Cuando un pueblo de Burgos, Redecilla de Camino, comparte los pastos y aguas cono otro riojano Zabárrulla/Ojacastro.
Ojacastro rememora cada año esta tradición que,
nueve siglos después, su vencidario se esfuerza por mantener viva.
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Aldea de Zabárrula en 1905 ya desaparecida |
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Las dehesas de los Montes de Ayago: Los pastos compartidos entre los dos municipios |
En un conversación con el alcalde de Ojacastro, Luis Martínez,
explica que a reunión acudían los “comisionados nombrados al efecto y
por los ayuntamientos de Redecilla del Camino y de Ojacastro acompañados
de sus respectivos secretarios autorizados ante la presencia de un
crecido número de pastores de diversas clases de ganado de los pueblos
congregados y limítrofes”. Y allí, tal y como refleja el acta que se lee
cada año se les preguntaba a los pastores si habían visto en esos
pastos a otros que no pertenecieran a los dos muncipios. “Si han visto u
oído que algún pueblo, además de los que suscriben el acta, se llama a
derecho del aprovechamiento de los pastos con título legal o sin el, en
todo o en parte del término llamado 'La Magdalena' o en monte chiquito a
excepción de los pueblos aquí presentes y debidamente representados”,
recoge el acta en la que también está la respuesta. “A nadie han visto y
oído que se encuentre asistido de derecho alguno al aprovechamiento de
los pastos del terreno antes mencionado, ni que en el hayan entrado a
pasar, siendo solamente el ganado de Redecilla del Camino y Ojacastro”.
Así se zanjaba el reparto de los pastos entre estas dos localidades de
comunidades diferentes. “Probando este derecho de venir aceptando sus
ganados desde tiempo inmemorial y sin interrupción, no habiendo pues
personal alguno extraño a otros pueblos con tal derecho a pastos”. Y
para ratificarlo, el documento debía ser firmada por los pastores
interrogados y los secretarios de los dos municipios.
El último vecino abandonó Zabárrula en 1936
La tradición sigue viva nueve años después. Solo la tradición
porque poco queda de aquellos pastores y de la aldea. En Zabárrula solo
quedan restos de piedra de las antiguas casas y un pequeño refugio
conservado por el Ayuntamiento donde se cobijan los pastores que aún
mantienen su actividad. El último vecino abandonó la aldea en 1936, un
señor que ya tiene más de 90 años y que ahora vive en Ojacastro. “De
Redecilla del Camino ya no va nadie a pastar, se ha extinguido todo el
ganado. En Ojacastro sí queda algo, cuatro ganaderos que tienen unas 600
vaca y ovejas” apunta Martínez.
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Vecindario de Ojacastro mantiene viva la tradición |
Quieren mantener viva la tradición y en ello se vuelva todo el
vecindario. “Es un día de fiesta, hacemos una romería al monte, leemos
el acta y luego compartimos un aperitivo en Zabárrula, una de las doce
aldeas habitadas que tuvo el municipio. Aldeas que casi han desaparecido
tras la marcha de sus habitantes a otras provincias”.
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Romería y aperitivo |
Y así volverá a ser el próximo año en torno a la festividad de
La Magdalena. Una fiesta en “pleno monte, una romería y un aperitivo con
los que rememoraremos aquel reparto de pastos” y volverán a dar vida a
la desaparecida Zabárrula.
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