Aprendiendo el oficio del pastoreo con Reactiva Brañosera,
ha tenido lugar el nuevo cursto de Escuela de Pastores, Brosoñera.
A lo largo de dos semanas ha podido formar al grupo de diez participantes, procedentes de distintos puntos de la Montaña Palentina, así como de Burgos, Sierra de Madrid o Extremadura. “Son personas a las que les gusta este oficio y creen que pueden dedicarse a ello en un futuro”, asegura Javier. Personas como Zaida Largo, que vive en Celada de Roblecedo y conoce de cerca el oficio. “En mi pueblo hay dos ganaderos y veo que es un trabajo esclavo porque requiere de un día a día. No puedes salir el fin de semana e irte a la playa si no tienes un funcionamiento familiar o cooperativo”, comenta.
Ella se apuntó a la Escuela con la intención de aprender. “Tengo ya mis abejas, mis gallinas, mis palomas y me interesa todo lo que tenga que ver con este modo de vida rural. Aprender de nuestros recursos me parece algo básico”, asegura. No se plantea tener otro tipo de ganadería en este momento, pero no descarta la trashumancia como una actividad que puede aportar “un gran aprendizaje y múltiples beneficios”.
Arraigo, futuro y sentido
Si aún hay quien piensa que las Escuelas de Pastores (Fundación Sta. María la Real) trasladan una visión bucólica e idealizada del oficio, se engañan. “Es todo lo contrario”, asegura Javier de los Nietos, “aquí les desengañamos, les explicamos exactamente en qué consiste el oficio y, sobre todo, por qué es necesario”. Quienes han participado en la Escuela de Pastores de Reactiva Brañosera saben ahora que “a la ganadería hoy día le rodea muchísima burocracia y muchos planes de negocio”.
De hecho, para poderte dedicar a ello es importante tener en cuenta varios factores. “Primero han de salirte los números, hay que echar muchas cuentas; saber implantarse en una localidad; estar seguro de que cuentas con el territorio suficiente y con el espacio de trabajo adecuado y, por supuesto, con las infraestructuras necesarias”, concreta Javier.
Pese a las dificultades u obstáculos que puedan surgir, tanto el profesor de la Escuela como sus alumnos defienden que el pastoreo es un oficio de futuro y absolutamente necesario para mantener el equilibrio natural en territorios rurales, especialmente en zonas de montaña. “Necesitamos devolverle el sentido y el valor a un terreno que lo tenía y que por ello era importante para la gente, vivían de ello”, resumen Javier, quien tiene claro que “la ganadería extensiva tradicional ya sea trashumancia o rebaños estantes, es básica para conseguirlo y tiene futuro. Además, la necesitamos, porque los rebaños prestan un importante servicio ambiental”.
De hecho, el proyecto Reactiva Brañosera está demostrando que la presencia de ganado en los montes ayuda a mantener su diversidad estructural, al controlar el crecimiento desmedido de matorrales y enriquece los suelos a través de sus aportes naturales, favoreciendo una rica biodiversidad tanto vegetal como animal. Además, el ganado actúa como un elemento esencial en la creación de un paisaje en mosaico, donde puedan convivir huertos, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosque. En definitiva, un paisaje más sostenible y capaz de afrontar las posibles efectos del cambio climático o los incendios.
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