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jueves, 6 de mayo de 2021

«El futuro nos traerá la cadena alimentaria 4.0, un ecosistema conectado del campo a la mesa».

«El desarrollo del medio rural debe ir de la mano de políticas 
que impulsen la dinamización del sector agroalimentario».
Saray Ceballos,

Entrevista a Judit Montoriol*.

–La pandemia que nos ha tocado vivir ha desencadenado una crisis económica a nivel mundial, sin embargo, del Informe Sectorial de Agroalimentario 2020 se desprende que el sector agroalimentario ha salido reforzado, ¿puede este auge del sector suponer un empujón para el desarrollo de los entornos rurales?

–El agroalimentario ha sido uno de los sectores menos afectados por la crisis y esto ha ayudado a amortiguar su impacto económico en las zonas rurales, gracias a que en ellas el sector tiene un mayor peso relativo. Asimismo, la pandemia ha puesto de manifiesto el carácter estratégico del sector agroalimentario como proveedor de bienes de primera necesidad. Hay que destacar la excelente respuesta de todo el sector para adaptarse rápidamente y garantizar el abastecimiento de alimentos. Cuando esta situación de pandemia se pueda dar por superada, el sector agroalimentario puede y debe ser una pieza clave en la dinamización de los entornos rurales. La relevancia del sector agroalimentario va más allá del peso que pueda tener su actividad económica en el PIB, puesto que el hecho de que esté muy arraigada en el entorno rural, tiene importantes implicaciones en otros ámbitos como la sostenibilidad medioambiental, el equilibrio territorial y el desarrollo rural. Resulta primordial disponer de un sector agroalimentario resiliente y competitivo, que ayude a afrontar con éxito los retos en todos estos ámbitos.

–¿Considera que las buenas cifras del conjunto del sector agroalimentario están enmascarando los problemas que están sufriendo algunos subsectores, en especial aquellos que están más expuestos al canal horeca?

–El sector agroalimentario ha mostrado una evolución muy favorable desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, ciertos productos que suelen destinarse al canal horeca y que suelen consumirse menos frecuentemente en el hogar, se están viendo en serias dificultades para encontrar un mercado alternativo. Es el caso de ciertas carnes de ovino y caprino, la leche de cabra y oveja, el pescado fresco, mariscos o el vino. Así, algunos productores han formado alianzas para desarrollar canales de distribución online y potenciar la venta de proximidad, mostrando una gran capacidad de adaptación a un momento excepcional. Es muy probable que ambas tendencias perduren incluso una vez podamos dar por superada la pandemia.

–Las políticas de apoyo al sector agroalimentario pueden ser una herramienta para fomentar el desarrollo rural pero, ¿deberían estas políticas ir orientadas a renovar y hacer más competitivo al sector agroalimentario?

–Sin ninguna duda, el desarrollo del medio rural tiene que ir de la mano de unas políticas que impulsen la competitividad del sector agroalimentario, puesto que el sector es cada vez más estratégico para el futuro comercial de las zonas rurales. Así, las exportaciones ofrecen una vía de crecimiento muy importante para el sector y, por ende, de las zonas rurales en las que se desarrolla su actividad. Hay que apostar por seguir mejorando su competitividad y la apertura de nuevos mercados, al mismo tiempo que se promueve la sostenibilidad de la producción y su impacto sobre el medio ambiente. Cabe mencionar que el sector agroalimentario ya goza de un nivel de productividad muy elevado en relación con las empresas europeas del sector. Muestra de esta elevada competitividad es que una parte nada desdeñable de la producción agroalimentaria se destina a la exportación – unos 53.100 millones en 2020–, hasta el punto de ser la cuarta economía exportadora del sector en la Unión Europea y la séptima a nivel mundial, alcanzando un récord histórico en el superávit exterior de bienes agroalimentarios del 1,6% del PIB.

Uno de los nuevos paradigmas por los que abogan los TRI es la digitalización en lugar de la industrialización, ¿cuáles son las actuales tendencias en materia de digitalización del sector?

–El último artículo del Informe Sectorial Agroalimentario 2020 lo dedicamos a analizar el grado de popularidad de las distintas tecnologías digitales que se utilizan en el sector primario y en la industria agroalimentaria a partir del análisis de texto de más de 2 millones de mensajes en Twitter. El estudio destaca que el big data, el internet de las cosas y la robótica son las tecnologías más populares en el sector primario, e indispensables para avanzar en la aplicación de técnicas de agricultura de precisión y la automatización inteligente del campo. Estas técnicas permiten mejorar la productividad de los cultivos a la vez que potencian la sostenibilidad del sector al hacer un uso más eficiente del agua y de la energía. Por otra parte, el 'blockchain' es la tecnología que más destaca en la industria agroalimentaria con múltiples aplicaciones para la industria de la alimentación y las bebidas. Por ejemplo, permite realizar la autenticación digital de los productos alimentarios y permite su trazabilidad en todos los eslabones de la cadena alimentaria. En este sentido, la adopción de esta tecnología ofrece la posibilidad de dar respuesta a las nuevas preferencias de los consumidores en lo que respecta a las exigencias de transparencia sobre el origen, el proceso de producción y la distribución de los productos agroalimentarios que consumimos.

–La crisis sanitaria también ha supuesto el auge del comercio electrónico, pero por otro lado ha permitido ver la carencia que en el ámbito digital tienen las zonas rurales, ¿qué pasos se han de dar para estos entornos puedan aprovechar esta consolidación del ecommerce?

–El comercio electrónico en la compra de alimentos ha experimentado un incremento inusitado durante la pandemia. Los pagos en TPV virtuales de CaixaBank en supermercados y tiendas de alimentación muestran, a partir de la segunda quincena de abril, un fuerte repunte del e-commerce, que todavía mantiene tasas de crecimiento muy elevadas. Es muy probable que este cambio en los patrones de consumo alimentario de los hogares haya venido para quedarse y que la tendencia creciente del e-commerce en productos alimentarios se afiance. Para que las zonas rurales puedan aprovechar al máximo las oportunidades de crecimiento que ofrece el comercio electrónico, es crucial impulsar la conectividad digital y el despliegue del 5G en el ámbito rural. El 5G será fundamental para favorecer la hiperconectividad y actuará como habilitadora de otras tecnologías.

–Del estudio también se desprende que la necesidad de cuidar el entorno y trabajar en su sostenibilidad hacen necesaria la transformación de la cadena alimentaria, ¿cómo se debe llevar dicho cambio?

–La transformación digital en el sector agroalimentario debe tener en cuenta a todos los actores de la cadena, y también las distintas velocidades a las que las diferentes empresas y explotaciones están avanzando en el proceso de adopción de las nuevas tecnologías digitales. Nos encontramos ante una revolución tecnológica que está llamada a transformar los distintos eslabones de la cadena alimentaria: desde la explotación de datos y el uso de drones para lograr cosechas más eficientes y sostenibles, hasta el empleo de la tecnología 'blockchain' para mejorar la trazabilidad de los productos finales que llegan a nuestros hogares. El futuro nos traerá la cadena alimentaria 4.0, un ecosistema totalmente conectado del campo a la mesa.

Judit Montoriol, Doctora en Economía por la Universidad Pompeu Fabra, es, en la actualidad, 'lead economist' en CaixaBank Research, aunque, previamente, trabajó como economista en el Banco de la Reserva Federal de Boston, en EE. UU y fue profesora visitante de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha publicado su investigación en destacadas revistas especializadas y, es coordinadora, también del Informe Sectorial Inmobiliario y del Informe Sectorial Agroalimentario, publicados ambos por CaixaBank Research. De carácter anual, este último informe analiza la evolución reciente del sector y sus perspectivas a partir del análisis de los principales indicadores económicos y del big data. En esta línea, la publicación del 2020, pone de manifiesto que el sector agroalimentario es un pilar esencial de la economía española, siendo uno de los menos afectados por la crisis del covid.

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