Entrevista a Jaume Porta,
presidente de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo (SECS)
"...conseguir la plena concienciación de la sociedad y de los responsables de la toma decisiones sobre la profunda importancia de los suelos para la vida humana, la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible".
Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
20 de febrero de 2015
La Organización de Naciones Unidas (ONU) quiere así llamar la atención sobre este recurso natural no renovable, esencial para la vida en el planeta. Jaume Porta, presidente de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo (SECS), recuerda la necesidad de suelos saludables para cuestiones tan básicas como la producción de alimentos sanos. A pesar de ello, según este experto y catedrático emérito de la Universidad de Lleida, "la protección de los suelos no interesa lo que debiera a nadie o a casi nadie".
ENTREVISTA
La ONU ha declarado 2015 Año Internacional de los Suelos. ¿No les hacemos mucho caso?
Los suelos nos pueden parecer todos iguales, pero hay suelos de buena
calidad y suelos pobres que requieren mucha tecnología para producir
alimentos. Cuando se construye sobre suelos de buena calidad se
demuestra una gran insensibilidad por el valor de los suelos para la
vida en el planeta.
¿Por qué?
"Para producir alimentos saludables se requieren suelos sanos"
Porque los suelos sobre los que se construyen casas o infraestructuras
son suelos perdidos para siempre. Y el suelo es un recurso natural no
renovable a escala humana. Para formar un centímetro de suelo a partir
de una roca se pueden requerir de cien a mil años. La Organización para
la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) tiene que
bregar para intentar erradicar el hambre en el mundo con una población
en aumento, de ahí que lance un grito desgarrador: ¡basta de acosar a
los suelos!
Jaume Porta, presidente de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo. - Imagen: SECS - |
¿Cómo afecta la destrucción del suelo a la lucha contra el hambre?
Con suelos de mala calidad habrá que trabajar más y aportar más
fertilizantes o materia orgánica para obtener la misma cantidad de
alimentos. Si no se puede trabajar más o no se pueden aportar más
insumos, produciremos menos y necesitaremos más alimentos. En el siglo
XIX, con el cultivo de la caña de azúcar en América los suelos se
degradaban y con ello aumentaba el trabajo esclavo para mantener las
producciones. Hoy en día, producir menos significa poner en peligro la
seguridad alimentaria de un país. Y, tras las hambrunas, vienen las
migraciones de población y los conflictos armados. De la degradación de
los suelos pasamos a los riesgos para la paz mundial.
En Europa se podría producir más de lo que permiten los acuerdos económicos.
Europa tampoco se puede poner de espaldas frente a los problemas de
degradación de la calidad de sus suelos. Para producir alimentos
saludables se requieren suelos sanos. Hay que promover medidas para
proteger los suelos de una mala gestión y de una irresponsable
asignación de usos y esto es responsabilidad de cada uno de los países.
¿En qué estado se encuentran los suelos en España?
"La obtención de información de suelos está paralizada en España"
En España no existe el equivalente del Servicio Nacional de Conservación
de los Recursos Naturales (NRCS) del Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos (USDA), que con otros nombres se fundó en un lejano 1898
y que ha cartografiado los suelos de aquel inmenso país a escala
detallada. España no dispone de este tipo de mapas, ni va por el camino
de obtener esta información hoy en bases de datos. Para fomentar el buen
estado de los suelos se debe saber cómo se distribuyen y cuáles son sus
características. "Obtener esta información es caro", puede argumentar
alguien. Se le puede dar la respuesta de Derek Curtis Bok, cuando era
presidente de la Universidad de Harvard: "Si usted cree que la educación
es cara, pruebe con la ignorancia".
¿Cuáles son las principales amenazas de los suelos?
Si se riega mal un perímetro de riego, las sales que en una cantidad muy
pequeña pueden contener las aguas de riego se acumularán en los suelos
y, al cabo de algunos años, la degradación del suelo por salinización
puede obligar a abandonar la zona. Una de las causas de la decadencia de
la próspera civilización de la antigua Mesopotamia fue la salinización
de los perímetros de riego. Y no es el único caso. La FAO afirma que de
los 230 millones de hectáreas de suelos de regadío en el mundo, 45
millones, el 19,5%, están afectados por problemas de salinidad. Pero no
es la única amenaza. Los suelos también sufren degradación química
(pérdida de fertilidad, acidificación, contaminación por elementos
tóxicos); degradación física (compactación, sellado superficial, sellado
permanente); y degradación biológica (empobrecimiento en materia
orgánica, pérdida de biodiversidad).
Los vertidos contaminantes y sus posibles consecuencias en la
salud preocupan a los ciudadanos. ¿Se controla este problema en España?
Si comparamos la superficie de los sitios contaminados con la del
conjunto de España, la proporción es muy pequeña. Sin embargo, la
problemática de estos sitios es tan importante que ha merecido la
atención del legislador y tan compleja que los científicos del suelo han
planteado la necesidad de fabricar suelos artificiales ("tecnosoles")
para controlar el problema. La Ley española de Residuos y Suelos
Contaminados de 2011 se ha hecho necesaria por un aumento constante de
la producción de residuos. Todo proceso productivo genera residuos, por
lo que nuestra preocupación debe ser que se gestionen bien. Estamos
preocupados en la prevención, la reutilización y el reciclado, que está
muy bien, pero tenemos que ir más allá y preocuparnos por la degradación
silenciosa del conjunto de los suelos por erosión o al estar sometidos a
estrés.
La ciencia ha sido una de las principales víctimas de los
recortes. Imagino que la edafología no será una excepción. ¿Se puede
investigar sobre esta materia en España?
Ya he indicado que la obtención de información de suelos está paralizada
en España, a pesar de que no se dispone de la información cartográfica
necesaria cuando trabajamos con Sistemas de Información Geográfica en
ordenación territorial o en agricultura. Para la Fundación Española para
la Ciencia y la Tecnología (FECYT), este tipo de investigación no es
objeto de interés desde hace ya muchos años. La Sociedad Española de la
Ciencia del Suelo agrupa a más de 500 especialistas en universidades y
centros de investigación, un potencial muy importante que podría ser más
productivo en investigación. Es una cuestión de recursos económicos, no
de falta de personas capacitadas.
¿Qué medidas deberían tomarse para mejorar el estado de los suelos?
"La protección de los suelos no moviliza a nadie o a casi nadie"
Deberíamos aumentar nuestra preocupación por lograr un desarrollo
sostenible, tal como lo definió la entonces primera ministra noruega Gro
Harlem Brundtland: "Aquel que satisface las necesidades del presente
sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones". Esta
expresión fue acuñada hace muy pocos años, en 1987, gracias a los
trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las
Naciones Unidas. Volvemos a encontrar a la ONU como un organismo que nos
llama la atención. En ello estamos empeñados los ingenieros agrónomos y
los científicos del suelo (edafólogos o sueleros, como nos llaman
familiarmente en Latinoamérica). La sostenibilidad es una utopía a la
que debemos tender como ideal. Las medidas deben encaminarse de manera
simultánea a aumentar la producción de alimentos, asegurar su calidad,
proteger los recursos naturales, prevenir la degradación de la calidad
de los suelos y de las aguas, con un modelo de desarrollo económicamente
viable y socialmente aceptable.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos?
El Parlamento inglés en la década de 1990 aprobó medidas para que un 60%
de las nuevas construcciones se hiciese reutilizando suelo urbano,
evitando con ello el sellado permanente de nuevos suelos de buena
calidad, que en España son los de regadío. El objetivo se alcanzó a
principios de los años 2000. La alondra Dupont, tan pequeñita ella, hizo
cambiar la ubicación de uno de esos nuevos aeropuertos tan necesarios.
¿Ella sola? No, la concienciación social de grupos de personas que
salieron en defensa de su hábitat. El suelo parece que no existe, o al
menos su protección no moviliza a nadie o a casi nadie. De ahí la
importancia del Año Internacional de los Suelos para conseguir la plena
concienciación de la sociedad y de los responsables de la toma
decisiones sobre la profunda importancia de los suelos para la vida
humana, la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del
cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la mitigación
de la pobreza y el desarrollo sostenible.
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