LA MANCHA
El guardián de la Venta de la Inés
Felipe Ferreiro Alarcón (1930–2025) fue mucho más que un luchador o un vecino aislado que defendía lo suyo frente al “Poderoso”. Fue, en realidad, el alma viva de la Venta de la Inés, la histórica posada cervantina enclavada en pleno Valle de Alcudia, que él custodió con determinación, dignidad y ternura durante casi toda su vida.
Hombre de raíces profundas y carácter templado, Felipe encarnó durante décadas una resistencia serena pero firme frente a la desidia de las instituciones y los abusos de quienes intentaron silenciar su existencia. Su hogar, esa venta con más de 900 años de historia literaria y popular, se convirtió en símbolo de tenacidad gracias a su voz y su presencia, incluso cuando le fueron negados los suministros más básicos: agua y luz.
Desde mediados de los años 80, Felipe luchó en soledad, junto a su familia, por el derecho a vivir en paz en la Venta. Durante más de 30 años, libró una batalla legal y moral para conseguir agua corriente, que finalmente alcanzó en 2018, ya con casi 90 años. Aquel día histórico, cocinó sus primeras migas de nuevo con su agua del Tablillas: fue su manera silenciosa de celebrar la justicia.
Amable, sabio, generoso, dueño de una memoria prodigiosa y de una hospitalidad sin límites, Felipe recibió durante décadas a viajeros, senderistas, periodistas, estudiosos y curiosos que acudían a escuchar la historia de un lugar sagrado del Quijote contada por alguien que no solo la conocía: la vivía.
Felipe Ferreiro no buscó nunca protagonismo. Buscaba respeto. Y en ese respeto ha cimentado su legado: el de un hombre que defendió su casa sin aspavientos ni odio, con una voluntad invencible y una decencia que hoy rara vez se encuentra. Su muerte, serena pero inevitable, marca el final de una época. Pero su vida deja una semilla que no puede ser arrancada: la de la resistencia tranquila frente al olvido, la de la dignidad sin estridencias, la de quien no quiso otra cosa que vivir en paz donde nació su historia.
Hoy la Venta queda más sola, pero más eterna. Porque mientras alguien recuerde el nombre de Felipe Ferreiro Alarcón, su voz seguirá sonando entre los muros, entre los robles, entre las páginas del Quijote y entre quienes aún creemos que vivir con raíz es una forma de honrar la vida.
Descansa en Paz amigo Felipe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión importa. Danos tu Opinión.

Se nos ha ido el último Quijote de la Mancha: El guardián de la Venta de la Inés (Rinconete y Cortadillo y El Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes)

Fallece Felipe Ferreiro Alarcón, guardián de la Venta de la Inés, Valle de Alcudia,  en el Camino Real de Toledo a Andalucía, falleció a los...