Va a hacer un año de las tractoradas de los agricultores y ganaderos españoles.
2024 termina igual que empezó, con el campo protestando en la ciudad.
Más de 5.000 agricultores y ganaderos llegados de todos los puntos de la
geografía española se concentraron la semana pasada ante las puertas
del Ministerio
Indignación en el campo por el acuerdo UE-Mercosur: “Estamos pidiendo a gritos no morir”
Agricultores y ganaderos exigen a Europa que los productos que entren de terceros países cumplan con la normativa comunitaria: “La defensa de la legislación social y medioambiental europea debe ser para lo que se produce en Europa, pero también para lo que se consume”, Asaja Baleares, Joan Company.
“La verdadera amenaza para nuestro sector es la proliferación de
acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, con precios por debajo de nuestros
costes de producción y sin cumplir las normativas que imperan para las
producciones comunitarias, es un partido con las reglas amañadas. La verdadera amenaza para nuestro sector es la proliferación de acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, como Mercosur, Chile, Marruecos o Nueva Zelanda, con precios por debajo de nuestros costes de producción y sin cumplir las normativas que imperan para las producciones comunitarias, es un partido con las reglas amañadas".
“En Brasil es legal engordar las vacas con Clembuterol, hormonas de crecimiento prohibidas en Europa desde hace 20 años por los impactos en la salud humana, unos tenemos que ser respetuosos con todo y los otros no tienen que ser respetuosos con nada”. De ahí que los agricultores exijan cláusulas espejo a los productos agroalimentarios que entran en Europa, es decir, que los controles sanitarios y exigencias sociales, laborales y medioambientales sean las mismas.
“Europa se tiene que plantear muy en serio los problemas de la
deslocalización, mucha industria europea se fue al sudeste asiático, de
la agricultura ya se ha perdido el 30% de las unidades productivas y
vamos camino de perder otro 30, quedaremos la mitad y el papel
fundamental de la agricultura es proveer alimentos a la población".
"Cuando un mercante quedó anclado en el canal de Suez, hubo retrasos en
la producción industrial de seis meses, estamos en una isla y, cuando ha
habido problemas de transporte, nos hemos quedado con los lineales de
los supermercados totalmente desabastecidos y esto es política de
seguridad... Los ejércitos se crean en tiempos de paz, no
porque haya guerra ni con el objetivo de usarlos, y ha llegado el
momento de cuestionarse la seguridad alimentaria, no como alimentos
seguros, sino como suficientes. Las grandes revoluciones de la
historia han sido por la comida”
"El colmo de la incongruencia del acuerdo con Mercosur es que, siendo el transporte la principal fuente de contaminación de carbono hacia la atmósfera, tengamos que traer aquí alimentos desde tan lejos”.
“Yo soy defensor de la legislación social y medioambiental europea, pero esa defensa no tiene que ir solo para lo que se produce en Europa, también para lo que se consume en Europa”, argumenta Miquel Gual, presidente de la Cooperativa Agrícola de Sóller. “El gran drama”, prosigue Gual, “es que Europa es extremadamente exigente con los productos producidos aquí, pero es totalmente laxa con lo que viene de terceros países y, si no jugamos con las mismas reglas del juego, seguro que perdemos... Primero tendría que consumirse todo el producto local y, cuando falte,
por la capacidad productiva, sí dejar entrar productos de terceros
países, pero con la normativa europea, no con la normativa que de esos
terceros países. Los campesinos de Europa estamos pidiendo a gritos no
morir”.
Toni Feliu es ganadero ecológico. Su pequeña explotación, ya por la cuarta generación, gestiona unas 200 vacas, cerdos y ovejas, todas de razas autóctonas. “Saben cómo destruir más la red agrícola, tenemos problemas de gente que no se incorpora, pero cómo se van a incorporar”. Para él, “la agricultura y pesca son moneda de cambio” en acuerdos como el de Mercosur. “Somos tan pocos, interesa tan poco, lo nuestro no vale nada”.
“La explotación más grande de aquí es nada comparada con las de
América del Sur, este acuerdo solo beneficia a las grandes empresas y
hace daño a los pequeños agricultores, a ambos lados del océano”,
critica el ganadero, porque “un pequeño ganadero como yo de los países
de Mercosur no podrá venir a España, es un beneficio para los
grandes”.
Sobre la diferencia en los costes de producción, Feliu explica
que “no es que lo nuestro sea caro, es que lo otro es demasiado barato,
pero así no se puede vivir, no tienen seguridad social ni paro ni
inspecciones y la sociedad no nos apoya, compran lo más barato siempre,
da igual lo que haya detrás de un producto”.
“Al lado de América, Europa es una provincia y nos manda un
mensaje verde de cómo quieren que hagamos las cosas, pero ellos hacen
otra, no tiene sentido”, se lamenta Feliu. Y lanza una pregunta: “¿Por
qué me das subvenciones si compras fuera más barato? No me des
subvenciones, deja que mi género valga un precio justo, no un precio con
el que no se puede vivir”.
Para este ganadero, el convenio con Mercosur lo que implica es “una pérdida de cultura, de gastronomía, de saber trabajar el campo, de razas autóctonas y variedad local”. En una isla como Mallorca, cuya principal actividad económica es el turismo, Feliu recuerda que “los que vienen aquí de viaje quieren comer lo local, un chuletón de aquí, no de Brasil, verduras cultivadas en nuestra tierra, no en la otra parte del mundo”. Concluye Feliu que, sobre el campo, “todo el mundo opina y sabe más que nosotros, vienen a decirnos lo que tenemos que hacer, nos lo cuestionan siempre todo, dejadnos morir tranquilos, dejadnos hacer”.
Matías Adrover, agricultor y socio de Terracor y Terragust: "Hay que transmitir al consumidor lo que se hace en el campo, cómo se
hace, para que cuando vaya a comprar sea consciente del trabajo que hay
detrás y de por qué un tomate tiene sabor y otro no”.
"El Mercosur afectará en cuestión de
rendimiento, los precios van a bajar, habrá una mayor oferta de
productos” y afirma que no estarían en contra “pero si trabajaran con la
misma normativa” que trabajan ellos. “Pero allí tienen barra libre”,
lamenta. Remarca que, sobre todo, afectará al consumidor, “se llevarán
en el pack cosas que no deberían estar incluidas, como pesticidas y
hormonas”. Ahora, que es temporada de naranjas, explica Adrover que “el
consumidor encontrará naranjas de Sudáfrica, Sudamérica y las nuestras, y
lo que tiene para escoger es la vista y el precio, sin saber todo lo
que hay detrás”.
En la UE solo viven las intermediarios, no importan ni el productor ni el consumidor final
Otro de los puntos críticos del sector primario: “Aquí hay un desfase muy grande, el consumidor paga muy caro y el agricultor cobra por debajo de costes, y si podemos ir subsistiendo es por la aportación de la PAC, pero esto no debería ser así, vamos por el mal camino”.
“¿Vamos a deslocalizar también la comida?” Despoblación del territorio
“Habrá un temporal, no podrá venir el barco y son años de trabajo para que un cultivo sea productivo, está en peligro la soberanía alimentaria, si no estamos produciendo aquí, algún día puede haber un problema grande”.
Intercambiar coches por vacas:
“Es un intercambio de coches por vacas”, así resume Fernando Fernández, director general de Agricultura del Govern Balear el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. Asegura que, “como todo en este tipo de acuerdos, hay luces y sombras”. Y añade que “el comercio internacional es un buen instrumento de desarrollo de los pueblos y el sector de la automoción en Europa va a ser un sector beneficiado y el sector agrario y ganadero claramente va a ser un sector perjudicado”. El acuerdo con Mercosur “va a permitir que la carne de ternera de Brasil o de Argentina entren prácticamente con arancel cero las primeras 160.000 toneladas y las siguientes con unos aranceles muy reducidos, igual que el azúcar en el caso de Brasil, y nosotros venderemos coches con aranceles bajos”.
“Hay sectores agroalimentarios como el vino o el aceite que pueden verse beneficiados por la apertura de estos mercados, los sectores más perjudicados para nosotros van a ser la ganadería y ciertos sectores agrarios, como el azúcar y algunos cultivos extensivos”.
“La Comisión Europea tiene que ser mucho más sensible con el sector primario cuando negocie acuerdos multilaterales de comercio, tiene que haber un proceso de consulta mucho más transparente, abierto y real”. Y es que hasta COPA-COGECA, la organización que representa a los agricultores europeos y sus cooperativas, tiene dudas respecto al acuerdo. “El comisario europeo de Agricultura, que para eso está, debería defender también la postura y los intereses del sector agrario de Europa, por eso veo más sombras que luces en este acuerdo”, expone Fernández, “sin negar el beneficio que pueda tener para otros sectores”.
Fuente Eldiario.es
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