Como todos los años, por fechas del patrón de Redecillla, San Roque,
publico algúnas imagenes y estudios sobre el Santo.
¡Viva San Roque y el Perro!
¡Viva!
¿La Virgen y San Roque, o San Roque y su perro ("Melampo")*?.
Articulo tomado del Blog
Mi Pequeño Mundo.
Mi cultura rural fue escasa siempre. Por eso va la pregunta.
A San Roque lo escuché relacionado con un perro, y éste sin rabo. Y como nunca pregunté, nadie me lo explicó. Así quedó la cosa hasta que pasé de sobra la mayoría de edad.
Ya mayorcito, cuando me tocó servir a un pueblo, me extrañó que al llegar la Asunción, oyera la expresión “La Virgen y San Roque”. Creí que se trataba de una fiesta continuada, habida cuenta que una es el 15 y otro el 16 de agosto. Pero no. Así que indagué.
A San Roque lo escuché relacionado con un perro, y éste sin rabo. Y como nunca pregunté, nadie me lo explicó. Así quedó la cosa hasta que pasé de sobra la mayoría de edad.
Ya mayorcito, cuando me tocó servir a un pueblo, me extrañó que al llegar la Asunción, oyera la expresión “La Virgen y San Roque”. Creí que se trataba de una fiesta continuada, habida cuenta que una es el 15 y otro el 16 de agosto. Pero no. Así que indagué.
La Virgen es la
Virgen, y San Roque es San Roque. Juntos, pero no revueltos.
Hasta que encontré
estas dos pinturas, una de Tiziano y otra de Jacques-Louis David. Supongo que
habrá otras muchas, pero no he dado con ellas.
San Roque pidiendo a la Virgen la curación de las víctimas de la peste. Jacques-Louis David, 1780. Museo Bellas Artes, Marsella |
Lo que sí está en
todas partes es San Roque peregrino, herido en una pierna y con un perro al
lado. Y digo bien, en todas partes. Porque siendo como fue un santo milagrero
en cuestiones de pestes e infecciones varias, tuvo que tener mucha aceptación
en aquellas épocas en que aquella horripilante enfermedad diezmaba las
poblaciones, tanto si era bubónica como aviar o porcina.
Al parecer el San
Roque era francés, nacido entre los siglos XIII y XIV en Montpellier. El
Papa
visitó su ciudad, y a él le entraron ganas de peregrinar a Roma. En el
viaje se
descubrió como curandero, capaz de sanar enfermos a quienes se dedicó
amablemente. La cosa empezó en Aquapendente, siguió luego en Roma y se
esparció
por otras ciudades, como Rimini, Cesena, Mantua, Novara, y Parma, siendo
Cesena
una de las más afectadas por las epidemias. Estando en Piacenza, Roque
cayó
enfermo, y creyendo morir se retiró a un bosque. Pero en su ayuda acudió
un perro que le llevó comida y cuidó de él hasta que, milagrosamente,
se
recuperó. Roque volvió a Piacenza y curó a muchos vecinos con tan solo
signar
sus frentes.
Poco se sabe de la
posterior vida del santo, ni de cuando pudo volver a Francia, quizá
cayera
prisionero, acusado de espionaje, en la ciudad fronteriza de Angera y
muriera
en prisión pocos años después. Dicen que ocurrió en 1327, pero no hay
datos sobre los que apoyar esta afirmación. El que fuera hijo del
gobernador de Montpellier, Juan, y de Libera, ambos vasallos de Jaime II
de Aragón, murió sin el reconocimiento de sus conciudadanos.
Durante el concilio
ecuménico de Constanza de 1414, ciudad que vivía el asedio de la
pestilencia, los participantes rogaron públicamente por la intercesión del
santo para acabar con la plaga, y así ocurrió. En 1439 era Ferrara la que
suplicaba al santo y conseguía que la peste cesara. En 1485 las reliquias
de las curaciones del santo se trasladaban a la iglesia veneciana de San Rocco
y no sería hasta un siglo después cuando se admitiera su canonización, con el
Papa Gregorio XIII, en 1584.
San Roque y su perro Melampo. Obra del artista Victor Quintanilla, 1998. San Roque, Cádiz |
¿Y el rabo? ¿Quién se
lo cortó al perro?
Aquí como en Fuenteovejuna,
todos a una. Pero las malas lenguas siguen acusando a Ramón Ramirez de habérselo
cortado.
Parece ser que la
historia es bien diferente. A un santero se le ocurrió hacer una pócima que
luego repartió como milagrosa entre los devotos. Entre los ingredientes iban
raspaduras del rabo de la estatua del pobre cánido. Tanta pócima repartió, que
el rabo quedó en ná.
San Roque y el perro. Iglesia de Santa María, Montealegre de Campos |