Réplica de Ntra. Sra. Virgen de Ayago |
Romería Relatada de despedida a la Virgen de Ayago
"Adorada y dulce Madre de Redecilla, por primera vez, desde que se tiene conocimiento en la Historia, tus hijos redecillanos no te acompañaran hasta tu morada en las Dehesas de Ayago, no habrá danzas en tu honor ni vítores. Las circunstancias extraordinarias impuestas por motivos de salud nos lo impiden.
Lo que es imposible impedir es que te acompañemos espiritualmente, pero no sólo hasta la ermita de Ayago, que es tu hogar por unos meses, sino hasta el corazón de todo redecillano que es tu verdadero hogar hasta el final de sus días.
Escucha Madre el murmullo expectante de la muchedumbre que se apelotona a la puerta de la iglesia de Redecilla esperando tu salida.
Ya están los danzantes nerviosos para dedicarte cada paso, cada esfuerzo, cada gota de sudor o lágrima, como ofrenda agradecida por tu protección constante.
Llevan un año esperando éste momento, se han preparado duro para honrarte, visten sus galas en tu honor.
A la cabeza de ellos el Cachiburrio consciente de la responsabilidad que supone dirigir las danzas y representar al Pueblo ante tu presencia.
Todo es expectación que se torna en emoción cuándo apareces ante tu pueblo y comienza la alegría de la música y la danza.
Después de las emotivas palabras del Cachiburrio nos ponemos en marcha hasta tu morada invernal.
Precede la comitiva el estandarte, anunciador de tu presencia, yendo detrás nuestros danzantes al son de la música y todo el pueblo a tu alrededor acompañándote en calurosa despedida sabiendo que, en unos meses, volverás a visitarnos
La comitiva enfila la Calle Mayor, Camino de Santiago, algún solitario peregrino observa sorprendido tu paso escoltada por el pueblo de Redecilla.
Resuenan de nuevo, en ésta calle milenaria, los sones de la música y las castañuelas de los danzantes en tu honor mientras avanza la marcha.
Se ensancha la calle en la Plaza Mayor mientras los rayos de sol reverberan en tu excelsa figura haciendo inolvidable la imagen para quien te observa avanzar.
Continúa la marcha entre sones y danzas atravesando el pueblo en busca de la salida hacia los campos.
Atravesamos la carretera que cruza Redecilla dividiendo y comunicando a la vez. El mundo se detiene a tu paso, da igual la prisa que tenga el conductor del coche o el transportista del camión, respeto ante el paso de la Señora de estas tierras.
Ya asoma la nogala esperando el paso por su vera de la más Bella de las Mujeres y, tal vez ayudada por la brisa, inclina su copa como señal de respeto ante nuestra Madre de Ayago.
Continúan las danzas entre campos y rastrojos y a cada paso de danzante y avance de la comitiva se suma nuestro agradecimiento hacia Vos, Señora nuestra, por velar por nuestros cultivos.
Ya llegamos al Olmo dónde nuestros mayores se despiden de tí hasta el año que viene. Te rogamos Madre Nuestra que los protejas durante los meses venideros, ellos te tendrán presente cada día en sus oraciones.
Escuchadas las acertadas palabras que te dirige el Cachiburrio reanudamos nuestros pasos hacia los montes de Ayago siguiendo siempre el ritmo de la música y de los danzantes.
Nos acercamos a los lindes de Redecilla con Bascuñana. El Cachiburrio nos recuerda que abandonamos Redecilla…… Será por poco rato.
Volvemos al territorio de Redecilla, “ese lindo paraíso” como nos narra nuestro Cachiburrio.
Cruzamos Villorceros, antiguo barrio de San Martín, donde antaño empezaron a construirte la ermita no siendo de tu agrado el lugar por lo que milagrosamente lo que se construía de día se derruía de noche.
Llegamos a la Lápida, lugar emblemático éste aunque de amargo recuerdo. Hace ya casi un siglo, pero ningún hijo de Redecilla olvida aquel infortunado traspiés que hizo que su más preciado tesoro cayese a tierra.
El lugar nos recuerda que todos podemos tropezar en ésta vida, que después del disgusto de la caída viene lo importante; ponerse de pie, recomponerse, y seguir caminando con la lección aprendida.
Nuestro recuerdo y agradecimiento a todos aquellos que a lo largo de la Historia portaron las andas sobre los hombros con tu excelsa figura por éstos caminos.
Después del emotivo canto de la Salve castellana en honor de nuestra Madre María nos ponemos de nuevo en marcha hasta la próxima parada que será la morada de Nuestra Señora.
Disfrutamos de la música y las danzas en el tramo que nos queda que sin duda es el más bello del camino, rodeados de los árboles de las dehesas de Ayago.
Ya llegamos a Los Eríos, dónde clarea la vegetación y empieza la pendiente hacia la Cerrada, último esfuerzo para quienes te portan y te danzan.
Nos acercamos a tu casa, Madre, se ve el arco de ladrillo que marca la entrada a ese pequeño paraíso que es tu refugio invernal.
Cruzamos el Arco con la emoción contenida de quien pronto tiene que despedirse de un ser querido.
De repente la música nos saca de tan triste pensamiento y al ritmo de la contradanza se vuelve frenética la danza de nuestros mozos y mozas que hacen un último esfuerzo por complacerte.
Nuestros danzantes quedan extenuados por el esfuerzo y orgullosos por haber culminado tan ancestral baile ante su Señora.
Llega el momento de las despedidas, el primero en despedirse de Vos es el Cachiburrio:
Una vez dentro de la confortable ermita que será tu morada durante el invierno nos toca despedirnos a los que hasta aquí te hemos acompañado, pero no te decimos adiós sino hasta luego…..
Llegará de nuevo la primavera y cuándo el campo éste más florido y bello volveremos a buscarte.
Hasta el 15 de mayo Madre querida, Señora de Ayago".