domingo, 24 de junio de 2012

Tarde de clase en el Tirón, Relato


Tarde de clase en el Tirón

Relato de Arturo Fuente

En algún lugar del río Tirón,  Riojilla burgalesa,  2 de Julio de 1994.

—Hoy no pican —, dice Rodrigo.
—Si ya te digo yo que hoy hace muy bueno, que es mejor si hay tormenta —añade Pablo.
Javier, despreocupado mientras pone su trozo de lombriz en el pequeño anzuelo, replica:
—Bah!, pero eso es pa’ las truchas, pa’ los “morachos” da igual —
—También influye —, replica Pablo en modo firme, dando a entender seguridad.

El zumbido de una libélula distrae la mirada de nuestros cuatro amigos, sentados en un muro sobre una poza de aguas cristalinas,  Sus bicis, aparcadas en los pedregales de la orilla, y sus cañas, sobre la poza de este caluroso día.

—Y tú, Juan, ¿has venido mucho a Belorado?  — pregunta Pablo.
 —No, es mi tercera vez, suele venir más mi primo a Madrid, no conozco mucho. Pero me gusta, mi primo siempre habla bien de la comarca, de su Historia, su patrimonio, y sobre todo, suele hablar de su naturaleza.
—Sí,  “gafas” (por Rodrigo) es un estudioso—, replica Pablo en tono jocoso—, le gustan mucho todos esos rollos, nosotros ya sabemos que somos los mejores en la Riojilla, afirma en tono bromista y chulesco.
— ¿Por qué te llaman “Mani”, Pablo?
Aquí todos tenemos “mote”, y a mí me tocó lo de “Mani” porque mi padre, albañil, usa una “Manitou”, una carretilla elevadora para obras.


La sombra de la chopera protege del sol a nuestros protagonistas, las ranas croan poco más arriba, el verdor de los sauces y el multicolor de las flores hacen de telón de fondo, la multitud de aves, de banca sonora. 
Un lugar paradisiaco, piensa Juan, madrileño, primo de Rodrigo, “gafas”, ¡cuán bien se está aquí! se dice a sí mismo. Acostumbrado al ajetreo de Madrid todo esto le parece una dosis de elixir, cuando, de pronto, llega a su nariz un pestilente olor, acompañado de las palabras de reprobación de su primo Rodrigo:
— ¡Qué mal huele!, aggg —Dios..., ha sido “Ezquerra”, fijo — , se apresura a decir Pablo,
—Cállate, “Mani” ¿Por qué iba a ser yo? —
Joer, ¿no dices que comiste caparrones?
— ¿Y? —, responde Javi girando la cabeza, en tono despectivo.
— Joer, pues que con los caparrones se tiran pedos, ¡so listo!.


Juan, que no entiende nada, interrumpe la discusión con cara de sorpresa y cierta timidez:
 — Perdonad, pero….¿qué son caparrones? —
—¿No sabes que son caparrones?! —replica Pablo, con los ojos como platos.
A lo cual responde con rapidez y aire de normalidad Rodrigo, echando un cable a su primo, viendo el tono receloso de su amigo Pablo, el “Mani”.
—No, es que caparrones sólo lo llamamos por aquí y en la Rioja, que yo sepa, es como decimos a un tipo de alubia roja o pinta, Juan —
Pablo, con ganas de seguir en polémica con su mejor amigo Javi, para variar, se dirige a Juan, con cierto aire altivo:
—En invierno es un plato típico, no ahora con el calor, es que “Ezquerra” tiene huerto y le sobran, y los come siempre, habrá que aguantarle, ¡menuda tarde nos espera!.
La carcajada es general.
Javi, apesadumbrado por su amigo, pero haciéndose el sueco, cambia de tema tras pensar un poco, mirada al río,  ya que no entiende que alguien con relación con Belorado no supiese que eran los caparrones, se dirige a Rodri: —Ah claro, “gafas”, que los padres de tu primo son por parte de tu padre,  no son de aquí….
—Eso es — le responde Juan, y de repente ve algo que le crea un gran asombro, como un arcoíris brillante y azulado que deslumbra en su vuelo por los rayos de sol…
—Eh!! mirad que pájaro!
—Uff, precioso, es un martin pescador —, afirma Rodrigo con una sonrisa.
—Joer, nunca había visto uno en mis dieciséis años —, replica Pablo.
—Yo sí, pero no es fácil, — dice Javier, como vengando su anterior humillación—en el pueblo de mi madre…
—Seguro que no le hacemos mucha gracia estando aquí quitando su comida—responde Pablo.
—Como mucho le hemos quitado el puesto, porque lo que es comida..,—dice Rodrigo con una amplia sonrisa —,debiéramos pedirle que nos dé unas lecciones.
Juan, deslumbrado por el paso de la preciosa ave, se quiere abrir a sus nuevos amigos, e inicia un dialogo con Javi:
— ¿cuál es el pueblo de tu madre?
—Ezquerra.
—Ah!, por eso te llaman así, supongo, es nombre vasco, ¿no?
—Sí, bueno, aunque no se escribe con k—, vuelve a responder Javier.
—¿Qué raro un nombre vasco, no?
—No, aquí no es tan raro.
Rodrigo les interrumpe:
— Cuenta, Ezquerra, que a ti el trabajo de la Riojilla te ha tocado sobre la Edad Media .
— ¡Vale!, pero mejor empezamos por la base y ya le contamos la historia de la comarca, así que empieza tú con los autrigones.
—¿Los qué?  —, pregunta un sorprendido Juan.
—Los que te tocan los cojones, — dicen todos los demás mientras ríen.

Tras parar la larga risa y darle una palmadita a su especial visitante, Rodrigo responde: 
—Si, a mi me tocó la época prerromana en el trabajo de clase, así que voy a empezar:  Bien, pues esta zona estaba habitada por los autrigones y los berones, estos últimos los antiguos riojanos, pueblos celtas todos ellos. Los autrigones habitaban desde aquí hasta el Cantábrico, pasando por “la Bureba”, Miranda, algo del norte de Burgos y parte de País Vasco y solían estar en guerra con los cántabros, que habitaban al noroeste. Se habla de diez ciudades autrigonas, una fue “Virovesca”, cerca de aquí, y dentro de nuestra comarca estaba “Segisamunculum”, la actual Cerezo de Río Tirón. Precisamente este río, se cree que viene de autrigón, es decir, río de los autrigones, ya que en general marcaba el límite con los berones.
Aun así, en Belorado, igualmente hubo un castro autrigón, en aquella montaña que se ve sobre el cementerio, que se llama “la Muela” y que solemos llamar “Cara del Indio” por la forma de una de sus rocas.
—Mmmmm, interesante…, siempre asocié a los celtas con la zona de Galicia, Asturias,… — dice un atento Juan, a lo que su primo le responde:
—Sí, allí hubo mayor influencia, esto luego fue más romanizado, pero los autrigones, por todos los datos que se conocen, llegaron con las invasiones celtas y tenían su misma cultura y costumbres. Cuéntale tú sobre los romanos, “Mani”

Pablo, un tanto desganado, responde: — ¡Uff!, todavía no he mirado mucho.
—Bueno, ¡pero te toca!
—Pues… los romanos vinieron, invadieron esto y fundaron ciudades,
Rodrigo suelta una carcajada.
— ¿No fue así, o qué? — , responde Pablo un tanto enfadado.
Sí, sí, “Veni, vidi, vici”, que diría el Cesar. ¡Es que me hace gracia como lo dices!.
—Bueno, ya cuento más—, prosigue— la principal ciudad fue también Cerezo, que los romanos llamarón “Cesarea”. Había una calzada romana importante en Cerezo, que iba de Logroño hacia la meseta y el norte a través de Briviesca, que se seguía llamando “Virovesca” también con los romanos. Por la comarca han quedado muchos restos de esa época, como esquelas, puentes, vasijas… En la tierra de mi abuelo se encontró una esquela importante, en “la Mesa”, al otro lado del río, que es donde estaba en Belorado la ciudad romana, —dice orgulloso.
—Sí, la verdad es que en muchas zonas se han encontrado vestigios de la presencia romana,—, replica Rodrigo ante la atenta escucha de sus amigos., mientras dirige su mirada hacía la hasta hace bien poco, nevada Sierra.
—Vestigios, ¡qué palabro!, “gafas”. Cuéntale tu algo de la edad media, “Ezquerra”.


—Sí, me lo he estudiado bastante—, sonríe—, a ver cómo te explico… Bueno, ¿ya conoces como fue un poco la Reconquista, no?, una vez de la caída del Imperio Romano, la entrada de los pueblos godos, y  luego la invasión árabe, que en ésta zona no fue muy fuerte, aunque sí que en Ibrillos por ejemplo, había un asentamiento, y en la cercana Grañón, ya en la actual Rioja. Desde ahí los musulmanes solían ir al norte para combatir y saquear, pero era una zona que no controlaron del todo nunca, y desde el norte iniciaron la reconquista,
Toda la zona que en su día habitaban los autrigones, se denominaba entonces Bardulia, ya que los Bárdulos, que habitaban en época prerromana en País Vasco, se desplazaron hacia el oeste empujados por los vascones, que antes estaban en Navarra, pero ya digo, coincide más o menos con la antigua Autrigonia, no sé por qué lo llamarían Bardulia…, y luego esa zona se acabó llamando Castilla.
— ¿Quieres decir que los autrigones son los primitivos castellanos? —, dijo Juan todo sorprendido, creyendo no haber entendido bien a su primo.
—No exactamente —, replicó Rodrigo —, pero si es cierto que los límites de la primitiva Castilla y de la anterior Autrigonia son similares, y que los primeros castellanos son mezcla de diferentes pueblos prerromanos, entre los que destacan los autrigones, con los romanos, visigodos,… todos cristianizados, y a ellos se pueden sumar los árabes, los judíos, y toda la gente que después venía de Europa por el camino de Santiago, que pasa por aquí.


 - Ummm, suena interesante…conozco ya la parte de la reconquista de cómo se forma Castilla, su independencia de León, y todo eso, pero me sorprende esa relación Autrigonia-Castilla. ¿Y sobre la lengua?, dicen que el castellano nació en San Millán de la Cogolla, en la Rioja, ¿No?
—Eso está cerca —, le dice Ezquerra, un día nos llevaron con el “Insti”.
— La lengua nació del latín que se hablaba con los romanos como base y fue cogiendo cosas de todos los pueblos que habían pasado y pasarían más tarde por aquí, no sé si me entiendes. En San Millán se encontraron los primeros textos en castellano propiamente dicho, también del euskera, aunque bueno, nacer nacer…según se mire —, añade Rodrigo
—¿Y lo de Ezquerra? , vuelve a insistir Juan.
—Ahora llega, “tranqui, tron”, que ya sé que el pueblo de mi madre es la leche —, se pavonea Javi irónicamente —. Bueno, pues es que esta comarca fue siempre frontera entre Navarra y Castilla, y perteneció a ambas. Sobre el año 1000 era de Navarra, y vinieron gentes  de Alava, que hablaban vasco, y el vasco fue una de las lenguas importantes aquí, que dejaron también muchos nombres de sitios, no solo el pueblo de mi madre.
—Topónimos —, le corrige Rodri,
—¿Cuál? — dice Javi confundido.
Que se dice topónimos, a los “nombres de los sitios”.
—Ahhhh—, ríen todos, y prosigue: —La zona se denomina Riojilla por temas geográficos, pero sobre todo por qué culturalmente ha tenido mucha influencia del Reino de Navarra, y se nota en las danzas tradicionales, en el habla,…

— ¿Pasan muchos peregrinos pro el Camino? —, preguntó Juán
— Sí, el camino trae mucha gente, en la comarca hay muchos lugares de interés, pero el camino es de lo más importante. Por ejemplo Redecilla con su pila bautismal, o en Viloria qué nació Santo Domingo, que fue uno de los principales impulsores y arquitectos del Camino, junto a quien fuese su discípulo, San Juan de Ortega. En Belorado había Hospital de peregrinos, Villafranca fue muy importante en el camino y en toda la zona durante siglos, al ser sede de obispado,…bueno, tampoco estoy muy “al loro” de todo —, dijo Javi.
—Sí, sin duda Domingo fue muy importante para el camino, una persona clave. El camino, en todo caso, he oído que ya se hacía antes de todo eso, se seguía a la Vía Láctea en el cielo para llegar hasta Finisterre, algo de los celtas, creo —. añadió Rodrigo

—Es muy interesante todo esto —, dice un curioso Juan, ¿Y castillos, si fue de Castilla, no quedan?
—Sí, hay dos, el de Cerezo y el de Belorado, sólo quedan restos, pues como digo fueron destrozados por ser zona de frontera, aunque sí fueron importantes, el de Belorado fue un regalo de bodas para el Cid, por ejemplo.  A partir de la Edad Media es Belorado, llamado “Belforado”, quien toma protagonismo, cogiendo el testigo de Cerezo. En rey Alfonso el Batallador, de Navarra y Aragón, le dio un Fuero y entre los privilegios que recoge, le permite celebrar una Feria que es la más antigua documentada en la historia de España.
Más tarde, ya en el siglo XIX, Pradoluengo tomaría protagonismo, por su industria textil, y ahora es la segunda localidad de la Riojilla en habitantes.
—¿Pradoluengo está en la Sierra que se venía al venir, no?
—Sí, la Sierra de la Demanda, es preciosa, llena de bosques, te va a gustar, ya iremos algún día a Fresneda o Santa Cruz, los valles del alto Tirón y del Urbión son  preciosos — exclama un “Ezquerra” ilusionado en mostrar tantos sitios que él bien conoce,

—Por cierto, ¿Quieres probar? —, le dice Pablo
—A qué, ¿A pescar?, Nunca he pescado…
—Sólo coge la caña y trata de que los peces se acerquen. Cuando alguno muerda tira suave y luego recoge hilo, ya te indico. Hoy está “chungo”.
—Bueno, a ver…,— replica Juan con mezcla de entusiasmo y temor.
—Si es que últimamente con hablar ni nos hemos fijado, a mi me ha comido media lombriz —, dice Javi.
—Sí, y además les espanta oírnos — Vamos a estar en silencio y le dejamos probar, añade Rodrigo
Juan coge la caña, y  deja caer el cebo en medio de la tranquila poza, pasan varios minutos pero los “morachos”, como se denomina aquí a los piscardos, un pequeño pez de ríos trucheros, no se acercan. Todos miran en silencio y con atención, y de repente, cuando ya casi daban el día por perdido, Juan susurra expectante:
—Espera…muerde uno.
—Si, si, ¡tira ahora!—dice Javi en voz baja, con cara de angustia
—Recoge el hilo—, lo tienes
—Siiii, guay tío, muy bien, al menos no nos vamos de vacío, ríe Pablo, aunque uno de poco sirve…
— ¡Pero a mí me hace mucha ilusión!, exclama Juan, nunca había pescado nada.
— Se hace tarde, debemos irnos. ¡Recojamos! — dijo Rodrigo


Una tenue luz rosada empieza a cubrir el cielo, mientras la silueta de un milano negro se dibuja sobre ellos en s camino de vuelta. 
Juan, feliz, va pensando en todo lo aprendido clavando su mirada en el leve planeo del equilibrista ave rapaz.
—Ya verás, le dice Ezquerra, tienes que venir más veces, a las fiestas, y comer las cosas de aquí, menuda huerta tenemos, se come muy bien, hay de todo,…estos días, iremos visitando los pueblos de la zona, que vas a estar unos días, ¿no? —
—Sí, una semanita me queda.
—Da tiempo…iremos a os mayores sitios posibles, desde el límite con la Rioja a los Montes de Oca, desde la loma y la vega del Tirón a lo alto de la Sierra…— le replica Pablo.

Esta conversación en el río le marcará de por vida.
Al llegar a Madrid empezaría a buscar libros e interesarse más por la comarca de su primo, a investigar sobre los temas que habían dicho, descubriendo las diferentes teorías, y conociendo diferentes datos históricos
Más tarde llegó a la Universidad y decidió estudiar Historia, materia que cada vez le había ido gustando más. Al terminar hizo una tesis sobre la Riojilla, y con el tiempo, escribió un libro sobre la Historia de esta comarca,  que tuvo cierto  reconocimiento.
En su presentación en Madrid, invitó a los amigos que le hicieron querer a esta tierra.
“Ezquerra” trabajaría en la mina de susfatos de Belorado, sin olvidar su huerto, Pablo relevaría a su padre con la “Manitou”, y Rodrigo es profesor de biología.
En la presentación del libro, Juan tuvo una dedicatoria especial para todos ellos:
— …esta obra es el fruto de una buena amistad, de una historia que empezó una tarde de verano, en la ribera del Tirón, y pertenece igualmente a unas personas que hoy me acompañan: mi primo Rodrigo, y mis amigos Javier y Pablo, que metieron en mi el gusanillo por esta tierra de la que habla el libro, y que hoy son parte  de la Historia presente de la comarca.
Ellos aplaudieron emocionados, y se miraron el uno al otro, recordando los muchos momentos vividos estos años, y especialmente, aquella plácida tarde en la que todos aprendieron a conocerse a uno mismo, pues en estos años tratando con Juan, viendo como se gestaba su libro y respondiendo a sus preguntas aprendieron que uno es hijo de su patrimonio y de su Historia.


 Juan va cuando puede a la Riojilla, compró casa en un pueblo, y siente como uno más sus fiestas y aprecia como el que más su gastronomía, sobre todo los caparrones, y de vez en cuando se pierde por el muro del río, a ver si, como ocurriese aquel día, un martín pescador, u otro bello duende de la ribera, le vuelve a sorprender. 
Por desgracia, cada vez quedan menos.

Arturo Fuente, Mayo 2012

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