En estas fechas, dada la abundancia de peregrinos a atender el número de hermanos que se implican es mayor, por eso actualmente hay tres en nuestra casa de Redecilla del Camino.
Hoy jueves día 7 hemos abierto el templo nada más amanecer como venimos haciendo todos los días.
Es abundante el paso de peregrinos que oran unos minutos y siguen su camino, el trabajo se multiplica, hay veces que en la iglesia se juntan grupos numerosos, lo que hace necesario que estemos al menos dos, mientras otro hermano se encuentra trabajando en la casa.
Aunque el cielo a veces amenaza lluvia, hace una temperatura muy agradable lo que posibilita que los peregrinos lo hagan prácticamente durante toda la mañana.
Hemos tenido una agradable visita de dos personas pertenecientes a la asociación “amigos del románico”, las cuales se han acercado hasta Redecilla para También nos han visitado dos personas, la Pila bautismal.
A medio día hemos podido comer en Belorado con el padre Ángel y por la tarde hemos asistido a la misa y bendición a los peregrinos en la iglesia de Santa María. Justo después de terminar, hemos compartido un agradable rato con el padre Ángel, las señoras que le ayudan en la iglesia, Casilda y Merche, y la pareja que regenta estos días el albergue parroquial de Belorado, los suizos Walter y Ruth.
Tras acabar la agradable velada, nos hemos retirado a descansar, mañana nos espera un día de muchas satisfacciones pues poder atender a los peregrinos es nuestra mayor satisfacción.
Como venimos contando, el mes de septiembre ha supuesto un considerable aumento en el número de peregrinos que transitan por este Santo Camino.
Desde primera hora son muchos los que comienzan a pasar por Redecilla y so muchos los que al ver la Iglesia abierta entran a esta primera hora a tener su primer momento de oración.
Tanto a pie como en bicicleta, los hay que lo hacen en grupo, otros buscan la soledad. Hoy han pasado españoles, franceses, italianos, holandeses, en fin lo habitual, el Camino no entiende de nacionalidades.
Hoy como curiosidad nos han visitado un grupo de ocho personas de nacionalidad israelí, hemos departido con ellas un momento de charla y han continuado su camino.
Por otro lado, como algo gratificante, raro es el día que algún o algunos peregrinos no se interesan por la labor de la Militia Templi, primero preguntan sobre nuestra función en Redecilla y posteriormente ya quieren saber más.
Hoy hemos cumplido con una grata obligación que nos hemos impuesto y es la de visitar todos los años a Nuestra Señora la Virgen de Valvanera. Tras cerrar las puertas de la Iglesia y viendo ya que la afluencia de peregrinos había disminuido totalmente, a mediodía nos hemos desplazado al Monasterio de Nuestra Sra. de Valvanera, donde hemos comido y hemos tenido la oportunidad de compartir unos minutos de charla con el Abad del Monasterio, es mucho lo que une a la Militia Templi en España con ese Monasterio.
Ya por la tarde asistimos a la Misa oficiada por el Padre Ángel en Belorado. Mañana continuaremos.
Como ha sido habitual en estos días de septiembre, son muchos los peregrinos que han pasado por el pueblo y casi todos han entrado al templo.. Hemos atendido las preguntas sobre la labor de la Orden, además de sellar sus compostelas.
Hoy por ser el último día de nuestra presencia continuada en el Camino, hemos visto un ejemplo de fe y devoción en un peregrino con un importante déficit visual que iba acompañado de su perro guía el cual pasó a la Iglesia y estuvo orando durante unos minutos, continuando después su camino.
Por la tarde los hermanos presentes han asistido a la procesión hasta la ermita de la Virgen de Belén, patrona de Belorado donde se ha celebrado una emotiva misa con cantos de un coro del pueblo.. Posteriormente y a modo de despedida, tuvimos una merienda con el padre Ángel, sus colaboradoras las señoras Casilda y Merche, y Walter, del albergue parroquial de Belorado.
Ahora toca hacer balance e intentar mejorar en la medida de lo posible nuestra dedicación al peregrino pero eso vendrá en unos días.
Agradecer a nuestro voluntario Juan Francisco su apoyo que año tras año está presente realizando una labor excepcional.
Aunque en el título de esta entrada dejamos ver que se finaliza por este año nuestra presencia, esto realmente no es así. Nuestra casa sigue y cada vez que tenemos reunión o actividades que debemos llevar a cabo propias de la Preceptoría, siempre se designa un hermano que se encarga durante el tiempo que estamos allí de la atención al peregrino y la apertura de la Iglesia. Gracias a todos.
Viajando a Santiago.
El mayor privilegio de nuestro voluntariado en Redecilla del Camino, es poder colaborar con los peregrinos en el camino de Santiago, milenaria obligación de los Caballeros Templarios que nos precedieron, proteger y ayudar al que peregrina, algo que está en los genes profundos de los que sirven bajo el signo de la Cruz.
En Redecilla del Camino, al permanecer unos días en contacto con los que por allí pasan, buscando el reconfortar y aliviar el peso de su alma ante la augusta presencia de los restos del Apóstol Santiago, este contacto diario, este silencio de la Iglesia de la Virgen de la Calle, unido todo a la oración sincera de los que allí descansan unos minutos y ponen sus asuntos en manos del Misericordioso, al que le piden, le ofrecen, le agradecen y quien sabe cuántas cosas traen en su llena mochila, que rogativas esconden en el corazón, que peso tienen en el alma y que descanso necesitan y como quiere Dios que descubran el camino verdadero.
Ahí en ese descrito ambiente, un día del pasado mes de Agosto llegó una Señora, que entró tímidamente, preguntó si se podía visitar, y con naturalidad se le dijo que la casa del Señor siempre está abierta, sentada en una de las primeras filas, oró en silencio durante un largo rato, afuera el sol iba alzando sus primeros rayos sobre las campanas de la iglesia de Redecilla, empezaba un esperanzador día más en el camino de Santiago.
Después de su oración, preguntó sobre cada altar del templo, visito la carismática pila bautismal y la antigua imagen de la Virgen de la Calle, su deseo de saber aumentaba al mismo tiempo que mi dificultad para explicar, el inglés nunca fue mi lengua materna, y yo conozco poco de la Shakesperiana lengua, llegó un momento en que era incapaz de responder a sus constantes dudas y preguntas.
Disculpándome por mi torpeza y falta de conocimiento, esta señora, mirándome a los ojos, y viendo el esfuerzo que me estaba costando poder atenderla, comenzó a llorar, y quizás por simpatía, por sentirse en sintonía con el lugar, por llevar los sentimientos a flor de piel, o por lo quiera que fuese, se abrazó a mí, durante unos segundos, agradeciendo nuestra labor, interesándose por el destino de los donativos recibidos, preguntando por la orden, por el lugar de origen de la misma, y de los que atendemos este voluntariado, y un ciento de cosas más, todas relacionadas con nuestra labor.
La invité a rezar Laudes con nosotros, aceptó, y junto a dos peregrinos italianos, rezamos como una única persona, rompiendo fronteras, y finalizada la oración, cargó de nuevo su mochila, emprendió de nuevo el camino, al salir vi como buscaba en la hornacina sobre la puerta la imagen de la Virgen del Camino, se santiguó me dijo adiós, y yo le desee “buena peregrinación” y marchó, y es de esta forma como una parte de mi alma viajó con ella a Santiago, en tanto yo me limpiaba las lágrimas que rodaban por mis mejillas, a veces no es necesario ni siquiera el idioma para compartir sentimientos, ni para los que caminan, ni para los que atienden al caminante.
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Militia Templi siguen en el Santo Camino.
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