Con Descripción de la ruta
Con itenerario Gráfico para no perderse.
Con indicación de GPS para imposible perderse (pdfs, tracks...)
Seguramente,
si le pidiéramos a cualquier persona que nos describiese qué se imagina
al pensar en un sendero, nos describiría esta maravillosa ruta por el
barranco formado por el arroyo de Usaya en la Sierra de la Demanda.
Este
sendero circular parte desde la aldea de Azarrulla y transcurre a la
ida junto al mencionando arroyo, bajo la sombra de frondosas hayas,
cruzando el caudal en diversas ocasiones por los puentes que dan nombre a
la ruta. A su vuelta, el sendero discurre entre pinos, a media ladera,
hasta llegar a la solana desde donde podremos divisar unas vistas
maravillosas del valle y de los picos circundantes, como el San Lorenzo,
el más alto de la sierra con 2.270 m. y en cuya ladera norte se
encuentra la estación de esquí de Valdezcaray. Podemos decir, por tanto,
que este sendero es un dos por uno: un sendero de ribera y un sendero
de media-alta montaña.
En
cuanto a la vegetación, las hayas, robles, álamos y demás vegetación de
ribera son los protagonistas indiscutibles de la primera parte del
recorrido, ofreciéndonos un espectáculo grandioso de colores en la época
otoñal. Esta ruta es, también, un paraíso para los aficionados a las
setas, que aquí crecen en gran abundancia y variedad. En la parte alta
del recorrido encontraremos pinos, piornos, helechos y acebos.
Por
lo que respecta a la fauna, estos bosques de aspecto mágico, dan cobijo
a multitud de especies como el corzo, el jabalí, el tejón, el gato
montés o la ardilla común (que quizás sea la menos difícil de avistar);
numerosas aves, entre las que destacan el águila culebrera, el águila
calzada, la real y el buitre leonado; anfibios como la rana común, la
salamandra común, el tritón jaspeado, el tritón palmeado y el sapo
partero común; y, por supuesto, reptiles como la lagartija ibérica, la
culebra de collar, la lagartija roquera y el lagarto verde.
Aviso La
nieve puede ser muy abundante en esta zona. Siempre es conveniente
consultar el parte meteorológico a la hora de preparar una excursión y
llevar el equipamiento adecuado para las circunstancias que podamos
encontrarnos.
El recorrido
El
sendero comienza en la aldea de Azurralla. Al llegar encontraremos una
pequeña explanada la izquierda de la carretera donde podremos aparcar
nuestro vehículo. En este punto, junto a los carteles informativos, sale
una pista que da inicio a nuestro sendero y que tras unos pocos metros
gira hacia la izquierda en dirección al barranco del Usuaya. Toda la
ruta está bastante bien señalizada con las marcas blancas y amarillas de
sendero de pequeño recorrido que iremos viendo desde su mismo inicio.
Tras
caminar unos doce minutos llegaremos a un cruce con una pista que
asciende a nuestra izquierda, la ignoramos y seguimos de frente sin
desviarnos. Unos cinco minutos después y tras un giro a la izquierda, el
sendero inicia un suave ascenso. A partir de aquí iremos siempre
ascendiendo, aunque será un ascenso suave la mayor parte del tiempo.
Llevamos el arroyo a nuestra derecha que va bajando y jugando con las
rocas, formando pequeños saltos, cascadas y pozas. Caminamos entre hayas
y álamos por un camino cada vez más amplio, alfombrado de hojarasca
que lo tiñe de tonos entre el marrón y el púrpura.
Tras
unos cuarenta minutos de marcha alcanzamos el primero de los siete
puentes de madera por los que cruzaremos sobre el arroyo. Lo cruzamos y
continuamos nuestro camino, ahora con el arroyo a nuestra izquierda.
Tras otros cinco minutos, volvemos a cruzar el cauce por el segundo de
los puentes y continuamos nuestro camino, ascendiendo suavemente por el
barranco, con el Usuaya saltando entre las rocas a nuestra derecha.
Seguimos
caminando y entre las copas de los árboles, a nuestro frente, podemos
ver la cima del majestuoso San Lorenzo, nevada o no según la época del
año en la que hagamos la ruta. Unos diez minutos desde el último puente,
nos encontraremos con el tercero y, cinco minutos después, con el
cuarto. Los cruzamos y seguimos por el sendero, cuya pendiente se
incrementa ahora durante algunos cientos de metros hasta llevarnos al
quinto puente. Tras cruzarlo, giramos a la derecha y, a los pocos
metros, de nuevo a la izquierda.
Continuamos
nuestro ascenso bajo una arboleda imponente y rodeados de rocas
cubiertas de musgos. El piso del sendero se vuelve un poco más agreste,
barranco parece estrecharse un poco, hasta que, finalmente, llegamos al
sexto puente. Lo cruzamos y continuamos nuestro camino por el margen
izquierdo del arroyo. En unos poco minutos alcanzamos el séptimo y
último puente de madera que cruza el arroyo justo por debajo de donde
éste forma una pequeña cascada escalonada. Una vez cruzado el puente,
debemos prestar atención a la señalización del camino, ya que unos
metros más adelante debemos girar a la izquierda abandonando la aparente
pista que tenemos frente a nosotros. El camino trepa entre los árboles y
deberemos seguir las marcas de color amarillo fosforescente que
encontraremos en los árboles y que nos indicarán un giro hacia la
derecha. Subimos una empinada pendiente y llegamos a un cruce indicado
por un poste de madera donde giraremos hacia la izquierda, tomando la
dirección “Solana de Usuaya”. Seguimos caminando y a los diez minutos,
aproximadamente, de haber cruzado el último puente, tendremos que vadear
el arroyo Usuaya en primer lugar y otro pequeño arroyo en segundo, unos
metros más adelante. Ahora el sendero se ha vuelto mucho más estrecho y
la vegetación ha cambiado, con los pinos como protagonistas. Estamos
alcanzando la máxima cota de nuestro camino.
Tras
unos viente minutos de marcha, salimos de los pinos a una zona más
despejada y cubierta de helechos. Debemos estar atentos en este punto a
las señales de continuidad del sendero y a los pequeños hitos de piedra
que marcan el camino que gira hacia nuestra izquierda en unos 45 grados y
continúa descendiendo, de nuevo entre los pinos. Unos minutos después
volveremos a salir del abrigo de los pinos y alcanzaremos la solana. El
sendero continúa su descenso a media ladera, ofreciéndonos unas vistas
que nuestras retinas tardarán en olvidar y que bien merecen detenerse un
rato para disfrutarlas. En esta parte del camino, además de las marcas
de pintura blanca y amarilla encontraremos postes que nos indicarán el
camino.
Continuamos
bajando. En dos ocasiones llegaremos a sendos cruces en los que debemos
seguir el camino en dirección descendente, hasta que el sendero
desemboque en una ancha pista. Nos incorporamos a ella y seguimos
bajando hasta que ésta hace una pronunciada curva a la izquierda. En
este punto veremos una vereda que sale a la derecha, la cogemos y
seguimos descendiendo por ella hasta que desemboquemos en la pista por
la que iniciábamos el sendero, justo al salir del aparcamiento.
No te puedes perder
1. Los Puentes: Estas
sencillas estructuras de madera, con malla de alambre en el piso para
evitar resbalones, nos permitirán cruzar de una orilla a otra del Usuaya
hasta en siete ocasiones. Dan nombre a la ruta y el ir a su encuentro
constituye, sin duda, el gran aliciente de la primera parte del sendero.
2. Los saltos de agua: El
sendero discurre en su primera mitad por el barranco formado por el
Usuaya. Este arroyo de aguas cristalinas baja alegre desde la montaña,
precipitándose en numerosas pequeñas cascadas y saltos de agua dignos de
ver.
3. Vistas desde la Solana de Usuaya: Uno
de los grandes atractivos de este sendero es el marcado contraste entre
la solana y la umbría de Usuaya. Durante la primera parte del recorrido
vamos por el fondo del barranco, en sombra, rodeados de hayas, robles y
vegetación de ribera. Pero, en la segunda parte, hemos ganado altura,
hemos caminado entre un espeso pinar y, finalmente, hemos salido a la
solana que, desnuda de árboles, nos regala unas vistas impresionantes
del valle y de sus cimas circundantes. Bien merece la pena detenerse un
rato a disfrutar de ellas.
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