Qué es el Movimiento Maker?
Qué hace en el campo el Movimiento Maker?
Realidades muy compatibles.
El movimiento “Maker” es un cambio de mentalidad
integral, de la pasividad a la proactividad en todos los aspectos. No tienes
trabajo, invéntalo; algo no te funciona, arréglalo; si tienes ganas de algo,
hazlo tu por mismo; no tienes dinero: lo pides, o recolectas (crowdfunding); tú eres el protagonista de propio guión...
El movimiento
maker o la cultura del hacer engloba a las personas
que, en vez de comprar, deciden reciclar, o reutilizan en vez de tirar, y
que, muchas veces, siguiendo los valores de la ética hacker, buscan
reapropiarse de la tecnología.Representan una continuación tanto de la cultura hacker como
de la cultura DIY (házlote tú mismo: una cultural muy Rural, por cierto), y sus intereses van desde el bordado o
tejido hasta la robótica, la impresión 3D o la carpintería, incluyendo todo
tipo de manualidades, artes y artesanías, cultivos/silvicultura...
La cultura del hacer no es estrictamente nueva. De siempre la carencia de elementos agudizó el ingenio... Y en los pueblos se autobastecían de muchos elementos con el recurso a los materiales del propio entorno.... Vinieron épocas de abundancia. El cambio climático y otros elementos, como la falsa crisis económica actual..., hizo que la gente empezará a pensar por sí mismos, a elaborar por sí mismos con elementos de su entorno...Y hace
alrededor de quince años que surgió como “movimiento” revitalizado en gran
parte gracias a la posibilidad de compartir en línea lo que hacemos y mostrar
cómo lo hacemos. Sus protagonistas son desde niños de 8 años que desarman sus
juguetes para ver cómo funcionan y tratar de cambiar ese funcionamiento, hasta
ancianos de 80 años que hace 30 construyen un parque de diversiones
artesanalmente.
Los protagonistas de la cultura del hacer son aquellas personas
que disfrutan de transformar sus entornos y se reconocen como hacedores,
personas que procuran alterar físicamente sus espacios, tanto físicos como
sociales.
Es el rechazo a cierta cultura del sentarse y escuchar que
la cultura del hacer se perfila con su mayor atractivo. Pondera sobre todas las
cosas el incorporar habilidades prácticas, significativas, y aplicarlas
creativamente. Además, alineada con el pensamiento de diseño, la cultura del
hacer destaca la importancia del prototipado y la innovación ágil, esto es,
sigue la premisa de “fallar seguido para tener éxito temprano”.
Son hakers o/y makers!
Si bien la cultura del hacer es un fenómeno global, tiende a
remarcar las diferencias locales, enriqueciéndose muchísimo de las distintas
experiencias alrededor del mundo. Partiendo de que la creatividad surge de la
falta de recursos y no de la sobreabundancia, es notable el surgimiento de
grandes hacks en contexto netamente rurales, como los países
africanos o latinoamericanos, donde nuestro “atar con alambre” es una de las
grandes destrezas que nos permiten pensar de otra manera a los problemas con un
enfoque mayormente práctico donde si no
disponemos de algo buscamos un sustituto o lo hacemos nosotros mismos.
La cultura del hacer goza de tanta atención y entusiasmo a su
alrededor por recuperar un aspecto básico de lo que nos hace humanos: la
necesidad de hacer cosas.
La apropiación de tecnologías para beneficio de
comunidades rurales ha ido creciendo en gran parte gracias al movimiento maker
y al libre acceso a la información a través de internet. Desde drones para
ayudar a preservar las especies en extinción en África, hasta prótesis
impresas en 3D para niños con amputaciones por la guerra, la filosofía DIY
(haztelo tú mismo).
Y grupos de personas
toman la decisión sobre su propia vida, analizan la realidad rural que tienen e
inician un proyecto de vida en el campo, dentro de las múltiples posibilidades
que éste ofrece, sin añorar recetas salvadores del exterior, y sin renunciar a
nada…
Se trata de realizar el paso de una relación
pasiva respecto del contexto en el que se vive, hacia una relación activa con
él. Se trata de programar, para evitar
ser programados.
En parte a las gentes del campo nos ha venido bien esta vorágine
de la tecnología digital, porque nos hace sentirnos en el mundo abierto, como cuidadanos plenos, ya no estamos aislados, sabemos los que pasa por ahí afuera…
Pero
lo digital también puede tener el efecto de enajarnos de nuestro contexto
rural, y pensar más en el mundo digital que no lleva a cualquier parte del
mundo en segundos, y olvidarnos de nuestro entorno.., y de nuestro proyecto de
vida en él.
Por esos movimientos Hakers, Makers, DIY, open source... no están para nada reñidos con el mundo rural. De hecho muchos de sus progonistas, y no pocas de sus inicitivas, están radicadas en los pueblos, en contextos rurales...
Alguna muestra de las muchas
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